martes, 24 de septiembre de 2019

8 Grandes discos de rock en vivo




Me pasa algo con los discos en vivo, no siempre les encuentro sentido. Si reviso una discografía específica, estos no tendrán mayor relevancia que el sólo hecho de ser un registro de un momento específico del grupo o artista en cuestión, además, generalmente se lanzan como promoción de un trabajo anterior (vean el caso de Muse o Iron Maiden, que cada disco nuevo les sigue otro en vivo). De hecho, con la llegada masiva de los DVD´S los discos en vivo empezaron a tener menor influjo dentro de la presencia discográfica de ciertos artistas, incluso, ya no eran tan valorados por lxs fans debido a que en muchas casos los discos en vivo no se consideraban como algo “canon” dentro de la discografía (algo así como los Greatest hits) aparte, el sólo hecho de que algunos Bottlegs, es decir, grabaciones no oficiales de conciertos, tenga mayor valor como curiosidad que un disco en vivo oficial, deja ver que el concepto de álbum en vivo fue perdiendo su atractivo desde los noventa en adelante. Pero aun así, esto no quiere decir que no hayan artistas que le supieron sacar el provecho debido a un disco en vivo, al punto de decir que aquel trabajo es algo que no sólo sus fanaticxs apreciarían si no que guarda un valor en si mismo como producto artístico. He aquí un par de ejemplos. Y ojo, todos oficiales.




08.- 31 Minutos “Gira Mundial” (2012)




Quizás una de las mejores cosas que salió de Chile fue 31 Minutos, un programa infantil cuya propuesta llama la atención desde el primer momento: Emulando un poco a los Muppets, este show nos mostraba un disparatado noticiario conducido por marionetas cuyas personalidades maniáticas terminaban siempre en desopilantes situaciones. Pero gran parte del éxito de este programa, que trascendió generaciones, fue su sección musical a cargo del periodista Policarpo Avendaño quien presentaba en su Ranking Top a artistas del universo de 31 Minutos como Freddy Turbina, Lolo, John Quijada, Flor Bovina…

Confiados por el éxito del programa televisivo y el evidente enganche comercial de sus temas, que abarcan una gama de muchos estilos desde rancheras, rock, hip hop, electrónica e incluso calipso. El 2003 se lanzó el primer disco que recopilaba las canciones de la primera temporada, el éxito siguió creciendo e incluso años después de que el programa dejase de ser transmitido por televisión, el colectivo (por llamarlo de algún modo) se reunió para organizar una serie de conciertos que por su oferta atractiva y transversal los llevó a un nuevo nivel de éxito. Después de una presentación gloriosa en el Festival de Viña y una gira por Latinoamérica, el show, conducido y creado por Pedro Peirano y Alvaro Díaz, junto con la colaboración musical de Camilo Salinas, Pedro Piedra y los integrantes de Chancho en Piedra Felipe y Pablo Ilabaca, presenta una puesta en escena en donde conviven títeres, audiovisuales y bailarines. Evidentemente había que hacer un registro oficial y el resultado de esto fue el llamado “Gira Mundial” que se grabó en el Movistar Arena en Santiago el 11 y 14 de Julio.



Si bien los segmentos humorísticos en donde intervienen los personajes del programa son entrañables y siguen una especie de línea dramática, el gran fuerte del concierto, por supuesto, está en las canciones y en la conexión que generan con el público ya que son realmente muy buenas y llaman a la infancia de muchxs. Lamentablemente en aspectos técnicos no hay mucho que elogiar, si bien la ejecución de los músicos es consistente, los cantantes, que corresponden a las voces originales del programa, no consiguen transmitir mucha energía, incluso por momentos denotando su falta de técnica vocal. Aun así temas emblemáticos como “Diente blanco no te vayas”; Bailan sin cesar” u “Objeción denegada” logran sacar una genuina sonrisa en quien los escuche, por supuesto la interpretación en vivo de los músicos hace que los temas ganen mucho más en vivo, pese a que los arreglos son algo mínimos. También hay que agregar que para esta ocasión se añadieron al setlist canciones que no eran muy comunes como “Papá te quiero” o “Parque de diversiones”

07.- Metallica “S&M” (1999)




No soy para nada fan de Metallica, nunca compartí esa veneración por estos semi-dioses del metal, aunque evidentemente puedo notar su influjo en la cultura del trash, y a estas alturas a la cultura de la música en general. Discos como “Justice for all…” o “Master of Puppets” considero que son cruciales en el camino de cualquiera que quiera adentrarse más y más en las fauces del metal. Y si hay algo que valoro a Metallica es su capacidad de ir capeando terreno y probando cosas nuevas, siempre dentro de sus márgenes, por supuesto. Conocido es el meme que dice que cada disco nuevo que Metallica lanzó desde finales de los 80’ fue tomado por un puñado de sus fans como un insulto y una notable evidencia de que se estaban vendiendo al sistema, ok, como si Metallica hubiese sido anti sistema en algún momento de su existencia. Más allá de esa basura que lxs fans a cada rato dicen, creo que la banda en su carrera ha tenido más desaciertos, pero cuando logran acertar son bastante geniales. De esta manera este experimento que los reunió con la sinfónica de San Francisco termino siendo algo bastante feliz.


Para esas alturas Metallica era ya una banda grande que había trascendido las capas de un público netamente metalero y estaban ávidos de sorprender. La conjunción con músicos de raigambre clásica no es nada nuevo en el rock y para esos años tampoco en el metal, sin duda, el precedente más directo de esta experiencia fue el lanzamiento del fantástico “Plays Metallica by four cellos” de los finlandeses Apocalyptica que habían editado sólo un mes antes. La cuestión es que por una cosa de Epicidad latente en los temas del cuarteto de Los Angeles, esta mezcla con un ensamble de músicos clásicos suena increíblemente bien, es como si el refuerzo orquestal o los arreglos dramáticos muy propios de una score terminasen de darle sentido a los feroces riff de las clásicas canciones de Metallica.



El inicio magistral con la obertura de “The ectasy of gold” de Ennio Morriconi (tema que de ahí en más, Metallica siempre, SIEMPRE, usaría para abrir sus shows) seguido de la instrumental “The Call of Ktulu” (de sus mejores temas en la historia) sorprenden por la magnificencia que ganan gracias a la orquesta. Luego los grandes éxitos como “Master of puppets”, “One”, “Battery” o “Enter the sandman” vuelven la escucha en una experiencia maravillosa, lo suficiente para decir que todo este esfuerzo fue necesario para apreciar este disco como algo más dentro de la discografía oficial de la banda, quizás previendo eso, Metallica se dio el lujo incluso de lanzar dos temas inéditos en estos shows que conformaron este disco “Human” y “No Leaf clover” este último lanzado como single. El gesto de estrenar canciones nuevas para un disco en vivo siempre lo he visto como algo valorable y un mensaje de la banda sobre que este disco en vivo es una experiencia realmente inédita, un concierto que no se repetirá como tal y que por lo mismo vale la pena registrarlo. Por cierto este año 2019 la banda volvió a repetir la experiencia, pero el rayo no cae dos veces en el mismo lugar.

06.- Café Tacvba – Un Viaje (2005)



Hay tres razones por las que valoro un disco en vivo: Su calidad técnica, es decir, que al escucharlo me haga sentir mínimamente que puedo estar imbuido en la masa viviente de público que corea los temas, (en general la mayoría de los discos en vivo producidos por sellos grandes cumplen ese requisito). También siento invaluable que aquel registro que estoy escuchando sea de alguna manera una experiencia insólita y que le otorgue valor al formato en vivo. Este trabajo cumple esos tres requisitos casi a la perfección. Nuevamente, los de Café Tacvba no son santos de mi devoción, pero en este disco logran eso que pocos consiguen, hacer que sus canciones suenen mucho mejor que sus versiones de estudio. De este modo, los de Café Tacvba corresponden a aquellas bandas que tienen un potencial en vivo increíble, al punto de que si no los escuchas en vivo, realmente no los terminaste de conocer.

Este disco tripe se lanzó conmemorando los 15 años de la banda, por lo tanto realizaron un recorrido por todos los trabajos que habían producido hasta ese momento consiguiendo una mezcla de estilos indudablemente rica y diversa tal y como lo es la banda misma: Rock, rancheras, corridas, electrónica, bolero, banda (una especie de cumbia Mexicana) y algo de reggae incluso.


Los conciertos de Café Tacvba no suelen ser muy largos, pero este es un verdadero viaje extenso tal y como lo expone su nombre, grabado entre el 06 y 07 de Octubre en el Palacio de los Deportes en Ciudad de México temas clásicos como “Las flores”; “La Ingrata” o “El baile y el salón” suenan con una fidelidad y energía increíble, de más esta decir que la conexión con el público es algo muy presente al punto de parecer en más de algún momento un instrumento en la orquestación de esta banda atípica dentro del rock latino. Por esos años la banda había lanzado su disco más pop “Cuatro caminos” el cual no pescan mucho dentro del setlist, salvo los correspondientes singles como “Cero y uno” y la odiosa “Eres”, no obstante, sí se despachan por completo el EP tributo que habían realizado por ese tiempo al grupo chileno Los tres llamado “Vale callampa” y gracias a eso podemos escuchar la gran versión de “Déjate caer” que en vivo suena más lisérgica y enigmática que nunca. Un gran disco, pero por momentos muy largo y con muchas intervenciones de su vocalista que cuenta chistes o aleona al público como buen frontman que es.

05.- Woodstock: Music from the Original Soundtrack and More (1969)


Este es un clásico de los discos en vivo, emblemático para la cultura hippie, define muy bien el cierre de una época revolucionaria y juvenil. Se trata de una selección exquisita de algunas actuaciones en vivo en el festival contracultural de Woodstock. El valor de este disco es a todas luces más histórico que otra cosa, ya que muy poco es lo que se puede apreciar del valor del componente en vivo, sin embargo, es notable darse cuenta que a pesar de que la mayoría de las grabaciones que escuchamos se registraron con equipos de mala calidad, silenciando en general al público y con una pésima ecualización de los instrumentos, sigue conservando su encanto, quizás por la poderosa foto de su portada o el simple contexto histórico en el que nos situamos, no cuesta imaginar lo que debió haber sido estos conciertos en donde el grito de libertad era la consigna general. Hay lugar para  las intervenciones en que se presentan a los músicos en donde se cuentan anécdotas, se hacen chistes o simplemente se deja el espacio para escuchar el murmullo del público o las pruebas de sonido (no exentas de curiosidades como cuando se está haciendo la prueba de sonido previo a la presentación de Alan Wilson, en donde bromean con el “Number 9” de los Beatles) Fragmentos que en este caso no están para nada de más y le otorgan mayor riqueza a este collage que intenta recrear lo mejor de aquella maratónica tarde musical.



Artistas de la época y de la corriente contracultural del tenor de Joan Baez o Neil Young  comparten escenario con pesos pesados del rock como Jimmy Hendrix (y su legendario medley en donde toca el himno Estadounidense con su guitarra en llamas) Jeferson Airplaine realizando una emocionante versión de “Volunteers”, Santana y su ya clásica “Soul Sacrifice” que lo lanzó a la inmortalidad de los héroes con guitarra así como la blindada y muy superior versión de “Whit a Little help from my friends” de Joe Cocker quien explota su croner a todo pulmón mucho antes de convertirse en el fetiche de los soundtrack soft porn. Todo esto y más hacen de este compilado, pese a su mal sonido, un registro con encanto que marca una curiosidad y un vortex en el tiempo para quien lo escucha y entienda el valor cultural al que muchos de estos iconos refieren y nos hace pensar una y otra vez que sí, no era tan malo ser joven en los sesenta dentro de aquel contexto liberador.



04.- Soda Stereo – Comfort y música para volar (1996)


Grabado en Miami, Florida y con unos Soda Stereo viviendo los tiempos de descuentos en su carrera, la banda consigue impactar en la serie Unplugged con un disco que sorprende por la reinvención de sus canciones. Cerati ya estaba empezando a armar su carrera solista experimentando con sonidos más etéreos y la propia banda ya había coqueteado con el dream pop y el shoegazze de principios de los noventa en sus anteriores trabajos, pero este disco viene a entregar un aire fresco lleno de estilo y elegancia, distinto a todo lo conocido, pero al mismo tiempo completamente fiel a su estilo. Alejados de la onda melancólica y desgarradora que estaban tomando los Unplugged como concepto, Soda Stereo  se volcó en atmósferas de misticismo y sensualidad, consiguiendo que sus temas de antaño ganasen un sabor distinto, mucho más renovado, inyectados de una vibra enigmática. Temas como “La ciudad de la furia” con la notable aportación vocal de la cantante de Aterciopelados Andrea Echeverri, se vuelca en unas irresistibles texturas eróticas de las que son imposible desprenderse una vez se empieza a escuchar, sencillamente la versión logra superar por mucha a la original y eso que aquella ya era un monumento al acto de coger.



Otras interpretaciones como “Entre Caníbales”, “Ángel eléctrico” y “Té para 3 continúan con esa tendencia de otorgarle una identidad mucho más sensuales a los temas originales, pero al mismo tiempo nos encontramos con sorprendentes ultra plus para canciones que ya tenían una nota de intensidad potente como la grandiosa versión de “Ella uso mi cabeza como un revolver” completamente volátil y llena de pasión así como la mucho más energética “Paseando por Roma” sin duda un disco excelente en el que el recurso de ser grabado en vivo aporta muchísimo.



03. - Nirvana “Unplugged in New York MTV” (1994)



Este es, sin duda, mi disco favorito de Nirvana y al mismo tiempo uno de los trabajos de la serie MTV Unplugged que mejor define a la corriente del grunge de la época. Es simplemente el más logrado y el que consolidó de forma optima el sentimiento nihilista y agobiante que el estilo musical que Kurt Cobain commandó (a su pesar) quiso transmitir por medio de la estridencia de las guitarras y las baterias punketas.

De este Unplugged se ha dicho mucho: Que estuvo hecho a la rápida, que ninguno de los miembros de la banda tenía mucho interes en el concepto, que se les propuso un setlist distinto. El caso real es que sí fue un proyecto del que no se tenía mucha confianza por parte de los ejecutivos del sello Sony Music porque sentían que estaba en una vibra completamente opuesta al atractivo comercial de Nirvana. Miopes como siempre, los ejecutivos se equivocaron abruptamente. El disco se lanzó en Noviembre de 1994, siete meses después de la muerte de Cobain y sea por la razón que sea, obtuvo un éxito comercial y artístico muy superior, incluso, al ultimo disco que la banda alcanzó a editar.



El que haya sido un disco póstumo viene a levantar muchas sospechas de su inusitado exito comercial, pero basta con escuchar las tres primeras canciones para conectar con esa aura media fúnebre que el concierto ofrece. Un Kurt Cobain que canta con más desgarro que nunca en temas como “About a girl” o “Where did you sleep last night?”, al mismo tiempo los arreglos acusticos de clásicos como “Come as you are” o “On a plain” consiguen estremecer porque terminan sonando más oscuras y cautivadoras que las originales. Creo que el disco es una constante invitación a la contemplación del suicidio y creo que Kurt Cobain lo grabó en un momento muy jodido de su vida porque ese sentimiento de hastio y resignación se transmite, incluso en los momentos donde parece evocar algo de felicidad al bromear con el publico.

No nos olvidemos nunca que Nirvana siempre fue una banda indie y como tal este concierto le hace tributo a grandes canciones que forjaron la identidad del de Seattle, covers increíblemente originales a  Meat Puppets o The Vaseline, son el guiño perfecto para entender la filosofia del blondo cantautor, pero creo que el cover que recoge todos la atencion por lo bien ejecutado que estuvo fue la emblematica “The man who sold the world” del duque blanco. No obstante, la canción que se lleva todos los aplausos (literalmente el publico no pudo contenerse despues de escucharla) fue “All Apologies” cuya version de estudio no resplandecía demasiado, pero en este Unplugged consigue convertirse en un temazo de principio a fin, envolvente y temerario. Escuchar el Unplugged de Nirvana es transportarse a una session intimista donde un condenado a muerte te cuenta sus últimos secretos. Una verdadera obra musical tanto en sus detalles técnicos como artísticos. No se trataba de unos Nirvana en su mejor momento, se trata simplemente de un momento desgarrador para la historia del grupo, transmutado a sonido y canción. Escalofriante, siempre que escucho con atención este disco se me ponen los pelos de punta.

02.- Portishead “Roseland NYC Live” (1998)


Portishead es una banda que se adhiere al menos es más. Con solo tres discos en su larga carrera y para el momento en que se lanzó este trabajo unicamente con dos, los exponentes del trip hop y la música ambiental logran experimentar toda su elegancia en un concierto imprecindible para cualquier melomanx. 

Grabado el 24 de Julio de 1997 en la mítica sala neyorquina Roselan Ballroom. La banda consiguió alcanzar un estatus de culto luego de lanzar este disco al que le seguiría un largo silencio. Acompañadxs de la orquesta filarmonica de Nueva York, la banda consigue darle un plus más hipnótico a sus composiciones de tono letárgico y melancólico, justo en un momento en que el trip hop derivaba a otros ritmos, Portishead salta con algo que si bien, no era raro de pensar por la instrucción musical de sus principales miembros, sí conseguía ser un llamativo amuleto musical..
Al igual que con Metallica, la conjunción de estos mundos tuvo un resultado favorable. Pero en esta ocación, no son los arreglos orquestales lo que transforma las atmósferas de las canciones de los de Bristol en una verdadera masa sonora hipnótica, no, en este caso es la unión orgánica y directa que se resuelve en los arreglos de ambas partes lo que hace que las canciones agarren un aire muy superior a sus versions de estudio, que por supuesto ya son bastante magnificas.



Un setlist perfecto en el que no había que quitar ni sacar nada, sus temas emblemáticos bien sazonados por ese toque de elegancia obcecada de la filarmonica como “Sour time” o “Glory Box” se mezclan con otros que se envuelven en una fina melancolía, adosados por la voz sensual de una inspirada Beth Gibbons, que se va transformando en algo más intenso en temas como “Cowboy” o en sorpresas delirantes como los entretenidos arreglos de big band jazz de “All mine” que nos traen el imaginario de una cinta noir. Ritmos soul en “Only you” y momentos funebres como “Over” consiguen dibujar un ambiente único, sin duda, el disco perfecto para escuchar al anochecer en complete soledad.

01.- Jonny Cash “At folsom prisión” (1968)



Jonny Cash fue ante todo un outlaw, librepensador y de actitudes completamente rebeldes cuya figura hizo que siempre fuse bien aceptado por los punk. Es por eso que su voz dentro del country (un estilo musical que realmente yo detesto) siempre trajo un aura subversiva. Este disco en vivo es especial no solo por ser grabado para una audiencia particular: Los reclusos de la prision de Folsom, lo que ya en sí nos deja ver que no se trata de un concierto cualquiera. 

La historia de este evento se remonta a 1955 después de que Cash grabara el melancólico blues “Folsom prision Blues” consiguiendo un exito comercial considerable, desde ese momento rondó en él la idea, algo descabellada y desestimada por su equipo de productores, de realizar un concierto en aquella prisión en homenaje a los reclusos que habían inspirado dicha composición. Pero no consiguió hacerlo hasta muchos años después, cuando su figura ya era toda una eminencia y también, cuando logró salir de su lucha contra la cocaína.

Quizás lo interesante de este concierto, más allá de la perfecta interpretación del hombre de negro, quien en todo momento se despacho con un pulso perfecto sus temas, es notar lo comodo que se siente tocando para reclusos, Cash se permite bromear con que no deberían decir groserias porque el disco que estan grabando se editara por Columbia records así que es mejor no decir “fuck” ni “shiet” en voz alta, también su esposa, la encantadora June Carter, quien lo acompaña en algunas canciones, también echa un par de bromas sugiriendole a los reclusos que segurmente no han visto una dama en mucho tiempo, pero que igual no es motivo para mantener las manos dentro de los bolsillos.

Ese ambiente relajado hace que el espíritu del country que Cash canta, con historias que interpelan directamente a marginales sociales quienes han vivido injusticias o simplemente han terminado ahí por malas decisiones, termina siendo un homenaje que se siente genuino. Este disco es ante todo un directo notable por su sencillez y calidez que transmite, al punto que incuso en un ambiente tan terrible como una prisión, hay lugar para una somera y tímida alegría, Johnny repetiría esta performance en otra prisión años después emulando el mismo éxito. Sólo alguien con el talento y la prestancia de Johny Cash consigue transmitir algo así dentro de una prisión, un maestro.


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