jueves, 6 de junio de 2019

Series para ver, volver a ver y pensárselo mejor antes de ver: Chernobyl



Estoy completamente agripado mientras escribo estas líneas, tal vez no haya mejor manera de representar el estado agónico con que esta serie expone sin clemencia a sus personajes, que sintiendo los músculos entre cortados, un romadizo que no cesa, una garganta inflamada a más no poder y las ganas de que todo se vaya a la mierda. Sí, imaginen eso, pero a la décima ponencia, eso es Chernobyl.
  

Entre el morbo y la tragedia


Quizás fue una hábil estrategia de marketing, pero curiosamente desde que la última temporada de Game Of Thrones comenzó a ser vapuleada por hordas y hordas de fans indómitos del Internet, Chernobyl, la miniserie creada por Craig Mazin, recibió inmediata notoriedad al punto de exponerla como una obra maestra, y para muchxs la mejor producción en lo que va del año. Tal vez HBO hizo esto adrede para tratar de apagar el furioso incendio que dejó GOT, pero lo cierto es que abocándose a un tono completamente distinto, Chernobyl consigue transmitir una angustia apremiante desde el primer momento, básicamente se trata del fin del mundo y los involucrados en la tragedia lo sabían muy bien.




La miniserie de sólo cinco capítulos narra con brutal naturalismo, el caos de la tragedia, la explosión nuclear de la planta de Chernobyl, pero lo más oscuro es cómo las autoridades, aún sabiendo del desastre que se estaba desencadenando, no fueron capaces de salvar a la población sino hasta que ya fue demasiado tarde.

Para mí, una de las escenas más brutales del primer capitulo, es cuando la gente del pueblo llega a las cercanías de la planta nuclear para ver más de cerca lo que creían era sólo un incendio. La cámara se detiene, empieza a caer un polvillo blanco sobre las personas, desechos radioactivos que la gente cree se trata de simple nieve. La escena es el perfecto ejemplo de un contrapunto narrativo, claro, lxs espectadorxs sabemos que lo que esa gente esta inhalando en ese momento con tanta alegría es algo que los envenenará y producirá un cáncer letal en cinco años, brutal es la escena de un bebe alzado por su madre, mirando embobado los desechos tóxicos.


Ese tipo de sensaciones son las que genera este show. La historia sigue paso a paso las fatídicas horas que llevo la catástrofe hasta el posterior juicio a las autoridades responsables de aquello. El primer capitulo ya es un tour de force en el que queda claro que los gestos heroicos son misiones suicidas.  Al final del capitulo nos presentan a nuestro protagonista, el profesor Legasov, un físico nuclear que es obligado a fomar parte de una comisión para detener la catástrofe, el problema es que Legasov desde el principio esta completamente al tanto del nivel de la tragedia, hecho que no comparten del todo sus superiores quienes con prepotencia niegan el verdadero peligro. Las medidas que Legasov toma para evitar la expansión del veneno nuclear lo llevan incluso a obligar a personas a trabajos que básicamente son un llamado a la tumba. Es realmente horrible la presión que este hombre comienza a sentir al darse cuenta que la única forma de solventar la explosión es llevando trabajadores a una muerte segura.

Chernobyl, aunque pueda parecer una serie que agota el dolor de sus personajes, no cae en el morbo porque sí, las escenas más impactantes están reservadas para producir una idea acabada de las consecuencias del desastre. El hecho es que Chernobyl no es una serie cruda porque sí, no juega con el espectador y aunque hay escenas que mantienen cierto toque de trhiller, como la de los obreros bajando hasta el centro del reactor. La serie mantiene en todo momento un aire de seriedad superflua, atosigante y opresiva, elementos que funcionan de maravilla, pero que a la larga son abrumadores, su director Johan Renck nos lleva por una ciudad desolada, apocalíptica y consigue despertar constante angustia mediante sus planos equilibrados entre la magnitud de los generales y los medios, en donde podemos saltar de la devastación física a la psicológica.



Camarada, esto es toxico. 


Una de las cosas que me llamo la atención y que siento un poco desfavorable, es que la producción no cuenta en su mayoría con un elenco ruso, al contrario, lxs protagonistas son Británicos, lo que tiene sentido, tomando en cuenta de que se trata de una coproducción Estado Unidense-Britanica. Aunque sí consigue sacarme de onda el habla ingles de sus protagonistas, las escazas palabras en Ruso, y especialmente el susceptible mensaje anti soviético que planea en la historia. De todos modos, son sólo detalles que no extinguen satisfactoriamente la experiencia del visionado.

El terror nunca se disipa en todo el relato, hay pocos momentos para respirar aliviadxs, el drama se construye con artesanía cinematográfica de la vieja escuela (no goza de una tonelada de efectos especiales por CGI)

Chernobyl no es una serie amable, te remece y constantemente nos encontramos con callejones más oscuros de los que habíamos salido. Nuevamente la soberbia, el poder y la terrible falta de empatía, son ejes que van desarrollando con ostentabilidad este drama, del que a pesar de todo, sigue siendo inimaginable el sufrimiento de quienes vivieron en CARNE propia sus horrores.


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