sábado, 21 de diciembre de 2019

100 Discos para mis treinta: #83 Blink 182 – Blink 182 (2003) y #82 Javiera Mena - Esquemas Juveniles (2006)





La adolescencia es una etapa que puede ser maravillosa o terrible. Al final es el punto de la vida donde unx se da cuenta para qué lado atornillas ¿te conformas o no?, ¿Eres un freak o un perfecto adaptado?, ¿Popular o anormal? Esas distinciones no son más que una mierda que recuerdan lo perverso que es el miedo a ser diferente. La adolescencia debería ser la etapa de descubrir y no de alienarse, de potenciarse y no de limitarse, en definitiva de gritar y no de reírse de quien lo hace. Dos discos demasiado adolescentes, pero diferentes en estilos se quedan en el borde del top 80.


Cuando la adolescencia ya no es un chiste 




Cuando niño amaba ver MTV, porque la rotación de videos no se basaba únicamente en un estilo de música, o tal vez sí, pero por esos años aún se programaban muchas bandas de rock y una de mis favoritas era Blink 182. Me encantaba su música, sus videos y su look. Además, ellos me caían bien, eran como buenos chatos, chistosos, irónicos, payasos, tipos con los que te gustaría salir de parranda, pero evidentemente Blink 182 no podían quedarse estancados en esa etapa de inmadurez que tan bien les sentó en un momento de su carrera.

Cuando yo tenía 13 o 14 años apareció el disco homónimo de los californianos. Por esa época yo empezaba a interesarme más en la literatura existencialista, la música un poco más oscura o de estética oscura, los animes y películas bizarras, era evidente que Blink 182 con su estupideces dignas de películas tipo American Pie, o su onda de skater ya no me identificaba, en algún punto pasaban a ser los tipos cool y a mí no me interesaba ser cool, no me interesaba adaptarme, es decir, para esas alturas Blink 182 era la banda sonora de cualquier niño pijo que se las daba de bacan. Pero entonces, anticipando un poco la invasión comercial del Emo-pop, aparece un disco inusual para la carrera del grupo. Un disco muy diferente a todo lo que habían hecho y lo que hicieron. Una piedra angular en su carrera, un momento de profunda lucidez donde comprendieron que ya no podían seguir tomándose como un chiste.

En realidad los guiños son sutiles, desde el genial Take Off Your Pants And Jacket algunas canciones de la banda como “Story Of A Lonely Guy”, “Reckless Abandon” o la emblemática “Stay Together For The Kids” ya daban cuenta de una evolución conceptual en sus letras, en donde se atrevían a  tocar temáticas que nada tenían que ver con pelotudeces irrisorias. Luego aparecería el proyecto de Tom Delong y Travis Baker llamado Box Car Racer que pretendía reflejar inquietudes más maduras con el fin de que en Blink siga primando la buena onda, pero al parecer Mark Hoppus no estaba de acuerdo con que Tom y Travis dividieran su tiempo en un proyecto con ínfulas de ser más reflexivo y de esta forma el nuevo disco de Blink tomo un enfoque mucho más maduro, lo que en cierta medida se podía traducir como algo un poco anti comercial, aunque nunca fue tan así.


Quizás lo que nadie se esperaba es que esta faceta traería también un sonido mucho más oscuro, rasposo y profundamente alternativo. Fue el gran salto de la banda, junto con el productor Jerry Flinn consiguieron realizar un trabajo que ponía un punto y aparte en su carrera, la pretensión de titular el disco de forma homónima justamente era porque se suponía que de aquí en adelante la banda comenzaba una nueva etapa, y vaya que en un principio se tomaron muy en serio esa consigna, realizando arreglos mucho más Hardcore a sus antiguas canciones y preponderando siempre las canciones del nuevo disco a la hora de sus presentaciones en vivo. Lamentablemente esta nueva etapa parece que termino por joder la convivencia de la banda que se separó en 2005 y bueno la historia que viene después ya la sabemos.

Este disco me encanta porque cuando salió yo no lo pesque, es más, sentía que era un inútil esfuerzo del grupo por querer parecer maduros, un esfuerzo casi desesperado, se notaba en los videoclips que lanzaron para promocionar sus singles, ya no eran los Blink graciosos de mi infancia, eran tres tipos que empezaban a verse adultos y aburridos. Varios años después le una oportunidad y quede muy sorprendido, gratamente sorprendido.

“Feeling this” puede ser un corte predecible y que siga con la línea de los discos anteriores salvo por el detalle de las baterías, Travis comienza a implementar la batería programada con gran éxito y soltura. El batatazo llega con “Obvious” un track bastante hardcore, con una tonada oscura que recuerda la experiencia que Delong tuvo en Box Car Raicer, sólo que mucho menos melancólica y más rabiosa. Misma rabia que se repetiría en la excelente “Stockolme Syndorme” una de las mejores canciones que Blink haya firmado, completamente punki, completamente descontrolada y completamente desoladora, el que sea precedida por una intro de una mujer recitando una carta de amor a un soldado de guerra, hace que la canción tenga un tono mucho más dramático.


No me olvido de la excelente “I miss you” una verdadera carta de amor al post punk, de hecho a tal punto llega esa influencia estilística y logra combinarse tan bien con los rasgos sonoros de Blink 182 que consigue levantar con éxito otras canciones de la misma raigambre como la sideral “Asthenia” o la bailable “Always”, pero quizás el mejor ejemplo de lo bien llevado que resulto esta mezcla de estilos fue en “All of this” una de las canciones más oscuras de la banda que tiene la venía de Robert Smith quien comparte las voces y consigue infundirle un tono de ternura inusual a una tonada lúgubre y bastante gótica. 



El disco incluso se permite experimentar con bases rítmicas como la entretenida “Violence” donde Travis consigue darle un aire ecléctico a una canción que bien podría ser bastante repetitiva o la urbana “Down” que tiene esos toques de batería hip hopera que luego se expande en el extraño “The fallen interlude”. Es bastante obvio que a este punto Travis ya estaba más orientado a seguir explorando los sonidos del Drum & Bass y el hip hop, así como a Tom le llamaba mucho más la atención los sonidos lisérgicos. Desde ese lado Mark explora un punk pop bastante rabioso, que se aleja mucho de las canciones más amistosas y juguetonas de antaño. Se trata de un punk pop vibrante, poderoso, rápido y con letras llenas de frustración en canciones como “Go”, “Easy Target” o mi favorita “Here´s your letter”, lamentablemente la banda en sus delirios de grandeza pensaron que hacer una canción de toque barroco como “I´m lost without you” sería perfecta para cerrar tan interesante obra, craso error, se trata de una canción letárgica, sin gracia y demasiado ajena a la sensibilidad del grupo, mucho mejor hubiese sido desecharla y poner en su lugar a la grandiosa “Not now”, un descarte que luego fue incluido en algunas versiones Inglesas y posteriormente en el grandes éxitos, se trata de una semi balada que cautiva por su fuerza, energía, epicidad y que de alguna manera pone un buen punto final no sólo al disco (si hubiese sido la canción con la que lo hubiesen cerrado) si no a lo que la banda había representado hasta ese momento: La juventud de tantos y tantas.-




Adolescencia a la vanguardia





Con Javiera Mena me pasa algo distinto. Recuerdo haber visto un poster de ella por mi ciudad el año 2006, cuando aún la Mena no era ni la mitad de lo que es hoy en día. En el poster aparecía ella sosteniendo su teclado, no llamó mucho la atención, por ese tiempo estaba loco con el metal y la música “rara” por lo que algo de electro/pop estaba fuera de mi radar y desestimé el potencial músical de esta escondida promesa del pop Chileno. Años después me daría de bruces con quién era realmente Javiera Mena.

Si la hubiese tomado en cuenta en ese momento quizás no hubiese conseguido conectar a nivel melódico con su propuesta, pero años después, al escuchar sus letras, no pude si no darme cuenta de lo mucho que me había perdido. Era un disco increíblemente pulcro, redondos y entrañables del pop local. Absorbiendo las raíces del “Corazones” de Jorge González, pero también de ese aire un poco más subversivo que proponía Carlos Cabezas y sus Electrodomésticos.



Cuando empecé a escuchar a Mena yo ya no era un adolescente, pero aún así sus letras entraban desentrañando una especie de rincón adolescente que nunca me di el permiso de explotar en su debido tiempo. No me tardé en distinguir que mi favorito dentro de la discografía de la chica de otra era, tenía que ser su debut, un disco que se aleja un poco de los sintetizadores y las texturas electrónicas absorbentes que la Javi explotaría con mayor maestría a futuro, sin embargo, este disco es mi favorito porque mantiene ese aire problemático, asfixiante y marginal que significa la adolescencia, lo retrata con ternura, con compañerismo, desde un lugar sincero y totalmente directo. Y aún así, sigue siendo un disco que sin lograr nada increíble, parecía estar muy a la vanguardia de su tiempo, en donde el emo y la sobre producción abundaban en el mercado del pop.

Bajo la exquisita producción de Cristian Heyne (encargado de aquellos súper grupo noventeros de culto, Los Christianes y Shogun) Javiera, equipada con su programa Fruity loop y el apoyo de colegas que le daban cabida en ciertos espacios reducidos e independientes, saco adelante un disco que pronto se volvería la apertura definitiva para el azote que el indie chileno llevaría a cabo un par de años después. Es pos eso el valor vanguardista de un disco, cuyo sonido en su momento parecía ajeno a toda moda.



“Yo era inteligente pero desde el lado más artístico”, dijo una vez en televisión. En su etapa escolar, no soportaba la rigidez del colegio de monjas en el que estudiaba y se esforzó por obtener mejores notas para que sus padres la cambiaran de escuela, pese a considerarse “del montón”. Javiera quería experimentar otro tipo de enseñanza y evadir “la cosa un poco nazi” de ese método educacional. Muy pronto encontraría en sus primeras canciones una especie de refugio y la manera de entender y describir el mundo, de ahí nace la tonada rítmica y adictiva de “Al siguiente nivel” donde Mena expresa con convicción de que su generación creara la ruptura con respecto a la conformidad en la que ya se habían estancado otras. No estaba tan alejada de sus ideas, aunque tal vez no era exactamente su generación, si no la siguiente, que es la que elevaría su música por los cielos.

La reflexión y la nostalgia de “Esquemas juveniles” (también conocido como "Al unisono") el tema que le da el nombre al disco, nos sumerge en una dramática tonada claustrofóbica, pero con un halo de luz esperanzador, sin duda una balada hermosa y completamente disidente en su letra, que seguramente le dio confianza a muchas chicas para asumir un posible lesbianismo, algo que Mena ha abanderado con orgullo. Mención aparte decir que la melodía de piano a lo Burt Bacharach fue usada por la Radio Chilena FM 2 como cortina para sus tandas comerciales, un guiño curioso que jamás olvidaré ya que escuchar aquella intro y descubrir años después que se trataba de un tema de la Mena fue grandioso.

El sonido minimalista siempre fue algo que Mena buscó para su debut, pasó por el formato de banda de rock, algo que le llamaba mucho la atención en ese momento, pero siempre se inclinó por la balada más introspectiva que le permitía por un lado, cantar sobre temas más íntimos y al mismo tiempo darle preponderancia a los teclados y las bases más electrónicas. Es así como un tema “Como siempre soñé” tiene ese toque house que lo hace tan acogedor. Pero el dramatismo se abre con fuerza con la gigante “Sol de invierno” en conjunto a su amigo Gepe, Mena interpreta una balada en donde aparentemente se pone en la piel de una adolescente que está decidiendo abortar y se despide mentalmente de su no nato.



A pesar del sonido electrónico, es indudable que hay una línea de folclore bastante inusual que Javiera fue transformando luego en su estilo mas pop. Esa cosecha de folclore se puede apreciar en el disco recopilatorio “Primeras composiciones 2000-2003” (2012), disco que reúne la mayoría de las canciones que Javiera compuso en la previa de Esquemas juveniles. De Este modo, con la influencia presente de Violeta Parra (otra disruptiva de la música local) Javiera transformó su folclor en un estilo más sideral, profundo e intimista, Algo que se percibe muy bien en la mágica “Cámara lenta” uno de los temas más logrados del disco.



A sus 23 años, con una seguridad inaudita en cuanto a su sonido, con una idea bastante madura de lo que quería transmitir y habiendo transitado junto con futuros exponentes el indie, Javiera logró despachar un disco talentoso y portador de un grito adolescente muchas veces amordazado que curiosamente conectaba con el tremolo candente de la banda Carpenters , eso al menos se siente en canciones circulares como “Casan” o “Esta en tus manos” donde predomina la ternura del teclado casiotone que fue la principal espada de Mena en aquellos primeros años. Para bailar, como pequeñas pistas del camino que la Mena tomaría están, además del mencionado y anfetaminico “Al siguiente nivel” la grandiosa “Cuando hablamos” (con una intro que recuerda mucho a Erasure” que de alguna manera preludia la locura por el beat del regeatone. Y también vale mencionar el maravilloso cover a Daniela Romo “Yo no te pido la luna” primer indicio en donde Javiera convierte un tema nostálgico en una tonada kitsh y completamente gay, quizás un tema muy alejado del tenor general del disco, pero imposible de resistir su escucha. Finalmente la grandilocuente “Perlas” viene a culminar un viaje adolescente que conecta abiertamente con la comunidad LGTBQI+, con la asfixia adolecente y por sobre todo con la esperanza de una vida mejor. Javiera con su tono introspectivo y dramática 8que no abandonado, pese a lo cada vez más pop de su propuesta musical) se despachó un disco valiente, adelantado a su momento, pero sobre todo muy personal.- 

No hay comentarios:

Publicar un comentario