Muse carga con el karma
de que cada nuevo disco que saca inmediatamente se le compara con el
“Absolution” del 2003, uno de sus trabajos más característicos, completos y definitivos en cuanto a sonido,
por lo mismo es considerado por la mayoría como el mejor de su carrera. Sin
embargo desde que “Absolution” vio la luz Bellamy y compañía no se han querido
desenmarcar de aquella propuesta y más allá de una que otra eventual canción que experimenta por rincones poco habituales al puslo de la
banda, ésta ha seguido marcada por los derroteros de aquella placa siendo una exigencia
implicita de una gran base de fans un disco que pueda eclipsarla.
¿Será Drones la
producción que pueda alcanzar tal hazaña? La posición de Muse en el mundo de la
música y específicamente en el mainstream del rock los últimos diez años ya es
bastante cómoda, no necesitan convencer a nadie de su pericia, arriesgarse es
algo que hace tiempo no hacen realmente, más allá de intentar mezclar elementos
de otros mundos a su cada vez más suave rock Muse corre el riesgo de girar en
círculos frente al inmenso monolito que es “Absolution”. Su esfuerzo
discográfico producido el 2012 “The 2nd law” quizás sí fue el trabajo más
nefasto hasta la fecha y dejaba una cierta amargura acerca del destino en que
la banda podría orientar su nueva dinámica. Con un Bellamy cada vez más
encantado por los sonidos pop, pero sin mucha proeza a la hora de hacerlos
estallar y recurriendo a las mismas fórmulas de su disco pasado “The 2d law”
fue esfumable, sin mucho tino y coherencia, un trabajo del que todos nos creamos
muchas expectativas, pero que al final quedo ahí como una marca más por debajo
del “Absolution”. Es difícil ver esto en músicos de tal calibre y virtuosismo,
pero bueno, nadie es inefable y que las canciones obedezcan a formulas bien-orejas
no quiere decir que se esté haciendo un trabajo interesante o estimulante, en
última instancia MUSE dejaba tranquila sus ansias de vender un nuevo repertorio de canciones que a las
finales ni ellos mismos se las tomaban muy en serio. Pasaron tres años y como
de costumbre la banda vuelve con un
trabajo renovado en fanfarria y energía, MUSE es toda una institución y su
regreso no podía pasar desapercibido: Gira mundial, videos de altísima calidad
y un despliegue técnico que ya es marca registrada dejan en claro que la banda
sabe brindar un espectáculo con todas sus palabras. Pero bueno, remitámonos al
disco.
¡¡Reapers en vivo!!
Quise empezar comentando
lo decepcionante que fue “The 2nd law” para muchos porque básicamente si aquel
disco sirvió para algo fue para reafirmar el deseo que todos tenían de volver a
escuchar a los MUSE gamberros, poderosos y exorbitantes que
conocimos a fines de la década del 90, pues ¡se pensó y se hizo! Muse desde el
primer comunicado oficial expreso que en este disco volverían a sus raíces más
agresivas, pero había que ver antes de creer, el camino pop
con aires de rock progresivo se había empedrado con fuerza como para volver
atrás tan así como así. Pasaron los meses y aparecieron los adelantos “Psycho”
sonaba como muchos querían que la banda volviese a sonar, primer objetivo cumplido
dejar contentos a los que esperaban ver una banda cabreada y rockera. Ahora que
“Drones” está al alcance de todos podemos dicernir si la propuesta es realmente
esa o acaso “Phyco” fue un simple anzuelo, eso si, no me pidan que me ponga
“cuatico” y disemine la joya
conspiranoica que son las letras de Bellamy, sobran Salfates en esta vida.
“Drones” es un disco
conceptual que potencia el sonido progresivo presentado en “Black hole and revelation” pero sin perder la sensibilidad pop que la banda ha cultivado desde
sus inicios y a la que últimamente se han aferrado bastante. A lo largo de las
canciones se narra la historia de un protagonista que decide abandonar sus
esperanzas y formar parte de un ejército de drones, entre medio de todo esto como
mil notas y referencias conspiranoicas propias de la cabeza rayada de Bellamy.
La pista que comienza todo “Dead inside” rememora el lúdico “Panic station” del
disco pasado y ya comenzamos a sospechar que esa vuelta a las raíces venía con
un pero, la canción en todo caso logra provocar una sensación de sorpresa y
frescura en un primer momento con la ayuda de un panorama sonoro robótico,
maquinal y sintético, pero no mantiene la atención completamente y a medida que
la propia canción se deshace en lo obvio
(riff melodramáticos y falsetes sufridos) uno no deja de pensar que era un tema
que dentro de todo hubiese calzado mejor en el irregular “The 2nd law”. La popular “Phyco” puede ser reconocida ya a
estas alturas como un precoz himno y sin duda llevará el estandarte del disco
durante mucho tiempo, una canción básica y corriente dentro de lo que Muse
hace, pero que transmite onda, lamentablemente la banda cae en la misma
autorreferencia del tema anterior, incluso cuando la canción se dio a conocer
todo el mundo la relacionó inmediatamente con “Uprising” como si se tratase de
su hermano gemelo asesino, de todos modos por el clima que provoca creo, a pesar de su sencillez y obviedad que es
una buena canción. “Mercy” no ofrece ninguna sorpresa, otra canción que recuerda a las
tantas que Bellamy compuso en el pasado, es como si nos estuviesen mostrando la
misma cosa, pero maquillada para que no se le noten las arrugas mal llevadas,
se puede rememorar en “Mercy” algo de “Starlight”; “Guiding light” o “Big Freeze”. Pero hay esperanza, a ese olvidable tema le secunda “Reapers” que abre
con un poderoso tapping de los que Bellamy ya sabe hacer con los ojos
cerrados y poco a poco da paso a una canción realmente buena, gamberra, que
expone la mejor faceta del trio sin que necesariamente caigan en la nostalgia
de otros temas, “Reapers” logra que los
tres instrumentos se luzcan con creces en lo que yo considero son homenajes y
guiños directos a RUSH, “Reapers” puede ser la canción más extrovertida del
disco y que te hace comenzar a tomar más en serio la propuesta.
“The handlers” es otro
gran tema que impone dureza desde el vamos, mantiene la esencia musical del
grupo sin retornar a riff nostálgicos ni ritmos obvios, y ahí es cuando la cosa
se pone interesante, MUSE crea desde lo que sabe y le gusta hacer, el
melodrama, lo barroco y el rock denso, así es como da gusto escucharlos, desde lo que son y han construido, pero sin parodiarse, “The handlers” levanta
el disco un poco más de lo que “Reapers” había conseguido y la cosa se pone
cada vez más interesante con “Defector” tema que es introducido por un breve
segmento en el que se escucha la voz del asesinado presidente John F Kennedy.
El tema si bien cae en los vicios típicos de Muse: Bajo distorsionado, baterías
potentes y guitarras precisas que marcan la melodía, lleva el signo musical del
power trío con orgullo, una épica que no se le puede reconocer a ninguna otra
agrupacion. “Revolt” retoma las influencias
de U2 que la banda ya había dejado patente en su disco anterior y las
retroalimenta con un rock alternativo propio de The Killers, no es un mal tema,
pero no causa la misma conmoción que los anteriores, aunque en definitiva
supera a esa obviedad que era “Mercy”
En el tramo final del
disco se presenta la volátil “Aftermath” que comienza emulando las producciones
más alucinógenas y calmas de Pink Floyd y que se va encauzando de una manera
correcta por medio de una guitarra conductora y un sintetizador preciso hasta
desembocar en un hermoso solo de
guitarra que enmarca la canción como una de las más preciosas escrita en muchos
años por Bellamy, la influencia de Queen se deja sentir con fuerza al final del
estrambótico tema y es todo un orgasmo que deja como un chiste al poderoso tema
que Muse interpretó para las olimpiadas del 2012 “Survival”. Para finalizar “The globalist” abre con un silbido western
que aduce sin lugar a dudas a Morricone y lentamente va dando paso a una sutil
marcha, estamos ante lo que se podría decir es la secuela espiritual del tema
“Knight of cydonia” Al menos la teatralidad de la canción y su espesor así lo deja
ver. De a poco el western reposado va dando paso a un hard rock en donde la
batería de Dominic Howard se luce (como siempre lo hace cuando los ataques
intensivos de MUSE lo requieren) y va dando el pie a un salvaje solo de
guitarra que eventualmente se empalma con un réquiem en piano que por momentos
vuelve a subir su intensidad, no obstante el dramatismo casi de opera que se
puede apreciar ya nos remite directamente al ambiente final del disco “The
resistence”. El disco cierra con “Drones” un tema que a modo de epilogo deja
escuchar un coro propio de iglesia gotica en donde varias voces se cruzan con
su rever dándole un final estelar a la historia que se estaba narrando.
En definitiva el disco
no ha logrado superar las expectativas de muchos, sobre todo porque un buen par
de temas no hacen más que estorbar la experiencia y la banda se remite
demasiado a lo seguro sin arriesgar su culo, llegando incluso a autoparodiarse.
Pero también hay que ser justos y reconocer que a estas alturas podemos
notar una marca registrada al momento de escuchar un tema de MUSE y eso es algo
que distingue a la banda por sobre cualquier otra. El disco también tiene un concepto y una
lógica mucho más sensata que su trabajo anterior y algunos temas son
simplemente magistrales y llevarán el nombre de este trio más allá de la gloria
en la que ya están, también se han dado algunos guiños interesantes de que el
camino del rock progresivo puede hacer florecer la creatividad de la
agrupación, y no es que me moleste su lado pop (me encanta la canción
“Undisclosed desire” de mis favoritas aunque mi novia piense que parezca de
Jay-Z) pero siento que su camino por lo progresivo suele llevarlos a su mejor
condición, de todos modos Muse ya son una institución y sus discos por muchos peros que tengan a las
finales nunca son realmente malos, pero es una banda grande y le pediremos
cosas grandes, este disco fue un buen intento, pero no logra convencer del todo.
Igual ellos vendrán a Latinoamerica y es un gozo divino, no hay que
perder la oportunidad de echarles un vistazo a lo que sin duda es ya un clásico
en vida.-
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