Aunque no fue el regreso
más esperado de este año ni nada por el estilo, The Pixies se dejó sentir en el
mundo del rock con una producción modesta, sencilla, pero que logra defender de
manera digna el legado que han construido por más veinte años.
El 2014 “Indie city”
supuso un punto de inflexión para la intermitente banda que iba y venía por las
pistas de las rutas de la música de forma desgastada y a mal traer, y es que
por más leyendas que fuesen en el panorama indie de finales de los 80 y
principios de los 90 The Pixies corría el riesgo desde el 2010 de convertirse
en una banda tributo de si misma. Sin el aporte de Kim Deal en los bajos, el
conjunto liderado por un obcecado Black Francis intento traducir las ansias de
un sonido fresco, pero que mantuviera la esencia del grupo en tres EP`S lanzados
de manera esporádica durante los años 2013 y 2014, posteriormente editados
todos juntos en un solo disco. Esta nefasta estrategia publicitaria castró un
poco el entusiasmo de Black Francis y compañía por explotar su nuevo esfuerzo y
sus propios fans se vieron escépticos ante el sonido ligeramente distinto que
algunas canciones de “Indie City” ofrecía.
Pero lo pasado lustrado y con la inclusión de Paz Lenchantin como bajista y
reemplazo permanente de Kim los Pixies abren un nuevo capítulo en su historia
con este sexto disco de estudio que se podría decir es un The best off camuflado, pues en el se explotan todos los clichés y
triquiñuelas características de la banda para con sus canciones.
Se nota que Black
Francis no se quiso romper mucho la cabeza y agarro los mejores momentos de los
primeros discos de su banda, los más efectistas y representativos y los metió todos
a una juguera para producir este trabajo. Puede sonar feo, pero “Head Carrier”
resulta más un residuo del pasado en el que no hay un ápice de innovación, no
hay canciones que te hagan sentir un aire fresco ni exuberante, lo más
implacable de todo es que la mayoría de los temas no está para nada cerca del
nivel lúdico y explosivo de aquellos himnos que la banda proponía en sus años
mozos, simplemente es como si ya hubiesen tocado techo hace mucho.
No se trata de que se
le esté pidiendo hacer algo diametralmente distinto a lo que hicieron, el
problema es que estas nuevas canciones no son excitantes de por si. No sería
tan dificultoso el sentir que están copiando su
“formula millonaria” si el disco “Head Carrier” propusiera algo de
emoción, pero simplemente ya no está, es como si la magia se hubiese ido y en
su lugar se hubiese diseñado todo con piloto automático, contrario a “Indie
city” que proveía de muchos parajes lúdicos y sorpresivos que se arruinaban en
la monotonía de sus melodías, en este caso “Head Carrier” apuesta a lo
inmediato, justamente y a diferencia del anterior trabajo aquí las canciones
funcionarían bien como single radial que llene la programación de alguna
estación por su carácter práctico y eficaz, pero al escucharlas todas juntas
terminan evaneciendo debido a que no hay ningún minuto demasiado memorable o fuerte, el
disco pasa y es como si nada. Al final terminan dando ganas de escuchar más sus
viejas canciones las cuales han envejecido tan bien que continuan cubriendo el bache de pobre inventiva que la banda al parecer expone.
Lo positivo que tiene
“Head Carrier” es el hecho de simplemente reconocerse como un disco de los Pixies de
aquí a la luna, no parece haber espacio para nada más que la defensa de un legado
musical, sin embargo, resulta una defensa muy celosa que raya en la excesiva
retrospectiva, por ejemplo, el tema “Head Carrier” es la sombra de la canción más
floja del disco “Trompe le monde” mientras que “Classic Masher” intenta emular
la épica del fantasioso “Bossanova”; “Baal`s back” por su parte aunque mantiene
el griterío exuberante de Black Francis que tanto engancha a todos se quedó
rezagado veinte años en su publicación y no motiva como quisiera. “Talent”; “Bel
Espirit” y “Um chagga Lagga” parecen chistes repetidos de los que uno se ríe más por el cariño de quien los cuenta que por
la gracia que producen, esos tres temas parecen ser sólo una modificación de
cualquier canción que hubiese estado incluido en el debut de la banda. Pero a
pesar de todo hay momentos que dan una tibia esperanza que el futuro del
grupo no será sólo un giro constante sobre si mismos. Respetando sus
principios, pero con cierto plus de energía renovada la maravillosa “All I
think about now” con guiño incluido a “Where is my mind” se alza como la mejor
canción por mucho del alicaído disco, quizás el protagonismo que adquiere la
bajista Paz Lenchantin en todo su esplendor logra que el asunto sea un poco más
llevable, protagonismo que fuera de este tema y las segundas voces que hace en el resto
de las canciones no explota demasiado con su instrumento, vale
decir. “Tenement song” puede ser otra canción que sobresalga por su resabio sonoro
un poco más folk, así como “All the saints” que aunque parece sólo el comienzo de algo
bueno que se queda ahí logra dar esperanzas que el grupo puede decirnos
algo más especial a futuro.
Tal vez el peso de
tener tantos éxitos radiales y ser una banda seminal en cuanto a estilo durante
los noventa sea demasiado a la hora de plantearse nuevos desafíos. Este disco
es un manual de todo lo que el sonido de los Pixies es: riff de guitarra
edulcorantes, explosiones esquizofrénicas, arranques de rasgeos tronantes, guitarras
hipnóticas, baterías trepidantes, juegos de voces lúdicos…The Pixies sabe lo
qué es y este disco defiende todo eso, pero queda corto en propuestas, más bien
parece un trabajo que pretende dejar a todos tranquilos y felices. En
conclusión, el veredicto de este disco es muy ambiguo ya que si quieres
escuchar algo nuevo de los Pixies te sentirás en cierta medida insatisfecho,
pero a la vez si quieres escuchar algo clásico de los Pixies te sentirás conforme
con este trabajo…esperen….me perdí….Where is my mind?.-
No he escuchado el nuevo disco, la verdad no había ni cachado que había salido... el otro día escuché Un chagaa lagga (sonaba como una de esas parodias de Weird Al Yankovic + Kenny McKormick en coros) y ni fu ni fa. Le perdí la pista a estos locos desde que volvieron a tocar canciones. Igual me cae bien la Lenchantin (mamacita) dsde A Perferct Cirlce... tal vez les de una oportunidad (JA).
ResponderEliminarSubí al blog "Rosencratz & Guildenstern are dead", la viste?
Quiero hacer una reseña de las Tricot (no las tiendas) una banda japonesa de math rock que descubrí hace poco y me gustó caleta. Suenan bien y sus vídeos son bacanes. Te dejo unos temas por si no las cachas:
https://www.youtube.com/watch?v=uvMyCFAVIqs
https://www.youtube.com/watch?v=d6rxGmvQPLU
https://www.youtube.com/watch?v=P_B_GalsJrE
Saludos!
No las cachaba a esas chinas. Lo último interesante que escuche de esos lados fueron a las Babymetal y aproposito aunque no tiene nada que ver, hace poco andaba circulando un cartel llamado Frikapalozza en donde se anunciaban bandas como Asian Kung fu Generation, Babymetal, Larc en ciel, Pizicato Five....Yo dije, wuaaa, nooo, tengo que ir a eso y obviamente era un chistesito de unos graciositos que me ilusionaron los culiados. Ojala algún día una productora se pegue la cachada y lo hago porque te aseguro que iría mucha gente a ver algo asi.
EliminarSon bacanes. Me bajé 2 cds de las Babymetal cuando estaban haciendo furor (tocan en el show Colbert y junto a pelao Halford)... pero más alla de un par de temas encuentro que son refomes jajaj.
EliminarHubiese sido bacan el frikapalooza, lleno de otakus. Yo voy por L'arc y Pizzicato! jajaj siempre que hace cosas así llenan el Caupolicán o la Quinta Vergara.
Ahí te ves.