lunes, 30 de noviembre de 2015

Series para ver, volver a ver y pensárselo mejor antes de ver: Digimon TRI




Las compañías de anime están pasando por una fuerte crisis económica que les ha valido el cuestionamiento de muchas de sus decisiones comerciales, según la estrecha visión de los orientales (já, chiste de doble sentido) este es el momento en que generar series debe convertirse en algo rentable al menor costo posible, por lo mismo se ha puesto en tela de juicio de forma acérrima el nivel de producción de algunos capítulos de Dragon Ball Super o Sailor Moon Crystal. Pero más allá de eso, pues de todos modos hay ciertas compañías que mantienen los estandartes de calidad técnicos de forma muy óptima en sus producciones como Madhouse, es bastante decidor como en este año crítico para las compañías de anime la nostalgia ha venido a calmar un poco las aguas, al buen momento que viven hoy por hoy series que hace 20 años ya causaban furor entre los niños  se le sumó la secuela directa de Digimon Adventure.

Digimon se estrenó en 1999 (no es una serie tan noventera como todo el mundo cree) y aunque en occidente se le presentó como la competencia directa de Pokemon, realmente nunca fue tan así debido a que ambas franquicias iban por caminos distintos a pesar de concentrar al mismo público. La serie original si bien fue creada con el fin de capitalizar un triunfo en productos de mercadotecnia el éxito inusitado y relevante les dio pie inmediatamente a los creadores de querer alargar la serie por un camino mucho más distinto al esquemático y monotonico camino que Pokemon ya estaba asumiendo desde su tercera temporada y que nodejaría más.  Antes de pasar a analizar el tema en cuestión hay que decir que en Japón estas series de estilo MONSTER durante los 90 siempre gozaron de aceptación y promoción, pero fue durante la primera mitad del 2000 que se promovieron con gran fuerza en Occidente sacando cada año (o a cada semestre) una más forzada que la otra (esta Medabots, Beydblade, Bakugan, Monster Rancher, Los caballeros del mundo mon, Shinzo, Flint el detective del tiempo y actualmente Yo-Kai Watch….) Muchas de esas series se han perdido en la memoria de cada quien que las atesore y en esencia le deben mucho a Pokemon y a Digimon como principales fuentes de influencia, pero no nos vayamos tanto por las ramas. Si bien el tiempo le dio la victoria a Pokemon debido a que sigue en emisión y producción durante ininterrumpidos 17 años, Digimon volvió a reclamar audiencia aunque a diferencia de Pikachu y sus amigos no busca encantar nuevas generaciones si no aferrarse a quienes crecieron con ellos. Nuevamente la nostalgia ataca con fuerza.

                   Ha esto hemos llegado cuando la nostalgia se mezcla con la histeria fanboy
 
Después de éxito de la primera serie de Digimon se lanzó una secuela al año siguiente llamado Digimon adventure 02 situada dos años después de los eventos transcurridos en  la primera. Esta secuela no supo mantener bien el nivel de calidad que había dejado la primera por lo que a pesar de no ser un fracaso definitivo no fue el golazo que todos esperaban y la producción se precipito para culminar con un final definitivo mostrando a todos los personajes ya crecidos y felices concluyendo definitivamente sus aventuras. Pero Digimon no termino ahí, la franquicia había cumplido ciertos logros por lo que para seguir generando mercadotecnia barata era necesario producir más “comerciales” por lo que se creó Digimon Tamers que en un primer momento confundió a muchos en Latinoamérica ya que se tituló como Digimon 03, esta serie se centraba en un arco argumental totalmente independiente de las dos series anteriores con eventos e historias nuevas, los siguientes años la compañía siguió con esta tendencia y cada serie nueva de Digimon era una historia independiente a la anterior. La cosa siguió así hasta la sexta serie llamada Digimon Xros Wars lanzada en 2010 (luego de cinco años sin que la franquicia anunciase nueva serie debido a los bajos niveles de audiencia que obtuvo la última) que sí tuvo una especie de secuela aunque nadie considera que sea tan así. De todos modos la cosa apuntaba a que la compañía que produce las series, Toei Animation, continuase sacando entregas de Digimon con el objetivo de captar nuevo público, hasta que en Agosto de 2014 con el pretexto de celebrar los 15 años del estreno de la primera serie se anuncia, ante el estupor de todos los viejotes que ya habían abandonado las nuevas tramas de la franquicia, una nueva serie que se desarrolla como una continuación directa de  Digiom Adventure 02 y tendría como protagonistas a los personajes de Digimon Adventure 01. 

Bueno eso es lo importante de saber para poder contextualizar el asunto ahora vamos al hecho en sí porque el 20 de Noviembre pasado se estrenaron los primeros cuatro ovas de la serie, sí, OVAS, esta será la modalidad de Digimon Tri, se producirán 6 películas divididas en cuatro ovas de 24 minutos cada uno, las películas serán repartidas en distintas fechas de aquí hasta el 2017 aparentemente, lo que sin duda es una muy buena decisión desde el punto de vista comercial debido al público más “maduro” que apuntan y también para el desarrollo argumental de la serie sin estar forzado el equipo de producción a sacar siempre un capítulo a la semana (cosa que bien podría joder su calidad) Bueno, lo primero que impacta sin duda es el diseño de los personajes humanos rompiendo con todo el estilo que la franquicia ha sellado como propio desde que comenzaron a generarlos. Es un cambio visual que obedece mucho a la tendencia que los animes lamentablemente están alimentando desde hace un tiempo, personajes muy estilizados, muy delgados y atractivos (joder, sí hasta a Goku lo tuvieron que adelgazar) pero aunque muchos criticaron ese aspecto y aunque el diseño desde que se lanzaron las primeras imágenes hasta el día de hoy ha cambiado sutilmente, realmente no es algo chocante de ver y rápidamente se pasa por alto debido al tono que el argumento intenta forjar mucho más serio y dramático, si bien es cierto que Digimon, al menos en sus primeras temporadas, siempre se ha caracterizó por elevar mucho el drama del desarrollo personal por sobre las batallas de monstruos o las aventuras místicas (lo contrario a Pokemon y otras series por el estilo) en esta temporada parecer ser que el nivel de dramatismo es un poco más complicado y central (claro que siempre tomando en cuenta – y por mucho que nos pese a los viejotes de casi treinta años– que es una serie infantil o a lo más juvenil) por  lo que estos personajes de tono un poco más realistas y con diseño de serie romántica colegial quedan bastante ad-hok. Al contrario sus compañeros Digimon han tenido un ligero cambio estético, resultando un poco más Kawais al punto de que ahora sí que parecen peluches en contraste a sus amigos humanos.

La serie transcurre cinco años después de Digimon 02, el contacto con el digimundo se ha cerrado sin explicación y los Digivice de los niños elegidos han dejado de funcionar hasta que misteriosamente algunos Digimons descontrolados traspasan la barrera de su mundo y la realidad y causan destrozos por Japón.  Los cuatro primeros capítulos se centran mucho en el conflicto interno de Tai el líder nato del grupo quien después de ver la destrucción y muerte que ha dejado el ataque de un Digimon comienza a tener serias dudas sobre como accionar ante casos de emergencia. Tai a diferencia del resto de los chicos elegidos es consciente por primera vez que las batallas y acciones a lo loco pueden generar desastres directos y consecuencias terribles a pesar de que estén luchando por un bien mayor y eso  lo detiene en muchos momentos  planteándose una y otra vez si lo que hace es correcto. Un poco masturbatorio aquello, pero la serie nuevamente brilla más por la variedad de sus personajes y sus relaciones que por el héroe atormentado que todos sabemos que finalmente podrá vencer sus temores.  El cómo cada personaje ha crecido y se ha desarrollado frente a sus propias preocupaciones y desafíos resulta bastante entretenido y más jugoso que la amenaza misma que enfrentan, de hecho estos cuatro primeros OVAS se centran con fuerza en ellos, pero no otorgándoles capítulos intensos como era el formato de la primera serie si no que cada capítulo actúa de modo coral entregando dulces momentos en que se muestra como las personalidades adolecentes de estos muchachos dicen mucho más de lo que ellos expresan a pesar de que mantienen su esencia intacta (excepto Tai que está en su fase EMO). Por un lado Zora (lo siento, no diré los nombres originales en japonés) mantiene su esencia de chica equilibrada intentando convalidar de alguna forma su amor por Matt y amistad-algo-más con Tai, trayéndole más de alguna complicación que yo sé que muchos fans disfrutaran. Mimi continua siendo la chica espontanea del grupo, pero es admirable su que se muestre una evolución logrando ser la más perceptiva del grupo. Izzy continúa siendo el genio informático que se las sabe todas casi por arte de magia, pero ahora está entrando en plena pubertad y sintiendo cosas vergonzosas por Mimi. TK dejo de ser el llorón que todos odiaban al muchacho lindo que se aprovecha de su galantería (algo medio inesperado para los fans) Joey fue el que menos se vio durante esta entrega, sigue estresado por los estudios y obligaciones como en la primera serie, parece retraído de todo lo que ocurre aunque fue el protagonista de uno de los mejores momentos del tercer capítulo. Kari no dio mucho que hablar durante esta entrega aunque todos vaticinan un idilio con TK que parece verla sólo como amiga. En cuanto a Matt su actitud vehemente y apasionada han sido hasta ahora el gatillo para que Tai reaccione de su sopor. A esto se le suman tres personajes nuevos que no dieron mucha luz en esta primera entrega y que no parecen tan relevantes o hasta este momento más allá de una nueva niña elegida muy opacada por una personalidad extraña y que se presentó formalmente en el último capítulo de esta serie de OVAS por lo que  dará más caña que cortar en capítulos próximos. 

                                     Estan todos en la pasta, por eso tan flacos!!!

En conclusión se trata de un ejercicio nostálgico, incluso su opening y ending rediseñados para la ocasión no logran transgredir mucho más a los originales. La trama avanzo lento, pero adecuado al ritmo que se propone desde un principio. Ahora el sentido de madurez que se le ha implantado a la serie es un tanto EMO y resulta molesto si continúan con tanto lloriqueo en las siguientes entregas, de hecho Digimon 01 tenía momentos más dramáticos, densos y hasta existenciales sin dejar el enfoque infantil que tanto gusto, a diferencia de ello esta serie cae un poco en el drama relamido porque sí y a pesar de que hasta ahora ha sido interesante ver a estos personajes más creciditos si la cosa no empieza a avanzar de una forma más conveniente para su género no seguirá con el mismo éxito que esta primera entrega tuvo. En todo caso me pareció una decisión acertada e inteligente por parte de la compañía lanzar la serie en OVAS para así enfocarse en un público selectivo que sepa aguantar una trama lenta y disculpar los errores que esta pueda insinuar, además un lanzamiento en OVAS supone siempre una mejor calidad técnica que la de una serie común aunque a pesar de eso igual encontramos momentos discutibles en cuanto a la animación sobre todo en las escenas de pelea que son de por si bastante aburridas y anticlimáticas, escazas en desarrollo y obstructivas para lo que realmente se quiere ver. En definitiva es una serie que solamente podrán disfrutar quienes la vieron de niños así como los fans más adeptos a la franquicia, pero no es aplicable para otro público y si nos ponemos un poco más objetivos es muy posible que la serie llegue agotarse antes de tiempo si en sus siguientes entregas no propone giros dinámicos y acciones imprevistas en sus valiosos personajes que ya están casi escaneados por todos y sería más refrescante verlos en otras facetas, es decir, ir más allá de la pura nostalgia que el concepto propone.-

PD: Por cierto, creo que la serie se ha ganado un punto al darle un uso práctico a los Google de Tai, en cada puta temporada un personaje los ocupaba sólo por algo cool y sin real conexión con el argumento ni nada.



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