Empecemos el año, como es la costumbre con un poema inédito e ideal para estas épocas de contagios y virulencias, por supuesto, qué rico que es besar, pero que más rico es que te tiren un buen gargajo directo a la boca, como todo un proyectil de guerra.
Coleccionista de sabores
¿Qué placer buscamos
en tanta saliva ajena?
Qué vicio me atrapa cuando tu espuma se desliza sutil y prospera
por los montes heridos de mi lengua seca.
Fuego viscoso y baba ardiente
tus labios esconden un secreto sin palabras
que electrifica
bombea
y explota
mi sentir sensual, brusco, animal.
¿Qué placer esconde
el deseo de un escupitajo en el paladar del otrx?
como una serpiente eyectando su veneno
sobre la victima de rodillas y brazos abiertos,
que espera complaciente
el centellante brillo
de aquel líquido espeso
que ahora se escapa por los costados de aquellos golosos labios
en un juego de secreciones
que confunden su inicio y su final.
¿Qué placer sospechas
se cocina en tu retina
cuando echas a pelear cuerpo-cuerpo las lenguas?
cuando éstas se empujan hasta vaciar los fluidos mutuos
y se extingue tan rápido
que evacua el dolor de la rutina
y el amargo sabor de una asquerosa comida.
¿Qué placer sospechas?
Me da tu saliva
La membrana de tu lengua
De mi lengua
De tantas lenguas por probar
Por robar
Por saquear
Para la colección de sensaciones que esta lengua dormida pide hidratar.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario