jueves, 25 de agosto de 2016

Series para ver, volver a ver y pensárselo mejor antes de ver: Mob Psycho 100




 El año pasado toda la frikeria quedo loca con el pelado de Saitama y sus puñetazos invencibles, y en el albor de toda la euforia que provocó One Punch Man (OPM) se anunció de manera escueta y con muy bajo perfil la adaptación a anime de Mob Psycho 100 (MP1) otra historia creada por “ONE” y que aparentemente guarda ciertas similitudes con OPM, sin embargo, el hype de su serie “hermana” no la ha acompañado. ¿Por qué será? ¿Agotamiento de la formula? ¿Ya dejó de ser la sensación del momento? ¿La serie no es tan buena? Revisemos qué onda.

La futilidad de ser un prodigio de la naturaleza


MP1 es un shonen que nace de la misma forma humilde que OPM, por medio de un feo webcomics con dibujos estrepitosos y escenarios desprolijos. Sin duda la gran popularidad de OPM hizo que los ejecutivos de cadenas de televisión no perdieran de vista esto y posaran su atención sobre el otro trabajo de ONE que circulaba por internet, así fue como se decidió adaptar MP1 que a diferencia de la serie anterior su animación es fiel al estilo enclenque de dibujo de ONE, quizás la primera gran diferencia que han notado los fans a la hora de compáralo con OPM. Sin embargo, esto no es por falta de recursos o ahorro en la producción como suele pasar - bueno, tal vez un poco sí – en realidad se trata de un criterio artístico decidido por el estudio encargado la adaptación, que en este caso es Bones quienes mantienen el mismo profesionalismo en técnica y calidad que Madhouse, de hecho su último gran éxito  “Boku no HeroAcademia” se ha convertido en menos de un año en esa clase de animes que arrasan con todo y les ha traído estupendos dividendos al estudio de animación por lo que difícilmente podríamos decir que estamos ante un producto menor.



MP1 narra la historia de Shigeo un estudiante de preparatoria que nació con increíbles poderes psíquicos (tan increíbles que dobla cucharas involuntariamente mientas come) los cuales se desatan con total descontrol cuando ocurre algún hecho o una seguidilla de hechos que desborden sus emociones. Al ser esto algo peligroso para el mundo Shigeo mantiene una vida sin grandes emociones ni sorpresas que lo alteren, asumiendo un perfil tan bajo que ha terminado anulado su presencia frente al resto, razón por la que su jefe Reigen lo llama “de cariño” Mob (multitud) al ser alguien que no resalta del montón. Reigen es un estafador que se hace pasar por espiritista, pero simplemente vive de engañar a la gente ingenua, no obstante cuando realmente hay fantasmas o presencias espectrales peligrosas llama a Shigeo quien trabaja con él a medio tiempo…por alguna razón. Reigen por lo demás oficia como una especie de confidente y maestro del muchacho al ser la única persona con la que abiertamente puede hablarle de sus poderes psíquicos y entre los dos se establece una relación de amistad…algo rara, pero en el fondo sincera, en muchos momentos se da entender que Shigeo sabe que Reigen es un fraude, alguien que no tiene poderes, pero de todos modos lo respeta. 



Si bien los primeros tres capítulos hacen parecer que esta serie se alza como una comedia en donde en cada capítulo hay evento unitario que Mob  soluciona expulsando sus poderes psíquicos de manera involuntaria al sentirse agobiado (algo como el chiste de Saitama derrotando a todos de un solo puñetazo) en realidad no es así, el enfoque principal de la serie es la búsqueda de Mob por querer ser aceptado en la sociedad a pesar de todo. Mob justamente evita usar sus poderes en la vida cotidiana y contra las personas normales para demostrarse a si mismo que no tiene ninguna ventaja sobre el resto, el problema es que sus poderes muchas veces se manifiestan por si solos haciéndolo un monstruo que él mismo a llegado a odiar. En su afán por integrarse y esforzarse como cualquier ser humano normal, Mob entra al equipo de fisicoculturistas (que contra todo estereotipo lo aceptan y respetan) mostrando siempre un ideal de superación, actitudes que contrastan con otros personajes que utilizan sus poderes psíquicos para vanagloriarse como seres superiores al resto y despreciar a la humanidad en su totalidad, quizás el ejemplo más interesante es el de Ritsu el hermano menor de Shigeo quien toda la vida ha sido el joven ejemplar, buen estudiante, destacado en los estudios y exitoso con las chicas, pero sin poderes psíquicos, hecho que lo destruye moralmente al saberse inferior al menos en ese aspecto a su hermano. Luego de varios sucesos Ritsu podrá despertar sus poderes psíquicos y experimentara un sentimiento megalómano que lo hará rivalizar con Mob en una oposición de principios e ideas tan o más interesante que las secuencias de pelea.

Desde ese punto de vista siento que MP1 es una serie con una profundidad más evidente que OPM, pero a la vez con un mensaje más oscuro y con momentos ciertamente más dramáticos y genuinamente emocionantes como la escena que viene luego de que Mob expulsara inconscientemente todo su poder, comprendiendo que sin importar lo que haga nunca podrá ser como los demás, un momento realmente triste y chocante y es que son estos deseos e inquietudes los que convierten a Mob a pesar de su apatía ante los sucesos que lo rodean en un personaje más dimensional que Saitama finalmente, Mob aún le queda una evolución impactante y dolorosa que recorrer y sin importar que - hasta el momento - se presente como el más poderoso de su universo, su vida sí corre peligro en muchos momentos por lo imprecisable de sus poderes o al menos la vida de sus seres más queridos, una tensión que no estaba muy presente en OPM. En este caso la historia va más allá al centrarse en varios personajes carismáticos e imprevisibles ya que es bastante loable la manera en que la historia va matando los clichés típicos que uno esperaría de tales personajes los cuales van evolucionando a un punto más realista en su modo de actuar.


La serie cuenta con muchos momentos de comedia absurda y surrealista propias de la temática que no molestan, pero cuando los capítulos buscan adquirir un tono serio no hay chiste que valga, es interesante la fuerza que tienen en los fans de esta serie los capítulos con carga más dramática y por otro lado es rescatable lo bien hilada con que se desarrolla la historia, donde cada evento de capítulos pasados realmente puede llegar adquirir relevancia en próximos. Pero a pesar de todas estas flores MP1 no deja de ser una serie de luchas con escenas llenas de locura y secuencias con luces y poderes que buscan el impacto por sobre cualquier cosa (fijense en el video de arriba si no), estas escenas están muy bien animadas tal vez no alcanzado la pulcritud y fluidez de sus similares de OPM, pero con un estilo propio y bien elaborado. Ahora con respecto al diseño de los dibujos, ONE es un pésimo dibujante y sus obras parecen echas por un niño de 5 años, claramente esto no se replica tal cual en el anime, pero sí hay muchos dibujos que tratan de mantener esa intención tal vez como una forma de alejarse del grado de perfección que tenía la producción de OPM. Finalmente elementos como la música y las voces de los actores que dan vida a los personajes están bastante adecuados, y aunque el opening puede resultar no muy ganchero su ending tiene todo lo necesario para ser de esas canciones que no te sacas de la cabeza.


MP1 es una serie que busca no ser comparada con OPM a pesar de que sabe que así será, sin embargo, en este poco tiempo ha demostrado un perfil absolutamente distinto que al menos en historia y concepto me parecen mucho mejores que OPM, por lo que me resulta extraño que no se le haya brindado tanto realce como pasó con la otra serie el año pasado, tal vez hay que darle tiempo, o tal vez simplemente el mismo estudio quiso darle un perfil más bajo para evitar en exceso las odiosas comparaciones  que la hagan terminar a la sombra de OPM.-


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