sábado, 9 de mayo de 2020

El cine que no vimos: Ema




Película: Ema
Año: 2019
Director: Pablo Larrain
País: Chile

Sinopsis: Ema (Mariana Di Girolamo), una joven bailarina, decide separarse de Gastón (Gael Garcia Bernal) su marido 20 años mayor, luego de entregar a Polo en adopción, el hijo que ambos habían adoptado y que fueron incapaces de criar. Desesperada por las calles del puerto de Valparaíso, Ema busca nuevos amores para aplacar la culpa. Sin embargo, ese no es su único objetivo, también tiene un plan secreto para recuperarlo todo.

 
Empoderándose desde el regetone: Cómo el Neo-Perreo es un gesto político disruptivo

 
“Gracias a esa música, ahora ese orgasmo lo podemos bailar, y esa huea es rica poh….” o algo así dictamina un personaje de la película en relación al regetone. Se trata de una de las compinches de Ema, una de las chicas que baila junto a ella por los alrededores de Valparaíso. El regetone, un estilo de música monocorde y repetitivo, pero urgente, que facilita por medio de su cadencia y actitud la exploración sexual, desatando - como las llamas del fuego - la libertad y seguridad en quienes se dejen llevar por aquel ritmo. Lo que dice aquel personaje es una respuesta confrontacional contra la mirada convencional  y académica que  tiene Gastón, el personaje interpretado por Gael Garcia Bernal, sobre la danza. Gastón es un coreógrafo de danza moderna que intenta infructuosamente llevar adelante la preparación de un espectáculo folclórico que retrate la ciudad de Valparaíso. Dos visiones cruzadas, pero que en resumidas cuentas dan muestra de dos elementos decidores ante la vida: la clase social (o elitismo) y la actitud. Las pequeñas decisiones son políticas,  desde esa óptica podemos pensar que anteponer un estilo de música marginal y precario como el regetone frente a la vara institucional de la danza moderna, es un acto de rebeldía que no es tan repentina como puede parecer. Ema es un filme que refuerza elementos del feminismo, personificándolos en su protagonista, siendo el regetone un elemento más con el que podemos entender la ideología con la que esta mujer se mueve por la vida.

En Ema seguimos los pasos de la protagonista del mismo nombre, encarnada por la nouvelle y deslumbrante Mariana Di Girolamo. Ema es una mujer intrigante, enigmática y arrebatadamente libre, sus pasos para conseguir volver a estar cerca de su hijo adoptivo forman parte de un plan retorcido y complejo que involucra engaños y damnificadxs emocionales. 

 
Ema no es una película que destaque por su historia, pero se sostiene muy bien en una protagonista fuerte, directa y que parece saber cruzar siempre cada límite de forma tan ominosa como natural. Desde ese lado, el fuego y la música son elementos constantes en su vida, ambos representan directamente sus emociones y caracteres. Ema, un personaje que constantemente roza y encarna el peligro, fascinada por el fuego, sus intenciones nunca son del todo claras, su mirada siempre es ambigua y no pide ser querida ni comprendida, se muestra siempre empoderada y fulminantemente, decidida. Por su juventud y los constantes códigos que subvierte, una mirada conservadora y rígida la tildaría de un personaje amoral, pero realmente Ema es una fuerza que revoluciona como un impacto. Así le ocurre al matrimonio que ella seduce (tanto al marido como la mujer) En distintas escenas se puede ver como es Ema quien domina siempre la situación de tensión, ya que ella es la que está explotando la aletargada vida matrimonial de esa pareja. Subvierte la institución familiar tal como hizo  Terence Stamp en Teorema de Pasolini.

Terence Stamp en "Teorema"

Pablo Larraín siempre destaca por construir personajes con los que es difícil empatizar a priori, esta película no es la excepción. El personaje de Di Girolamo es alguien en esencia complejo de conectar debido a su imprevisible intensidad. Vive en constante contradicción (y no lo oculta), pero lo más interesante es descubrir que en su tenacidad para con sus determinaciones ella finalmente no busca un Poder sino más bien subvertir un orden establecido. Ema lejos de representar un ideal o ser una de esas llamadas Mary Sue que el feminismo de lo políticamente correcto ha intentado meter adelante en películas mainstream, convida a adentrarnos en un personaje subversivo que compatibiliza con la rama más rompe esquemas dentro del inmenso árbol que es el pensamiento feminista. Ema quiere recuperar a su hijo, pero su deseo de maternidad no se adecua con el de la norma. Ema no quiere adecuarse a ninguna norma.

Ema en "Ema"

Por otra parte, la sororidad del grupo de amigas de Ema, con quienes baila, trasciende los límites del cariño y el deseo, al punto de coordinar una lealtad casi de pandillas. Es un núcleo fuerte dentro de la historia (al punto de que las amigas están en una de las escenas finales clave) Si el feminismo de los últimos años ha hecho más ruido que nunca en las calles, creo es porque se ha encontrado con una juventud que se siente mucho más proclive a vivir sus ideales, de forma brusca, exuberante e impetuosamente luminosa. Quizás el accidente más afortunado para los tiempos que corren es que incluso anclado en los símbolos y modos de vida capitalista, existen feminismos o formas de practicar el feminismo con elementos que sumidos en el sistema y todo, consiguen resistir a sus moldes. Feminismos sostenidos, mayormente, por juventudes disidentes que son capaces de tomar elementos incluso programados por el capitalismo y dotarles de un aura subversiva, como pasa con el regetone. 


 
Muchos de los comentarios sobre la película apuntan al “fallo” de cómo las mujeres se van a sentir empoderadas a través del regetone que históricamente se lo ha calificado como una música de contenido lirico altamente misógino. Ema es una película totalmente plástica y  como tal, el diseño de fotografía (a cargo de Sergio Armstrong) y los planos que muestran las escenas de baile son sumamente potentes y expresivos, en aquellas composiciones  la música regetone resulta ser un buen acompañamiento para la onda urbana, más allá de eso, Ema retrata una revolución que comienza a explotar en los cuerpos juveniles. La cinta filmada varios meses antes del estallido social chileno, ya avizoraba el espíritu anárquico de las nuevas generaciones. En su momento, la música y moda que transmitía aire caótico fue el punk, que sucumbió rápidamente a los preceptos capitalistas que consumió la estética y lo termino despojando de cualquier elemento peligroso o subversivo, algo parecido ocurrió con el hip hop, un estilo y genero musical que en su momento fue representativo de una identidad anti sistema y ahora ha terminado como uno de los engranajes más potentes dentro de la industria del espectáculo. En el caso de Ema, el regetone es el ritmo que aflora los sentimientos revolucionarios, lo cual a diferencia de los ejemplos arriba mencionados parece una reversa curiosa ya que en vez de ir del underground al mainstream (como paso en los casos anteriores) el regetone (que sigue siendo un género mainstream, por supuesto) ha empezado a ganar terreno hace algunos años en el sector más under y revolucionario, con artistas que se han apropiado del estilo y han dejado un mensaje tan político e incómodo como lo hicieron el punk y el hip hop en su momento.

Tomasa del Real y Mis Nina Exponentes y precursoras del neo-perreo
Pero tal vez generalizamos demasiado cuando decimos regetone. El género tiene sus ramificaciones y una de ellas es la línea del llamado neo-perreo impulsado desde hace algún tiempo por personajes como Tomasa del Real o Mis Nina. Esta variación del regetone, en realidad es un cambio de actitud ante la formula conocida y no sólo se aplica al regetone, también hay exponentes del neo-perreo dentro del trap (SASHA SATHYA, Cazzu) y el género urbano (Negra Liyah, Talisto). En el neo-perreo se ensaya una perspectiva de género - aún insólita para los estándares del regetone mainstream – El estilo fue muy bien aceptado en los ambientes de fiestas de disidencia sexual. Una parte de la comunidad LGTBQ+ tomo algunas de las canciones del neo perreo para interpretarlas como sus himnos, luego la conexión con ciertos sectores del feminismo que compatibilizan con las luchas pro-sexo siguieron promoviendo este estilo hasta que eventualmente empezase a hacerse más conocido aunque hasta el momento no consigue arrebatar los primeros lugares en rankings musicales a los exponentes clásicos del regetone, quizás porque su mensaje de liberación sexual conlleva una verdadera subversión a las ideas más convencionales que son justamente las más patriarcales.


 
Bajo el signo de la libertad de elección y reivindicando el placer con una fuerte actitud de justicia erótica (en términos de Gayle Rubin) el transfeminismo ha  levantando una consigna que fue acogida por los fundamentos del neo-perreo, que tomando los mismos códigos del regetone, pero dotándolos de un cambio de enfoque (e incluso una estilística que aporta sonidos de otros mundos) el regetone del neo-perreo se convirtió de esta forma en un grito de reivindicación feminista, donde el placer propio como mutuo, el respeto, el consentimiento e incluso la eliminación de roles de género son un tema a tratar. El regetone además, gracias a su baile promiscuo desata una energía incontrolable en quienes la transmiten, una energía que para Gastón es sólo un baile absurdo, aeróbico, algo más que un mero ejercicio de simpleza, él no experimenta el fuego liberador de las llamas del neo- perreo porque tal como lo apuntan en otro momento de la película “El no tiene calle”, su ritmo e idiosincrasia viene de la simple postal que vende un imaginario nostálgico del puerto de Valparaíso.



Ema es una película que busca ser provocadora: los diálogos entre Ema y Gabriel siempre son confrontacionales, la actitud de Ema siempre es provocadora, a punto de iniciar un incendio, un constante aviso de tormenta, eso es lo que hace tan seductor al personaje. Su fuerza intenta representar a una juventud feminista que se apropia de los placeres y los ritmos. El neo-perreo constituye entonces la mejor forma de desatar esa energía y esa actitud.



Este enfoque ideológico no me lo invento yo, proviene de la misma película que va detallando ese posicionamiento con el que de algún modo podemos comprender un poco más a Ema. Su grupo de amigas, así mismo, no obedecen a estereotipos de belleza femeninos, nunca les interesa sobreponerse a ese lugar. Representan una juventud enérgica, colorida que parece encarnarse en ambientes salvajes. El regetone al ser música popular dibuja el entorno de muchas ciudades y Valparaíso, a pesar de ser una ciudad-puerto no es la excepción. Por lo mismo, la película constantemente busca provocar en el espectador una sensación de vértigo, pero no al estilo efectista de Gaspar Noe, sino más bien, de forma seductora e imprevisible, aunque igual eso dependerá de cada espectador, no me resulta difícil pensar que para un público más “conservador” el personaje de Ema le parecerá repugnante. Lo cierto es que el puñetazo de esta película, de algún modo, traza una mirada que va más allá de lo obvio. Y es que las películas de Larrain conllevan demasiadas interpretaciones ocultas, por ejemplo “No” además de ser la historia que cuenta el inicio del proceso de transición a la democracia por medio de un plebiscito, bien puede hablar del comienzo en Chile de una campaña política basada enteramente en el marketing, la democracia era un concurso de popularidad y esa película lo exhibe. “El club” no sólo cuenta la historia del recluimiento de un grupo de curas violadores en un rincón del fin del mundo, sino que también habla de la violencia dentro de la justicia y como ésta termina convirtiéndose más en un relato ideológico. En “Ema” Larraín lo que busca es dar un puñetazo que avizore la sensibilidad de los nuevos tiempos. Una fuerza incontrolable. El feminismo, el neo-perreo, la juventud, Ema.-

LINKS:

INFORMACIÓN NEO-PERREO:  


ENTREVISTA A ACTRIZ GIANNINA FRUTTERO:


No hay comentarios:

Publicar un comentario