Una explosión de golpes
bajos, “Horace and pete” no es la serie que recomendaría para pasar una
tranquila tarde de relajo o disfrute, es retorcidamente cruda, realista hasta
el punto más sensible y llega a extremos muy perversos si se quiere. ¿Una
comedia de humor negro? Tal vez, pero dudo mucho que podamos sentarnos a
analizarla como si se tratase de eso únicamente, ¿Dramedia? Puede ser por ahí
la definición más adecuada, pero creo que de todos modos la serie logra superar
esa categoría. Mejor vamos a revisar un poco esta atípica serie que paso muy
desapercibida el año pasado, aunque de inmediato se los advierto esta serie si que
hay que pensárselo mejor antes de verla.
Saber que una mente
como la del humorista Louis C.K está involucrado en el guion y dirección de este humilde
proyecto puede anticiparnos a pensar que veremos un colofón de humor ácido y
desopilante como en su aclamada serie Louie, pero “Horace and Pete” nos muestra
un lado pérfido del humor y la comedia de situaciones y ese es el sinsentido de
las cosas, no reflejado desde un absurdo si no desde lo patético y decadente
que podemos llegar a ser al no tener la capacidad de afrontar complejas
decisiones en la vida. La historia se desarrolla en una longeva taberna de Brooklyn
atendida desde siempre por un Horace y un Pete, sin embargo, la taberna con una
historia tan pesada y dramática como la de sus protagonistas carga con
asesinatos, muertes y suicidios y es en última instancia sólo un refugio para excéntricos,
borrachos y perdedores, cuando no, ocasionales hípster que gustan visitar el
lugar por lo deteriorado que se ve y sentirse cool estando ahí. Horace (Louis
C.K) lleva el mando de la taberna y su hermano Pete (Steve Buscemi) lo secunda
encargándose de los quehaceres más prácticos. Los segundos iniciales del primer
capítulo nos hacen creer que esta taberna es un antro de disparates en donde
unos singulares taberneros se encargarán de lidiar con aquello, pero es cuando
irrumpe el tío Pete (Alan Alda) personaje nefasto y de un arcaico sentido común
que el desconcierto llena la taberna y todo se vuelve una pesada amargura. A la
mitad del primer capítulo entra un anciano algo desorientado contando la
historia de que cuando pequeño él siempre iba a comprar cubos de cerveza para
su papá por lo que pasó toda su vida en ese bar, conoció a su esposa ahí y también
fue ahí donde la encontró con su amante y le disparó matando a ambos, ese día
había salido de prisión y decidió que su primera visita sería esa. El tono con
que el anciano relata su historia y la manera en la que todo está orquestado
nos deja en claro el mensaje del show, devastación personal que cuesta mirar de
forma tan ajena porque a las finales todos llevamos algo de esa miseria dentro.
Los personajes son un
embrollo que nos refleja en algún punto: Horace carga con un divorcio, es
incapaz de llevar su vida a algún lado, se la paso arrugando su nariz y agarrandose
la frente lamentándose por todas las malas cosas que la vida lo ha arrastrado. Siente
una atracción sexual por la última mujer que tuvo su padre, a penas y tiene una
relación con su hija, su hijo no le habla y su ex mujer lo odia por haberla
engañado con su hermana. Horace sólo sabe ver la vida con pesimismo y sin
ninguna voluntad de querer realizar un cambio significativo en ella, a penas y
es capaz de refutar a su tio Pete cada vez que éste le lanza un comentario
hiriente y malintencionado, para más remate su hermana Sylvia (Eddie Falco)
quiere vender el bar, tiene cáncer y se encuentra desde algún tiempo en
bancarrota, la última decisión recae en él y es incapaz de hacerla. En el otro
extremo esta Pete, un hombre acomedido, gentil y servicial, que busca siempre verle
un lado equitativo a las cosas, no es una luz de positividad extrema, pero en
muchas ocasiones parece tener más claro las cosas que cualquier otro en el
lugar, su problema es que sufre una condición médica que lo obliga a tomar una
medicación llamada probitol o si no empieza a tener alucinaciones que lo
convierten en un loco peligroso. Lo sé, la descripción parece calzar perfectamente
con los ingredientes para una comedia satírica y en parte lo es pero “Horace
and Pete” logran un poco más tal vez por su atmosfera deprimente.
Si
Ibsen hubiese hecho una serie
A menudo se considera
que la serie está planteada como una larga obra teatral, con intermedios y
arcos argumentales completamente desarrollados. Y claro la iluminación, la
escaza banda sonora, los pocos escenarios (el capítulo tres se desarrolla
exclusivamente en un rincón del bar ¡y la primera toma dura casi diez minutos!)
los movimientos de cámara que recuerdan más a las viejas sitcom de los noventa,
y el enfoque casi drástico en el dialogo dejan en claro aquello, todo está
orientado para que parezca una verdadera tragedia y en parte la misma seria lo
anuncia así en ciertos momentos, sin embargo este tratamiento aunque algo
sofisticado queda medio envejecido para los cánones actuales y hace que la
serie en muchos momentos se torne un poco pesada y difícil de digerir, sobre
todo en los primeros capítulos cuya duración es bastante excesiva, eso sumado
al escaso encanto que despliegan los personajes principales puede hacer que el
espectador se espante de inmediato. Si lo que buscabas es echar unas modestas risas,
estás en las antípodas. La serie en muchos momentos parece dar con momentos
satíricos y burlones, pero no se detienen ello, el meollo del asunto sigue
siendo explorar esos eternos sinsentidos en que nos mete la existencia y sobre
los cuales escarbamos obsesionados, como si estuviésemos cavando nuestra propia
tumba, tal vez la poca voluntad de poder salir de un ambiente toxico y tomar
las riendas de la vida es el leitimotiv de los personajes, pero ojo que cuando
uno decide salirse de esa regla queda la grande (No diré nada para no arruinar
la sorpresa).
Cada personaje que
habita esa serie, desde los parroquianos hasta los principales tienen algo que
decir con respecto a esa nausea existencial que los corroe, aparentemente los
parroquianos sirven como personajes de distención, sus conversaciones muchas
veces son las típicas conversaciones que uno puede escuchar en la barra de un bar:
Política, deportes, sociedad, economía, religión, relaciones sentimentales y
todo eso, pero en realidad y como suele pasar en toda platica de borrachos, lo
que se trata de buscar y entrañar es el por qué de la existencia, cómo nos
conformamos con ella y por qué nos quedamos sentados viéndola pasar sin hacer
nada para disfrutarla realmente.
LO
BUENO Y LO MALO PORQUE LA VIDA ES COMO ES Y YA
Ok, “Horace and Pete”
no es una serie perfecta, a ratos se torna tediosa, majadera con sus ideas y
realmente tiene pocos capítulos que son intensamente llamativos, por supuesto
que el hilo de capítulos finales está bastante bien coordinado e incluso contra
toda la normalidad que despliega logra tener un buen cliffhanger final. La
forma en que se despliega la historia con intromisiones de otros personajes
perifericos, con historias a medio contar y con el desarrollo de una narrativa
sobria y algo parsimoniosa hacen que la serie no llegue a las grandilocuencias
de un drama total, si no que de un modo oscuro nos lleve a rincones demasiado
asfixiantes y hasta difíciles de seguir de nuestra humanidad.
Finalmente si quieres
ver esta serie creo que tienes que tener en cuenta un par de puntos: Cuenta con
un excelente elenco que le dan mucha personalidad a personajes que en general
pasan por un gran mar de depresiones diversas y de los cuales cuesta mucho
enganchar al principio. Tiene momentos hilarantes bastante inusuales, no te matarán
de la risa, es cierto, pero te dejarán conforme. Gran parte del peso se lo
llevan los diálogos, pero esto no quiere decir que sean bloques y bloques de
texto que los intérpretes escupen así como así, son diálogos que buscan
retratar la naturalidad de una taberna y con los que bien puedes empatizar.
Ahora, creo que vale
decir que si estás pasando un momento medio bajoneado en tu vida o si realmente
no eres de aguantar silencios prolongados y situaciones densas, aléjate de esta
serie. Por otro lado creo que los primeros tres episodios no son muy llamativos
ya que son los más deprimentes y al mismo tiempo los más extensos (aunque el
tercero es más corto, pero el modo en que se desarrolla lo hace ver lentísimo)
y hace falta algo de voluntad para querer continuar la serie, por lo que si aún
sientes curiosidad te propongo que la veas desde el capítulo 4 o 5, después de
todo es una premisa simple de captar y desde ese punto la trama agarra algo de
viento.
Hoy en día la comedia
debe desarrollar nuevas formas de expresión, el sitcom parece haber llegado a
un punto culmine con el éxito de programas como The Big Bang Theory o How I
meet your mother, pero cosas como Bojack por ejemplo, dan cuenta de que la
comedia puede ir más allá de ser simples risas grabadas para hacernos caer en
el chiste. En todo caso, recuerden “Horace and Pete” no es una comedia, es un
experimento, una serie que se sale de los cabales típicos que podría tener,
¿tiene un humor refinado? No lo siento tan así, plantea una deconstrucción del
sitcom desde un escenario crudo y teatral aunque igual se permite sus juegos
audiovisuales, mínimos, pero se los permite, por eso creo que es una serie
extraña y fuera de todo lugar, pero planta un buen precedente si la queremos
categorizar fríamente como una comedia. Louis C.K la distribuyo por medio de su página web cobrando de tres a cinco dólares por cada capítulo a inicios del año
pasado y sin dar grandes avisos por lo que pasó realmente piola, de todas
formas la serie no llega a ser lo suficientemente comercial para que operadores
de cable la compren y transmitan en horario prime, pero creo que en su
sencillez logra un gran capacidad de conectar con lo profundo del espectador,
obvio con el espectador que aguante la pedrada inicial. En todo caso es de esas
series que no vería dos veces, te puede llegar a pegar emocionalmente.-
TERRIFIC SCENE!!!
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