Después de una larga temporada de
producción que incluyo el drama del extravio del material en bruto dentro de un taxi por parte de Damon Albarn, el nuevo trabajo de la banda virtual por
excelencia ha llegado y no podría haber más hype al respecto. Gorillaz es un
proyecto que todos aman y congracian
como algo de vital importancia para el joven siglo XXI. Pero más allá de su transgresor
aporte audiovisual no debemos dejar de
lado que esto se trata de música y sacándole todo el cuero al asunto deberíamos
calificar el disco más por su sustancia que por su universo. Así que revisemos
este trabajo definido por el grupo como una fiesta antes del apocalipsis y como
están las cosas en el mundo me parece acertada la referencia.
Conocí a Gorillaz el 2001 con
canciones como “Clint Eastwood” y “Tomorrow comes today” en ese tiempo yo era
un cabeza de rock, pero Gorillaz me llamo la atención por su propuesta animada,
vale decir que en ese tiempo Daft Punk tenía una estrategia similar con su
disco “Discovery” por lo que se podía entender también como una moda del
momento, pero pasaron los años y Gorillaz demostró que apuntaba a otra
dirección, a algo más grande que un simple disco. El proyecto de Damon Albarn
y Jamie Hewlett buscaba el ambicioso objetivo de
elevar una banda virtual a parámetros realmente populares, creando toda una
iconografía y mundo propio al respecto, pronto los integrantes 2D, Murdoc, Noodle
y Russell fueron los únicos representantes del proyecto, opacando absolutamente
las manos humanas que operaban tras ellos, a tal punto llego este sincretismo
que uno al ver la silueta de 2D cantar se lo imagina a él y no a Albarn. Nada
mal para una banda que pudo haberse quedado como un proyecto que marginaba
entre lo infantil y lo psicodélico, tal vez el secreto más allá de su mística
audiovisual (y sí, Gorillaz es la banda favorita de cualquier diseñador
gráfico) fue naturalmente que sus canciones proponían mucho, iban un paso más
allá de lo que se esperaba para una canción pop. Si bien Gorillaz no se definía
claramente por un estilo preciso sí se inclinaba bastante por el hip-hop y
dicho de paso fue la vitrina perfecta para el surgimiento de nuevos talentos
como Deltron 3000 o Del Tha Funkee Homosapien. Las canciones más orejas de
Gorillaz tenían una marca única y eran tan frescas y groovys que superaban ese
tabú de ser una banda de dibujitos. Personalmente siempre me gustaron, pero
debo admitir que a mis 10 años con la cabeza llena de metal me fue un poco
difícil entender la propuesta del primer disco en donde todo oscilaba entre
hip-hop, electrónica, trip-hop, house e incluso mariachis. Me sorprendió mucho
esta ensalada variada de estilos, pero que esculpían la forma perfecta del
diseño de la banda, urbanos y bien vagos, había una coherencia tanto visual
como músical.
Gorillaz es ante todo una banda
que se hizo grande por internet, su primer disco incluía contenido grafico que
se leía en el PC, se trataba de una animación interactiva que te daba una clave
para entrar a un sector especial (digámosle VIP) de la página web de ese
entonces, ahí se podía ver mini clips de los personajes y algún que otro
contenido exclusivo. 17 años después la banda sigue teniendo como su mejor
aliado a la red, con una campaña viral enorme, un espectacular video en 360 para
promocionar su single Saturnz Barz, entrevistas entiempo real con los
personajes y la ambición de Albarn y Hewlett de que a futuro Gorillaz pueda
manejarse sólo mediante inteligencia artificial dan a entender que el proyecto
sólo podía caer en un mundo hiperconectado y sobre informado como el nuestro.
Internet se ocupó de darle el hype a la banda, de hecho me sorprendí por la
cantidad de fanáticos en youtube que se ocupan de los detalles más mínimos de
su universo expandido (casi como si se tratasen de fanáticos de Star Wars
desentrañando y ordenando cosas del cannon) La banda supo aprovecharse de la
pulsión de la conectividad y ahora pronto se espera que se estrene una serie detelevisión con los personajes de la banda la cual orientara aún más la consolidación del proyecto como eje superlativo
a la mera música, pero, por lo mismo muchos se quedan en toda esa ambición
y perdonan u hasta obvian la medula de todo esto. La música, al fin y al cabo
estamos hablando de una banda musical emperifollada con todo un concepto
audiovisual que lo transgrede, pero todo nace de un par de acordes y
sintetizadores.
Sin embargo demasiado humanos
“Hummanz” la tenía algo fácil
para ser bien recibido, “The Fall” lanzado el 2011 no causo un gran impacto al
entenderse como un disco demasiado Albarn y poco Gorillaz. Sin embargo con
“Hummanz” aunque la banda logra recuperar su identidad tampoco llega al nivel de lucidez y diversión que otorgaba “Demon Days” (2005) o
“Plastic Beach” (2010) Es como si estuviésemos escuchando canciones que ya
abundan en spotify en una sección determinada, lo que distinguía a Gorillaz de
ir a la vanguardia en la mezcla de estilos aquí se queda subsumido a un
conjunto de temas y cooperaciones que no tienen mucho ton ni son, quizás lo que
más se le ha criticado a este disco es su falta de cohesión, es cierto que el
nivel de eclecticismo que la banda maneja siempre le jugo en contra a la hora
de determinar marcadamente esto, pero en discos anteriores el concepto y arte
del álbum en cuestión, ya sea referente a las guerras, la polución mundial o la
soledad, parecían ordenar de mejor manera la idea que construía cada canción y
cooperación de los artistas que la banda convocaba. En “Hummanz” al tratar un
tema tan ambiguo y abierto como lo es la humanidad da para hablar de todo,
desde el amor, los terrores, la tristeza y por supuesto la política, cada
canción termina hablando de todo y de nada en concreto, tal vez no sea algo
malo, pero sólo ayuda acentuar este sentimiento de desorden conceptual. Para
terminar con este punto, otro elemento nocivo fueron los segmentos de intro e
interludio que se repiten en muchos espacios y que sólo entorpecen la escucha,
es más, se vuelven molestos y agotadores, para quien gusta disfrutar los discos
de manera lineal estos segmentos que buscan darle cierta unidad al disco
describiendo el descenso de un elevador por distintos pisos de una mansión que
esta en plena fiesta, no convencen e irónicamente sólo le brindan al disco de
mayor traspiés.
Es hora de enfocarnos en las
canciones, porque bien podemos perdonar todas estas cosas si sólo buscamos
disfrutar de las canciones en si mismas. Bajo una maquinaria de sintetizadores
Gorillaz despliega una ola de canciones bastante Hip-Hop y fiesteras, mucho
menos oscuras en ambientes que su disco anterior, dejando cualquier escaramuza
con el rock de lado a diferencia de trabajos anteriores, algo que me decepciono
un poco, pero bueno si Damon Albarn quiere brillar en el mercado gringo mejor
que le meta mano al rap. El excesivo sonido de sintetizadores y sonidos
virtuales termina dándole un sonido repetitivo a las canciones, sobre produciéndolas
a niveles desgastantes, tapando cualquier presencia de otros instrumentos.
“Ascension” con el acompañamiento del rapero Vince Staples parece un tema
pirata de Danny Brown que si bien empieza con push no logra provocar un gran
climax de interés, hablando de Danny Brown el rapero hace su aparición estelar
junto a la cantante Kelela en “Submission” uno de los temas más rescatables del
disco que despliega calidad y fuerza, además de sentirse como una canción
bastante Gorillaz aunque si pasamos revista se queda muy atrás comparándola con
otras del pasado, si “Feel god INC” era una canción que sorprendía por lo buena
y arriesgada que era en cuanto a su clave pop, canciones como “Andromeda” o
“Sex murder party” quedan un poco atrás a pesar de su notoria calidad y es que
parecen ser más de lo mismo, el ritmo, la armonía y la calidad están muy por la
media de la música easy listening del momento, no hay riesgo, sí son canciones
con gran gancho que se disfrutan bastante, pero no vemos a una banda tratando
de irrumpir y rajar la vestidura clásica de la canción electro-pop de moda.
“She`s my collar” es otro tema rescatable, pero que da la sensación que pudo un
poco más, la joven cantante Kali Uchis le otorga un toque exótico interesante,
pero que no hace despegar el tema, lo mismo pasa con el tema que cierra el
disco “We got the power” del que muchos nos ilusionamos al enterarnos que el
propio ex enemigo de Damon Albar, Noel Gallagher estaría ahí, pero lejos de un
remeber al sonido que ambos los hizo conocidos mundialmente, el britpop, el
tema oscila entre un goospel eléctrico, aunque es un tema bastante rescatable,
la tímida participación del ex Oasis nos
dejó con un mal sabor de boca, en el tema también interviene Jennhy Beth, la
frontwoman del poderoso grupo Savage que hace un gran trabajo en las voces,
sobre todo porque el tema la saca de su lugar común, pero aun así la canción
torna en un eje muy repetitivo, curiosamente (y como suele pasar) en vivo suena
de maravilla.
“Hallelujah Money” no funciona se le mire por donde se le mire, mientras que el segundo single promocional
“Saturnz Barz” tiene un mejor ritmo y lleva la marca de la banda, pero ese
autotune horrible en la voz reegae de Popcaan lo jode todo. El disco ofrece
algunos temas que se alejan del contexto de la banda y que son la puta hostia,
pero lamentablemente no calzan con todo el concepto, aún así son canciones
grandiosas como el grovy de “Strobelite” o la melancólica “Busted and blue” un
tema cien por ciento Damon Albarn, gran canción, pero que al lado de todo el
hip-hop del disco queda desentonada, por cierto la gran Grace Jones también
hace su colaboración con la canción “Charger” de la cual he leído sólo malas críticas,
pero realmente me parece una canción muy de su onda, se apropia de ella con
grandeza, para mi otro tema rescatable, pero que a los recuentos no tiene nada
que ver con el disco en general. “Let me out” nos regresa el sonido del
Gorillaz del 2005, ¿bueno o malo? Suena demasiado genérico a estas alturas, es
como una base de remezclas y un negro rapeando cualquier cosa, nada que excite
demasiado a estas alturas el mundo, sobre todo después de haber escuchado discos
de rap y R&B tan buenos este último tiempo como los de Kendrick Lamar o
Frank Ocean por ejemplo. Y así se pasa el disco, muchas canciones pasan desapercibidas. La gran
cantidad de canciones y cooperaciones pueden hacerlo parecer un disco extenso,
pero realmente al escucharlo no produce esa sensación, aunque como ya señale
muchas canciones producen tan poco interés que no generan la atención indicada,
al final es más un conjunto de temas de los cuales puedes sacar tus favoritos
para crear tu propia lista de reproducción.
Por cierto, la versión Delux del
álbum incluye 5 temas más (y un innecesario intro) de los cuales sólo vale la
pena realmente “The apprentice” que bajo un soul propia de bandas como The internet logra ser placentero al oído, nuevamente el buen tacto de Albarn para
jugar con los elementos del soul en clave electrónica y algo de rap bien
agregado, quizás uno de los temas que entrega el paraje más esperanzador para
el futuro sónico de la banda. Y aunque “Ticker trap” no llega a grandes
niveles, lo rescato porque a fin de cuentas sí es por sobre todo un tema muy,
muy Gorillaz.
En resumen la banda no se arriesgó
o no logro darnos algo que fuese un paso más allá del sonido evidente del pop
radial, este disco debe ser el más acomedido comercialmente, muy fiestero y
probablemente el menos cohesionado de la historia de la banda. Albarn es un
gran compositor, pero aquí cayo en formulas repetitivas, la cantidad de
colaboraciones se vuelve obscena al punto que hay canciones en que ya no
sabemos quién está detrás del micrófono perdiendo el estilo musical de quien
colabora, en casos contrarios el músico invitado se hace con la canción de tal
forma que le quita cierta identidad a la banda y pareciera que es Gorillaz los
que están colaborando, como en el caso de Grace Jones. Si bien, este disco se
encumbra más alto que “The fall” creo que el excesivo hype que se le está dando
no es proporcional a su calidad, el disco no logra llegar a niveles de frescura
del de sus primeros trabajos, está un nivel bastante medio e incluso menor si
se le compara con cosas del pasado, en lo personal fue una decepción, yo
esperaba mucho, pero al escuchar los adelantos me fui dando cuenta que este
disco no corría con tanta ventaja, la escucha total de este lo confirmo. En
fin, al ser un proyecto que trasciende lo estrictamente musical tal vez esto se
puede perdonar ya que de tratarse de cualquier otro grupo que no maneje esas
ambiciones esto sería tal vez un golpe bajo de calidad.-
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