miércoles, 2 de octubre de 2019

Series para ver, volver a ver y pensárselo mejor antes de ver: Disenchantment segunda temporada





Sin demasiado anuncio la segunda parte de la nueva serie creada por Matt Greoning (Los Simpsons, Futurama) llegó a Netflix y no consiguió levantar demasiadas expectativas. Luego de una correcta, pero tibia, primera temporada, esta segunda parte parece confundir mucho más el tono de la serie y desaprovecha bastante a sus personajes.

 

Un hechicero lo hizo

La primera parte de Disenchantment consiguió terminar de una forma bastante aceptable dando a entender que más que una sitcom buscaba ser una serie épica con una historia trazada de antemano y llena de elementos de comedia. Y en efecto, esta nueva entrega despliega en sus tres primeros episodios los puntos más fuertes que la serie evocó: buen uso de los personajes y sus características, espacios dinámicos y una historia bastante interesante que se desarrolla a buen ritmo. Recapitulemos un poco: 


Luego de que la reina Dagmar vuelva a la vida y traicione a su familia, todxs lxs habitantes de Dreamland son petrificados salvo el rey Zøg. Dagmar se lleva a su hija la princesa Bean, quien confundida y aún triste por la muerte de Elfo no puede conciliar esta nueva situación en su vida. Dagmar lleva a Bean al reino de Maru en donde conoce a sus tíos, nada más ni nada menos que los mismos tipos que le enviaron a Luci para corromperla. Rápidamente la princesa presiente que hay algo raro en todo esto y su curiosidad la lleva a acertar, aparentemente su madre es una hechicera que usa fuerzas oscuras y quiere usar a su hija en sacrificio para pagar una deuda con el infierno…o eso es lo que se nos deja ver.



Este nuevo escenario da pie a muchos momentos interesantes y por sobre todo, a personajes bien diseñados que sin perder – cuando se es necesario – la cuota humor o sarcasmo necesario saben aportar bien a la historia. La trilogía que conlleva estos primeros capítulos en cierto modo le dan un cierre a las cosas expuestas en los capítulos finales de la temporada pasada, no así a la mitología de la serie, ya que ésta continua extendiéndose en elementos, incluso del folclor medieval, así como en personajes que esconden secretos y nuevos misterios a los que sólo tenemos pinceladas de explicación (La madre de Elfo, las criaturas que viven bajo el castillo de Dreamland, el pavo que Ona y Osvald enviaron con un mensaje).


El problema aquí es que luego de estos tres primeros episodios (que son los mejores de lo que va de serie) todo se vuelve predecible, repetitivo, tanto en trama como en actitudes de los personajes, salvo Zøg a quien se le otorga más profundidad entrando de alguna manera al grupo protagónico sin necesidad de que su rostro figure en los poster ni nada. El mayor problema es que luego de darnos una seguidilla de capítulos que mezclaban muy bien el humor y la trama de aventuras (al estilo de Futurama) los siguientes episodios (con excepción de aquel en que  Zøg se enamora de una mujer oso) no consiguen mostrar nada muy interesante, es más, salvo uno que otro detalle misterioso que tiene relevancia al final de esta segudna temporada, todas las historias son bastante clichés y no muestran ningún aspecto divertido ni interesante de sus protagonistas y mucha menos del resto del elenco.


Si la serie toma el ritmo de una sitcom y sólo vuelve a mostrarse interesante y bien construida tanto en los primeros como en los últimos capítulos, quizás es porque hay un problema de dirección. Por otro lado, si Greoning lee esta insípida crítica, le sugeriría con todo mi corazón que abandone las tramas de sitcom que actualmente están más muertas que la economía neoliberal. Definitivamente los mejores momentos de Futurama se dieron cuando nos encontrábamos con historias bien desarrolladas y enfocadas en sus personajes, no en historias azarosas ni aventuras insulsas. Definitivamente podemos decir que por la dejadez y mínimo desarrollo de sus personajes, esta temporada un hechicero la hizo.



Cuestión de enfoques



Si bien en Futurama nos enteramos recién en la cuarta temporada de la misión real que tiene Fry en el futuro (algo que él mismo ignoraba), aquella serie no se proponía mostrarse como una saga épica. En este caso, las pretensiones de Disenchantment parecen ir desde un primer momento por ese lado.  También es difícil recordar buenos diálogos, salvo aquellos que expresa Dios en el segundo capítulo, que  definitivamente podemos decir es el mejor de lo que va de serie.

También duele ver que el personaje de Luci pasa cada vez a ser más intrascendente, su pasado no consigue ser muy interesante, aunque da pistas algo confusas sobre en qué época  transcurre toda esta fantasía (Luci declara haber sido el secretario de Satanás en el 2004…¿2004 antes de Cristo?) son cosas que quedan en un limbo de suposiciones y sólo sirven para que lxs fans de siempre elaboren sus locas teorías, si es que acaso ese mundo tiene una conexión con Futurama o son sólo guiños que los creadores hacen para darle un contexto unificador a ambas creaciones de Greoning.



Crear una serie con una mitología interesante y llena de interpretaciones es posible, pero termina siendo muy difícil o más bien molesto, cuando esa mitología se mantiene en suspenso por casi cinco o seis capítulos que en este caso no parecen ser otra cosa que un relleno, ¿Elfo viviendo con Luci?, ¿Derek triste por no tener amigxs?, ¿Bean viajando a un mundo steampunk?, ¿Bean planeando robar el dinero de su Padre? En su mayoría tramas tan carentes de interés que hasta los mismos personajes parecen desacreditados con lo que la historia les demanda.  



Los aspectos positivos siguen siendo los concernientes a la producción: los paisajes, las ilustraciones y los nuevos escenarios presentados (especialmente el alucinante infierno) consiguen ser de una calidad inmensa y le dan una personalidad llamativa a la serie, así como su entretenida intro. Disenchantment sigue conservando el potencial que muchxs le vieron en su primera temporada, sigue acumulando secretos y misterios a priori llamativos, pero si no consigue perfilar su historia o generar un vínculo más llamativo con el carácter de sus personajes (Bean se hace infumable en esta temporada,) no podrá sobrevivir a una tercera temporada.



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