martes, 29 de agosto de 2017

El negro matapacos. El símbolo de lucha de los estudiantes






Corrían los meses de Mayo y Junio del año 2011 y las calles de Santiago de Chile eran un verdadero campo de batalla entre estudiantes y carabineros. La consigna era una educación gratuita y de calidad, eso se pedía al gobierno presidido en ese entonces por el multimillonario Sebastián Piñera y su sequito de conservadores, fachos, neoliberales. Ante ellos y su inamovible negativa a sentarse a dialogar, los jóvenes con pancartas, con expresiones y códigos propios de su idiosincrasia, con su ingenio y rebeldía, se unían para cubrir las anchas calles de la capital Chilena al ritmo de canticos revolucionarios eternos y profundos, había rabia y esperanza, nunca olvidaré a los encapuchados siempre dispuestos a ponerse en primera fila cuando la protesta ardía y la guerra contra las fuerzas policiales era inminente, nunca olvidaré la brutalidad policiaca, y nunca olvidaré el coraje por seguir adelante de una generación que creyó en un cambio. Sí, fue hermoso y parecía que no estábamos solos, en ese periodo el mundo entero estaba completamente revolucionándose, en Estados Unidos estaba el Ocuppy Wall Street y la primavera árabe se desarrollaba en Egipto. Nunca olvidaré esos días, pero por sobre todo nunca olvidaré al Negro Matapacos.


El perro revolucionario

Nunca lo conocí personalmente, leí un artículo sobre él en el diario The Clinic a finales de aquel año y me fascino la historia, demás está decir que soy un amante de los perros. El negro era un perrito callejero (quiltro como se le dice en chile) que prácticamente no se perdía ninguna protesta estudiantil, iba a todas, en las fotos lo mostraban gruñéndole a los policías, haciendo la pose de ataque de un lobo feroz, arrancando junto a los estudiantes para guarecerse en algún lugar donde no llegará el chorro de agua que lanzaba el guanaco (carro lanza aguas de la policía) o tambaleándose por el ardor que le producía en sus caninos ojos el efecto de las lacrimógenas. Fueron los estudiantes de la USACH quienes le dieran cabida durante esos largos periodos de toma que convirtió las facultades en trincheras. Pero en realidad el perro no era de ninguna casa de estudios, era un alma libre, un alma anárquica. 

El negro e Hija de perra. Qué juntada!!

Mira cómo se portan los/perros callejeros/cuando se enfrentan estudiantes y carabineros. Dice una frase de la canción “Sinceridad del cosmo” de la banda Ases Falsos haciendo alusión a que los animales por inercia siempre van a estar del lado del oprimido. Yo estoy muy seguro que Briceño se basó en la historia del Negro para componer esa letra ya que el perro se convirtió rápidamente en un símbolo de las manifestaciones durante el 2011. Era una representación de todos los perros que se unían a la masa a gritar, a hacer ruido contra el sistema y también a sufrir los golpes de los carabineros, claro, no es que los perros estuviesen entrenados para morder a los pacos, pero sus reacciones ante la violencia policial y su alegría ante el jolgorio de los que marchaban podía ser leído como un síntoma de sinceridad en donde cualquiera podía notar cuál lado del bando era el bueno y cuál el malo. Yo no fui a tantas marchas, pero fui a unas cuantas y recuerdo que siempre andaban unos cuantos perros a nuestro lado, esto se debe en gran parte a una cuestión muy lamentable: Chile es el país con mayor índice de perros callejeros, la mayoría son abandonados por sus dueños, tirados por ahí a su suerte, condenados a vagabundear. La mayoría de los perros sufren este abandono de manera traumática, ahí está el triste caso de Cholito, un viejo perro que dormía a las afueras de una galería porque su dueño lo había dejado abandonado allí y que termino siendo horriblemente asesinado por encargo de la dueña de aquel lugar. Este vínculo hace que el perro callejero forme parte del paisaje natural de cualquier ciudad chilena, y de este modo esos perros han aprendido a comportarse como ciudadanos más de la calle. Te siguen para todos lados cuando les das un poquito de comida y te quedan mirando confundidos cuando te subes al autobús y te separas de ellos. 



Para hacer una odiosa, pero necesaria comparación pogamos en frente los comportamientos del perro callejero chileno y el perro callejero argentino (porque son los dos casos que conozco), el segundo no se anda con rodeos ni busca tu cariño por qué sí, te elige si realmente te quiere sino sólo sigue su camino. El perro chileno más pequeño y flacuchento, siempre anda asustado y como pidiendo permiso para actuar frente a ti, para ganar tu aprobación y cariño, se podría decir que es más arrastrado, pero saca toda su energía y orgullo en las marchas, cuando tiene que ladrar con fuerza, ladra con fuerza.

 


El negro dejaba de lado esas consideraciones porque era un revolucionario, un líder a fin de cuentas. Una de las señoras que lo cuidaba cree que podía tratarse de un estudiante reencarnado por su compromiso con la causa: Nunca se perdía una marcha, apenas sentía los tambores y gritos a lo lejos rasgaba con sus patas la puerta para que lo dejaran salir. Y después de la marcha el negro se iba a disfrutar de la vida, echarse en los pastos de algún parque con los demás chicos, jugar con otros perros o hasta tomar cerveza (su dueña siempre se enojaba y lo retaba cuando el perro llegaba borracho) El negro era un perro amigable que había hecho su dinámica de vida entre los centros universitarios, todos lo conocían, le regalaban pañoletas que le colgaban al cuello como símbolo distintivo y siempre le compartían comida. No era un perro alpha de ninguna jauría, se manejaba solo, siempre errante en su propio camino, de hecho, nadie sabe cuál es su origen, la primera mujer que lo cuido y alimentó dice que un día simplemente llego y como ella le dejaba comida el negro siguió regresando a ese lugar. Antes de eso y antes de las pañoletas de colores el negro era como cualquiera, un anónimo más, de algún modo trasgredió sus propios devenires y se convirtió en un líder, en la representación de un movimiento. El típico perro arrastrado de las calles chilenas se transformaba en el perro revolucionario.
 

Q.P.D


Me he enterado que en Grecia existía también un perro que se ponía del lado de los que marchaban, de los piqueteros, se llamaba  Loukanikos y sin saberlo era un camarada del Negro, ya que cuando en Grecia se vinieron las protestas -también en el año 2011- Loukanikos estaba ahí al pie del cañón y esa perseverancia le hizo ganar la fama en su país del perro de las protestas y por supuesto al igual que nuestro Negro se convirtió en un referente de lucha. Loukanikos murió el 2014  a los 10 años y fue enterrado bajo un total respeto, no murió como cualquier perro que se pudre olvidado en la calle, aunque vale decir que en Grecia este problema no es tan común porque el trato a los perros callejeros está mucho más controlado que en Chile.

Y así como Loukanikos y Negro, sé de otros perros que formaban parte de otras universidades a lo largo de la angosta franja del país y que se habían ganado la admiración y cariño de los estudiantes quienes les crearon cuentas de Facebook e instagram irguiéndolos como símbolo de su propia realidad universitaria.


¿Pero por qué un perro que ladra es símbolo de lucha? Tal vez, y sólo tal vez, para los chilenos después de un periodo negro de dictadura y una transición democrática que termino desencantando a muchos, resultaba fácil representarnos con perros callejeros, seres despojados de sus derechos y obligados a callejear por nuestra suerte, pateando piedras como dicen Los prisioneros. Pero esto se reconfiguro positivamente bajo la figura del Negro, ahora estos perros abandonados por el sistema, explotados por el sistema y engañado por el sistema ladran y lo hacen con rabia.

El 2011 pasó, otras protestas vinieron, otras exigencias hicieron mella en el diario vivir (aún no hay educación pública en chile) el desencanto parece mayor que ayer, pero ya no se articulan los movimientos sociales con la misma convicción, las figuras juveniles que brillaron durante ese año hoy tienen escaños en el parlamento y su revolucionario brillo parece apagarse de a poco. Pero ahí seguía, hasta antes de ayer, ahí seguía el negro matapacos en su ley, dispuesto a ladrar en cualquier revuelta ciudadana. Hoy su voz se extinguió y no pueden ni sospechar la pena que siento al respecto. Descansa querido negro, tu tumba se llenará de pañuelos.-
 
Aquí un documental que algunos estudiantes realizaron sobre el negro:


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