lunes, 16 de octubre de 2017

¿Qué fanático de Radiohead eres?



Para nadie es un secreto que la banda inglesa Radiohead está más allá de los parámetros del rock y  el pop convencional. Reinventaron el sonido generacional de los noventa Y hoy en día continúa sorprendiendo con más de treinta años de trayectoria. Pero en el largo recorrido de su vida la banda ha sido seguida por distintas clases de fans, ganando nuevos y perdiendo viejos. Los rumbos musicales que ha tomado y su evolución a lo largo de las décadas le han hecho tener una masa de adeptos bastante heterogénea que podríamos clasificar de los modos más estereotipados posibles, así que aquí va:


Época Pablo Honey y The Bends (1993-1995) El fanático rockero alternativo noventero

Hola joven noventero lleno de rabia y nihilismo, quería saber qué estaba músicalmente de moda para no comprarlo y así estár en la onda
  
Después de casi una década tocando en clubes y bares de algunas ciudades de su localidad, los originales “On a Friday” firmarón con EMI/Parlophone y se convirtieron en Radiohead aunque el éxito no llegó de un sopetón. “Creep” fue el gran hit del infravalorado “Pablo Honey”, pero al mismo tiempo fue la canción que puso a la crítica y a la misma banda en duda sobre si podrían superar el arrastre y popularidad de aquel tema o sucumbir como un mero one hit wonder. Al final rompieron ese techo gracias al disco “The Bends”, el  que los perfiló como una banda superior a un solo éxito y que los llevó definitivamente a las grandes ligas. ¿Pero cómo eran los fanáticos de ese entonces? Bien, estamos a principios de los noventa, la onda grunge azotaba con fuerza en la llamada generación X (en su momento Radiohead fueron presentados como los “Nirvana ingleses”), pero también el rock más alternativo de los ochenta que músicos como R.E.M, The Smith, New order o Siouxsie and the banshees llevaron adelante se podía ligar de algún modo con la propuesta de los de Abingdon, por lo que la primera fanaticada de la banda -podríamos decir la original-  estaba compuesta por fanáticos del grunge y del rock alternativo en general. The pixies, Dinosaur JR, The Melvins, Husker Duh, The Smashing Pumkpins eran las bandas que se asemejaban al estilo y propuesta de Radiohead por ese entonces, de esta manera los fanáticos eran un cumulo de jóvenes que no tenían idea ni ganas de hacer nada con su vida, un vacío existencial que sólo podían llenar con  música que tuviese mensajes depresivos. Radiohead enganchó bien con ellos.



Época “OK Computer” (1997) El fanático que sigue modas

Seguid el rebaño más grande
Con “Ok Computer” Radiohead se comió el mundo, llegaron al puesto número 1 en los charts Británicos y ganaron todo el prestigio que el arte podía otorgarles. Un trabajo tan bien hecho como “Ok Computer” considerado como el “Dark side on the moon” de los noventa llevó a la banda a presentarse en casi todo el mundo y con ello la fama turbulenta los acechó. De la noche a la mañana ahora Radiohead eran una banda que llenaba estadios, platos fuertes en los festivales, salían hasta en la sopa. Claro, ellos venían con un alto nivel de popularidad, pero “Ok Computer” rompió todos los parámetros y de esta forma aparecieron los fans más insólitos, aquellos que sólo siguen la moda del momento. Vale decir que para esta época Radiohead conservaba aún a muchos de sus fans originales.
 

Época “KID A” y “Amnesiac” (2000 – 2001) El fanático Cinefilo

 
Hola soy Gonzalo Frías y mi película favorita se llama Radiohead
Aquí es donde se separan las aguas, hay un antes y un después de “KID A” en Radiohead y en sus fanáticos. Empezando el nuevo milenio el grupo decidió cerrar el ciclo que había supuesta las guitarras atronadoras del rock y empezaron con la experimentación de sonidos y estilos más cercanos a la electrónica y al jazz. A una buena parte de sus fans este nuevo camino no les gustó para nada, no lo entendieron o no les cerró de la mejor forma, los incondicionales, por supuesto, siguieron ahí, pero aparecieron nuevos fans, menos rockers, con un ímpetu menos autodestructivo y con más ansias de llenar sus curiosidades artísticas. Muchos de los fans que ganó Radiohead en esta época eran curiosamente estudiantes de cine o fotografía que relacionaban las canciones de la banda con sus películas favoritas y de esta manera armaban el soundtrack perfecto de su vida. Es interesante notar que este tipo de fanáticos se terminaron convirtiendo con el tiempo en el relevo de los fanáticos originales que no le siguieron el paso a la banda, y vale decir también que estos fanáticos en específico se fueron tornando cada vez más en seres  odiosos y pretensiosos al considerar que “no cualquiera puede entender la música de Radiohead” pedantes.
 

Época “Hail to the thief” (2003) El fanático muy Radiohead

Thom Yorke es nuestro Elvis
El disco más largo del grupo fue también el final de su contrato con la discográfica EMI. Para ese entonces Radiohead era una banda de renombre, respetada y reputada en todos lados. Por lo mismo se da la aparición (que es parte una mutación entre la última camada de fanáticos y la antigua) de un fan que básicamente es el que va articular la fanbase de la banda de aquí hasta que se mueran. El Fanático total de Radiohead, esa personita durante su día a día es una parodia/homenaje a Thom Yorke o a Johny Grenwood. Ese que se sabe de memoria todas sus canciones, que se ha visto todas las entrevistas del grupo, que hace dibujos con la esperanza eterna de que se conviertan en los futuros logos de la banda, que se sabe todas las curiosidades habidas y por haber de los integrantes y si no se las inventa. Ése que se hizo vegetariano sólo porque Thom Yorke lo es, que se compra cualquier revista o diario en el que salga algún artículo o entrevista relacionado con la banda, en fin, el groupy incapaz de poner en duda si acaso le podría llegar a no gustar alguna canción de Radiohead.

                                           Dialogo común con un fan hardcore de radiohead

Época “In rainbows” (2007) El fanático casual

Sí, radiohead, en los noventan eran muy comerciales, pero ahora me gustan porque ya no pasan sus videos por MTV
Después de un largo tiempo apareció “In Rainbows” en las disquerías del mundo, o bueno más o menos, porque sin sello discográfico ni ganas de lidiar con ejecutivos dementes, Radiohead lanzó su séptimo disco por internet, dejando que las personas que lo descargasen pagaron lo que quisieran por él. Aquella jugada puso en jaque a la industria discográfica que ya para esa época no podía lidiar más con la descarga de internet y su batalla contra la piratería estaba perdida. “In Rainbows” (mi disco favorito, dicho de paso) trajo al fanático casual, ese que se pasea por las tiendas de discos buscando algo nuevo, ese melómano que sólo parece ser fanático de artistas antiguos y que nunca quiso admitir que le gustaba Radiohead para no ser un borrego más de la corriente del momento. Ahora, con Radiohead más allá de la moda y la antimoda, el fanático casual podía ver en el grupo algo interesante para regodear su oído, apreciarlo, pero sin demasiada exaltación, con la medida justa de pasión, ahora podía decir sin culpas “son buenos” y no sentir que estaba royendo el masticado hueso que habían mordido otros. En todo caso no hay que confundirlo con el fanático snob, ese ya va a venir. En este caso estamos hablando más de un fanático melómano aunque entre nosotros, yo creo que es más un fanático de closet.
 

Época “The king of limb” (2011). El fanático hipster




Y llegamos al momento más determinante, después de algunos años distanciados en donde varios de sus integrantes comenzaron sus propios proyectos solistas, Radiohead volvía sin previo aviso con un disco que no dejo satisfecho a muchos ya que sonaba demasiado Thom Yorke quien venía obsesionándose con sus mambos electrónicos. Para estas alturas el hipsterismo se había fundado como una ideología entre algunos jóvenes y la música de Radiohead en general caía bien con la onda que invocaban, pero este disco fue la hecatombe para este ¿movimiento juvenil? Ya que las texturas electrónicas del álbum, las letras cripticas y los bailes epilépticos de Thom Yorke caían de perillas con el sentir de los hipster. “The king of limb” fue la puerta abierta para que los fanáticos más hipster de Radiohead entraran a su mundo, portando una mirada no tan nihilista de la vida como sí la tenían fanáticos anteriores, sino más se trataba de sacralizar todo lo que fuese alternativo y cool. Claro habían cosas alternativas, pero que no eran muy cool, en cambio Radiohead sí lo era y por eso los hipster le levantaron un monumento y de la noche a la mañana los conciertos de la banda se llenaron de estas plagas, en todo caso hay que decir que son los tiempos que corren los que musicalmente llevan a los hipster por estos rumbos musicales, varias veces a Radiohead le ha tocado compartir escenarios de grandes festivales junto a figuras como The XX, The Wekend, Mac de Marco, The stroke; Artic Monkeys, Tame Impala...además de ser una influencia para grupos como “Alt-j” o “Sigur ros”…en fin cosas así.
 

Época “A moon shaped pool” (2016). El fanático snob

 
El otro día escuché una canción de Radiohead que estaba buena. Creep, son un pedazo de banda.
La última etapa de la banda hasta ahora. Están todos viejos, pero con mucho aguante. Sobre el disco ya hice mi propia crítica al respecto así que no hay mucho que agregar, lo interesante es que con Radiohead alcanzando un prestigio musical tan grande al punto de ser referentes indiscutidos de dos movimientos generacionales, ya no tienen que convencer a nadie de nada y pueden llevar su carrera por los caminos que quieran. Por lo mismo el último fanático que faltaba agregar a esta estereotipada clasificación que arbitrariamente hago es indudablemente al snob, ese que sólo ha escuchado un par de canciones de la banda y que se siente un seguidor de toda la vida. Que escucha sus discos muy superficialmente, que no opina grandes cosas de ellos y que dentro de las cosas que comúnmente escucha, Radiohead desentona con todo. Aun así es uno de los fanáticos más aperrados, quizás por el mero hecho de querer convencer a todos de que no son fanáticos de cartón.

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