sábado, 9 de mayo de 2015

El pesado negocio de la nostalgia



Durante gran parte de los noventa la mayoría de los países Latinoamericanos vivió un influjo de cultura popular nipona que marco a muchos hasta el punto de adoptar durante los siguientes años una moda particular influenciada por el anime el cual sin duda termino convirtiéndose en un negocio redondo. Otras personas quedaron tan embelesadas por la cultura japonesa que no satisfechas con aquella moda la transgredieron y adaptaron sus vida a las mismas reglas de la cultura del país del sol naciente.

Hoy en día para los que crecimos en esa época y gustamos de aquellas series que iluminaron nuestras tardes después del colegio tenemos un par de cosas por las que alegrarnos. Hace poco se nos desorbitaron los ojos cuando nos enteramos de  la confirmación de una nueva entrega de Dragon Ball, algo que de todos modos parecía muy probable debido al éxito de las últimas películas que bajo la supervisión del mismo Toriyama la productora Toei Animation lanzó el año 2013 (La batalla de los Dioses) y el pasado Marzo de este año (La resurrección de Frezeer) Ambas películas dejaban entrever que algo más grande se tejía por lo que la teoría de una nueva serie de parte de los fanáticos no se hizo esperar, pero nadie se imaginó que la cosa vendría tan a rajatabla, ni un solo rumor que se haya escapado del estudio pudo alimentar las ansias, la confirmación se hizo tan solo la semana pasada y aún hay algunos que no entienden muy bien de qué va todo esto. No puedo decir mucho por qué desconozco los detalles tanto como cualquiera, pero esta nueva entrega original titulada como Dragon Ball Super y supervisada bajo la lupa del despreocupado Akira Toriyama (cuya ausencia es lo primero que se resalta a la hora de analizar el fracaso que fue Dragon Ball GT) viene a ofrecer una canónica continuidad al anime de los 90 y se sitúa durante los hechos ocurridos después de la última película. ¿Tendrá sentido un nuevo anime con la firma de Dragon Ball a estas alturas? ¿Por qué mejor no seguir con una entrega de OVAS o un par de películas más? Da para pensar este asunto. La generación que creció con esta serie está ubicada actualmente entre los 22 y 30 años aproximadamente lo que no es un rango tan aceptable para recepcionar una serie de este estilo, aunque claro se trata de un anime que marcó infancias y eso la hace de inmediato ganar plusvalía ante la competencia, sin embargo, desde la aparición en 2009 de aquel remake llamada Dragon Ball Kai la franquicia ha buscado la aprobación de un público nuevo, en el fondo, niños que son los principales movilizadores de marketing y eso le ha quitado mucho corazón al dragon ball con el que crecimos al punto que muchos fans antiguos deploraron la estética y animación que se le adhería a la marca. Hay que ser sinceros y entender que Dragon Ball es una serie para niños, con trama simple, personajes insulsos y giros predecibles, no me malentiendan, crecí con ella y todo el furor que la ensalzó, la amo, pero no por esto ocultaremos lo que en realidad es de hecho el año pasado me dio por ver la saga más letárgica de todas, la de Boo, y ahí me di cuenta de lo adormecedora que en realidad era al menos en esa etapa (la saga de frezeer es simplemente magistral, de eso nada que decir)

Si la serie va en búsqueda de un nuevo Publio que es lo más seguro rápidamente (la serie será transmitida los Domingos a las nueve de la mañana) perderá a sus leales seguidores que preferiremos recordarla como algo que marco con fuego nuestra niñez, después de todo si Dragon Ball es capaz a más de veinte años de su creación de ganar nueva audiencia es porque algo tiene, pero ese algo sólo lo pueden ver los niños quienes hoy pertenecen a la generación de la inmediatez cibernética, una generación que tal vez no sepa apreciar la trama épica de Dragon Ball fuera de un videojuego, o sí, quién sabe. Si bien todo parece resguardado el asunto no deja de ser una apuesta, de todas formas nadie se imagina una formula muy diferente a la conocida (nuevos niveles de transformación, enemigos que buscan paulatinamente una progresión en su poder, simplicidad argumental, gags de humor pueril) por lo que tampoco es tan disparatado pensar que la nueva serie beberá de la nostalgia al menos en un primer momento y podrá encantar a todos los públicos, ahí tendremos que decidir nosotros los más viejos qué tanto nos enganchará el asunto o si acaso ya definitivamente colgaremos la toalla y dejaremos libre a las esferas del dragón para que otros las recolecten con la misma pasión que lo hicimos en el pasado.
La cosa es que este rebirth  de alguna forma sigue la senda de mercado que otras series como Sailor Moon o los Caballeros del zodiaco (ambos animes de culto de los noventa) han resaltado anteriormente, la primera con un remake realizado el año pasado llamado Sailor Moon Crystal, fiel y leal al manga, pero con ciertos retoques estéticos,  mientras que los caballeros del zodiaco o mejor dicho Saint Seiya que si bien pareciera que nunca dejo de estar presente durante la década del 2000 debido a que aparecían películas y OVAS  de manera intermitente, el 2012 todo se zanjo con la aparición de nuevas aventuras de la mano del spin off Saint Seiya Omega que traía las aventuras de nuevos guerreros y apuntaba a un público totalmente nuevo, sin embargo, este año y en honor a la nostalgia la productora Toei decidió sacar a relucir un nuevo spin off basado en los populares caballeros de la armadura de oro y centrada en Aioria de Leo llamada Saint Seiya: Soul of gold. Este agarrón de pelotas por parte de la productora a nuestra nostalgia infantil se ve incrementado por otras cosas como una película para el 2016 de Yu-Gui-Oh protagonizado por los personajes de la primera serie, esa que hizo que en un abrir y cerrar de ojos todos los niños estuviésemos comprando mazos de cartas con figuras de monstruos y aprendiendo reglas de un juego intrincado. Hay que sumar otra noticia que ya lleva tiempo circulando, Digimon, aquella serie de aventuras que estuvo destinada a batallar codo a codo contra Pokemon por el público infantil de finales de los 90  y principios del 2000 también regresa, pero no con una nueva temporada ni con personajes nuevos y cosas por el estilo, la franquicia ya lleva siete temporadas donde desde la tercera van cambiando personajes e historias siendo estas totalmente independientes a las anteriores, sin embargo, los fans de la serie (y por supuesto la inmensa mayoría que simplemente vio la primera, le gusto, pero ya)  catalogan la temporada original (y a su primer opening) como la mejor de todas y esta intensidad se nota, obviamente a nivel de popularidad general los personajes de esta serie (que tendrían su secuela en la siguiente temporada) se llevan las palmas y muchos alaban a Digimon por ofrecer lo que Pokemon carecía con sustancia, una historia de madurez emocional. Pues bien, el año pasado la Toei Animation anunció el estreno de una nueva entrega que contaría con los personajes de la serie original siete años después de los hechos ocurridos en la segunda temporada, esto llamo la atención debido a que la segunda temporada cierra conclusivamente las historias de todos estos personajes, pero bueno, así están las cosas, las estrategias de marketing todo lo pueden, al final se trataría de 6 OVAS que contarían una pequeña historia sobre el crecimiento y los valores de la amistad. A diferencia de lo que quiere hacer Dragon Ball creo que en este caso inteligentemente se está  apuntando a un público específico que simplemente busca revivir la nostalgia de su infancia (en algunos más lejana, en otros más cercana) y no es el objetivo principal captar nuevo público. Más allá de la base de fans que la franquicia de Digimon tiene y tendrá estos OVAS que muy difícilmente llegarán a Latinoamérica nos mostrarán mediante un tiempo preciso y con una impronta mucho más adulta (por ello han cambiado el diseño de personajes haciéndolos parecer mucho más estilizados) otro enfoque en las relaciones de amistad. Por cierto, si esto fuese poco también se rumorea que la Toei Animation tiene en carpeta revivir Slum Dunk y darle un final digno. Ahora sólo falta que Ranma ½ vuelva a la palestra y voila nuevamente los noventa brillan con esplendor.
                      Trailer de Digimon Tri

Todos estos rebirth nos hacen pensar en las necesidades de la industria de estrujar más  las historias que llegaron a un peak mundial de popularidad con el pretexto de la nostalgia en su gran público tal como Hollywood lo hace hoy en día con tanto remake de película que tuvo sus mejores lustros décadas atrás, aunque nunca se sabe cómo pueda resultar todo, pueden pasar grandes cosas (tengo muchas esperanzas con lo nuevo de Digimon) así como grandes bodrios que sólo los fanáticos sabrán tragarse. De todos modos esa necesidad imperiosa de estar revisitando a cada rato aquello que en el pasado nos produjo alegría ya se hace sospechoso, da para creer que la compañía se está quedando sin ideas consistentes y quiere apostar a la segura. Sea como sea mucho se puede opinar, mucho se puede elucubrar, pero hasta no ver el producto tal cual no podremos cerrar totalmente el beneficio de la duda. Así funciona el pesado negocio de la nostalgia.-

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