lunes, 11 de julio de 2016

Series para ver, volver a ver y pensárselo mejor antes de ver: Rick and Morty



Cuando la animación juvenil y “adulta” (esas comillas comienzan a cobrar mucha relevancia en estos tiempos) parecía no dar mucho que hablar, el 2013 llega esta serie que con cierta timidez fue de menos a más logrando que su tercera temporada sea un evento realmente esperado. Revisemos por qué Rick and Morty han conseguido en tan poco tiempo el beneplácito de la crítica y el público en un campo siempre tan demandante y sobre todo desechable como es el de la animación.

Para los gringos el sentido de comedia familiar es un baluarte cultural y jugarlo siempre es una carta segura…o destructiva, ahí tenemos tantos ejemplos ya sea en animación o live action que no han acabado bien (No saben lo que me duele el enterarme que la quinta temporada de Bob`s burguer fue ASÍ de mala) por lo que pasarán millones de años antes que el concepto se abandone, la gracia obviamente es saber contar lo mismo de un modo atractivo y ahí es donde las capacidades de Justin Roiland y Dan Harmond dieron su punto. “Rick and Morty” antes que todo es una comedia familiar que nos presenta los clásicos dramas que la clase media estadounidense tiene que soportar, hijas adolescentes que buscan su identidad dentro del mundo, chavales pubertos obsesionados con el sexo, matrimonios fallidos envueltos en un terrible circulo vicioso, estupidez social y el mal del alcoholismo y la violencia operando casi de fondo en un barrio que parece el sueño de la clase media. Ahora le agregamos a todo esto el toque surrealista de ciencia ficción y tenemos carta blanca para explotar estos temas de la manera más insospechada. Y ahí está el secreto, en Rick and Morty cada capítulo comienza sutilmente muy alejado de su conflicto central y aun así termina conectando de una manera temática adecuada que hace que todo tenga sentido.

                                         Hasta los Simpsons tomaron un poco de Rick and Morty     

Dame un poco de Futurama y un poco de Gravity Falls… 




Rick Sánchez es un científico desquiciado que ha viajado por un montón de dimensiones a lo largo de su vida y no parece ir con los antecedentes penales muy limpios, un día sin más se aparece en la casa de la familia de su hija Beth para vivir con ellos, no les esconde su ingenio porque básicamente no le importa lo que piensen de él. Rick es un bribón, un buscavidas cuyo código moral muchas veces resulta dudoso, su perturbada mente lo ha hecho por lo demás un alcohólico, drogadicto y frenético narcisista con inclinaciones a la misantropía, como si se tratase de la versión hardcore del tío Stan de Gravity Falls. Sin embargo, al avanzar la serie, este cliché se vuelve menos caricaturesco y realmente se abre a una complejidad impensada que logra dar sentido a sus motivaciones, además de tender siempre un manto de duda sobre la verdadera naturaleza de sus acciones, si son mero egoísmo, buscan un fin mayor o realmente lo hace por el bien de su familia. El otro eslabón de la serie es Rick, un muchacho de catorce años, bastante débil de carácter que es fácilmente influenciable por su abuelo y que medio engañado siempre termina acompañándolo en las misiones más locas por el espacio (notese la influencia de la pareja de Doc y Marty de la saga “Volver al futuro” en la mente de Roiland), Rick también va desarrollándose consistentemente a lo largo de la serie, dando cuenta de una evolución tanto mental como psicológica poco usual para un personaje de comedia. El resto del elenco lo compone la familia Smith Sanchéz quienes suelen darle vida a las historias secundarias de cada episodio y aunque no se les brinda el mismo desarrollo que los principales son genuinamente expresivos y dan en más de una ocasión la nota alta, destacando principalmente al fracasado Jerry Smith, el torpe padre de familia quien alejado de la superioridad mental de su suegro intenta imponer respeto perdiéndolo a cada capítulo de un modo desastroso, pero hilarante.


Las aventuras especiales-dimensionales recuerdan mucho el fragor de Futurama, en donde el universo se presenta siempre caótico, nihilista y donde cada escenario es el ideal para generar parodias, sátiras y referencias a la cultura popular o a la sociedad, veremos de esta forma un planeta en donde todos los habitantes son buenos, pero una noche cada año se matan y violan como modo de purgar todos deseos reprimidos, en otra historia descubriremos que Rick hace funcionar el motor de su nave espacial mediante la energía que le produce un micro universo que ha evolucionado a tal nivel que ya no necesita producir nueva energía ya que éste ha creado su propio mini-mini universo…Veremos un televisor interdimensional que produce parodias de programas locales, veremos la historia de una entidad espacial que absorbe la mente de los habitantes de un planeta hasta hacerse con el control de todos y que fue novia de Rick en el pasado, veremos parásitos mentales que se albergan en los recuerdos de las personas trastocándolos hasta el punto de hacerles creer cosas que nunca pasaron….Y así, las aventuras son tan diversas y extrañas como nos podemos imaginar teniendo un delgado, pero firme hilo de continuidad que hace que esta serie no sea un conjunto de situaciones cómicas por más que se le parezca, por lo demás el humor es mucho más absurdo y referencial por lo que no lo considero del todo su fuerte, sino  lo excelentemente articuladas que están las historias en su desarrollo, tanto en los capítulos como a lo largo de la serie. Por otro lado lejos del humor paródico, referencial y grotesco que la serie expone el toque sutil de existencialismo llevado a cabo por el personaje de Rick quien ha visto tanto en su vida como para importarle una mierda todo y aún así aboga por la vida de su nieto ya sea por interés personal o cariño es un elemento que no se ve ni forzado, ni moralista dentro del contexto de cada episodio si no es más bien es sutil y genera con adecuada certeza esa sensación de que al final la tierra es un punto más en el espacio, y una pequeña raya dentro de las dimensiones, esto se amplifica y complejiza enormemente al final de la segunda temporada, pero tranquilos, no daré SPOILERS. Ah y por si fuera poco la serie igual guarda su lugar para momentos tiernos y cuasi románticos.

 

Técnicamente, a pesar de que a primera vista el dibujo parezca simplón y los colores lo hagan ver como algo más del montón, la serie cuenta con un gran nivel de animación, lo que le ha valido varios elogios, permitiendo que la fluidez y estética gane expresividad al avance de episodios.



Rick and Morty fue como esa pequeña locomotora que pudo, de menos a más, logró en pocos años concentrar una base sólida de seguidores al mismo nivel que Gravity Falls, aunque con un cierto merito extra ya que estamos hablando de una serie orientada a un público más “exigente” (a pesar de que generalmente las series animadas con contenido adulto sólo abundan en chistes sobre sexo y drogas) Esperemos que pronto llegue la tercera temporada y no haga más que superar la valla que ya ha saltado estos últimos años en cuanto a su calidad.-

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