lunes, 29 de enero de 2018

Series para ver, volver a ver y pensárselo mejor antes de ver: Sakura Card Captors – Clear Card





Volvió una de las Magic Girls más aclamadas por los otakus del mundo. El anime de Sakura, a diferencia de otros productos de las CLAMP, le sentó muy bien el paso de los años al punto que las aventuras de la pequeña Kinomoto, que vieron la luz en 1998, hoy en día siguen pareciéndonos frescas e interesantes, a pesar de toda el agua bajo el puente que ha pasado. Los rumores infundados por fans de una continuación directa de la historia (y no crossovers raros) no pararon desde prácticamente el 2002, por lo que las de CLAMP tenían una deuda con su fanaticada desde hace mucho tiempo (igualito que pasa con Ranma ½)   y el 2016  nos entregaron una nueva historia en formato  manga, pero hace poquito se ha estrenado la adaptación animada que ya va por su cuarto capítulo. ¿Es una digna continuación? Veamos. 

Un mundo demasiado KAWAI


Si nos remitimos a nuestra infancia noventera, recordaremos que los dos animes “para niñas” más queridos por todxs siempre fueron Sailor Moon y Sakura Card Captors, cada uno con sus respectivos sellos de identidad. Todas las demás series de aquel estilo que tuvieron alguna notoriedad por este lado del mundo fueron directa o indirectamente una copia de ambos animes. Pero mientras Sailor Moon fundía el romance en un escenario de constantes batallas repetitivas al estilo Power Ranger (es decir, en cada episodio aparecía un villano particular al que derrotar y luego la vida de las Saylor Scout seguía como si nada) en Sakura Card Captors se dibuja una evolución sintomática de su protagonista (y en última instancia, también de Syaron) de hecho, cada arco de la serie es prácticamente una etapa de madurez para Sakura Kinomoto, la demasiado e incansablemente encantadora protagonista de esta historia en que la magia convive con una realidad donde la maldad no se hace casi nunca presente. 

Si bien las aventuras tanto de la serie del noventa como de esta nueva temporada repiten un patrón específico que a simple vista puede resultar también repetitivo: Sakura vive su día normal- algo raro ocurre- Sakura se enfrenta al peligro- Sakura salva el día- adiós. A diferencia de tantas series del estilo Magic Girls, en este caso, la profundidad emocional de Sakura, el tono cándido en los diálogo de los personajes, el ritmo meloso de las escenas y sobre todo el manejo de una delgada, pero consistente línea de suspenso entre tanta gentileza hacen de esta serie una delicadeza, creo que verla incluso puede llegar a  provocar ASMR. 

Ese mundo tan Kawai que representa la serie, lleno de personajes con ojos muy redondos y brillantes, todos de personalidad demasiado transparente, diálogos amables, mejillas sonrojadas e ingenuidad a flor de piel, son la esencia de Sakura Card Captors. Desde el opening original en donde nos mostraban una niña con vestidos de muñequita hasta ahora en donde nos muestran una Sakura vestida como princesa, podemos notar ese aire de solemne fragilidad, de dulce delicadeza, un mundo demasiado rosa, lleno de sutileza y calidez.

Que Sakura pueda entenderse como un personaje muy poco feminista por algunas, es entendible, ya que se trata de una protagonista demasiado edulcorada, un prototipo de niña buena, que está preocupada de cocinarle a la persona que le gusta, en ser amable con todos, siempre linda y acomedida, en definitiva, siempre demasiado “correctamente femenina” al punto de llegar a ser buena con todos y no permitirse despliegues oscuros en su forma de ser, es en todo caso un arquetipo de personaje. Sakura  no muestra aspectos que no sean ingenuos o puros, es demasiado blanda y en los momentos de determinación siempre necesita la reafirmación de alguien más para tener confianza en si misa. Pero eso no la quita de su lugar de heroína, porque después de todo, muchos olvidan que Sakura es una niña de doce (o trece años, ya ni sé) por tanto alguien que esta madurando. La serie entiendo esto y lentamente nos muestra a una chica más empoderada, que no es ajena a los embates del embobamiento que produce el enamorarse (de alguien que convengamos es sin duda un príncipe). Es en ese aspecto en donde esta nueva temporada ha demostrado cierta firmeza, como siempre por medio de los detalles más escurridizos para el ojo flojo. 

Un anime no apto para diabeticos
Si bien es cierto, el personaje de Sakura puede resultar demasiado conciliador, feminizado desde un aspecto muy conveniente para una lógica heteropatriarcal, no hay que olvidar que  es un personaje en crecimiento, que por fuera de su actitud extremadamente amigable, está combatiendo constantes rencillas en su interior. A pesar de todo, considero que no deja de ser un personaje querible e interesante (por lo menos mucho más que otros personajes completamente aplanados en carácter) y en esta nueva temporada le han otorgado madurez, sabiduría y lógica en los momentos claves en que tiene que enfrentarse al peligro, mostrando su crecimiento. 

Por fuera de todo este mundo Kawai, que es la esencia de la serie (su música nostálgica, sus colores llamativos, su chistes elegantes), hay una trama de desarrollo personal que se va hilvanando de manera lenta, pero provechosa y es a la larga la trama que nos deja enganchado a todxs, sin desprestigiar esos momentos románticos que llegan a romper en ternura ya que se maneja más de un modo infantil que apasionado.

Una atracción que desborda lo sentimental


Pero bueno, mejor repasemos un poco de qué va todo este rollo de la nueva temporada llamada simplemente “Clear Cards”. Primero que todo, es necesario entender que esta nueva serie es una secuela directa del anime original. Esta nueva temporada continua un año después de los sucesos ocurridos en el último capítulo de la serie de los noventa, durante todo ese tiempo Sakura ha mantenido con Syaron una relación a la distancia, éste  le manda cartas desde Hong Kong y la llama de vez en cuando. En este nuevo año Sakura  asiste a la secundaria. Como se darán cuenta esta serie ignora los hechos ocurridos en la segunda película, que buscó en su momento darle un final que satisficiera a todxs los fans. En esta nueva historia, Syaron regresa a Tomoeda para quedarse para siempre a vivir allí. Sakura está feliz porque la persona que más quiere ha vuelto y podrán verse constantemente, pero cosas raras comienzan a pasar, sus cartas desaparecen y en su lugar se convierten en cartas transparentes, a esto se suma otro extraño suceso, Sakura obtiene de la nada una nueva llave para sellar nuevas cartas mágica que rondan por su entorno causando problemas, mientras una extraña figura la acecha en sus sueños. Para colmo todos sus cercanos parecen saber que algo feo pasará en algún momento, pero prefieren no contarle nada a Sakura.

En este nuevo escenario que la pequeña Sakura tiene que enfrentar, el misterio y la intriga se nos introducen con maestría y de manera bien prolongada, aunque sólo son un componente más dentro de un conjunto de escenas parsimoniosas e incluso relajantes. Hay que aplaudir la manera simple, pero enrollada que tienen las CLAMP para irnos metiendo sin darnos cuenta en un drama del que eventualmente sabremos cómo terminará, pero como dicen, lo qué importa en estas historias no es tanto el final, que se augura feliz para todos (a diferencia de otras series de CLAMP en donde los personajes les toca enfrentar trágicos destinos), sino más bien en el desarrollo. Pero siendo sinceros, hay que admitir que  el  gancho por el que todxs esperábamos esta nueva temporada de la serie, era más que nada ver cómo se desarrollaría la relación sentimental entre Sakura y Syaron.


Para decepción de muchxs, la relación de ambos es más bien idílica que concreta. La pantalla se llena de filtros, fondos florales y miradas de encantamiento cada vez que ambos personajes están juntos y comparten un nimio momento sentimental. Es una relación donde apenas hay abrazos y caricias, más emocionante y hasta excitante parece ser que Syaron se saque la chaqueta para proteger a Sakura de empaparse o que ésta se arme de valor para pedirle a Syaoran si le puede cocinar algo (¿será esto entendido como algo machista?) Convengamos que el cuidado que el estudio de animación MAD house (responsables de One Punch Man y Hunter X Hunter) le ha puesto a estas escenas es de sumo romanticismo a la vieja usanza. 

Como si fuesen trazos de un cuento de hadas, Sakura y Syaron respiran una atracción demasiado platónica, que brinda momentos genuinamente hermosos (para quienes conciban las historias de amor desde esa vereda tan cursi), pero que nos deja constantemente con la miel en la boca. Básicamente a todxs nos gustaría ver algo más, una muestra más allá de atracción, unas palabras de cariño, una cita entre ambos, un momento a sola más prolongado y tan siquiera un beso aunque sea fuera de campo. Pero no nos otorgan nada, la relación se mantiene en un idilio que no pasa de sonrojar los cachetes de Sakura. Sin embargo, tal como pasaba en la serie original, es imposible no resistirse a esta idea romántica encorazonada, tan vilmente ingenua y parsimoniosa. 

Y yo desearía que Dios estuviese vivo para ver esto
 
En todo caso, lo que nunca entenderé de la serie y del personaje de Sakura en concreto (aunque quizás tiene que ver con la idiosincrasia nipona) es que la manera de expresar el amor entre estos dos personajes, a pesar de todo lo ocurrido en sus vidas, es demasiado sonsa y formal. Si durante gran parte de la serie anterior vimos un Syaron que se sonrojaba cada vez que Sakura se le acercaba a hablarle, ahora vemos un Syaron intrigante, que esconde secretos y que parece tan sólo formar parte de un plan mayor, un personaje que no parece dar muchos guiños de ese infantil amor que propulsaba. Ahora es en cambio Sakura la que se estremece cada vez que piensa en fantasías románticas con Syaron. Creo que a los fans en general les gustaría ver como ambos personajes dan un paso más allá de la mera cordialidad romántica, o también lo interesante que sería ver cómo las emociones de ambos se remecen de alguna forma más allá de lo puramente platónico. Pero bueno, quizás sólo hay que darle tiempo a la serie.

Saura Card Captor: Clear Card, es una serie perfectamente elaborada para un público fiel a la franquicia. Llena de momentos que los seguidores agradecen ya que entrega detalles y pistas bastante sutiles de lo que es la historia y el universo de las cartas Clow. Esta temporada conserva la esencia de la serie original y me atrevería a decir que hasta mejora algunos aspectos de ella, en especial con respecto a la madurez emocional de Sakura. Eso es lo que otros revival como Dragon Ball Super, no han logrado del todo mantener, su esencia  original en su forma y color, pero incorporando elementos bastante llamativos como para decir “hey, aquí algo que no se exploró antes, que vale la pena mirar”. 
Hay un trabajo de guion bastante eficaz, con muy pocas inconsistencias con la historia original y para alegría (y quizás disgusto de fans hardcore) se respetan muchos aspectos del anime de los noventa (como la presencia de Meiling, que como sabrán no era canon en el manga) Creo que Sakura Card Captors, es una serie para amar, llena de alegría y emotividad. A veces ronda la mojigatería, y el carácter extremadamente cándido de todos sus personajes hace que cueste tomarse en serio el drama que se teje por debajo de cada capítulo, pero aun así la serie logra en cada emisión salir airosa y mantener cautivados a sus espectadores que pueden sentir volver a tocar su niñez de manera nostálgica, pero a la vez actual.-

Amor a la japonesa. Mucha mirada, mucha ternura, poca pasión.

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