martes, 9 de agosto de 2016

Hora del remember: Los VHS



 
Hace pocos días, el 27 de Julio para ser más exactos, los VHS dejaron de existir principalmente porque la última empresa productora que estaba quedando, Funai de Japón, ya no podía seguir abaratando los costos de sus componentes. A pesar  de que la tecnología del VHS hace años que había dicho adiós en la mayoría de los hogares, el rastro de estos videocasettes aún se mantenía en el inconsciente colectivo como una remota posibilidad, a pesar del desarrollo tecnológico avasallante que en estos últimos años hemos afrontado. Hoy sin el VHS definitivamente se cierra una nueva época que muchos mirarán con extrañeza y otros con cariño, eh aquí mi sentido homenaje.


Los VHS fueron la primera chance para muchos aficionados de democratizar el mundo audiovisual. Si bien el primer experimento data de 1956 de la mano de la compañía Ampex  Electric, el sistema se popularizó y volvió asequible (el primer diseño costaba unos 50 mil dolarucos)  a fines de los 70’ luego de que se impusiera sobre la tecnología del Betamax impulsada por Sony, la empresa Matsushita se hiso con el dominio tecnológico logrando que toda la industria se adaptara al sistema del VHS dejando lentamente en obsolencia al betamax que tenía muchas falencias prácticas en cuanto a su resistencia y además de que era una tecnología mucho más cara. Así fue como durante los 80’ el VHS llegó a nuestras vidas dándonos la posibilidad de ver películas fuera de las salas de cine, en la comodidad de nuestro hogar y con una calidad medianamente aceptable para los estándares de la época (aunque nunca igualables a la calidad fílmica que proyectaban las salas de cine)  ¿Quiénes se vieron más beneficiados con todo esto? La industria pornográfica que habitualmente tenía que afrontar duras penas por la censura que se le aplicaba en muchos Estados a los cines que exhibían este material y tomando en cuenta el factor de privacidad que los usuarios podían gozar, además de la mayor cantidad de producción que se podía desarrollar al volcar el mercado a un sector menos restrictivo que el cine de cartelera, los VHS fueron un impulso revitalizador para la industria pornográfica durante los 80`, 90` y parte de los 2000. 

Ayuda NO PUEDO REBOBINAR
Rápidamente otro elemento que la gente destacó y aprovecho del VHS fue su posibilidad para grabar programas directos de la televisión ya que en la mayoría de los casos los cassettes  permitían hasta tres horas de grabación (luego algunos pudieron generar hasta cinco) con una calidad de audio reconocible y una imagen cuyo deterioro básicamente dependía del cuidado con que la cinta se hubiese tratado, gracias a esto la piratería se volvió muy simple de generar, muchas veces bastaba con ripear un par de programas directo de la tele y luego se podía comercializar la cinta, claro que esto muchas veces tenía aparejado ciertas joyitas que la televisión en vivo nos permitía, es así como en muchos casos algunos momentos claves de la televisión (como este por ejemplo) se pudo conservar sólo porque alguien lo estaba grabando en su VHS. 

                  Comerciales nostalgicos cortesia de quien lo haya grabado en un VHS

Por otro lado esto dio pie a que rápidamente en los 90’ fuera de los círculos de producción audiovisual como eran los realizadores de comerciales o escuelas de televisión, los VHS y la videograbadoras fuesen de uso masivo, de esta manera se podía tener registrados los momentos claves de la existencia de cada uno de nosotros lo que constituyo algo peor que un álbum de fotos ya que estas videocaseteras en manos del pariente equivocado podían exhibirte de por vida (no faltaban los tíos que eran capaces de filmarte hasta en la ducha sin la menor contemplación) el precedente directo de las cámaras digitales revolucionaron el campo domestico de lo que se entendía como recuerdos dinámicos, ya el álbum de fotos se volvía totalmente una reliquia ante la pila de videos que rotulaban la aventura familiar que el cameraman había registrado, incluso la televisión se retroalimento de este auge al crear programas que se dedicaran únicamente a mostrar videos chistosos captados por aficionados, algún chascarrillo o tragicomedia familiar con la que todos nos podíamos reír. Los cumpleaños, matrimonios, bautismos…cualquier evento de relativa importancia para un núcleo determinado ya se podía dejar en evidencia, hoy por hoy agradecemos a tantos que se avisparon en su tiempo y supieron que era necesario grabar esa tocata de esa banda desconocida, ya que hoy se trata de un registro inédito de los comienzos de una súper estrella.

Una sonrisita para el TÍO PSICOPATA y su Cámara asesina
 El auge de los videoclubs. Cuando el neoliberalismo golpeaba para quedarse

  
La gracia de que muchos VHS promovieran una cierta beta artística en quienes agarraban la cámara para sentirse los nuevos “Spielberg” o se indujeran al terrorismo visual al realizar experimentos de edición muy artesanales con sus videotapes fue gracias al auge que el sistema neoliberal estaba generando en Latinoamérica (y en gran parte de Europa) por supuesto EE.UU era el gigante incombustible de aquellos años y todos sus movimientos políticos y económicos se sentían como un plomazo en el patio trasero que era Latinoamérica. Durante aquellos años los tratados de libre comercio para imponer industrias transnacionales fueron repletando las principales ciudades de cada país de un colorido espectro de comercios y nombres de marcas que no podían ser menos ajenos a nuestra idiosincrasia, y uno de ellos que tuvo todo el plus durante los 90’ fue  Blockbuster, una cadena de alquiler – en principio- de videos que cerró totalmente las puertas el 2013. Blockbuster era el gran consorcio para obtener de primera mano los VHS de mejor calidad (por decirlo de alguna forma) ya que durante aquella década el auge de los videoclubs fue algo común en muchas partes de la región, pero en muchos casos los VHS que se ofertaban eran versiones piratas o ya muy gastadas de viejas películas, al contrario en Blockbuster llegaban versiones cuidadas y con sello de calidad, además de proveerse generalmente con los primeros estrenos de películas en VHS, por ejemplo antes de que saliese oficialmente el VHS de Titanic, ya habían millones de copias piratas con una calidad de ripeo bastante paupérrima, muchos aficionados preferían esperar a la versión oficial que tendría una mejor calidad por lo menos en color y sonido (como ya dijimos los VHS jamás pudieron igualar la calidad del fílmico) Blockbuster tuvo el poderío del entretenimiento casero (luego al alquilar videojuegos) y logrando llevar el VHS a las manos de cualquiera, porque a pesar de sus efectividades, los VHS de películas originales siempre siguieron siendo caros hasta casi el último momento.

Pero contra el poderío casi ideológico de Blockbuster estaban los videoclub de barrio, que como ya señale incluían en su catálogo muchas veces versiones piratas de algunas películas u algunas grabaciones caseras directas de la televisión o en el mejor de los casos llegaban películas de pequeñas distribuidoras Europeas o Latinas que no eran tomadas en cuenta por el gran gigante de los videoclubs y dotaban de verdaderas rarezas en cuanto a su material y arte gráfico, hoy por hoy un elemento muy valioso para los coleccionistas. Este potencial emprendimiento de los videoclubs dio cabida a muchos de aventurarse con negocios donde podían demostrar en primera línea el did it yourselft en una especie de inconsciente resistencia ideológica al construir bajo su propia lógica los mercados del VHS generando en muchos casos un verdadero nicho de socios fieles, parte de esto se puede apreciar en la emotiva película de Michael Gondry “Please be kind rewind” del 2008.


La estética del fetiche nostálgico
  

A pesar de las bondades del VHS y sus aparentes capacidades de almacenar el mundo en una cinta analógica, el desarrollo digital siempre estuvo solapado y llegado su momento irrumpió como Carrie en su fiesta de graduación. Bueno, el cambio no fue tan dramático, pero desde el 2000 en adelante año a año el VHS parecía perderse de vista hasta que en determinado momento se volvió un mero fetiche orgánico para los nostálgicos, aparecieron muchos coleccionistas que sentían cierta atracción ante la mística del VHS en especial en el arte de sus tapas o en los logos institucionales de distribución que se incluían como material dentro de la misma película, tenemos el caso del argentino Rarovhs (y su blog) quizás uno de los exponentes más grandes en cuanto a colección dentro del conosur, pero el amor y fetiche por los VHS se volcó a una comunidad de muchos que sienten sobre todo atracción por aquellas películas inauditas o con cierto toque bizarro en su arte tapa, muchas veces se tratan de películas sin mucha gracia, pero el artefacto sustituye al contenido convirtiéndose en algo valioso para los coleccionistas por lo que representa dentro de un contexto olvidado, casi como si se tratase de un tesoro kitsh que trasciende un estilo de moda determinado. Muchos pensaron en un revival cuando los vinilos volvieron a sentar un pedestal para la industria musical frente a los reproductores digitales, pero no ocurrió a pesar de que no faltaron entusiastas, no ocurrió por una cosa de definición, mientras los vinilos sí captan la verdadera esencia de la grabación original, los VHS no podían proveer todas las bondades de una película por sus limitancias. Esto aumentaba el fanatismo alrededor de las rarezas del VHS.  


Los DVD y luego Bluerays fueron los principales causantes de la muerte del VHS, sumado a la incipiente uso de cámaras digitales con calidades cada vez más altas hicieron que hoy en día ya no haya mucho que hacer al respecto siendo una de las últimas tecnologías analógicas que quedaban respirando. Evidentemente los VHS tenían su muerte anunciada hace mucho, pero sellaron una época de la que queda su estética, tal vez la primera e idónea estética digital, y es que el ruido de la imagen de los cassettes que tenían mucho uso, las franjas que indicaban lo gastado de la cinta, el audio trastocado en sus canales, todos esos elementos el día de hoy han alimentado una estética conceptual que si bien se empalma directo con la nostalgia de quien la experimento resulta llamativa y hasta hipnótica para quien la desconoce. Es así como desde el estilo musical del Vapourwave que se retroalimenta de un fanatismo kitch en cuanto al diseño de su arte videografico o las experimentaciones de diseño artístico que evocan directamente a los defectos y efectos del VHS, pasando por los oscuros, pero enviciantes canales de youtube como Memories Hole, hasta el éxito de producciones como “Kung Fury” o los videos musicales de Mac demarco u otros artistas hípster del momento enaltecen y mitifican el VHS. La idea de tomar los recursos de una estética del desuso virtual parece combinarse con más fuerza siendo el principal actor que enriela todo esto la nostalgia directa que evoca el VHS y todo lo que lo rodea. Es por eso que si bien la muerte física de estos reproductores es hoy una realidad, ya se ha transformado e instaurado como un estilo de arte conceptual que sólo puede ir creciendo llevándonos quizás a una neo-nostalgía, algo de lo que no sabemos bien que añoramos al ver, pero lo añoramos.-   

3 comentarios:

  1. Yo me metía a la sección de terror en el Blockbuster de El Belloto (V Región) y miraba las carátulas que eran mucho más interesantes que las de las películas pa' cabros chicos. Me acuerdo que me llamaba la atención esa película de Peter Jackson sobre muppets rancios, y las del gato galán Fritz the Cat. Hace unos meses vi un documental sobre el amor a los VHS y me gustó bastante:
    https://www.youtube.com/watch?v=HLk0IFsd6DA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también. Me metía al pasillo de pelís de terror del blockbuster y me quedaba pegado viendo las portadas de las peliculas de Pesadilla en Elm Street o Puppet Mastter, a veces me cagaba de miedo porque sin darme cuenta me terminaba quedando solo y el pasillo era largo y para un niño de 10 años era medio cuatico todo.

      Eliminar