Volvieron los Ases Falsos, el
grupo de rock (¿?) chileno tan amado y odiado por otros y bueno como en
determinado momento me di la paja de reflexionar acerca de sus funesta reacción
frente a un tema que ya está en el olvido, y porque también me considero un
simpatizante de su música me parece buena idea realizar esta reseña cortita y
bonita para darle la estocada definitiva a Octubre y empezar el penúltimo mes
de este mierdoso año.
“El hombre puede” (del sello
Quemasucabeza, 2016) se titula la nueva placa que el mismo grupo liberó en
internet el viernes 28 de Octubre pasado para que cualquiera pueda descargarlo,
gesto que ya habían hecho en otras ocasiones y que se agradece enormemente,
pero vamos a la crítica porque de seguro a la banda le debe importar mucho mis
opiniones y están impacientes por saberlas. Lo primero que llama la atención es
que la mayoría de las canciones son autoría completa de Briceño quien entre tanto proyecto paralelo que
arrastra a veces le cuesta determinar la disolución entre un sonido y otro, por
lo mismo el encargado de orquestar y definir completamente las diez canciones
que componen el disco fue el guitarrista de la banda Martín del Real quien
logró un trabajo pulcro, preciso y definido por dos partes, la primera dominada
por un sonido rockero y jovial tal como decía Briceño a principio de año cuando
intentaba explicar de qué iba esto “Va a ser más rapidito y ruidoso” y la
segunda orientada a un sonido más cercano a la balada anglo.
Briceño defiende la idea de que
es inútil separar al artista de su obra, en efecto, sus letras agudizan sus
pensamientos y es interesante el esfuerzo por imponer ideas, obsesiones y
anhelos íntimos de un modo tan original en sus trabajos,
como por ejemplo lo hizo con “Ivanka” canción de su anterior disco que resultó
ser una carta de amor a su viejo automóvil, las letras se salen totalmente del
lugar común del que una canción pop suele echar mano, es el sello que Briceño
ha venido arrastrando en la mayoría de sus proyectos, deconstruir la realidad
que pasa ante sus ojos con cierto orgullo, pero también dejadez, eso lo acerca
mucho a la pluma de un cronista, de un errante que se fascina tanto con lo
banal y lo místico de las cosas: odas a la cerveza y a la droga, alegorías al
esfuerzo que conlleva un matrimonio, declaración de principios ciudadanos, alusiones
directas a elementos del judaísmo, gnosticismo (la misma portada del disco lo
delata) e incluso nazismo hacen que el
corolario sea variado, interesante y cuanto menos curioso. Sin duda Briceño no
se vale de elementos sutiles para armar sus letras, es rebuscado y al mismo
tiempo siempre parece enganchar con el contrapunto que ofrecen las melodías tan
pop y grovy que construye para sus letras. Pero bueno por más discutible que
sean sus puntos de vista, Briceño logra mover el imaginario de quien escucha con
atención sus palabras las cuales también son opiniones (opiniones mucho mejor armadas
que sus detestables cuñas que da en las entrevistas) Dejen al hombre ser sólo un músico diría yo. Pero Ases Falsos
es un grupo y este disco logra transparentar un sonido único, tanto que hay
elementos reconocibles y determinantes en los que uno ya puede llegar a decir “Eso
suena muy Ases falsos” como si ya constituyese una marca autoral de la cual
Briceño es sólo un componente más.
Si en “Conducción” el camino de
la banda vario entre la experimentación y ornamentación dando un resultado
irregular, este disco busca encantar y excitar a cada momento, acercándose a su
gran debut del 2012 “Juventudes americanas”, pero con el estilo que sólo la
experiencia les da. “Chakras” arranca con fuerza en un punk rock que bebe
directamente de Los pixies más descalabrados, la forma de su coro en cierto
modo recuerda también al corte “No quiero que estés conmigo” que también se
acercaba a los momentos más arremetidos de la banda de Bostón. “Gehena” canción
que habla sobre el purgatorio judío tiene un aire demasiado alegre en su melodía,
tanto que incluso recuerda vagamente al estilo de grupos J-Rock que realizan
openings de anime lo cual es en parte gracias a los arreglos en teclado de
Francisco Rojas y al gracioso cencerro que se incluye casi al final del tema. “Sal
de ahí” es otro tema con melodías edulcorantes inspiradas en los momentos más
coloridos de The cure, si bien la guitarra parece mucho más apagada que en los
anteriores cortes, nuevamente los teclados y el buen temple en el ritmo que
lleva “Chimbe” (Andrés de la fuente, el baterista, en su primera participación
en un disco con la banda) hacen del tema algo muy popero y efectivo. “Subyugado”
es uno de mis temas favoritos, una canción que define bastante bien el sonido
actual de Ases Falsos aunque esos punteos de guitarra inicial me suenen
descaradamente parecidos a “Non photo blue” de la banda Pinback, pero es sólo
un detalle, la canción es preciosa y no se agarra únicamente de efectismos como
las otras. “Más se fortalece” en cambio parece repetir nuevamente la formula,
al punto que a veces ni siquiera se diferencia mucho de la canción anterior.
Para mí es uno de los puntos más flojos del cancionero aunque la letra es igual
de interesante ya que Briceño reflexiona sobre todos los ataques que recibió él
(y por consecuente el grupo) debido a sus dichos, bonito el detalle del piano
para cerrar la canción y también lo que sería el LADO A del disco. El LADO B
supuestamente más tranquilo comienza con “Fría” el cual a mi gusto es demasiado
calcado a “Salto alto” y no me termina de convencer, “Mucho más mío” es otra
gran canción que sigue esculpiendo ese estilo musical de la banda cercano al
rock contemporáneo, “Antes sí, ahora no” con una consistente línea de bajo a
cargo de Simón Sánchez es otro tema con aires de opening anime, pero que también
tiene una gran remembranza a viejas canciones de cuando la banda se hacía
llamar Fother Mucker cosa que se replica en la serena “Creo que no creo” y finalmente
“Trato hecho” resuelve las cosas y devuelve ese aire “de mechones universitario”
que los primeros discos de Fother Muckers exponían con su set de guitarras acústicas
aunque esta vez incluyen pasajes sónicos más interesantes y complejos.
En conclusión
El disco es un gran trabajo que compila un sonido preciso y representativo de
todos los años que el conjunto lleva trabajando aunque en momentos suene demasiado autoreferente. Al ser conciso se agradece el
esfuerzo por comprimir todo y no irse por la tangente y desvariar demasiado lo que
fue el error en que cayeron sus discos pasados, de hecho este es el disco más
corto de los tres y parece indicar que
menos es más ya que no cansa repetirlo varias veces. Dejando de lado sus ansias
más electrónicas y románticas, la banda ha esgrimido un mejor perfil del sonido
que ofrecía en su debut, ha sacado los mejores elementos de su segundo trabajo
y además se ha reencontrado con la esencia de Fother Muckers, todo eso hace que
el disco se convierta en un ejemplo de sencillez, pero consistencia y plena maduración, demás está
decir que la mayoría de estas canciones son prácticas y divertidas de escuchar
en vivo. En fin, un trabajo que los fans de Ases Falsos y de Cristobal Briceño
(que le celebran todo) amarán, pero que también disfrutarán quienes no sean fanáticos
del grupo por el componente efectivo que conlleva sus canciones.-
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