Durante gran parte de
los noventa la mayoría de los países Latinoamericanos vivió un influjo de
cultura popular nipona que marco a muchos hasta el punto de adoptar durante los
siguientes años una moda particular influenciada por el anime el cual sin duda
termino convirtiéndose en un negocio redondo. Otras personas quedaron tan
embelesadas por la cultura japonesa que no satisfechas con aquella moda la
transgredieron y adaptaron sus vida a las mismas reglas de la cultura del país
del sol naciente.
Hoy en día para los que
crecimos en esa época y gustamos de aquellas series que iluminaron nuestras
tardes después del colegio tenemos un par de cosas por las que alegrarnos. Hace
poco se nos desorbitaron los ojos cuando nos enteramos de la confirmación de una nueva entrega de Dragon Ball, algo que de todos modos parecía muy probable debido al éxito de las
últimas películas que bajo la supervisión del mismo Toriyama la productora Toei Animation lanzó el año 2013 (La batalla de los Dioses) y el pasado Marzo de
este año (La resurrección de Frezeer) Ambas películas dejaban entrever que algo
más grande se tejía por lo que la teoría de una nueva serie de parte de los
fanáticos no se hizo esperar, pero nadie se imaginó que la cosa vendría tan a
rajatabla, ni un solo rumor que se haya escapado del estudio pudo alimentar las
ansias, la confirmación se hizo tan solo la semana pasada y aún hay algunos que
no entienden muy bien de qué va todo esto. No puedo decir mucho por qué
desconozco los detalles tanto como cualquiera, pero esta nueva entrega original
titulada como Dragon Ball Super y supervisada bajo la lupa del despreocupado
Akira Toriyama (cuya ausencia es lo primero que se resalta a la hora de
analizar el fracaso que fue Dragon Ball GT) viene a ofrecer una canónica
continuidad al anime de los 90 y se sitúa durante los hechos ocurridos después
de la última película. ¿Tendrá sentido un nuevo anime con la firma de Dragon
Ball a estas alturas? ¿Por qué mejor no seguir con una entrega de OVAS o un par
de películas más? Da para pensar este asunto. La generación que creció con esta
serie está ubicada actualmente entre los 22 y 30 años aproximadamente lo que no
es un rango tan aceptable para recepcionar una serie de este estilo, aunque
claro se trata de un anime que marcó infancias y eso la hace de inmediato ganar
plusvalía ante la competencia, sin embargo, desde la aparición en 2009 de aquel
remake llamada Dragon Ball Kai la franquicia ha buscado la aprobación de un
público nuevo, en el fondo, niños que son los principales movilizadores de
marketing y eso le ha quitado mucho corazón al dragon ball con el que crecimos
al punto que muchos fans antiguos deploraron la estética y animación que se le
adhería a la marca. Hay que ser sinceros y entender que Dragon Ball es una
serie para niños, con trama simple, personajes insulsos y giros predecibles, no
me malentiendan, crecí con ella y todo el furor que la ensalzó, la amo, pero no
por esto ocultaremos lo que en realidad es de hecho el año pasado me dio por
ver la saga más letárgica de todas, la de Boo, y ahí me di cuenta de lo
adormecedora que en realidad era al menos en esa etapa (la saga de frezeer es
simplemente magistral, de eso nada que decir)
Si la serie va en búsqueda de un nuevo Publio que
es lo más seguro rápidamente (la serie será transmitida los Domingos a las nueve de la mañana) perderá a sus leales seguidores que preferiremos
recordarla como algo que marco con fuego nuestra niñez, después de todo si
Dragon Ball es capaz a más de veinte años de su creación de ganar nueva
audiencia es porque algo tiene, pero ese algo sólo lo pueden ver los niños
quienes hoy pertenecen a la generación de la inmediatez cibernética, una
generación que tal vez no sepa apreciar la trama épica de Dragon Ball fuera de
un videojuego, o sí, quién sabe. Si bien todo parece resguardado el asunto no
deja de ser una apuesta, de todas formas nadie se imagina una formula muy
diferente a la conocida (nuevos niveles de transformación, enemigos que buscan
paulatinamente una progresión en su poder, simplicidad argumental, gags de
humor pueril) por lo que tampoco es tan disparatado pensar que la nueva serie
beberá de la nostalgia al menos en un primer momento y podrá encantar a todos
los públicos, ahí tendremos que decidir nosotros los más viejos qué tanto nos
enganchará el asunto o si acaso ya definitivamente colgaremos la toalla y
dejaremos libre a las esferas del dragón para que otros las recolecten con la
misma pasión que lo hicimos en el pasado.
La cosa es que este rebirth
de alguna forma sigue la senda de
mercado que otras series como Sailor Moon o los Caballeros del zodiaco (ambos
animes de culto de los noventa) han resaltado anteriormente, la primera con un
remake realizado el año pasado llamado Sailor Moon Crystal, fiel y leal al
manga, pero con ciertos retoques estéticos, mientras que los caballeros del zodiaco o
mejor dicho Saint Seiya que si bien pareciera que nunca dejo de estar presente durante
la década del 2000 debido a que aparecían películas y OVAS de manera intermitente, el 2012 todo se zanjo
con la aparición de nuevas aventuras de la mano del spin off Saint Seiya Omega
que traía las aventuras de nuevos guerreros y apuntaba a un público totalmente nuevo,
sin embargo, este año y en honor a la nostalgia la productora Toei decidió
sacar a relucir un nuevo spin off basado en los populares caballeros de la
armadura de oro y centrada en Aioria de Leo llamada Saint Seiya: Soul of gold.
Este agarrón de pelotas por parte de la productora a nuestra nostalgia infantil
se ve incrementado por otras cosas como una película para el 2016 de Yu-Gui-Oh protagonizado
por los personajes de la primera serie, esa que hizo que en un abrir y cerrar
de ojos todos los niños estuviésemos comprando mazos de cartas con figuras de
monstruos y aprendiendo reglas de un juego intrincado. Hay que sumar otra
noticia que ya lleva tiempo circulando, Digimon, aquella serie de aventuras que
estuvo destinada a batallar codo a codo contra Pokemon por el público infantil
de finales de los 90 y principios del
2000 también regresa, pero no con una nueva temporada ni con personajes nuevos
y cosas por el estilo, la franquicia ya lleva siete temporadas donde desde la
tercera van cambiando personajes e historias siendo estas totalmente
independientes a las anteriores, sin embargo, los fans de la serie (y por
supuesto la inmensa mayoría que simplemente vio la primera, le gusto, pero
ya) catalogan la temporada original (y a
su primer opening) como la mejor de todas y esta intensidad se nota, obviamente
a nivel de popularidad general los personajes de esta serie (que tendrían su
secuela en la siguiente temporada) se llevan las palmas y muchos alaban a Digimon
por ofrecer lo que Pokemon carecía con sustancia, una historia de madurez
emocional. Pues bien, el año pasado la Toei Animation anunció el estreno de una
nueva entrega que contaría con los personajes de la serie original siete años
después de los hechos ocurridos en la segunda temporada, esto llamo la atención
debido a que la segunda temporada cierra conclusivamente las historias de todos
estos personajes, pero bueno, así están las cosas, las estrategias de marketing
todo lo pueden, al final se trataría de 6 OVAS que contarían una pequeña
historia sobre el crecimiento y los valores de la amistad. A diferencia de lo
que quiere hacer Dragon Ball creo que en este caso inteligentemente se
está apuntando a un público específico
que simplemente busca revivir la nostalgia de su infancia (en algunos más lejana,
en otros más cercana) y no es el objetivo principal captar nuevo público. Más
allá de la base de fans que la franquicia de Digimon tiene y tendrá estos OVAS
que muy difícilmente llegarán a Latinoamérica nos mostrarán mediante un tiempo
preciso y con una impronta mucho más adulta (por ello han cambiado el diseño de
personajes haciéndolos parecer mucho más estilizados) otro enfoque en las
relaciones de amistad. Por cierto, si esto fuese poco también se rumorea que la
Toei Animation tiene en carpeta revivir Slum Dunk y darle un final digno. Ahora
sólo falta que Ranma ½ vuelva a la palestra y voila nuevamente los noventa brillan con esplendor.
Trailer de Digimon Tri
Todos estos rebirth nos
hacen pensar en las necesidades de la industria de estrujar más las historias que llegaron a un peak mundial
de popularidad con el pretexto de la nostalgia en su gran público tal como
Hollywood lo hace hoy en día con tanto remake de película que tuvo sus mejores
lustros décadas atrás, aunque nunca se sabe cómo pueda resultar todo, pueden pasar
grandes cosas (tengo muchas esperanzas con lo nuevo de Digimon) así como
grandes bodrios que sólo los fanáticos sabrán tragarse. De todos modos esa
necesidad imperiosa de estar revisitando a cada rato aquello que en el pasado
nos produjo alegría ya se hace sospechoso, da para creer que la compañía se
está quedando sin ideas consistentes y quiere apostar a la segura. Sea como sea
mucho se puede opinar, mucho se puede elucubrar, pero hasta no ver el producto
tal cual no podremos cerrar totalmente el beneficio de la duda. Así funciona el
pesado negocio de la nostalgia.-
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