Segunda parte del cuento, preparense para conocer el lado más demencial de Pac-man. La locura sigue, mañana seguramente la última parte de este cuento loco.
Entro a la cocina, como siempre la cañería de su lavaplatos está
defectuosa, siempre se la arreglo, pero se la dejo media averiada apropósito,
el truco es que luego de dos meses nuevamente le comience a fallar para que así
me tenga que pedir que se la arregle de nuevo y así por siempre, yo le tiro el
cuento que su departamento es muy antiguo, que se debería cambiar todo el
sistema de cañerías, sé engatusarlo.
Mientras arreglo las cosas, Pac-Man me observa en una esquina de su
cocina sentado frente a su mesita, tiene entre sus manos un cartón de
metanfetamina, no sé muy bien desde cuando se hizo tan adicto a esa mierda, a mí
no me gusta porque me pone muy frenético y necesito relajarme en este duro
mundo. Sin embargo Pac no se mete el cartón a la boca, juega con él, tampoco me
está hablando de sus experiencias insólitas ni nada por el estilo, aunque
tampoco es algo que me interese mucho escuchar, quiero terminar rápido ese
asunto y que me pague pronto para así poder no solamente ir a comprar hongos si
no también ir a ver Peach y poner mi
pene entre sus tetas.
-Estoy saliendo con una chica, la conocí en una convención de mitos y
leyendas nacionales que se hizo en Brooklyn. Me han dicho que es
esquizofrénica, pero me gusta estar con ella ¿Crees que soy un loco?.- El gordo
me buscaba conversa, de hecho ha sacado dos cervezas de la nevera, mierda,
quería chachara, mejor corto el royo ya.
-Si sientes que es la indicada para ti, entonces es lo único que
importa.- Le aconsejo con cero ganas de ahondar demasiado en el tema.
-Ella podía ver fantasmas que la aterraban día y noche, dice que una vez
para perderlos se metió al hotel embrujado de
Stanley.-
-¿Ese es el de la película? ¿El Resplandor? Que pirada.- Le dije
mientras me apresuraba en terminar el asunto.
-Ella es especial, tiene poderes, me ha hecho conectarme con parte de mí
que no esperaba encontrar.- Agrego Pac tomando un largo sorbo de cerveza y
mirando hacía la pared como perdido, eso me hace sentir súper incomodo, todo
indica que Pac se está trastornando.
-¿Tú nunca has sentido algo así por una chica?.- Me pregunta abriendo
mucho sus ojos como si estuviese dispuesto a comerme.
-Las mujeres para mí son sólo conchas. Bueno ya termine esto.- Me
levanté de inmediato y le mostré que la tubería ya estaba lista (claro, hasta
los próximos dos meses) Pac insistió en que me quedará, iba a pedir una pizza,
pero yo le asegure con algo de violencia que me tenía que ir y que me pagara.
Pac hizo un par de ademanes de buscar dinero, pero no salió con nada, luego me
dijo que podía quedarme con todos los cartones de metanfetamina que quisiera ya
que a él no le interesaba probarlos más. Le espeté que no me interesaban en lo
absoluto, que quería dinero, Pac como un tarado simplemente agrego que no tenía
nada, que lo lamentaba, que estaba seguro que algo de dinero le quedaba, que de
última me pagaba el Lunes o a más tardar el Martes, que confiara en él, que ahora
quería mostrarme algo importante, que me quedara a su lado.
-Eres un imbécil, te dije que me pagaras, te lo advertí cuando
hablamos.- Me empecé a exaltar.
-Por favor, no seas así, somos amigos.- Decía Pac con algo de tristeza,
de pronto se agarró a mis ropas tironeándolas como si se trataran de alguien
exigiendo ver a su hijo muerto…o algún pedo así. Ahí fue cuando me decidí, soy
un tipo resolutivo y cuando me quieren encontrar no me hago mucho de buscar,
Pac estaba loco, saque mi pistola y en dos tiempos le di un tiro en la cabeza.
-Gordo de mierda, conmigo no se juega, te lo advertí muchas veces.-
-Gra…cias.- Fueron sus últimas palabras las cuales me desencajaron un
poco. Pero no había tiempo que perder, lleve el cuerpo hasta el cuarto y ahí me
encontré con el secreto del gordo bastardo. Una chica igual de gorda que él
yacía en su cama, estaba muerta y podrida, se notaban las puñaladas que su
abdomen había recibido ¿Sería la chica que me había comentado? La imagen me
hubiera horrorizado, pero he visto mil cosas peores en mi vida, de todos modos
me desconcertó el hallazgo, miles de preguntas vinieron a mí, pero así mismo de
rápido las espante, no quería verme envuelto en todo este embrollo, seguramente
los vecinos del departamento ya comenzarían a preguntarse qué onda ese ruido.
Me puse a buscar el dinero que el gordo tenía por ahí, poco había, ni modo.
Antes de salir se me cruzo por la mente que tal vez todo esto había sido una
jugada de Pac, que él me había mandado a llamar como queriendo invocar a su
ángel de la muerte, eso explicaría su comportamiento taciturno, pero, no, es
Pac, un gordo de mierda, un gordo de mierda y loco, que iba a planear su muerte,
su mente no es fuente de tácticas y estrategias, menos mortuorias, es sólo un
flipado. Lo mejor era dejar de pensar tanto y volar de este lugar maldito,
dejar a Pac y su novia con los fantasmas que tanto perseguían.
Camine a paso tranquilo rumbo hacía el metro, no me ponía nervioso haber
matado a alguien, de hecho lo había hecho antes y por cómo van las cosas en
este país sé que lo volvería a hacer. No siento culpa, Pac estaba loco, si no
lo hacía yo lo hacía otro seguramente. Yo al menos era su hombre de confianza.
-Hey Jumpman.- Escuche a mi derecha, pero no alcance a reaccionar a
tiempo, una masa que venía a toda velocidad me embistió y dejo tirado en el suelo,
intente reestablecerme, pero el tipo que me ha empujado ahora me propina una
fuerte seguidilla de patadas que me hacen escupir sangre. Es una emboscada,
siento que otro malnacido me agarra por detrás y me levanta arrinconándome en
las sombras de un callejón, aun así puedo ver a la calaña de cobardes que me están
agrediendo ¿Quién otro? The Hedge y su nuevo amiguito Crash. The Hedge se ha
dado cuenta que lo he reconocido y comienza a darme puñetazos en mi panza,
trato de desprenderme de las amarras de Crash, pero el pendejo era solido en el
arte de atrapar.
CONTINUARA...
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