martes, 1 de diciembre de 2020

100 discos para mis treinta: #54 Kali Uchis - Isolation (2018)

 


Últimamente la música popular ha dado un pequeño giro en cuanto al consumo que la juventud le está exigiendo. De esta manera el género urbano donde confluyen el regetone, el trap, el hip hop y otros menos conocidos, comienzan a ser la sensación con sus propios referentes. Debe ser duro para los yankees que los nuevos gustos masivos provengan de otras latitudes lo que al mismo tiempo se traduce en un progresivo, pero seguro apagón de ese estilo de rock anglosajón que nos estiró las orejas desde que Los Beatles aparecieron. Ahora lo que se escucha y al mismo tiempo se reivindica es una música enérgica, sensual y empoderada (sea lo que sea que signifique eso a estas alturas) y uno de los discos que dejo a muchxs con los ojos saltones fue el espectacular “Isolation” de la colombiana-estadounidense Karly Marina Loaiza, mejor conocida como Kali Uchis, que después de este disco no ha parado de ascender.

Exótica, real y finísima


 

¿En qué momento Kali Uchis apareció en nuestro radar? Eso depende que tan conectadx estés con las nuevas tendencias en el mundo de la música, sobre todo ahora que ya los discos no son material de promoción para artistas y los nuevos nombres aparecen y desaparecen sin mucho impacto. Para quienes siguen de cerca la carrera de Tyler the creator, Kali Uchis ya era un nombre que sonaba por ese mundo medio rapero alternativo, pero realmente consiguió un poco más de reconocimiento luego de lanzar su primer EP “Por vida” en 2015 el cual con la producción de nombres como Diplo, badbadnotgood y el mencionado Tyler, se podía notar que se estaba creando una artista que tenía muy poco de laboratorio y mucho de esencia real.

Personalmente yo la conocí luego de su colaboración con Gorillaz en la canción “She´s my collar” y pude verla en una presentación en vivo durante el estreno de aquel sonado (pero decepcionante) disco “Humanz” de la banda de Damon Albarn. Era evidente que la mujer atraía todas las miradas por su estampa, su desplante y como no, su sensualidad. Desde ese momento comencé a buscar un poco más sobre esta artista y como suele pasar fue mi pasaporte a muchxs más artistas del genero urbano que estaban haciendo cosas bastante interesantes más allá de su alcance mainstream.

Viniendo del mundo bizarro, pero excitante de Tyler, Kali Uchis no decepciona como exponente de un estilo que re define el sonido de la calle. En gran medida la siento con una actitud de diva real, es decir, una elegancia para la interpretación y una fidelidad de sonido que coquetea con las armonías de otras épocas, su estilo exótico que al mismo tiempo dibuja tan a la perfección los parajes más marginales de las costas de Los Ángeles (sin caer en excesivos clichés) hacen que estéticamente Kali Uchis se convierta en una especie de odalisca  que trasciende los prejuicios que el género de su música alberga y mantiene una esencia casi alternativa que la distingue de otros colegas.

Actualmente la artista hace poco lanzó su segundo disco, íntegramente en español y con un marcado estilo de regetone, dembow, trap y todas las delicias del sonido latino que se han ido abriendo el último tiempo. Pero para darle comienzo a un viaje sensual, de mucho ritmo y un alto nivel de producción en su sonido, tenemos este espectacular debut que no pierde su fuerza y apuesto que en un buen par de años seguirá sonando tan vigente como hoy.

El alma baila


 

Kali Uchis haciendo referencia a su ascendencia latina, pero generando un extraño cruce con el indie de marca anglosajona, confecciona un disco lleno de flow, pop, R&B y unos retazos de regeton (algo que después explotaría más en su segundo disco) pero todo lo hace con una sutileza que se refleja en esa mirada precisa y fulminante con la que aparece en la portada del disco.

Colombiana, pero oriunda de Virginia, corre en la sangre de Kali Uchis una verdadera esencia de baile, de noche y de playa, pero no por ello su sonido pop resulta simplón, es más, me sorprende la poca rotación radial que esta chica ha tenido fuera de las típicas radios hipster quizás justamente porque pese a que es una música llena de ritmos para el alma y hechas para bailar y escuchar en cualquier ocasión específica, sigue siendo una chica un tanto difícil de etiquetar (aunque eso puede haber cambiado con su segundo disco)

Cuando estaba haciendo este álbum, realmente no quería ser influenciado por la música actual o por otros artistas. Me preocupaba que tal vez mi música no fuera aceptada por otras personas porque no se correlaciona con las tendencias en este momento, pero creo que abrazar el aislamiento de eso y correr el riesgo de crear cosas que no parecen otra cosa en este momento hace que la música sea emocionante. Es parte de lo que hace la vida emocionante. Es parte de ser una artista” explica Uchis en una entrevista a Vogue, donde podemos quizás entender un poco la filosofía de su sonido y eso viene bastante bien para entender porque el inicio con “Body Language” parece tan ajeno a la música pop actual, mucho más llevado a los sonidos de bossa nova nos introduce en una especie de isla de encanto en donde la dulce voz de Kali nos va hamacando en un deleite. “Miami”  continua en los ritmos de otra época, salvo por la percusión trapera, podemos sentir esa vibra de hip hop noventero tanto en el entorno del tema como en aquellos sutiles, pero bien puestas cuerdas de guitarra que le dan un toque distintivo, para algunxs este tema tiene una sonada característica R&B aunque con aires progresivos gracias al flow que aporta la rapera Bia, originaria de Boston.


 

“Just a stranger” tiene una vibra soul que contiene las voces, composiciones y producción de Steve Lacy guitarrista de aquel hermoso proyecto de neo soul llamado The Internet. Aquí nos damos cuenta que Kali Uchis no busca irse por un solo camino sino que despliega bastantes ritmos y tetras para poder sorprender y divertir con cada canción. “Flight 22”  parece una balada de blues que bien le pudimos haber escuchado a la inmortal Amy Winehouse y en la que la voz de la Uchis se deshace en cada verso en un cálido manto que hace que quien la escucha no pueda evitar sonreír y sentirse en otra época. Es uno de los temas más bellos y mejor trabajados del disco, un pop bien ceñido, pero divertido.

La declaradamente sensual “Your Teeth in My Neck” hace amagues de un funk setentero bastante bien ejecutado, aunque si no fuese por la voz de Kali, que puede ajustar su registro  a cualquier estilo y conducir el tema sin perder el protagonismo de su vocalización, sería una canción no muy memorable, simplemente el tema no brilla con tanto esplendor.


 

“Tyrant” otro tema lleno de sensualidad que remite a realizar movimientos oscilantes junto a alguien, lleva la cooperación de Jorja Smith (la primera vez que la escuche creí que se trataba de Rhiana) en un R&B que va sintiéndose cada vez más y más caluroso. “Dead to me”  vuelve al soul con toques de jazz y frente a todo pronóstico se convierte repentinamente en un tema de pop que artistas como Katy Perry podrían calzar muy bien, la diferencia, nuevamente está en el estilo, la fuerza y sensualidad con que Kali va construyendo los pasajes del tema,  realmente es un tema bastante complejo si se le presta atención.

“Nuestro Planeta” es regetone con mezcla de trap en los ambientes. Es otro temazo en donde Kali demuestra que no es etérea en todo sentido sino que tiene los pies bastante bien puestos en la tierra cuando llega la hora de perrear, este tema es quizás el que queda más lejano en cuanto a la estilística conceptual del disco, pero nuevamente, en la voz de Kaly suena tan exquisito (en mi opinión no consiguió el mismo efecto con su canción junto a los históricos regetoneros Rakim y Keny en su segundo disco) quizás hubiera sido mejor que el colaborador aquí fuese un nombre más destacado dentro de esa área, pero aunque acotado y un poco apresurado, Reykon queda como un agregado innecesario, Kali se hubiese podido bancar sola este tema.


 

“In my dreams” es un tema que por todos lados suena a Gorillaz y la verdad es el que menos me gusta de este disco, con la participación de Damon Albarn cantando de esa forma pajosa, Kali Uchis aunque pone de todo por hacer del tema un buen himno de indie pop, se siente demasiado lejano a todo lo demás y es quizás el más flojo en cuanto a energía, aunque esas vocalizaciones de Kali antes de que Damon cante su parte, son realmente potentes. “Gotta get up” funciona como un interludio totalmente funk y porno que bien podría colarse en los primeros discos de Snoop Doog, de quien no dudo sacaron inspiración para el concepto del álbum.


 

“Tomorrow” es una gran sorpresa, junto al hombre de Tame Impala, Kevin Parker, Kali Uchis nos entrega una canción introspectiva y algo lisérgica muy al tenor del estilo de Parker quien inmediatamente haciendo uso de su lo-fi y esos teclados casi astrales que tanto explota con su exitoso proyecto, deja todo listo para que Kali nos deleite con una canción totalmente onírica y que conecta bastante bien con la próxima que es “Coming home”  igual de soul y fumona que la anterior.

“After the storm” fue una de las canciones que se conocieron mucho antes del lanzamiento del disco y continua en esa onda media funk que tiene todo ese toque kitsh que bordea el homenaje o la resignificación de ese funk setentero, por supuesto la colaboración de Tyler the creator con ese vozarrón profundo que ostenta, hace que el tema se vuelva cada vez más delicioso de escuchar. El viaje termina con “Feel like a fool”  donde nuevamente la sombra de Amy Winehouse se asoma, aquí es donde quizás podemos sentir a la Kali Uchis más entregada al sonido delicado, exquisito y lleno de actitud. El cierre viene con “Killer” otro tema donde el realce de su voz y carisma se come todo lo demás, incluso ese pianito irresistible y las guitarras con delay que le dan ese toque de otra época, quedan opacadas por la grandiosa voz de Kali. 


 

Sin duda Kali Uchis debería ser un nombre que figure mucho más en los rankings de musica mainstream porque hace un pop consciente en su pastiche, reuniendo variados estilos del pasado y conjugándolos con gracia con los ritmos del presente. Además de todas las características mencionadas, la voz de Kali es simplemente seductora y nadie puede decirle que no al disfrute de alguno de sus temas. Apuesto será una figura que seguirá creciendo con fuerzas, esperemos que mantenga esa versatilidad tan potente de la que carecen tantxs artistas del mundo del pop.-


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