miércoles, 9 de noviembre de 2016

Mundo enfermo y triste…Gano Trump




Así es amiguitos, ganó Trump, el payaso que prometió construir un muro en la frontera que divide EE.UU y México para evitar que llegasen más inmigrantes a su país, el mismo que se ha burlado de las mujeres abiertamente en sus discursos, ha denostado los derechos de la comunidad LGBT y ha asegurado perseguir a todos los ciudadanos musulmanes además de negarles refugio tanto a ellos como a los exiliados sirios. El personaje del año se podría decir, el más buscado en google al menos. Donald contra todo pronóstico ganó el sillón presidencial más estrafalario de este rinconcito del continente, aunque decir contra todo pronóstico es engañoso, porque tal como pasó con las encuestas que marcaban una tendencia en contra del Brexit en reino unido o el Sí a la paz en Colombia, los resultados dijeron otra cosa. Si las metodologías estadísticas no están respondiendo es por qué tal vez se está queriendo ocultar una realidad más compleja que no admite medias tintas y se promueve una cierta miopía con estos sondeos. 

EE.UU es uno de los países más ignorantes dentro del rango de las potencias mundiales, es un país fuertemente racista (no olvidemos los disturbios de principios de año con gran parte de la sociedad afroamericana) además de tener la mayor tasa de mortandad a causa de la tenencia libre de armas. Básicamente lo que dice la masa poblacional reflejado en los estudios sociales resulta muy coherente con el hecho de que se amparen ante una figura irascible como Trump, que además llegó a la victoria saltándose todos los pasos de lo políticamente correcto que un manual de campaña electoral recomienda hacer. ¿Entonces estamos ante una victoria anunciada?  ¿El fascismo de Trump podrá llevarnos a la discordia social? ¿En qué afecta esto a Boca? Veamos, veamos…




¡Fuera la estabilidad!

Cuando comenzaba a sonar segura la victoria de Trump sobre Clinton la bolsa de valores empezó a caer, el peso mexicano fue el primero en desplomarse y así siguieron la tendencia los mercados Asiáticos, Europeos y por supuesto los gringos, la única plaza que se mantuvo estable fue la rusa, la bolsa de Moscú y el gobierno del Kremlin parecen optimistas con la irrupción de este personaje al poder ya que contra todo antecedente esto podría desembarcar mejores relaciones entre ambas naciones, de hecho Trump ha pronunciado su admiración por Putin (Los Simpson parodiaron esto) aunque siempre marcando cierta ambigüedad. Este gesto bursátil vaticina lo que le espera a Estados Unidos y al mundo, atrás toda estabilidad, toda la tierra firme que Hillary Clinton y su equipo proponían se fue al carajo y ahora realmente nadie sabe qué va a pasar, tanto es así que muchos incluso están conformes con este resultado ya que auguran que será propicio para generar nuevas y verdaderas fuerzas políticas que direccionen las preocupaciones de los sectores más golpeados con lo que se viene. Y es que este triunfo refleja una cosa clara al menos, la clase popular ya no quiere saber nada del mismo sistema letárgico y anquilosado que especímenes políticos como Clintón marcaban, es cierto, ella y su equipo venían con un aire de estabilidad, sus ofertas eran claras, consistentes, pero al fin y al cabo más de lo mismo, no fue suficiente para que la gente se tragara el discurso conciliador y ante esto la prensa liberal intentó ocultar esta molestia y decidieron calificar a Clinton como un mal menor. Incluso muchos analistas la propusieron como un verdadero demonio capaz de hacer estallar la tercera guerra mundial, entre ellos el destacado filosofo Žižek e incluso Rafael Correa la consideró mucho más nociva que a Trump en asuntos de política internacional. Bueno está claro que EE.UU bajo todos sus mandatos han tenido una fascinación por moldear el mundo a su antojo y profundizar su modelo en todos lados, algo que extrañamente Trump no comparte tanto ya que no es un ideólogo, es un empresario y como tal sus políticas versan más sobre el orden interno que externo, quizás por eso ganó una gran parte de electores que no respondían a la caricatura xenofóbica que se impuso en los medio.  



Lo interesante de analizar es que el discurso de Trump nació de la nada (por supuesto, la construcción de su personaje mediático es algo distinto y digno de analisar en otro momento) o más bien no tiene una estrategia política fundada sino más bien son puras diatribas de odio hacía el sistema político actual sólo que instrumentalizado para una campaña y no para una lucha social. Parece que sólo se trataba de un tipo que estaba en el lugar correcto y en el momento adecuado, vamos, cuando todo comenzó parecía un chiste su irrupción en la carrera, nadie se lo tomaba en serio, nos reíamos de sus intervenciones porque decía tonterías (el chiste de que cada idiotez que decía lo hacía más popular dejo de ser divertido hace un par de meses), pero nadie se imaginó que esas idioteces  sí terminaban siendo recepcionadas por una comunidad que aparentemente estaba cabreada de las políticas liberales que daban cierta garantía al negro, al homosexual, a la mujer, al inmigrante. Hay que ser claros igual, el grueso que apoyaba a Trump consistía en el anglosajón heteronormado de clase baja y media que según Chomsky: “Se sienten aislados, desamparados y víctimas de fuerzas más poderosas, a las que no entienden ni pueden influenciar" ósea para este cumulo de personas adormilados en la realidad de un neoliberalismo voraz, la única opción plausible (en vez de generar manifestaciones, luchas sindicales o gremiales que al parecer no producían nada y se consideraba un extremismo insulso) era detonar la estabilidad política construida desde hace ya más de una década. Trump los representa de alguna forma, pero no se trata de un cuerpo político cohesionado, si no de personas que han visto como el Ocuppy Wallstreet o los movimientos sociales contraculturales se han quedado en el borde, gente que al mismo tiempo siente miedo ante un enemigo externo, esto gracias al bombardeo noticioso de extrema derecha que siempre hace su trabajo tan hábilmente. La gente tenía miedo de ese otro, de ese ser diferente que le puede arrebatar todo, la ilusión de un enemigo externo - la misma estrategia que ocupo Hitler - pero también estaban cansados de la decepción por los movimientos sociales, que sumado a la cuota indicada de ignorancia y violencia propia de una sociedad tan aletargada como Estados Unidos propicio que las palabras derechistas, xenófobas, incoherentes y soeces de Trump se encauzaran en la mente del norteamericano promedio, apoyando ciegamente una figura cuyo capital político era igual a cero, sin embargo, el espectro es más complejo, tanto así que incluso se crearon grupos híbridos bastante curiosos como negros o latinos apoyándolo.

Dicen que para el mundo lo mejor es que haya salido Trump, pero para EE.UU....

Trump es imprevisible, de aquí en más no se sabe qué locuras hará, recordemos que además los republicanos ganaron la mayoría de escaños en el senado, es decir el país está a merced de la derecha, pero Trump es otra cosa, ni su propio partido lo respalda del todo, figuras emblemáticas como Bush hijo (puaj que asco) no lo consideran el adecuado, en el fondo hay dos caminos para Trump o se vuelve un monigote de un poder republicano que se oculta tras las sombras (Rudolph Guliani, seguramente) haciéndolo tomar decisiones medianamente normales para la naturaleza política republicana gringa o simplemente hace lo que quiere y ante eso no hay estabilidad alguna. Simplemente podemos esperar cualquier cosa, desde una reactivación económica esplendorosa hasta el peor debacle que el país puede vivir, y es que con Trump, tal cual su personalidad, no hay puntos medios, con él no existe el consenso que Gramsci veía como necesario para que la sociedad le permitiese a la clase hegemónica mandar, ya que no tiene legitimidad, sólo respaldo propiciado por el odio a un otro y también a una elite. Si Trump va estar realmente al mando la cosa será un todo o nada, un experimento a fin de cuentas.
 

El rock muere, el mundo se derechiza

2016. Descripción gráfica
Este año muchas figuras del rock han muerto por enfermedades mortales o de viejos simplemente, ese estallido de rebeldía roquera que se impuso como una voz de rebelión durante los 60 y 70 ya ha muerto o se ha trastocado totalmente. Así tal cual como se apaga la llama del rock, los movimientos sociales y la contracultura parecen llevar a nada o al menos esa es la sensación que queda ante un año tan regresivo en cuanto al cambio político, todas las decisiones democráticas que se han tomado han llevado a la opción que aboga por lo más cerrado, lo más proteccionista y lo menos empoderado para el pueblo, Trump dio rienda suelta a que su figura comiencea replicarse con fuerza en otros lados, su mensaje simplón de rabia contra otro, sumado al caudillismo imberbe y aprovechado al castigo ciudadano a las ilusiones incumplidas de una izquierda apotingada en el poder y que parece olvidar sus causas primigenias…Todos los factores determinan un giro a la derecha más recalcitrante, pero cabe destacar que siempre las conquistas ciudadanos se consiguen desde la lucha social, desde la disidencia y la resistencia. No existe mundo ideal ni gobierno perfecto, sólo existe manipulación mediática, coerción brutal y desinformación sistemática. El poder político, por lo demás, sabemos que está amarrado a las decisiones del banco mundial o el FMI, del dios dinero básicamente, el problema es que la llama de xenofobia y odio que Trump (y la derecha en general) implantó en el ciudadano crece sin límites ni razón, el daño está hecho. Bueno, el cauce y ciclo natural de las cosas nos indicaría que en diez años más lentamente la izquierda y el pensamiento más liberal volverá a tomar las riendas del mundo, pero lo ideal sería construir una verdadera alternativa que nos separé de este binomio orquestado por los poderosos, tal vez la lectura adecuada y consciente de estas experiencias sea el punto para hacerlo. Por mientras veamos virales que es mejor siempre reír que llorar. Y disculpen lo banal y lastimero de la conclusión.-






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