martes, 14 de noviembre de 2017

El desmadre! 5 pelís sobre fiestas y descontrol




El otro día fui DJ en una fiesta, y por primera vez me tocó estar del otro lado del espejo, siendo el motor de la diversión. En mis manos dependía que el ambiente estuviera siempre a tope y jolgorioso, por lo que desistí de alcohol y drogas para tener los cinco sentidos bien activos en su justa medida y así fue como pude notar en la concurrencia el descontrol, la desfachatez, el ambiente sórdido y trasnochado. La locura y el éxtasis juvenil se producen en un estado de limbo en donde todas las almas dejan de comportarse según sus parámetros sociales y liberan todos los impulsos que cotidianamente deben reprimir. Esto pensaba mientras ponía música y observaba a la gente actuar como monos con navaja, y bueno fue una gran experiencia….A raíz de eso quiero recomendar cinco películas donde el protagonista absoluto es la fiesta, el descontrol, el exceso y sobre todo el estado desatado que se despierta en aquellos que se sobre excitan con la música, las luces, el alcohol, las drogas y el ambiente de juerga.

 

Project X (Nima Nourizadeh; 2012)



La típica película que encontrarás en este tipo de listas y la razón es obvia: Una fiesta en una casa que se descontrola porque incluye todos los combustibles que impulsan a la locura: Alcohol, drogas, lujuria y un desmadre con un tanque de guerra, un tipo con un lanzallamas, una cobertura mediática, en fin, una locura desopilante. La versión hardcore del clásico setentero “Animal House” se podría decir. Todo grabado con el estilo de cámara en mano para hacer más espontaneas las situaciones que se producen. La historia honestamente la encuentro una mierda, relamida trama juvenil del perdedor que intenta impresionar a la chica linda de la secundaria de alguna forma absurda promovida por sus amigos imbéciles. Es una historia llena de personajes estúpidos, que posee además un alto ingrediente de misoginia. Realmente no es de mis películas predilectas, pero debo aceptar que está muy bien rodada y las partes del desmadre bien logradas. Esta película promovió la moda en los universitarios de las fiestas temáticas donde en un momento se regalan pastillas de éxtasis lanzándolas al aire. Ahora, seamos honestos, el tipo de fiestas que propone esta clase de películas sólo se puede dar en nuestro contexto latinoamericano en un barrio de clase alta.



Calígula (Tinto Brass; 1979)



Un clásico del cine erótico/porno. No es precisamente una película sobre fiestas, pero vaya que muestra muchas y es que los bacanales en los que se sumergía el cuestionado emperador romano Cayo Cesar son de antología. La película reúne escenas de fiestas desbordadas llenas de orgias en donde se incluyen “lluvias doradas”, sadomasoquismo, zoofilia e incesto. Prácticamente todas las escenas de fiestas sexuales de la serie “Spartacus” son un tibio reflejo de las que presentó está película. Su director Tinto Brass originalmente tenía una idea más sublime que era representar «una epopeya sobre la orgía del poder, no sobre el poder de la orgía», pero el productor de la cinta  Bob Guccione le dio un enfoque más sexualizado al proyecto y finalmente más salvaje al enfocarse mucho en las escenas de fiesta y jolgorio donde la lujuria era la principal protagonista. El catalogo pornográfico de los setenta sabe de bastantes películas de este estilo, pero fue “Calígula” el que plantó cierta distinción tanto por su nivel de producción y narrativa. Si bien no puede considerarse por ningún lado como un filme de carácter histórico (absurda pretensión original de su guionista, el escritor Gore Vidal) para muchos se trata de un momento “bisagra” en la calidad de las cintas pornográficas que se producirían posteriormente en los ochenta, nunca logrando igualar la maestría de las escenas de orgias y fiestas que ésta presentó.



Spring Breakers (Harmony Korine; 2013)



Desde que se anunció esta película estuve muy pendiente de ella porque me gusta mucho el trabajo de Korine. La historia nos presenta a cuatro amigas adolecentes que van a pasar las vacaciones de primavera a un balneario y para costearse el viaje roban una tienda, pero eso es sólo el principio, entre la locura constante de las fiestas, el alcohol, el dubstep (¿recuerdan que en 2012 esa música electrónica estaba de moda?) y las drogas que enceguecen a las adolescentes, en un momento son atrapadas por la policía por tenencia de drogas y puestas en prisión hasta que son liberadas por Alien un matón y traficante de armas y drogas que las toma bajo su cuidado con el fin de que éstas le paguen el favor trabajando un tiempo para él. La reflexión sobre la juventud, las fiestas y el exceso va escalonando hasta un violento y sangriento desenlace que está cargado de simbolismo, quizás la película peca de pretensiosa con algunas lateras reflexiones de sus protagonistas y un montaje que busca clavar en el espectador esa sensación de autodestrucción adolecente en las fiestas de primavera en donde las chicas se sexualizan y se está permitido actuar como un imbécil sin criterio. La película presenta como protagonistas a varias ex chicas Disney que en mayor o menor medida se desinhiben en pantalla, se sacan la careta y se atreven a comportarse como verdaderas adolecentes estúpidas con mínimo sentido de la palabra “consecuencias a largo plazo” creo que ese fue el gran golazo de Korine al realizar esta película, el casting estuvo muy bien escogido y fue lo que más publicidad le dio a la película. Las chicas Disney se atrevieron con papeles que las sacaban  del lugar común que venían representando y con el que se hicieron famosas.  



The White girl (Elizabeth Wood; 2016)



Leah, una joven universitaria se cambia de casa a un barrio repleto de latinos que venden droga a baja escala (oh vamos prejuicio yankee dame lo mejor que tienes). Leah que es una yonke que le encanta pasársela en fiestas y teniendo sexo engancha de inmediato con uno de sus nuevos vecinos que vende yerba y se hace llamar Blue. Ambos comienzan una relación basada en las fiestas, las drogas (principalmente cocaína) y el sexo hasta que se les ocurre la brillante idea de negociar con un peligroso diller para conseguir más droga y empezar a ofrecerla en las discotecas, todo sale mal y bueno la espiral de autodestrucción se llena con más y más fiesta hasta que Leah termina completamente degradada y carcomida por sus excesos. La película a pesar de presentar una historia muy fuerte, es visualmente muy cuidada y hasta bella diría yo. La cinta recibió muy buenas críticas realzando que a pesar de lo chocante que puede resultar es atrapante y aunque se respira una especie de moralina en su desenlace no llega a un punto tan nefasto como para decirte que dejes de esnifar esa coca que tienes en la punta de tu nariz. Aun así ha sido comparada con la grandiosa “Kids” de Larry King y creo que nada que ver, “The White girl” queda muy al debe.



24 Hours party people (Michael Winterbottom; 2002)



Esta es una de mis películas favoritas de la vida, además dentro de esta lista es la única que se toma con cierta alegría y no busca dejar pseudo moralejas de lo destructivo que es vivir en fiestas sino que te muestra las cosas tal como son, no magnifica lo malo ni sataniza lo bueno, dejando al espectador decidir si le parece bien o mal lo que la historia muestra. “El camino de los excesos es el camino de la sabiduría” dice William Blake y es una frase que repite uno de los personajes de la película, creo que se ajusta con  total pertinencia a la historia de esta película. La historia esta basada en las anécdotas de Tony Wilson periodista y fundador de Factory Records, sello discográfico ingles que apadrinó a bandas de la escena post-punk de Manchester como Joy Divivisón, New Order, Happy Mondays. A pesar de que muchas cosas que la cinta narra son verdades a medias o rumores de los que la misma cinta se burla acerca de su veracidad, el espíritu de adrenalina constante en la que vivía Wilson y sus socios reflejan a la perfección el caos que canta Joy Division en su canción “Disorder” Con una gran dosis de humor, drogas, trip, alchol, discotecas y un rock que estaba cambiando su sonido y generando revoluciones en los jóvenes, Wilson se mete de lleno a un mundo en el que de simple amante de la música comienza poco a poco a llevar adelante un imperio musical que se le va de las manos por el descontrol constante en que las fiestas y la locura lo llevan. Los cameos de algunos pesos importantes de la escena de Manchester de su momento, así como las referencias al movimiento musical de finales de los setenta cuando todo comenzaba a tornarse más electrónico (más rave) son simplemente maravillosas y las reflexiones de Wilson me parecen realmente sinceras y para nada pedantes. La película es como un “Transpoting” un poco más alegre si se puede, porque aun cuando todo estaba perdido hay espacio para la risa. Una gran película que recomiendo para aquellos que quieran desentrañar el verdadero sentido de lo que es una fiesta fuera de toda convención y norma. Porque una fiesta es mucho más que salir a bailar y atracar furtivamente con alguien que te guste, es realmente exaltar todas las pasiones y permitirse que la locura te domine.

BONUS:

 

“Carrete de verano” (Patricio Mora y Marcos de Aguirre; 1984)



Un documental chileno que retrata los carretes veraniegos (un chilenismo para designar el termino irse de fiesta) que se vivían en plena dictadura mostrando a jóvenes de distintos estratos sociales y miradas políticas disfrutar de su juventud. No verás descontrol ni locura (aunque sí algunos borrachos) pero es un registro histórico de una juventud que comenzaba a separarse cada vez más en una brecha infranqueable. El foco del documental no está puesto tanto en la idea de evasión de los jóvenes dentro de las fiestas, ese es sólo el punto de partido, en realidad el documental lo que le importa es darle la voz a los jóvenes con respecto a lo que piensan sobre el futuro del país, el futuro de la sociedad y en definitiva la manera de sobrellevar la alegría en tiempos realmente oscuros. Una joyita de aquellas que entrega muy de vez en cuando el cine chileno. El documental está entero en youtube y se los dejo aquí abajo.

 

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