Me da mucha impresión que tanta gente busque comparar automáticamente esta serie con Los Simpson, es como si esperasen encontrar algo parecido en cuanto humor o historias, cuando cualquier fanático o fanática de la familia amarilla sabe muy bien que Matt Greoning se alejó de Homero y los suyos casi en la cuarta temporada (desde entonces es sólo consultor creativo, bah, sólo recibe un cheque por royalties). Evidentemente las resonancias y puntos de comparación fuertes serán mucho más con Futurama. Una serie que tampoco fue muy bien tratado cuando se estrenó, sufriendo constantes comparaciones con, precisamente Los Simpsons.
La
cruz de Los Simpson
Tampoco seamos tuertos,
el gran gancho para publicitar esta serie animada fue únicamente el hecho de que es una nueva creación de
Greoning, quien en más de veinte años no se atrevía a levantar cabeza con una
nueva propuesta. Así que es comprensible que rápidamente busquemos darle
sentido a esta nueva serie desde el irónico toque de humor que tienen los de
Springfield. Pero entonces ¿Disenchantment logra convencer por si misma? Para
empezar estamos ante una serie secuencial, es decir, los arcos y eventos quedan
abiertos y obedecen a una continuidad directa, aunque en los primeros episodios
esto parece no ser tan así. Al igual que en Futurama, la historia de los
personajes tiene un desarrollo mucho más profundo que los hechos en si mismos,
pero a diferencia del show futurista (y de Los Simpsons), en este caso la
sitcom no es determinante. Estamos ante una historia con tintes mucho más
tragicómicos, muy en la onda de lo que vienen siendo las series animadas para,
emmm “adultos”. Disenchantment más que tener influencias de Los Simpsons,
propone ciertos rasgos en gags y momentos desopilantes que pueden recordar
algunas bromas de Springfield. Sin embargo la serie bebe más del caudal
humorístico de Futurama, e incluso de Bob Burguers, además de conservar cierta
mística y misterio cercano al de series como “Gravity Falls”
Un
carnaval medieval
La historia se centra
en el reino fantástico medieval de Dreamland,
gobernado por un rey déspota y ambicioso llamado Zøg, que tiene una hija, la princesa Bean,
quien se niega a cumplir sus labores protocolares dentro de la aristocracia.
Bean es una chica apostadora, viciosa y destructiva, no tiene gran conexión con
su Padre ni con los asuntos de la realeza, a primera vista puede parecer una
chica rica y malcriada, que está constantemente revelándose contra la opresión
de sus deberes y además explotando sus deseos juveniles de descontrol. La serie
comienza cuando ella debe hacer frente al matrimonio arreglado que su Padre a
armado con la gente de otro reino, obviamente ella no quiere aquel destino,
pero parece no tener opción, ese mismo día recibe de regalo un demonio personal
llamado Lucy que la incita a hacer el
mal, pero más que mal, la lleva al vandalismo y a seguir sus instintos más
autodestructivos, Luci fue enviado por una misteriosa pareja de magos que
pretenden pervertir a Bean y acabar de esta manera con el reino de Dreamland.
Paralelo a eso, en la
tierra mágica de los elfos, un elfo llamado…pues Elfo, se siente agobiado de lo
que le depara su destino: básicamente ser feliz y alegre durante toda su vida
creando dulces y polvos mágicos. Elfo no es un personaje amargado, pero está
buscando emociones fuertes y de esta manera apenas ve la oportunidad escapa de
la tierra mágica y llega al mundo medieval en donde conoce accidentalmente a
Bean y a Luci, provocando un accidente que hace que la boda se cancele.
Casi automáticamente
estos tres personajes crearan una dinámica de equipo que se desarrollara en
distintas facetas a lo largo de su trayecto. Ya en la segunda mitad de la
temporada, la historia se enfocará con mayor ímpetu en el pasado de Bean y
Elfo, elementos que quedarán abiertos a resolver en una siguiente temporada,
evidenciando la pretensión de historia novelística que busca la serie.
Desde el vamos las
comparaciones con Futurama son directas: Tres personajes principales muy
parecidos, Bean al igual que Leela es una chica que muestra determinación, pero
también está llena de dudas y momentos de fragilidad, quizás Bean por su
juventud es mucho más atolondrada y cae en algunos excesos estúpidos de los que
Leela no siempre terminaba, además esta última tenía un mayor sentido de la
responsabilidad. En cuanto a Elfo, sus similitudes con Fry son mucho más
calcadas, al igual que el humano, Elfo no encaja en el lugar en el que vive, no
está conforme con su destino y en su ingenuidad demuestra verdadera valentía.
Quizás la diferencia que define un poco ambos personajes es que Elfo no tiene
ningún ápice de cinismo, es optimista y realmente inocente ante muchos
acontecimientos que lo rodean. Y bueno Luci, la gran revelación de la serie, un
diseño de personaje agradable que genera encanto y atracción estética, expone una
personalidad que mezcla lo mejor de Bender y el Moe Syslack de las primeras
temporadas, no, no el depresivo-maniatico que ha terminado siendo desde hace ya
varios años. Claro, Luci es el personaje burlón, sarcástico, amoral y lleno de
triquiñuelas para enfrentar la vida, pero en varios momentos demuestra rasgos
de empatía y valentía aparentemente desinteresados, algo que Bender en las
primeras temporadas de Futurama también enseñaba de vez en cuando, pero que
poco a poco fue perdiendo.
El mundo de Disenchantment
es igual de caótico que el de Futurama, en este caso se burla de los clichés
con los que conocimos a través del estudio en el colegio el periodo medieval.
También al ser un reino fantástico da pie a que muchas locuras se sucedan, como
una pelea de ogros, un encuentro con unos perversos Hansell y Grettel o la
aceptación de la magia con exorcistas, hechiceros y brujas deambulando por la
tierras.
La búsqueda de la
inmortalidad, las conspiraciones por el poder de las tierras y las sociedades
secretas, son temas que se tocan con mayor o menor relevancia en varios
capítulos. Esta serie hace gala de todos aquellos elementos que han alimentado
el imaginario de novelas y cuentos ambientadas en el medioevo (una época que ha
sido bastante oscurecida, pero que algunxs historiadores han demostrado que
tenía aspectos incluso mejores que la actual)
La serie ostenta una
gran gama de personajes secundarios interesantes, incluso un poco más que los
protagonistas quienes se definen básicamente como una triada: el bueno, el malo
y la neutral que casi siempre termina siguiendo los consejos del malo a la hora
de tomar decisiones. Más allá de eso, la mayoría de personajes secundarios
parecen tener en su cinismo y maledicencia un toque especial, de hecho,
Greoning es especialista en crear personajes sarcásticos o acabadamente
estúpidos, en este caso muchos personajes son competentes y su gracia está más
en sus enigmas y astucias.
La animación y colores
que se presentan en la seire son bastante vivos y prolijos, pero el diseño de
personajes (salvando algunas excepciones como Luci o la reina Oona) son muy
parecidos específicamente al estilo de Futurama (aunque en este caso, por fin
Groening ha decidido darles cinco dedos a todos sus personajes) En ese aspecto,
se pudo haber buscado algo que le diera una mayor identidad capaz de
diferenciar un poco más (obvio sin dejar de lado el estilo de Greoning) toda
esta gama de caracteres dentro de este nuevo universo, algún elemento que
resaltase por sobre otros.
La serie tiene ciertas
inconsistencias narrativas, y es que va agarrando su norte muy avanzada la
trama. Los primeros dos capítulos funcionan muy bien como presentación, pero
los siguientes oscilan entre historias unitarias a desarrollo argumental de
personajes. La saga de la historia comienza a definirse en los últimos
episodios y es ahí donde el show logra nuevamente combinar con gracia el humor,
el sarcasmo, la intriga y la aventura dentro de un contexto medieval que se
identifica. Hay quienes consideran que la gracia de Disenchantment es que va
preparando al espectador para ese gran desenlace, pero a diferencia de Gravity
Falls, se siente un poco atropellado ese desarrollo, como si en realidad en
principio hubiesen querido hacer un show con temática distinta, más absurda y
finalmente hayan devenido en una historia más tragicómica.
Las voces originales
son bastante interesantes: El humorista Eric André interpreta a Luci, John DiMaggio, quien dio vida a Bender en Futurama, en esta ocación interpreta al rey Zøg y el carismático Billy West (Fry, Stympi) a
varios secundarios, pero en este caso el doblaje latino no tiene nada que
envidiarle. Las voces de reconocidos actores de doblaje (entre ellos Humberto
Velez) tiene presencia y sustancia, funcionan muy orgánicamente, sin duda, la
dirección de doblaje estuvo muy bien realizada y no se pierde en ningún
momento, hasta recomendaría ver las dos versiones que están excelentes.
En definitiva Disenchantment
es una serie que tuvo que pagar caro el precio de ser otra hermana menor de Los
Simpsons, sin embargo, no podría estar más lejos en temática y fondo de aquel
legendario programa. Tanto en los toques de humor como en el grueso de la
historia consigue destacar mucho y tener momentos interesantes. Tal vez valdría
la pena en la siguiente temporada cohesionar un poco más los eventos, cosa de
que no aparezca que los primeros 6 capitulos son imprescindibles para la trama
más fuerte. Sea como sea, ya tenemos una nueva excuza para vender playeras,
videojuegos y mercadería de todo tipo. Tío Greoning, eres un pésimo creador,
pero un gran comerciante.-
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