miércoles, 6 de mayo de 2020

100 discos para mis treinta: #78 Christian Fennesz - Endless Summer (2001)




Para quien le interese, el canal de youtube Music Radar, uno de los mejores en cuanto a data sobre música, sistemas sonoros y coleccionismo, le ha dedicado un interesante video a explicar el origen de la música concreta, la cual sería uno de los pilares fundamentales de la electrónica. Digo esto porque el próximo disco que revisaremos, toma ideas y elementos propios de aquellos experimentos sonoros de lxs pionerxs de la electroacústica.

 


Una tarde onírica



Endless Summer fue el trabajo que brindó de notoriedad al compositor Austriaco Christian Fennesz en el campo de la electrónica a nivel global. Fennesz se caracteriza por entrelazar samplers construidos a punta de ruidos y  sonidos minimalistas de su guitarra. Se trata de composiciones multicapa que crean un ambiente evocativo y profundamente sugestivo. Dentro de la camada de genios que construyen sonidos e imaginarios a través de ambientes (como el áspero de Aphex Twin o el enigmático de Tim Hecker) Fennesz no está muy preocupado de generar beats, sino más bien de movilizar sensaciones a travez del ruido y es con su tercer trabajo discográfico que consigue proponer un estilo equilibrado entre el ambiente y el ruido.

A Fennesz le conocí el 2007 cuando se presentó con Mike Patton en uno de esos improvisados encuentros de electrónica en un festival de Bélgica. En ese tiempo yo era un fanático enardecido del Californiano y como tal le celebraba hasta los pedos, razón por la que estaba pendiente de sus conciertos más underground. El espectáculo con Fennesz me dejo helado, aunque sabía que ambos músicos sólo estaban experimentando, su propuesta de ambientes electrónicos y ruidos manipulados fue una de las mejores presentaciones en las que Mike Patton se ha involucrado como músico solista, de hecho, el encuentro salió tan bien que yo esperaba una cooperación más formal por parte de estos individuos, pero no fue así. De todos modos conocí a Fennesz y no me costó mucho dar con Endless Summer. 

Evidentemente se trata de una música bastante contemplativa y que acompaña momentos de corte melancólico o introspectivo, de hecho este era uno de esos discos que ponía cuando quería estudiar, escribir o tomar una siesta. Siempre he asociado este trabajo con un momento de calma, de quiebre rutinario, de ensueño. Aunque no es un disco que ponga todos los días, sí es un disco que al menos escucho tres o cuatro veces al año en momentos claves.

Una de las críticas más notables de Endless Summer es que se trata de un punto de inflexión para la música electrónica experimental, un momento donde la melodía y la cacofonía aprendieron a amarse, siendo de esta manera uno de los trabajos noise más influyentes y accesibles de la década de los dos mil. Esa es quizás la descripción más acertada para este ambiente de múltiples texturas que al igual que gran parte de su discografía, está totalmente adherido a un burbujeo sintético que parece indicar un no-lugar compuesto de muchas partes. Tomando elementos de la Gestalt y sonoramente dejándose influenciar mucho mas por los sonidos de su guitarra, Fennesz construye un disco de una belleza espectral.



Made in Hong Kong nos invita a sumergirnos en una especie de isla flotante, de aqupi en adelante las imágenes pueden ser variadas, pero hay algo que el tema nos indica como una especie de leitimotiv. Ese constante repiqueteo de sonidos que nos hacen pensar en un mundo digital glitcheado que parece reconstruirse una y otra vez, las texturas y capas crean un ambiente en donde el sosiego abunda. Endless Summer el tema que da nombre al disco comienza con las suaves cuerdas de una guitarra acústica que se niega a apagar una tonada calma, como de fogata, mientras un conjunto de ruidos que se asemejan a insectos fantásticos que van y vienen comienzan a profundizar sobre la calma, es un precioso tema de raigambre shoegaze que recuerda tanto en efectos como coloridad a My Blody Valentine. El tema de ocho minutos incluye un interludio de ruido blanco distorsionado que abre paso aquella tonada de guitarra acústica que poco a poco va ganando más territorio sonoro.
A year in a minute  involucra un ambiente mucho más enigmático, el tema precede esa línea de sadwave que se puso de moda hace unos años en internet, pero rápidamente los ruidos que simulan a los de una mega computadora, lo tiñen todo de un naranjo intenso, consiguiendo que los pasajes de ruido y atmosfera se fundan en una enigmática melodía espacial. Caecilia es uno de mis temas favoritos y es quizás el más “pop” del disco, de presencia más tierna gracias a los sonidos de un xilófono que le dan ese toque infantil y atravesado por cotes eléctricos que sólo te envuelven en un manto de ingenuidad y paz, esta es la canción ideal para irse a dormir una siesta reparadora. Go to move on propone, al contrario, algo más de fuerza variando siempre en ese sentimiento abrasivo y calmante. Pero donde Fenenesz mejor dejaría estampado sus anhelos sonoros más abstractos es con la particularmente bella Shizeido que consigue en pocos minutos dibujar un tema lleno de filtros, ruidos agudos y cuerdas retocadas digitalmente, manteniendo esa parsimonia de ambiente onírico, como si hubieses ingerido hongos en un bosque.



Before I leave se construye en base a fragmentos en loop y es el tema que más recuerda a las experimentaciones de Pierre Schaeffer en cuanto a música concreta, ya que retoma ese espíritu curioso y medio naif de lxs primerxs, aunque no nos confundamos, Fennesz no tiene un pelo de ingenuo y este tema viene siendo una especie de homenaje a aquellxs personajes del ruidismo electrónico. Finalmente Happy Audio mantiene una arquitectura sórdida, llena de pops, rever y loops, transitando de manera minimalista hacía un aletargante ruido blanco que lo apaga todo, esto por un viaje sonoro de diez minutos, aunque es un buen cierre, debo admitir que es el tema que menos me gusta. Aunque debo agregar que originalmente este es el tema que cerraba el disco y desde esa idea resulta bastante lógico concluir esta tarde onírica mediante un fundido a ruido blanco. Pero para mí no fue tan así.



En 2005 la disquera que había lanzado originalmente el disco quebró y tuvieron que descatalogar todos sus trabajos, razón por la que en 2007 se lanzó una nueva edición que incluía dos canciones extra. Esta información por muchos años la desconocí y creí que el disco originalmente era el que yo me había descargado en su momento. Pero no es así “Badminton Girl” y “Endless” son los temas incluidos dentro de su reedición y aunque a la prensa especializada les pareció una inclusión innecesaria, debo decir que Badminton Girl es otro de mis temas favoritos, cuando me entere que era una canción extra pude notar con calidad que había una diferencia estética con el resto de los temas del disco, una diferencia conceptual, pero aquella textura onírica, relajante, de ensueño…el tema mantiene todo eso. Mientras que Endless termina siendo el tema que en estilo más desentona con la idea general del disco, trayendo otros sonidos de corte más nocturno y trepidante, aunque a la larga parece más una reinterpretación de alguna de las melodías del disco original, es imposible no sentir una vena más electrónica ambiental al estilo Boards Of Cannada, aunque claro menos expresivo.

Sin duda la experiencia de Endless Summer requiere de un o una oyente curiosx, inquietx por el universo que los sonidos minimalistas pueden construir mediante capas y texturas. Yo, sin ser un fanático comprometido del todo con este estilo o corriente musical, puedo notar en este disco una gran capacidad de producir sensaciones de armonía y nostalgia.-


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