viernes, 29 de marzo de 2019

Ringo fue (muy) necesario



Recuerdo que en la amada/odiada película “500 days of Summer” una de las líneas de diálogo más memorables era aquella en la que Zooey Deschanel declaraba que Ringo era su favorito dentro del cuarteto de Liverpol, a lo que Joseph Gordon-Levitt le cuestionaba con ironía que nadie quiere a Ringo y ella le espetaba que por eso le gustaba tanto. Siempre me pareció que no dejaba de ser algo medio poser decirle al mundo que te gusta Ringo, ya que vamos, musicalmente no es la gran cosa, pero en retrospectiva podemos ver que tal vez sí era el Beatle más necesario o al menos, la unión que por un tiempo el grupo necesitó para funcionar.


Ese tipo buena onda y relajado





A medida que los Beatles crecían en patrimonio musical,  la guerra de egos entre Lennon y McCartney se hacía más notable al interior de la banda, al mismo tiempo que George Harrison se animaba a mostrar composiciones grandiosas, Ringo parecía siempre estar fuera de toda esa dinámica, evitando entrar en aquella competitividad con sus compañeros y limitando su papel creativo. Si repasamos su aporte compositivo veremos que es bastante pobre, fuera de las canciones que el cantaba o que co-escribió con sus compañeros (no muchas), los temas de su completa autoría son sólo dos: la campirana “Don't Pass Me By” del grandilocuente disco blanco de 1968 y la adorable “Octupos Garden” del último disco grabado por la banda “Abey Road”. A la par de esto, dos canciones cantadas por él fueron número uno en las listas de música: “Yellow Submarine” y “Whit a Little help from my friend”. 

                                                    Cuando Ringo escribía una canción

En plena Beatlemania Ringo fue enormemente popular por la fanaticada, quienes compartían frases como RINGO FOR PRESIDENT y al cabo de muy poco tiempo se olvidaron de Pete Best, el baterista original de la banda, no obstante, nadie le daba mucho crédito a Ringo e incluso en más de alguna ocasión le cuestionaron su calidad como músico. Por otro lado, Ringo tenía mucho ángel, no era un buen actor, pero su interpretación en  “A Hard Day's Night” aunque no pasaba de ser una broma interna, consiguió transmitir genuina gracia, lo cual le ayudo a cimentar años después una pequeña, pero audaz carrera actoral en películas no muy memorables, eso sí. 



Todos estos elementos nos hablan de un personaje carismático, atrayente, pero dentro de todo agradable. Frente al autoritarismo de McCartney, la bipolaridad de Lennon y el ensimismamiento de Harrison, Ringo era sin duda la figura que congraciaba a todos, es por eso que sus habilidades, hayan estado o no al nivel de sus compañeros, a fines prácticos de la historia del grupo no importan mucho, porque entre más escarbamos en las anécdotas de esta legendaria banda, más parece claro que Ringo era aquel chico relajado y locuaz que permitía equilibrar, al menos hasta algún punto, los caracteres disonantes del grupo.

En todo grupo - no necesariamente de amigxs – siempre hay una persona que cae bien porque sí, y a quien se le espera en toda reunión, y si no llega todxs quedan algo decepcionadxs. Yo siento que Ringo cumplía esa labor dentro de los Beatles, destensionaba a sus compañeros: Era bueno para el chiste, ingenioso (de él nacen las expresiones “Tomorrow never knows” y “Hard days night”), dueño de una personalidad muy relajada (fue el primero de los cuatro que acepto probar cannabis)  y bastante sencillo. Jamás se le subieron los humos e incluso en más de alguna ocasión temió ser reemplazado por otro baterista. Sin embargo, Ringo siempre fue muy querido por sus colegas, cuando los Beatles empezaban a perder el vínculo de amistad que los había unido en un comienzo, él era el único que les recordaba aquello, al punto de que cuando dejo la banda por dos semanas, exhausto de las tensiones en el estudio mientras grababan el “White album”, al volver encontró su batería cubierta de flores como una señal de disculpas hacía él.





El tiempo le dio la razón



Richard Starkey, el verdadero nombre de Ringo, por muchos años fue denostado en su calidad de baterista, y de hecho, en la discografía de los Beatles podemos notar que su pulso no siempre es muy aprovechado, aunque el tipo era una máquina, nunca resalto demasiadas cualidades. Hoy en día varios músicos han declarado que tocar como Ringo no es tan fácil como se cree. El hombre tenía un pulso perfecto que le permitía a los Beatles hacer 60 tomas de una canción y elegir las mejores partes y la batería siempre sonaría igual, además su aporte al rock es bastante profundo ya que al ser zurdo y ocupar un kit para diestro, Ringo se vio obligado a tocar casi de forma marchante. En la época de los sesenta, fue algo bastante característico (se notaba mucho más en vivo) ya que todos los bateristas venían de una tradición del jazz, por lo que dominaban quiebres técnicos y versátiles, en cambio Ringo sonaba mucho más rustico. Sin embargo, su forma acelerada y potente de tocar la batería es lo que le dio al rock and roll un toque más duro y pesado que con los años y de la mano de otros grupos se iría perfeccionando hasta llegar a elementos tan intensos como el punk, de hecho, si aislamos algunas canciones, notaremos que la batería bien puede entrar en un ritmo proto-punk. Para la época esta vibración sonora era casi espasmódica, sin duda, otra de la razones por la que las chicas se volvían locas por la banda, era porque el ritmo que marcaba Ringo era furioso.

Sin embargo, Ringo, al igual que sus compañeros, también le gustaba experimentar en el estudio,  popularizó nuevos sonidos para la batería, rebajando los tonos, amortiguando el toque tunal con materiales envolventes y haciendo que sonara más cerca al colocar micrófonos en el tambor. Otro de los aportes de Ringo al mundo del espectáculo musical es que el instauró la idea de subir la batería en un pedestal para que no quedara tan oculta frente al resto del grupo. Todos estos elementos hicieron que Ringo no fuese simplemente un baterista más sino que fuese simplemente Ringo, al punto de que figuras como Dave Grohl, Taylor Hawkins, Stewart Copeland, Tré Cool, Max Weinberg y Chad Smith le han rendido honores.



No obstante, es evidente que sus dotes musicales nunca fueron tan potentes como para armar una buena carrera musical. De los cuatro es el que tiene la carrera independiente más lerda y aunque él mismo ha declarado que lo más importante que ha logrado en su vida es haber ido un Beatle, sus constantes referencias a su pasado glorioso son cansadoras, hasta el día de hoy en sus nuevos discos sigue echando mano a aquello para sus repetitivas nuevas composiciones. 

Los años tóxicos




Quizás uno de los problemas de Ringo que hizo que su estrella se apagara un poco fue  su alcoholismo. Ya de la época de los Beatles su carácter fiestero y liviano le hizo vivir muchos excesos, pero fue en los ochenta donde comenzó su debacle, algo que se reflejó a nivel tanto artístico como humano. Peleas de pareja, separaciones, infidelidades, posibles maltratos de él hacía su mujer y, por supuesto, un alcoholismo terrible hicieron que la época de los ochenta fuese la más oscura de Ringo, casi diez años en que estuvo perdido, con muchos líos, desenfocado musicalmente (sus primeros discos de los setenta no eran la gran cosa, pero no eran malos comparado con los que fue sacando después) y perdiendo la oportunidad de perfeccionarse en lo actoral. Todo esto termino en 1989 cuando él y su mujer, la actriz, Barbara Bach, ingresaron a una clínica de adictos. La rehabilitación fue aparentemente exitosa. Hoy en día Ringo continua siendo el tipo sonriente y positivo que siempre fue, sólo que sin alcohol.
 
           "She said, she said" para mí la canción con una de las mejores baterías de Ringo


Es evidente que perdió mucho tiempo de su vida y carrera enviciado por el trago, componente que no le ayudaba a ser más creativo ni ingenioso. Después de su periodo más oscuro, Ringo intento reactivar su carrera, pero las cosas no le fueron tan fáciles, cargar con el peso de ser el Beatles menos lucido, era duro. No fue hasta que murió George Harrison que la gente volvió a prestar su atención en Ringo, quien ha declarado en algún lado que a Paul le gusta pensar que es el único Beatles que queda vivo. Desde el 2000 en adelante, Ringo ha propiciado su carrera con más fuerza, aunque no llegando a los niveles de McCartney ni mucho menos, sí ha sido cada vez más valorado, aunque tal vez sea sólo por un interés necrológico colectivo de tener un sobreviviente de los Beatles entre nosotrxs.

Sea como sea, es claro que Ringo fue el alma del grupo. En una conferencia de prensa, un periodista con algo de malicia le preguntó a John Lennon si acaso Ringo era el mejor baterista, a lo que Lennon con su sarcasmo dijo que era el mejor para los Beatles y en esta frase no hay engaño, de hecho fue Ringo por mucho tiempo el único que siguió colaborando con sus compañeros cuando estos emprendieron carreras solistas, y él tuvo la devuelta de mano de éstos siempre que se los requería.

Con todo esto, simplemente quiero decir, que muchas veces en los proyectos (sobre todo en los de índole artístico) una personalidad como la de Ringo es necesaria para mantener buena convivencia y equilibrio. Aunque bien sabemos que tampoco es que sea un pegamento indisoluble, pero a pesar de todo estoy muy seguro que los Beatles fueron lo que fueron, no sólo porque sus canciones eran geniales y estaban en el momento indicado, sino que porque Ringo tenía una personalidad llamativa y espontanea que hacía que la gente le cayese bien y asumiese que el grupo iba por ese lado. Sin nunca proponérselo, Ringo fue el relacionador público de la banda y un ser totalmente necesaria para el desarrollo de esta.-



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