miércoles, 5 de diciembre de 2018

Smashing Pumpkins “Shiny and Oh So Bright, Vol. 1 / LP: No Past. No Future. No Sun” (2018) A tumbos entre la nostalgia y el desacierto




A estas alturas un nuevo disco de los Smashing no calienta a nadie. Su última producción “Monument to an Elegy” lanzada en 2014 distaba de inspiración, al punto que se hacía una banda irreconocible de la que todxs le tenían tanto cariño en los noventa. Más que los Smashing, la banda a ese punto parecía un capricho personal de Corgan por querer seguir sacando música bajo una etiqueta comercial rentable. De todos modos, el propio Billy reconoció sentirse agotado de la formula y pensó seriamente en dejar el proyecto, el cual a esas alturas estaba integrado por un conjunto de músicos de sesión. ¿Qué fue lo qué cambió en estos cuatro años y cómo es qué los Smashing volvieron a captar tanto interés por un nuevo lanzamiento musical? Pero lo más importante, ¿es este nuevo esfuerzo discográfico un punto fuerte en la historia de esta emblemática banda?

 

Reencuentros y anhelos


A principios del 2016 se filtraron un par de temas inéditos del grupo, precisamente pertenecientes a su mejor época, la de 1995 en pleno “Mellon Collie And The Infinite Sadness” la primera canción era una versión primigenia de  "One And Two", tema incluido en el disco debut del guitarrista James Iha en 1998, la particularidad es que en esta ocasión las voces corren por parte de Corgan. También estaba "The Tracer", un descarte de las sesiones del mencionado doble disco, pero que formó parte del track de 23 minutos "Pastichio Medley" (que tiene fragmentos de 70 canciones diferentes) en el EP "Zero" de 1996. El asunto es que esto movilizó de inmediato al grupo, quienes con abogados y todo dieron de baja los temas de la red. Por primera vez en muchos años, James Iha, Jimmy Chamberlain, D’arcy Wretzky y Billy Corgan volvían a firmar un comunicado como grupo explicando los motivos que daban de baja a esas canciones de internet y buscando penalizar a quienes las filtraron.
 

Después de ese pequeño e inesperado reencuentro por causas legales, todo volvería a la normalidad. Billy intentando montar una carrera solista y empuñando cada vez más fuerte su amor por la lucha libre, hasta que comenzó a realizar unos shows acústicos con la agrupación actual de los Smashing Pumpkins y en uno de esos shows cae un invitado sorpresa, nada más ni nada menos que James Iha, quien volvía a tocar al lado de Billy después de casi dieciséis años. Esa noche fue mágica para quienes pudieron ver uno de los reencuentros más esperados de su generación, en clave acústica James Iha interpretó varias canciones del inmortal disco “Siamese Dream” y luego se les unió el baterista Jimmy Chamberlain quien ya había estado tocando en algunas presentaciones anteriores, según él “celebrando el legado de la banda”. De esta forma por primera vez en mucho tiempo las ¾ partes originales del conjunto volvían a compartir escena.

Luego de eso la pregunta apresurada se esparció por todos lados ¿se reunirían los Smashing de los noventa? Billy, bastante hábil para promover la especulación no confirmaba ni negaba nada, pero sí se mantenía optimista a las esperanzas, lo único que para ese entonces (2016) un plan de sacar algo nuevo con los Smashing no era un proyecto próximo, más bien, Billy quería concentrarse en su disco solista para explorar otras sonoridades.

Corgan, Iha y Chamberlain de vuelta en el estudio
 
Las buenas relaciones con James Iha continuaron, y como muchos medios previeron, el 2017 se anunció una gira con los miembros originales celebrando los 30 años del grupo. Originalmente  la bajista D’arcy Wretzky estaba incluida, pero luego de problemas de coordinación y sobre todo de muchas rencillas sin resolver, prefirieron no sumarla y lamentablemente la banda volvía sin ella a los escenarios. A principios de este año, a pesar del circo que causó la no inclusión de D´arcy en la gira de reunión, la banda retornó con un espectáculo increíble que apelaba directamente a la nostalgia. La formación la integraba además de Corgan, Iha y Chamberlain, Jeff Schroeder otro personaje relativamente importante para el grupo, pues fue quien tomo las guitarras principales en 2007 cuando los Smashing volvieron con “Zeitgeist”. 

Para promocionar la gira y darle más potencia a esta vieja/nueva encarnación de la banda (siempre elevando el hecho de que Iha y Chamberlain estaban de regreso) presentaron un nuevo tema llamado “Solara” que fue lanzado por las redes sociales con mucha aceptación y que sólo levantó las ganas de verlos en acción nuevamente. “Solara” sería el anticipo de un EP que la banda sacaría para promocionar su gira de regreso, pero pasado el tiempo no ocurrió nada más. Finalmente la banda optó por lanzar un disco de ocho canciones, noticia que emocionó a muchxs por el hecho de volver a tener las ¾ partes originales ahí. En fin, sin demasiada promoción el disco se lanzó a principios de Noviembre y hoy podemos sacar un par de conclusiones al respecto. Pero la primera gran impresión es que definitivamente ese sabor noventero que aún tenemos de los Smashing, será algo que sólo se mantenga en nuestras memorias y anhelos.

Donde hubo fuego, ya no quedan ni cenizas

Yo no sé si simplemente será que Billy Corgan está en otra y quiere reinventar su pasado, él ha declarado que lo que lo mueve es producir canciones excitantes suenen a lo que suenen, y eso es una forma de defenderse de quienes le piden que iguale de alguna manera el legado que dejó en los noventa. Aparentemente las sesiones para este disco de nombre innecesariamente largo, fueron fecundas y alegres, Corgan ya ha dicho que tiene material como para ir lanzando un disco nuevo de aquí a diez años (incluso insinuó un disco navideño). El gran gancho de este producto era que James Iha y Jimmy Chamberlain volvían a entrar al estudio junto a Billy, y parecía que eso bastaba para elevar las expectativas, sin embargo, ese brillo fulguroso que tuvieron en su momento, simplemente ya no se da o al menos no de la misma forma orgánica que antes. La chispa a veces aparece, pero no con la intensidad adecuada. El cansino “Knights of Malta” es la peor opción para arrancar. La canción con aires de elegía tiene directa resonancia a los últimos trabajos de los Smashing, suena majadera  y muy alejada del sonido noventero de la banda. Finalmente es un tema que se hace largo, tedioso y que tiene demasiado de Billy y poco de los Smashing (al menos de estos Smashing) 


Mejor suerte corre  "Silvery Sometimes (Ghosts)" un tema con aires pop y energía bastante positiva que recuerda en algunos momentos esos arranques efectivos y melancólicos de “1979” o “Perfect”. Una balada power pop que logra enganchar bien a quien la escuche aunque para nada muy memorable. Lamentablemente el disco continúa repitiendo la formula con  "Travels" un tema en el que el brillo de las baterías logra relucir, pero que en general su melodía queda muy al debe, el tema pareciera esforzarse demasiado en querer sonar como una canción de los viejos Smashing. Algo así me pasó la primera vez que escuche “Solara” donde obviamente los ecos a “Zero” y “Bullet With Butterfly Wings” tienen cabida, incluso desde lo visual del videoclip. Lo sentí como un tema muy genérico, algo que apostaba a la formula clásica y que dejaría contentos a todxs, ahora dentro del contexto del disco, “Solara” pasa a ser el mejor de los tres temas rescatables, la batería hardcore de Chamberlain, esas guitarras provocativas, y ese riff in crescendo, logran darle un aire nostálgico y al mismo tiempo poderoso y fresco a la agrupación.  Aunque Billy ya no se escucha rabioso, si podemos notar en su voz una fuerza especial. Si hay un momento en que sentimos que estamos escuchando a los Smashing de los noventa sin plagiarse, es este, aunque eso, sólo lo pude notar al escuchar el disco en su totalidad.

“Alienation” es otro tema desastroso, podemos encontrarle algún parentesco al “To Sheila” o “Once upon a time” del Adore, pero realmente tiene más tintes a canciones como “The rose march” o “A song for a son” pertenecientes a distintos EP que la banda sacó ya sólo con Corgan a la cabeza, y quizás ese el problema, a estas alturas del disco, lo que más suena sigue siendo Billy y no la banda, y es que salvo algunos momentazos de Chamberlain, no hay mucho que decir del resto, James Iha no tiene protagonismo y su figura no resalta casi nada. “Marchin on” es un tema interesante que viene a rescatar esa herencia hard rock de los primeros años de formación del grupo, es atrevida y arremetida, un muy buen punto dentro del disco en donde se puede sentir un mayor fiato en el juego de guitaras y en esa batería demoledora, a la larga el tema tiene un sonido demasiado post grunge, pero que recuerda al del “Machina”



“Whit simpathy” es el tercer tema (junto con Solara y Marchin on) que logra proponer algo excitante. Es además, la única canción en que Corgan comparte los créditos con un lúcido Chamberlain. El sonido recuerda en algún punto las canciones de raigambre más pop de la banda, con un gesto melancólico y hasta gótico. Sin duda un gran tema que levanta la escucha de un disco débil, y que le da preponderancia a un bajo discreto, pero efectivo y a una batería lúdica. El juego de guitarras acústicas suena cómodo y en general es una canción amable. Finalmente "Seek and You Shall Destroy" busca volver al sonido más heavy del grupo, con esos aires dramáticos en los coros y unos riff pegajosos, pero después de la primera estrofa se vuelve predecible y sin muchas luces.

Un paso adelante y dos atrás

Smashing formación 2018

Si bien parece que en esta reseña le estoy dando con un palo al disco (bueno, sí, lo hago) creo que es importante contextualizar a la banda en su día a día. Ellos se han juntado para revivir y celebrar viejos recuerdos, su gira de reunión ha sido muy exitosa y rentable, eso no siempre se traduce en la química para producir nuevas cosas. Considero que Billy Corgan es un gran compositor, que muchas veces toma riesgos y sale con mucho estilo de ello, es bastante virtuoso en la composición, pero realmente, una banda es otra cosa. Lo que más le falta a este disco es sentir que estamos escuchando una banda y no otro disco solista de Corgan con el nombre de la banda.

Es cierto que vivir de la nostalgia no es positivo, mantenerse activo, constante y aportando ideas frescas es lo que hace que el negocio del rock pueda salir del agujero endogámico en el que se ha metido desde hace por lo menos veinte años. Este disco a ratos parece tomar riesgos, pero todo queda muy en la niebla, muy frenado, más bien parece un ensayo, un veamos qué pasa, ¿tendremos la misma química? James Iha no tiene presencia alguna en este disco, o al menos cuesta mucho encontrarla, Chamberlain suena estupendo y refuerza todas las canciones con su técnica, pero algo pasa al escuchar el disco general, no convence, no me siento conforme con la propuesta, esperaba algo más cohesionado en función del grupo, no, no es que quisiese un nuevo “Siamese Dream”, pero sí esperaba un disco de los Smashing no otro “Monument to an elegy” u “Oceania” (por más que ame ese trabajo) 

Estamos viejos, pero aún estamos en la onda, onda, onda
De todas maneras la banda parece no importarle mucho la recepción de este trabajo, en especial la recepción comercial. Están más preocupados por seguir tocando, por seguir divirtiéndose. Tienen ya cincuenta años y la energía del rock parece entusiasmarlos cada vez más, lo cual se puede notar en sus últimos shows en donde han interpretado como parte de su repertorio canciones de sus grupos favoritos como The Cure o Depeche Mode. La gira de reencuentro ha estado bien, el disco estuvo un poco de más, hubiese preferido que siguieran trabajando más a fondo y tener más canciones al nivel de “Solara” En fin, este nuevo aire de los Smashing se ve que va para largo, al menos eso parece, y si es cierto lo que dice Corgan quizás el próximo año ya tendremos un nuevo trabajo mucho más pulido y concentrado.-



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