Vamos a seguir con los posteos
musicales y en esta ocasión les traigo un ranking hiper mega subjetivo. Se
trata de mis cien discos favoritos. Verán, esto nace de la siguiente cuestión:
el 2020 cumpliré 30 años, lo que no significa nada muy relevante, pero como
pueden ver es el comienzo de una nueva década, un nuevo ciclo y toda esa mierda
que se quiera agregar al respecto. Es por eso que en un arranque de creatividad
se me ocurrió comenzar a identificar cuáles han sido los 100 discos que más me
han marcado en estas 3 décadas de vida bien llevada. Dicho esto, este conteo
debería estar acabando en Noviembre del próximo año, por lo que si de aquí a
esa fecha escucho algún disco que me vuele la cabeza lo tendré presente para
incluirlo en el listado. Realmente no hay un orden de preferencias tan estricto,
al menos no del #100 al #11, pero el TOP 10 sí está un poco más determinado.
Bueno, sin más dilación es hora de comentar el número #100 del RANKING de ¡discos
perfectos para las primeras tres décadas de una vida!
Flow bien gangsta
No soy muy adepto a los artistas
de Hip-Hop, en realidad, son pocos los que sigo en su discografía, siento que en algún punto la mayoría se
estanca al no expandirse más allá del mundo musical que representan. Sin
embargo, respeto grandes referentes históricos del Hip-Hop que entregaron las
bases para que el género se constituya actualmente como un paladín dentro de la
industria. Uno de esos artistas que siento no se vendieron estrepitosamente
ante el comercio musical (por qué tampoco vivió tanto para llegar a ese lugar)
fue The Notorious Big quien con “Ready to die” y el póstumo “Life after death”
(1997) dio verdadera catedra de un flow bien gangsta.
Crhistopher Wallace, fue un
rapero estadounidense que revivió el estilo en la costa Oeste. De vida
pendenciera, se convirtió en vendedor de droga a las doce y dejó la escuela a
los dieciséis para dedicarse de lleno al tráfico. Biggie (como también era
conocido) se movía por las calles de Brooklyn como un tigre por la sabana
Africana. Problemas con la ley y otras pandillas lo obligo a retirarse de ese
mundo, momento en que se dedicó a pulir su verdadero talento: el rap, el
freestyle. Codeándose con jóvenes que se convertirían en futuros referentes de
las rimas, Biggie eventualmente se va imponiendo en la escena underground y ya
cuando publica en 1994 su debut, era una figura reputada en la zona.
“Ready to die” es considerada una
joya dentro del Hip-Hop y es comúnmente venerada como un referente para tantos
raperos y tantas raperas que sintieron una fascinación por las letras gangsta
de Notorius, quien tenía una facilidad innata para transmitir sin problemas ese
mundo lúgubre, marginal y asfixiante de los suburbios gringos. Pero el disco no
es sólo un manifestó político contestatario de Biggie, que inundaría de identidad
y estilo único al rap de los noventa. Es también una carta bibliográfica de
alguien que convive con la violencia, con el peligro y con la desesperanza a
diario. Notorious te lleva a través de sus letras a sentir ese mundo en primera
persona, con una desfachatez de la que nadie podía resistirse a admirar. Es
alguien a quien no le falta calle y tiene esa chispeza y habilidad para saber
retratarla.
Obviamente la calidad histórica
de este trabajo no sólo se sustenta en las maravillosas letras de Biggie, el
sonido es sumamente importante para levantar y retratar de forma consistente
ese ambiente. Una de las gracias más destacadas de este disco es su tremenda
producción de la que formo parte (futuras) figuras del hip hop como Sean Puffy,
Easy Mo Bee, Chucky Thompson, DJ Premier
y Lord Finesse, entre otros. Lo que posibilitó que cada canción nos sumergiese
en una marcada atmosfera donde la noche, los suburbios, los guetos barriales se
hacían materia, licuadas siempre por el sonido del rap. Esos elementos hacen
que “Ready to Die” sin ser un disco conceptual, se convirtiese en una
experiencia casi cinematográfica, ya que cada canción podría formar parte de la
banda sonora de una película sobre crimen y violencia en los barrios bajos.
Desde esa sublime INTRO, totalmente cinematográfica, en donde se da cuenta del
nacimiento de Biggie, los problemas familiares, su posterior desarrollo como
delincuente y finalmente su salida de la cárcel anunciando que “tiene grandes
planes para el futuro” son una forma magistral de presentarte un personaje y de
condensar la esencia de un disco de estas características. La producción también
se repite en el trabajo de algunos clips de audio insertos en el tracklist a
modo de interludios - como la rabiosa “Fuck Me” que narra simplemente un
encuentro sexual furtivo – así como también otros insertos a modo de
introducción (Suicidal thoughts, One more chance) o conclusión de las canciones
(Warning, Respect que termina con una felación cien por ciento real). Esto dota
al disco de cierto recurso dramático a las canciones, atravesada siempre por
una línea biográfica de nuestro rapero gordo favorito, desde su nacimiento
hasta su metafórico suicidio en la tétrica Suicidal thoughts.
Una fusión de formas
Algunxs especialistas pueden
observar en esta obra una fusión de dos estilos, la cual no vino de casualidad.
Originalmente Notorious había comenzado a trabajar en el pequeño sello
discográfico de Uptown records. Biggie venía de presentarse con algunos remix y
canciones que habían hecho su estreno en algunos compilados. Para su primer
trabajo, como suelen hacerlo, la mayoría de sus colegas, Biggie echa mano a
letras autobiográficas, llena de violencia callejera y mensajes de
persistencia. Todo esto bajo la producción de un inspirado Easy Mo Bee que
venía de trabajar en un proyecto en conjunto con Miles Davis (un factor
importante, según la prensa, para el sonido final del disco) los temas más
gangsta tienen lugar aquí: ‘Everyday Struggle’, ‘Gimme the lot’,
‘Unbelievable’, ‘Warning’ y “Who shot ya” (para algunos, una referencia directa
a la muerte de 2pac, una de sus competencias directas desde la costa Este) Canciones
en las que el flow de Notorious se arrastra y seduce con efectividad.
Pero el disco propone otras
canciones de carácter más pop y lúdicas. Esto se debe a un cambio de sello
discográfico. Wallace abandona el proyecto inicialmente por motivos de lealtad después
de que despidieran a su amigo Sean Puff Daddy del sello. Biggie volvió a
dedicarse a los actos ilícitos, tuvo una hija, fue encarcelado y su destino
como estrella de rap se veía lejana. Eso hasta que Puff fundó el sello Bad Boy
Records y ayudó a Notorious a seguir con
el proyecto que había dejado parado. Este segundo aire dota al disco de
canciones un poco menos asfixiantes, de la mano más popera de Puff Daddy
encontramos canciones como “Juicy”; “One More chance” y “Big Poppa” en donde el
coro femenino entra de manera orgánica y hasta sensual en un delirio narrativo
de balas, marihuana y dinero. Aunque lejos de querer aceptar una etiqueta easy
listening, Notorious en estas canciones da rienda suelta a una fluida
improvisación con versos contradictorios, emotivos y sobre todo inspirados. Es
el zenit de un rapero, “Ready to die” es una obra magnánima, llena de samples inteligentes y efectivos
para acompañar las liricas en melodías sugestivas como en "Juicy
Fruit" de Mtume en “Juicy”, "Between the Sheets" de los Isley
Brothers para “Big Poppa” o "Lonely Fire" de Miles Davis en “Suicidal
Thoughts”
El carácter casi profético de los
títulos de éste y su segundo disco, han convertido la gran figura de Biggie en
un mito y es que el hombre logró plasmar para su legado dos obras legendarias y
que siguen funcionando como influencia
paradigmática para el mundo del rap hasta el día de hoy.-
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