domingo, 6 de noviembre de 2016

¿Qué hay de popular en La Cuarta?




A los que leen este blog sin ser de Chile, La Cuarta les será un concepto ajeno así que paso a explicar sucintamente de qué se trata: Es un periódico de circulación nacional cuyo público objetivo es idealmente el de estrato socioeconómico bajo y medio, de ahí la razón de su slogan “El diario popular” que se ha instalado y aceptado con tanto fervor por sus consumidores, pero en realidad ¿qué es lo que lo acredita como tal? ¿Es un tabloide que orienta las inquietudes del pueblo o sólo las dosifica al antojo de los poderosos? ¿Cuáles son sus orígenes? ¿Su labor social de índole popular a qué se remite? y sobre todo ¿Conecta sinceramente con el mundo popular o sólo lo moldea a su antojo? Todo eso lo trataremos de definir después del salto, por cierto gran parte de este artículo está basado en el paper  “¿Qué hay de popular en un diario como La Cuarta?” de Eduardo Santa Cruz A, estudio que forma parte de la revista número 21 Comunicación y medios de la Universidad de Chile y cuyo link dejo aquí si quieren leerlo más detenidamente.


Desclasado


Cuando tenía catorce años trabajaba como junior en la oficina de una tía, mis labores eran simples: Ir a pagar las cuentas a un servipag, ir a comprar la colación o cualquier otra cosa por el estilo, ir al banco a depositar (a veces andaba por la calle con mucha plata en el bolsillo), limpiar la oficina de vez en cuando, ordenar archivos, registrar carpetas, traer el café, también comprar el diario y el  predilecto de mi tía era La Cuarta, según ella porque le daba risa la forma en que escribían las noticias y también porque gustaba de una sección específica y muy liminal llamada El doctor Cariño que se componía de correspondencia enviada supuestamente por las lectoras (y a veces lectores) del diario en donde contaban problemas sentimentales ligados directamente al ámbito sexual en donde el doctor Cariño se afanaba en arreglarlos por medio del sentido común más ramplón usando una buena dosis de humor, siempre orientando sus sugerencias según lo lógico que una mujer debería hacer en X situación. Había otras secciones por el estilo que básicamente buscaban poner al periódico como un “compadre” por la forma en que se comunicaban con el lector, pero también la manera en que las noticias se presentaban y narraban, desde los titulares hasta el mismísimo horóscopo, todo en cierta medida sacrificaban la consabida seriedad periodística en pos de una camaradería forzada que siempre me chocó. Me costaba sentirme ligado al diario por más estrategias coloquiales se tomase porque en el fondo lo sentía más como un diario hipócrita que intentaba disfrazarse de pueblo, pero que en el fondo imponía las cosas que la sociedad baja debería interesarle en vez de transmitir genuinamente los problemas que les afectaban. Además su lenguaje informal me parecía mucho más siútico que el vetusto lenguaje que se usaba en El Mercurio. No tenía clara la idea sobre cómo definir a La Cuarta a mis catorce años, pero ahora lo puedo decir con todas sus letras, un diario desclasado y si me apuran un poco diría que sobre todo “abajista”.


El portavoz del pueblo

Y de qué pueblo

La llamada prensa popular de masas está definida por su esfuerzo en causar impacto sobre los lectores a través de la crónica roja como principal motivo de interés. Esta prensa sensacionalista o amarillista tiene su ascendencia en algunos periódicos Europeos del siglo XIX, pero más profundamente en las experiencias del magnate Estadounidense William Randolph Hearts en donde logró realmente hacer escuela al punto de poder aumentar exorbitantemente su producción por medio de estas estrategias. En Chile hubo ejemplos históricos que se basaron en estas lógicas de oferta aunque con menor tiraje de producción, estos eran El chileno (1882- 1924) o El Diario Popular (1902-1906), ambos de tendencia católica-conservadora, algo común para la mayor parte de la prensa de aquellos tiempos en donde la sociedad se regía severamente bajo los preceptos del orden religioso católico (igual, cuándo no) Entre 1944 y 1954 se publicó Las noticias gráficas ya en formato de tabloide,  ponía mucho énfasis en la crónica policías, el escándalo, la denuncia, pero lo interesante es que incluyo dentro de su línea editorial refranes y dichos del habla popular, además de gráficos y fotografías, acercando al menos ilustrado a la prensa. Cuando se descontinuó este diario apareció El clarín (ojo que tiene un tocayo Argentino con el que no tiene nada que ver) que si bien mantiene las estrategias de venta amparadas en el sensacionalismo de los hechos que expone, muchos historiadores lo distinguen porque a diferencia de la mayoría de los ejemplos anteriores corresponde a un diario que se condice con una tendencia política-cultural la cual lo dota de una posición determinada alejándose cada vez más de la supuesta imparcialidad que la mayoría de medios católicos preferían mantener, en última instancia el diario termino convirtiéndose en un flanco de izquierda que le valió justamente su cierre forzado a comienzos de la dictadura militar.   

Ejemplo del tipo de portada que el diario usó durante los 80 y hasta principios de los 90
 

En 1984 cuando la dictadura empezaba a mostrar ciertas señales de desgaste y la voz de los sectores más populares empezaban a perder lentamente el miedo a manifestarse en público debido a la crisis económica que explotó en 1982, se buscó apaliar esta inconformidad de forma mediática con el esfuerzo de llegar más directamente al sector más afectado, ya que se hacía cada vez más evidente el registro crudo de la pobreza y como ésta se esparcía como si fuese un manto pestilente.  Fue así como el consorcio periodístico chileno, propietario en ese entonces del diario La tercera fundó el 13 de Noviembre de 1984 La cuarta copiando varios elementos característicos de El clarín que iban desde sus gráficas, secciones, colores, diagramación y por supuesto contenido con la enorme diferencia que La cuarta se distanciaba desde el vamos completamente de cualquier componente político, asumiendo una conveniente distancia que disgrega cualquier posicionamiento y elevando la quintaescencia del periodismo informativo la tan mentada neutralidad ante los hechos aunque, como podemos suponer aquello nunca es tan así.
 

No queremos que esta tribuna se convierta en un foro político. Ni a favor ni en contra de las autoridades o de quien sea. Por desgracia siempre la política es centro de discordia y antagonismo y esos sentimientos no concuerdan con la amistad que le estamos ofreciendo (...) La Cuarta quiere ser un amigo para desahogarse y un hombro fraterno en donde llorar sus penas. Publicaremos sus cartas para que las autoridades escuchen la voz del pueblo a través de este diario que pretende ser su vocero (...) La Cuarta pretende identificarse con quienes han estado como dejados de la mano de Dios (...) el pueblo no lo conforman sólo los cesantes, los más pobres y aporreados por la vida. El pueblo lo forman los 11 millones de chilenos. El hecho que busquemos la amistad y confianza con los "de abajo" no significa que le buscaremos odio y bronca a los de arriba. Al contrario intentaremos acortar la distancia y borrar diferencias que tanto daño hacen a la patria.
La de arriba corresponde a parte de la primera y única editorial que el diario ha expuesto durante toda su historia y es un claro manifiesto de su servilismo hacía el poder de turno, negándose de plano la posibilidad de conformar una tribuna política. Las negritas son mías y las he marcado para evidenciar el énfasis con que el diario aclara su desentendimiento con los contextos sociales a través del manoseado discurso de la unidad y el respeto integral entre ciudadanos, en apariencia despolitizándose por un mundo mejor. Con esto La Cuarta se autoproclamaba como un vocero de los más golpeados, como un instrumento para hacer llegar sus quejas a los poderosos, pero no encausadas ni atomizadas dentro de una dirección específica, evitando que se conviertan en un asunto conflictivo sino más bien como una súplica, que por supuesto dentro de la coyuntura que se vivía en los 80` era beneficioso sólo para los poderosos. El diario se asume como un amigo y un vocero, pero nunca respaldando los hechos a menos que estos se conviertan en un fenómeno inusitado y adaptado por parte del aparato de poder o por parte de él, tal como explica Martín Barbero, los medios y la industria cultural funcionan asumiendo, y con ello legitimando, las demandas que vienen desde los grupos receptores, pero, a su vez, dicha legitimación solamente se produce en tanto lo popular es resignificado en la perspectiva del discurso hegemónico.

El humor de La Cuarta tambié servía para ridiculizar lo que estaba fuera de la norma.
Sin embargo el éxito y aceptación de La Cuarta en la sociedad y su impacto sobre todo en el imaginario de lo que simboliza lo popular dentro de Chile está asignado no tanto a su imprecisa función de vocero de los pobres, si no a su papel de mediador, de “amigo de los dejados de la mano de dios” por medio del uso de un lenguaje informal, coloquial y a veces hasta humorístico (siempre que la medida de las circunstancias lo permitiesen) en definitiva un lenguaje y una narrativa de los hechos que incorporen elementos de la jerga urbana a la gramática periodística apuntando con esto específicamente al estrato socioeconómico bajo y medio de las principales ciudades del país (y no del campo) buscando una relación que separase distancias, es decir, más que un periodista informando sobre una realidad determinada, los textos de La cuarta se posicionan como si el periodista estuviese contando sucesos que atañen directamente a nuestra realidad, haciendo prevalecer el afecto como eslabón principal para generar conexión y credibilidad. Sin embargo esta vocería de nuestra realidad se queda corta al momento de ceñirse a la imparcialidad que el mismo diario se impone ya que no permite constituir una fuerza de opinión sobre esta realidad común, como explica Eduardo Santa Cruz A “La autoexclusión del diario de "la política", vista como un lugar de discordia y desunión nacional, no le concede, entonces, a los sectores populares la posibilidad de interpelar a la sociedad con su propia visión del país” (Pag 6) 
 

En sus primeros años el diario se basó primordialmente para configurar su corpus noticioso en la crónica policial, las secciones deportivas y las noticias relacionadas a aquel espectáculo que estuviese conectado directamente con el que era consumido por la clase social baja (básicamente la televisión y los shows de cabaret). De aquí comienza a esbozarse una lectura que en realidad se basa en la separación de la lucha de clases, pero adormeciéndola en un lugar de supuesta identificación que te dice que las cosas están bien así como están a pesar de todo, buscando siempre enfatizar el lado humano de cualquier problema y  a veces llegando a criticar directamente la politización de algún conflicto por considerar peligroso el remezón estructural que aquello genere.
 

Farándula: minas y robos chasquilla

Lector ideal para La Cuarta
Desde principios del 2000 La Cuarta imprimió en sus contenidos discursos muy específicos que fueron modificando su propuesta inicial, siempre con el fin de conectar y reflejar las preocupaciones de la clase que decía representar. La crónica que siempre estuvo subordinada los femicidios (impuestos popularmente bajo el rotulo de crímenes pasionales) que despertaban el morbo y fetiche por sus dimensiones dramáticas ahora se reducían en favor de los escamoteos mediáticos de figuras de la farándula, justo en un momento donde esta clase de periodismo vivía un auge comercial considerable gracias a la televisión, irguiéndose como fuente de contenidos y comenzando a crear sus propias retoricas cuyas lecturas en general lo marginaba de problemáticas profundas, acomodándolo en un rincón donde no parecía destinado a ser más que puro chisme mediático. Esto genera que al momento de leer sobre algún hecho particular ocurrido a un famoso no se genere en el lector una visión de clase si no de constante entretenimiento, básicamente se puede estar hablando de muchos temas, de violencia contra la mujer (un ex futbolista que presuntamente golpea a su mujer) narcotráfico (animadores buenos para la falopa) o robo (otro jugador de futbol que roba unas joyas para regalárselas a su novia, aquí han borrado la noticia atravéz de La Cuarta) pero siempre adoquinado a una esfera donde no parece constituir nada grave ni existe un posicionamiento adecuado para leer el hecho, se termina banalizando todo incluso con cierto placer. El lector entonces de pasar de ser un servil aparato del estado que no siente deseos de expugnar los derechos y reclamos de su clase, termina de constituirse como un desclasado, alguien que consume el mundo privado de los otros, los problemas de los otros, las preocupaciones de los otros y borra su origen y su historia, para formar parte de una uniformidad que camina conforme al orden de las cosas y que siente que la única forma con la que puede trascender ese lugar es privatizando su ámbito personal a través de los medios.

Sergio Maraboli, director de La Cuarta quien afirma a pie juntilla que la gente sólo necesita relajarse.

 El concepto de popular que el diario ha erguido en su historia está ampliamente compenetrado con la tradición heteronormativa, aquella que cosifica a la mujer y ridiculiza o menosprecia cualquier hecho que se salga de sus margenes. Invisibilizando luchas disidentes y marginales que se viven en los barrios bajos que dicen representar. Por otro lado se trata de un diario con una herencia dictatorial y vocación neoliberal (actualmente son parte del grupo COPESA de Alvaro Sahie quien es uno de los tres empresarios que dominan los medios de comunicación Chilena) lo que la hace hasta el día de hoy imponer una visión idealista-práctica del chileno de clase media que resulta conveniente para el sector más acomodado. Una visión en donde el chileno es un buen trabajador, generoso y cumplidor, pero también picaresco y extrovertido para que así éste pueda sentir que tiene chances de disfrutar parte del hedonismo que los ricos exponen. Se crean certámenes para alimentar esta ilusión de un pueblo  cercano al mundo de la farándula (los copihue de oro o la cumbre guachaca) se perpetua la cosificación femenina (la bomba 4, o las portadas de cada día, la elección de la reina de Viña, todo esto fuertemente espectacularizado) y sobre todo se minimiza cualquier gesto subversivo, incluso cuando este resulta imposible de ignorar se intenta legitimarlo por la vía más despolitizada posible como la marcha NIUNAMENOS en donde La Cuarta concedió una portada diplomática y totalmente discordante al historial de portadas en donde se relativizan horriblemente los femicidios. En definitiva cualquier proyecto de sociedad desde y hacia lo popular este periódico lo desfigura a favor de la individuación, es decir, los ciudadanos pasamos a ser meros consumidores en una guerra oligofrénica por la acumulación cosa que además encaja perfectamente con el espectro de una sociedad homogénea, conformista y despolitizada que se guía por los mandatos irreductibles del poder ya que carecen de cualquier perspectiva estratégica social.

En definitiva La Cuarta sólo utiliza elementos del habla popular y también sucesos de este para acercarse a una  realidad que dice representar, pero que realmente alinea discursivamente hacía lógicas de mercado con el cual logra configurar a sus lectores como simples consumidores que encajen dentro de un modelo económico y una normatividad impuesta por el patriarcado, por el poder. Cualquier situación que altere esta estructura y que llame a despertar un camino de estrategia social es rápidamente relativizado, condenado o incluso ridiculizado. La prostitución, los realidad de los lanza, los travestis, el narcotráfico, los trabajadores precarios, las organizaciones sindicales, los movimientos culturales alternativos, los colectivos vecinales, los artistas trashumantes, los inmigrantes, los homosexuales que no tienen apellidos bonitos, las luchas estudiantiles, los trabajadores del campo sin previsión laboral…Todas, todas esas expresiones que se constituyen desde y para lo popular no son  tomados en cuenta por este diario, así que de popular nada, más bien de Facho pobre mucho.- 

                            Nuevo especimen social chileno favorito de La Cuarta...El facho pobre

Y bueno por si quieren también les dejo la entrevista al director general del diario dónde explica la dinámica y línea editorial de su pasquin:  http://www.puroperiodismo.cl/?p=25406

2 comentarios:

  1. Siempre he sabido que ese diario es cáncer pero no que se lo tomaban tan en serio. En la entrevista sobre todo, donde glorifica al hombre machista y a la mujer sumisa (pero sacrificados). ¡ALABADO SEA EL CONFORMISMO! Buen resumen/investigación/crónica!

    ¿Cachai a Zizek? https://www.youtube.com/watch?v=BRBsvyK_w9o

    ¿Qué opinas de que diga que Hillary es peor que Trump?
    http://www.elmostrador.cl/noticias/mundo/2016/11/06/slavoj-zizek-hillary-es-mas-peligrosa-que-trump/

    Y se puede aplicar acá a Chile con Lagos/Piñera/Bachelet/Guillier y demases. ¿Es mejor que salga uno de izquierda y que todo siga igual? ¿O es mejor que salga uno de derecha y el enemigo común nos una en la espera de alguien que realmente nos represente? ¿Habrá salvación para la ciudad de Saltadilla? ¿Estoy hablando incoherencias? ¿AH?

    Saludos.

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    1. Toda la prensa chilena que circula de manera mediatica gracias a grandes holdings empresariales es una mierda, pero este diario es el peor, hace que la gente pierda su conciencia de clase y se mantenga ajena a cualquier cosa. Así que sí es un cancer.

      Sí, vi la película "La vida según Zizek" no lo entendí mucho en su momento y me irritaba los tics nerviosos que el tipo tenía al momento de hablar. Son on and son on...Pero me parece un personaje súper interesante, tengo que ver esa peli guia de cine para pervertidos y por supuesto leerme algún libro, se ha vuelto bastante popular, al punto que es común leer sus frases o dichos por faceboock. También leí su opinión, pero no es el único que piensa así, Rafael Correa también ha dicho que prefiere que salga Trump, en el fondo, todos saben que es un imbécil que politicamente es puro aire y que tiene el apoyo irrestricto de los sectores más facistas, como el Kukluxklan por ejemplo. Por lógico un gobierno de esas dimensiones en un pais tan neoliberal y diverso como Estados Unidos está destinado al fracaso, pero la verdad es que no se sabe porque es muy radical y no deja de ser el presidente de Estados Unidos, aunque venida menos sigue siendo una potencia capaz de empezar una guerra y generar catastrofes, así que yo la verdad, no sé qué podría ser peor, la Clintón es aborrecible y se hace la mosca muerta, pero Trump es un facista declarado que puede provocar el armagedon, es como poner a Homero Simpson a cuidar un boton nuclear.

      Igual lo interesante (y terrible) es que esto ha dado pie a que la ultra derecha vuelva a tener representatividad, en algunos paises de Europa ya tienen sus propios Trump. Y en Chile yo no veo mucha diferencia entre derecha/izquierda así que no creo que vaya a pasar nada, en el fondo si no te beneficias directamente con el candidato presidencial las cosas no van a cambiar mucho. zIZEK decía que lo preferible siempre es pensar o tener la opción de pensar que el sistema va a colapsar y se va a cabar, se va a derrumbar, que es mejor eso a intentar buscar otra opción, así qué...quién podrá salvarnos?? PD: Bacan el video, siempre me gusto esa película y siempre estuve del lado del Joker.

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