domingo, 11 de junio de 2017

PUEDE EL ARTE FORANEO TRANSFORMAR UN CONFLICTO SOCIAL





Thom Yorke, artista, músico, mayormente conocido por ser el vocalista de Radiohead se a vio emplazado por figuras del ambiente artístico de su país como Ken Loach y Roger Waters (mediante la organización no gubernamental Artist for Palestina UK) a sumarse al boicot artístico contra Israel, básicamente se trataba de una sutil presión, pues públicamente hicieron una campaña viral para evitar que Radiohead tocase las fechas acordadas de su tour en Tel Aviv alegando razones humanitarias. “Por favor, hagan lo que los artistas hicieron en la era de opresión en Sudáfrica: manténganse alejados hasta que el apartheid termine”. Pedía el comunicado, pues de acuerdo a la ONU el gobierno de Israel  ha impuesto un régimen de apartheid en las zonas rojas debido al conflicto Judeo-Palestino. Después de un buen tiempo de silencio, Thom Yorke dio sus opiniones para la Rolling Stone en donde dejo claro que el tema lo tenía muy molesto y que esa clase de petición la consideraba una falta de respeto a su trabajo y al de sus compañeros. “Es profundamente irrespetuoso asumir que estamos desinformados o que somos tan retrasados que no podemos tomar estas decisiones por nosotros mismos”. Dijo Yorke acusando a Waters de no haberlo contactado antes de todo para hablar personalmente del tema, luego el hombre de Pink Floyd salió a desmentir esto aduciendo que sí intento reunirse con Yorke antes, pero éste no dio señales de vida. Fuera de los dimes y diretes esta rencilla despierta un tema mayor de fondo: ¿En qué medida el arte pude tornarse como una influencia en el desarrollo de un conflicto social?


¿El bloqueo cultural por parte de los propios artistas es una medida justa para el pueblo? Un país no divide su población en blanco y negro necesariamente, nunca son absolutas las dos posiciones contrarias por más que las estadísticas nacionales o internacionales así lo quieran demostrar, hay demasiados contrastes y puntos muertos en medio de un conflicto incluso tan perenne como lo es el  Arabe-Israel. Yorke tiene razón al decir que ellos no pueden ser tan simplistas y justificar una cancelación masiva de conciertos por un problema social del que sus fans no son necesariamente activos participes directos “no puedo entender por qué tocar un show de rock o asistir a una conferencia en una universidad puede ser un problema para ellos” se preguntaba Yorke agregando también que la división cultural sólo puede generar una mayor intensificación de odio en la población: “Si se está hablando de progreso en la sociedad, al crear división, ¿qué se obtiene? A figuras como Theresa May, a Netanyahu o Donald Trump, eso es lo que generas, eso es divisorio”  A su vez la posición de Waters está amparada por razones de concientización mundial: “Hoy es el 50° aniversario de la ocupación de Palestina por Israel. 50 años de vida bajo ocupación militar. 50 años de un pueblo sin derechos civiles. 50 años sin acceso a la ley. 50 años de apartheid. El movimiento BDS existe para concientizar sobre la difícil situación del pueblo ocupado de Palestina, tanto en Palestina como en el extranjero, y para promover la igualdad de derechos civiles para todas las personas que viven entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, sin importar su nacionalidad, raza o religión. Toda vida humana es sagrada, cada niño es nuestro hijo, el excepcionalismo es siempre nuestro enemigo. No hay "Nosotros o ellos": sólo nosotros.” Concluía en la carta que le mando al vocalista de Radiohead. 

Poniéndonos fríamente analíticos  El objetivo de Waters entra en una lógica política-instrumental al desabastecer parte de la economía de Tel Aviv quitándole gran parte de su oferta artística  y haciendo patente con esto la realidad que se vive en la peligrosa franja de Gaza  y que muchos Israelitas de la zona se niegan a comprender desde otra perspectiva, pero ¿realmente Waters puede llegar hacer algún daño o modificar el régimen social sólo despertando la conciencia de terceros? Entiendo que el foco está en llamar la atención de instituciones internacionales para que ponga medidas drásticas al gobierno….pero las presiones extranjeras sirven sólo cuando el foco de interés se ha desarticulado. Un ejemplo claro de esto fue la segunda mitad de los años 80 cuando la dictadura de Pinochet empezaba a tener verdaderos cuestionamientos internacionales, coincidentemente se dio con mayor fuerza cuando su modelo económico no calzaba con un régimen autoritario y empezaba a perder el apoyo de su principal contribuyente, U.S.A 

 
El arte en esos oscuros periodos de Chile también tuvo un importante rol simbólico en la medida que se hacían conciertos en Argentina (el histórico Human Rights Now! Operado por Amnistía Internacional) apoyando la vía democrática, actores como Christopher Reeves mostraban públicamente su repudio al violento accionar militar o la trovadora Joan Baez se paseaba en una casi secreta gira por el país intentando concientizar al mundo de lo terrible que estaba sucediendo en Latinoamérica. Todos estos actos quedan patentes como el esfuerzo colectivo de una elite artística mundial por querer generar la fisura en un estado de conflicto en el cual el shock seguía manteniendo a toda una población pasmada.

 Pero revisando la historia, estas muestras extremas de posicionamiento político-social sólo dejaron de ser un gesto de esperanza y pasaron a ser la constatación de un cambio de enfoque en la medida que el poder institucional se debilitaba en credibilidad y autonomía. Siendo la manifestación artística un reflejo del estado de conflicto más que un golpe de timón para direccionar el barco social aunque a ratos bien podía ir de la mano, en ese sentido la campaña del NO es un paradigmático ejemplo de como el arte y sus involucrados podían conducir los vientos de renovación, relevante es el hecho de que la mayoría de los artistas chilenos participaron en aquella campaña y lograron capitalizar las esperanzas de cambio social proveniente de un sector de la población.

“Poco se puede esperar de los pedazos de papel que pretenden reformar las relaciones entre grupos sociales en conflicto si no tienen correspondencia con un cambio efectivo de relaciones de poder.” Explica Juan Solano en relación al papel del arte dentro del conflicto social de la guerrilla Colombiana (sumado a toda la expectativa frustrada que el año pasado llevo a la sociedad a votar NO por el acuerdo con las FARC en el referéndum) Los documentos y tratados son sólo burocráticos, las leyes se construyen día a día en el existir de la realidad y el arte es la partícula elemental para entender esa realidad. El arte es capaz de formular, entonces, las soluciones para conflictos de violencia aparentemente imposibles de tranzar. Solano establece que el arte no se deja transformar necesariamente por las condiciones de un conflicto, el arte (y el artista) se transforman por experiencias individuales irremplazables que provienen de procesos históricos determinados. Es por eso que un artista extranjero a menos que haya experimentado algo particular con respecto al conflicto Palestino-Israel no podrá sentir la fragilidad de la situación y formar parte de una posible alternativa de transformación real. No digo que haya que vivir en carne propia las penurias de la franja de gaza para sensibilizarse con el tema, pero internalizarlo y proyectarlo desde el arte es muy distinto.

Arte realizado por fotografos Palestinos en relación a la violencia que se vive en la franja de Gaza. https://actualidad.rt.com/actualidad/view/134426-palestina-fotografos-bombardeo-israel-gaza
 Creo en el arte como una herramienta de intervención social, siempre que nazca de las entrañas de esa propia sociedad. El boicot internacional de Waters y compañía no dudo de que este lleno de buenas intenciones, pero parece más el gesto de un intelectual apoyando un movimiento social desde la comodidad de su sillón universitario sin recabar más en los matices que engloban a la población en su totalidad. Radiohead puede y debe tocar los conciertos que quieran donde quieran, claro que es discutible en todo momento hasta donde puede no ser obscena su participación, pero el gesto que han hecho puede querer reforzar su libertad artística…eso o simplemente no dejan pasar ninguna oportunidad de ganar un dinerillo…Lo que por otro lado tendría más sentido en un contexto histórico donde el arte ha perdido toda responsabilidad social convirtiéndose en un objeto fetiche de pura mercantilización…emm, bueno creo que quede con más dudas aquí. ¿El arte como entretenimiento de masas no posibilita un adormecimiento social? Si lo vemos desde esa óptica Waters y cia parecen tener más sentido en sus peticiones, pero sin duda la concientización social no vendrá porque se haga o no se haga el concierto de una banda de rock, se necesitan de expresiones o manifestaciones artísticas más profundas y arraigadas realmente a la raíz social e histórica en la que nace todo esto. Al final, sigue siendo una discusión abierta.-

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