jueves, 16 de agosto de 2018

RANK: Del peor al mejor disco de Smashing Pumpkins




Les presento una nueva sección del blog. Aquí rankearemos bajo mi súper subjetiva mirada la discografía de bandas o artistas que me gustan. De partida tengo que decir que es una tarea ingrata ya que no es muy fácil ir estableciendo posiciones de discos que amo (en su mayoría) y que automáticamente dejaría en el primer lugar. Ni modo, siempre hay que aplicar un filtro de calidad e ir evaluando por detalles ínfimos cuál disco es finalmente mejor que el otro. Para esta primera ocasión rankearemos la discografía de una banda que ha vuelto a dar que hablar luego de un largo tiempo estando en piloto automático, me refiero a Billy Corgan y sus Smashing Pumpkins.

Oe que noventero tu

Los de Illinois son una de esas bandas que tienen muchas canciones geniales, pero no necesariamente discos legendarios, obvio que si sos fanático lo que acabo de decir te parecerá una burrada. En lo personal, sus discos no me complacen al cien por ciento (salvo uno que ya sabrán cuál es), pero todos tienen al menos tres o cuatro canciones (minino) que me vuelan la cabeza. Actualmente los comandados por el pelao Corgan han vuelto a sus andanzas en un ejercicio nostálgico muy poco sutil. James Iha quien se había alejado de los Smashing desde el 2000 y Jimmy Chamberlain que hizo lo propio el 2009, han vuelto a configurar el grupo, a salir de gira e incluso grabar nuevos temass. Todo sería perfecto si la D'arcy Wretzky hubiese sido parte de todo este remember. Dichos más, dichos menos, este reencuentro (incompleto) de la banda  ha despertado mucho el entusiasmo de sus fans ya que han revivido canciones de sus primeros discos, lo más exitosos y recordados, despachándose conciertazos como este.



En lo particular considero una lástima que D'arcy no se haya podido incorporar a la gira de reunión, ella formo una parte importante de los Smashing Pumpkins y se nota que su alejamiento fue dado por rencillas personales con otros miembros (quien quiera enterarse de toda esa teleserie puede pinchar acá) Pero en fin, vamos a hablar de sus discos que es lo que nos compete. Hay que dejar claro que para este ranking no tomaré en cuenta discos especiales, lados B, grandes éxitos, discos en vivo, EP o ese experimento raro que quiso hacer Corgan en el 2010 y que se llamó Teargarden by Kaleidyscope” (de paso les digo que estaba muy bueno). La única excepción a todo esto será “Machina II/The Friends & Enemies of Modern Music” trabajo que si bien, en parte, se puede considerar un disco de versiones alternativas, no deja de ser un esfuerzo que calza perfecto dentro de su discografía y además tiene ese componente de fisura, ya que fue el último trabajo de la banda en su formación estelar, lo que vino después fue un desorden esquizofrénico que ha hecho que muchxs le pierden el paso. Bien, sin más dilación aquí va la discografía de Smashing Pumpkins, del peor al mejor. Ah, hola Señor Alga.


Número 9: Monuments to an Elegy (2014)



Es una lástima que el último disco de los Smashing sacado a la fecha, sea para mí, el peor de todos. “Monuments to an Elegy” vendría siendo la conclusión (forzada) de aquel ambicioso proyecto que Corgan empezó el 2009 llamado “Teargarden by Kaleidyscope” y se nota el cansancio de querer llevar adelante tan titánica tarea. Este disco me resulta sumamente insípido, su sonido no me termina de convencer con respecto a la música de los Smashing, más bien parece una banda nueva que toma influencias de los calabazas. Los toques de música electrónica suenan demasiado alejados del sabor agridulce que Billy le había puesto a todos sus otros trabajos. Al menos es una producción breve, igualmente se nota la poca expectativa que Corgan tenía al respecto (al año siguiente dijo en un par de entrevistas que no tenía muy claro si seguiría con la marca de la banda) prueba de aquello es la mínima repercusión que este trabajo tuvo en vivo. Ni siquiera los aportes bateristicos de Tomy Lee funcionaron, es simplemente un disco que no se siente seguro ni divertido. 

Canciones destacadas: “Drum + fife”; “Monuments”; “Anti-Hero”

Número 8: Adore (1998)



A pesar de estar muy abajo en esta lista, créanme que “Adore” se encuentra a años luz de “Monuments to an Elegy”. Uno de los discos que les hizo tomar riesgos en su momento. Un experimento mucho más electrónico, oscuro, depresivo y sofocante de lo que venían haciendo (y eso es decir bastante). Si querían a los Smashing más góticos, aquí están. El problema de este trabajo puede ser quizás su sobrecarga de melancolía, llegado a un punto todos los temas parecen repetirse y no hay mucha más vuelta que darle, el disco tiene pocos matices. También la ausencia de Chamberlain en las baterías se deja sentir como una gran carencia, no es que el sonido de beats programados queden mal, pero después de grandes trabajos es muy obvio que le falta algo de push. Es un gran disco, sumamente sombrío, pero no llega a excitarme lo suficiente como para escucharlo una y otra vez.

Canciones destacadas: “Perfect”; “Pug”; “Annie dog”; “Shame”; “For Martha”

Número 7: Zeitgeist (2007)



¡Sorpresa! el disco menos favoritos por los fans no es el peor para mi gusto. ¿Estoy mal? La verdad es que es un trabajo que me entretiene mucho, siempre estuvo rodeado de un halo de mala crítica, sobre todo porque este disco en su momento fue el gran regreso de la banda. Escuchándolo a la distancia y en  retrospectiva de toda la discografía, he llegado a la conclusión de que es un buen álbum. En su momento fue comparado con el proyecto de corta vida llamado Zwan que Billy había intentado llevar a cabo tras la primera muerte de los Smashing y eso le genero gran parte de su mala crítica. ¿Qué tiene este disco que lo hace mejor a los anteriores? De partida la presencia impecable de Chamberlain logra dotar de una gran energía a las canciones, muchos temas funcionan impecable dentro de un sonido rock maintream, logrando su propia identidad, es decir, puedes reconocer realmente el sonido de los Smashing, su esencia (lo que no pasa en “Monument to an elegy”). El disco es jodidamente agresivo, pero también se da sus respiros, a pesar de eso, carece de grandes momentos de genialidad, haciendo olvidable gran parte de sus canciones, incluso algunas que están muy bien elaboradas pasan desapercibidas. Sin duda es un disco que le falta mística. Fue duramente criticado en su momento, pero para lo que es Smashing Pumpkins hoy en día, resulta ser que no es un trabajo tan malo como decían.

Canciones destacadas: “Doomsday Clock"; "7 Shades of Black"; "Bleeding the Orchid"; "That's the Way (My Love Is)"; “Neverlost”; "(Come On) Let's Go!"

Número 6: Gish (1991)



El debut de la banda fue un acierto comercial y una sorpresa musical para muchxs. Obviamente está demasiado amparado por el sonido de sus coetáneos: Pearl Jam, Nirvana y hasta rasgos de Sonic Youth, son puntos de referencia obligatorio para entender este disco. La carga generacional que tiene este trabajo es bastante pesada y creo que por eso se le recuerda con tanto cariño, pero por supuesto no es el disco perfecto. Podemos escuchar una banda con gran potencial, y que notablemente busca una identidad y un sonido propio, pero que aún le falta pulir algunas esquinas de su piedra filosofal. Las influencias del hard rock y los elementos intensos del neo-wave (incluso en lo estético) daban a entender que estaban en pleno proceso de maduración. Eran un grupo listo para entrar a la cancha y mostrar lo que tenían, aquí suenan muy desafiantes y más prístinos que nunca. Realmente considero que este es un trabajo magistral y sólo está en este lugar porque lo que vino después elevó mucho el nivel. Influencias psicodélicas, punk e incluso del rock indie (se puede sentir un aroma a Pixies en varios momentos) dejarían un fuerte precedente. Esta sería una forma elemental de debutar en el mercado rock de los noventa, pero repito, lo que vino después fue mil veces mejor y creo que por eso, pese a lo defenestrado que esta la banda hoy en día, no se puede olvidar.
Canciones destacadas: "I Am One"; "Siva"; "Rhinoceros"; "Suffer"; "Snail"

Número 5: Mellon Collie and the Infinite Sadness (1995)



Para el mundo, este maravilloso disco doble es el Alpha y Omega de Smashing Pumpkins, pero yo no estoy de acuerdo y sé muy bien que están listos con sus picotas y rastrillos para perseguirme por el pueblo y lincharme, pero créanme que es un trabajo que me cuesta digerir. Es cierto que posee varios de los mejores temas que la banda ha despachado, es cierto que es una producción magistral en donde desarrollan todo el talento que poseían, es cierto que es un disco sin miramientos a la hora de atreverse, es cierto que es un disco que marco pauta. Todo lo que quieran, pero no logra maravillarme tanto. Quizás es porque se trata de un trabajo muy engolosinado y sumamente pretensioso. Para empezar su duración es un problema, personalmente considero que la cohesión es lo mejor en trabajos artísticos, menos es más, y para romper aquello tienes que venir con una idea demasiado pulenta. Este disco es hermoso a ratos, pero llegado a un punto simplemente aburre. Honestamente lo hubiese puesto un poco más arriba en la lista, pero no puedo desconocer que es un trabajo esencial para – podríamos decir – el rock mainstream de los 90´. No propone cosas nuevas, es cierto, pero aquí es donde los Smashing logran pulir completamente un sonido y un estilo que los definiría como una de las bandas más icónicas en su momento. La visión oscura del mundo (esa que tanto le agradecía Homero Simpson a Billy Corgan) no resulta tan sofocante gracias a varias escenas de dulzura, las cuales se intercalan con episodios violentos, dando muestra de una rabia que se transmite muy bien en canciones como "Jellybelly" o la inmejorable “Zero”, exclamaciones iracundas que no se volverían a repetir con tal grado de espontaneidad. Aun así el trabajo se empieza a desinflar y caer por su propio peso casi en la mitad del primer disco. Se agradece la valentía de romper moldes en su momento, pero a vista general, el disco no enciende tantas emociones como sí lo hacen otros de manera no tan mega elaborada.

Canciones destacadas: "Tonight, Tonight";   "Jellybelly"; "Zero"; "Bullet with Butterfly Wings"; "Fuck You (An Ode to No One)"; "Where Boys Fear to Tread"; “Bodies”; "1979"; "Tales of a Scorched Earth";

Número 4: Machina/The Machines of God (2000)



“Machina” es un gran disco que se ha visto un poco opacado por el éxito popular de todos los anteriores trabajos. Estamos ante una banda totalmente madura y consciente de su peso, asumidos como una completa referencia del rock. Este es el disco que mejor equilibra el sonido que venían cultivando. Hacen mella en el rock alternativo, consiguen arrojar elegantemente sus arrebatos más violentos a la vez que contener de una manera bastante pop sus canciones más oscuras y calmadas. Este disco no exuda pretenciosidad, aunque eso no le quita su pomposidad al tratarse de una obra conceptual. Las canciones poperas funcionan en su justa medida. Es uno de los trabajos más accesibles del quinteto y el mejor punto de llegada para cualquiera que se quiera iniciar en los mundos sonoros de la banda. Obviamente le falta ese algo para hacerlo el mejor disco, supongo que un poco más de arrojo y menos soberbia.

Canciones destacadas: "The Everlasting Gaze"; "Raindrops + Sunshowers"; "Stand Inside Your Love";  "I of the Mourning"; “Try, try, try”; "Heavy Metal Machine"; “This time”; “Glass and the lost children”; “Wound”; “Age of innocence”

Número 3: Oceania (2012)



“Oceania” fue una gran sorpresa, nadie se esperaba grandes cosas de una banda que parecía muerta y enfrascada en un proceso de cambio sonoro intenso que no terminaba de definir para dónde quería ir. Por supuesto que con sólo Billy Corgan a la cabeza, había mucha desconfianza sobre qué podía hacer una banda que ya había perdido su relevancia con tanta fuerza. Este trabajo fue, según sus creadores, el mayor esfuerzo desde “Mellon Collie and the Infinite Sadness” y eso se nota. Es un disco que abunda en detalles de producción, es pretensioso, pero no sofocante y tiene muchos pliegues de elegancia en sus canciones. Uno de los fuertes fallos de “Zeitgeist” fue tratar de linkear una rabia adolecente que ya no le quedaba tan bien a la propuesta de la banda, en cambio, en “Oceania” hay una continuidad con respecto a la madurez alcanzada en “Machina”, pero también hay una propuesta mucho mejor presentada en cuanto a la evolución del sonido. Los experimentos previos de “Teargarden by Kaleidyscope” (por cierto, este disco también forma parte de aquel box set) llegan a su punto culmine con este trabajo en el que operan de manera sofisticada una gran cantidad de guitarras, ritmos psicodélicos y una electrónica que toma su inspiración los episodios más solemnes de “Adore” Si este hubiese sido el último disco de los Smashing Pumpkins creo que hubiese sido un excelente adiós. Corgan rescata los mejores momentos del pasado y los conecta con efectividad. Lo mejor de todo, es que es un disco muy luminoso, hasta positivo se podría decir, algo que no se esperaría de los Smashing, pero que de alguna funciona excelente.

Canciones destacadas: "Quasar"; "Panopticon"; "The Celestials"; “My love is  Winter”; “Pinwheels”; “Oceania”; “Pale horse”; “The chimera”; “Glissandra”; “Inkless”;

Número 2: Machina II/The Friends & Enemies of Modern Music (2000)



Lo sé, esto es hacer un poco de trampa. “Machina II” se le considera un disco casi apócrifo ya que nunca fue lanzado comercialmente y el 40% de su material corresponde a versiones alternativas de otras canciones lanzadas originalmente en “Machina”. Los temas inéditos que presenta este trabajo se consideran descartes del anterior disco, por lo tanto, se podrían pensar que es algo así como los lados B de “Machina”, pero lo cierto es que fueron trabajados en las sesiones de “Machina” con la idea de formar parte de un futuro trabajo independiente. El problema fue el abrupto hiatus que la banda tomó por esa fecha, un proceso que obligó a Billy a mandar todo a la mierda y querer terminar de raíz con cualquier proceso, y no encontró mejor forma que tomar todas esas canciones, compilarlas en un disco artesanal y regalárselo a los fans. Se preguntaran entonces ¿por qué no incluiste en esta lista al impecable  Pisces Iscariot? En efecto, aquel es un gran conjunto de canciones, pero fue un trabajo realizado por la disquera y presentaba muchos temas que ya eran conocidas, en “Machina” al menos hay material inéditos. Por su forma y enfoque, “Machina II” es un trabajo desordenado, torpe, pero que goza de espontaneidad, maneja con soltura todos los elementos sonoros reconocibles de los Smashing, el aura que despliega en sus canciones es de pura genialidad, a pesar de que la producción no es muy espectacular. Es un trabajo que anticipa muy bien para dónde viraría el rock comercial del nuevo milenio con respecto al revival del garaje-rock. Un disco que no aburre y que te lleva por varios estados, naturalmente le falta un poco de cohesión aunque mantiene la línea conceptual de su antecesor. 

En cuanto a las versiones alternativas de canciones ya conocidas, no hay desperdicio alguno, no se siente como un intento de rellenar nada, la versión de “Try try try” no es mejor ni peor que la que conocemos, es diferente y es igual de buena.

Canciones destacadas: “Slow Dawn"; “Satur9”; "Speed Kills But Beauty Lives Forever"; "Try (Versión 1)”; “Glass”; “Dross”; “Real Love”; “Go”; “Let Me Give The World To You”; “Home”; “If there is a god”;

Número 1: Siamese Dream (1993)



Bueno, tal vez no sea la gran sorpresa, pero para mí el mejor disco de los Smashing es el que justamente toda la crítica establece como el mejor. Pero es que es algo innegable, “Siamese dream” fue un salto cualitativo muy grande con respecto a su debut. Se trata del segundo disco de una joven promesa del rock, pero el trabajo supero cualquier expectativa. Aquí dejan asentado las bases de su sonido, las características propias de sus melodías, la teatralidad de Corgan al cantar, el equilibrio entre cada miembro de la banda, tal vez, si somos muy quisquillosos, podemos notar como detalle que Chamberlain no se soltaba tanto como lo haría en futuros trabajos, pero es algo ínfimo y para nada reprochable. 

El disco combina de manera acertada varios elementos presentes en aquel momento en el mundo de la música: Las guitarras lisérgicas (“Soma”, “Sweet, sweet”) , el aire pesado del grunge (“Cherub Rock”, “Today”, “Hummer”), las baladas melancólicas en su mayor apogeo, pero que también toman elementos del dreampop (“Disarm”; “Mayonaise”; “Spaceboy”; “Luna”), las explosiones de punk y los acordes bien manejados del hard rock, así como los toques precisos del shoegazing (“Quiet”, “Rocket”, “Geek USA”; “Silverfuck”). 

Este disco es sin duda el más orgánico de toda su discografía, un momento irrepetible para la banda que seguramente estaba en el éxtasis de su creatividad y que a partir de aquí se comieron la década de los noventa por un buen tiempo. Nirvana había muerto, los dinosaurios ochentosos del rock empezaban a oxidarse en sus fósiles. La generación X pedía una banda sonora que sólo Smashing Pumpkins supo interpretar en este hermoso cancionero que no ha hecho más que envejecer de la mejor forma posible. 

Canciones destacadas: Todas

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