Para nadie es un secreto. Chile ya
lleva varios días en estado de sitio, los militares están en las calles
reprimiendo (y hasta asesinando) a lxs manifestantes, que cansadxs de un
sistema que constantemente les ha traicionado y puesto la soga al cuello, se
han revelado con violencia. Subversión sin referente político alguno, sin
partidos orquestando nada, un espontaneo estallido social que concluye en cómo
la bota del Poder intenta aplastar las voces de miles de hormigas que se han
levantado con todo. No es la primera vez que pasa en Chile, yo viví en carne
propia los brotes revolucionarios de lxs estudiantes en 2006 y 2011, momentos
que marcaron a una generación, pero que también mostraron la fría cara de la
indiferencia social, aunque luchemos este sistema no cambiará, esa parecía ser
la enseñanza que quedó después de aquellas protestas. Actualmente con la
situación que atraviesa el país, realmente no sé si algo cambiará estructuralmente,
o acaso después de un par de días de desmanes la cosa volverá al status quo de
siempre. Se me cruzan muchos sentimientos mientras veo la obra revolucionaria
que (nuevamente) encabezaron lxs jóvenes, lxs estudiantes, que decidieron decir
NO a un alza de los pasajes del metro. Sin embargo, ese No a la alza de las
tarifas, es solo la punta del iceberg de una seguidilla de problemas y
desigualdades sociales que el país latinoamericano ha venido arrastrando desde
el segundo periodo de la dictadura de Pinochet. Hoy el aire de subversión
mantiene caliente los corazones de millones. Si el Poder no escuchó las
peticiones formales, ahora se viene el estallido….Y como dijo la gran Emma
Goldman “Si no puedo bailar no es mi revolución” tenemos que ponerle ritmo y
música a esto y acá van algunos temas para salir a dejar la cagá, en Chile y el
mundo. Aguante Ecuador, y la Barcelona Antifascista y Argentina ¡ya despierta!
como tantas otras veces lo hiciste. Y por supuesto #Piñerarenuncia