Me pasa algo con los discos en vivo, no siempre les encuentro sentido. Si reviso una discografía específica, estos no tendrán mayor relevancia que el sólo hecho de ser un registro de un momento específico del grupo o artista en cuestión, además, generalmente se lanzan como promoción de un trabajo anterior (vean el caso de Muse o Iron Maiden, que cada disco nuevo les sigue otro en vivo). De hecho, con la llegada masiva de los DVD´S los discos en vivo empezaron a tener menor influjo dentro de la presencia discográfica de ciertos artistas, incluso, ya no eran tan valorados por lxs fans debido a que en muchas casos los discos en vivo no se consideraban como algo “canon” dentro de la discografía (algo así como los Greatest hits) aparte, el sólo hecho de que algunos Bottlegs, es decir, grabaciones no oficiales de conciertos, tenga mayor valor como curiosidad que un disco en vivo oficial, deja ver que el concepto de álbum en vivo fue perdiendo su atractivo desde los noventa en adelante. Pero aun así, esto no quiere decir que no hayan artistas que le supieron sacar el provecho debido a un disco en vivo, al punto de decir que aquel trabajo es algo que no sólo sus fanaticxs apreciarían si no que guarda un valor en si mismo como producto artístico. He aquí un par de ejemplos. Y ojo, todos oficiales.
08.-
31 Minutos “Gira Mundial” (2012)
Quizás una de las
mejores cosas que salió de Chile fue 31 Minutos, un programa infantil cuya
propuesta llama la atención desde el primer momento: Emulando un poco a los
Muppets, este show nos mostraba un disparatado noticiario conducido por
marionetas cuyas personalidades maniáticas terminaban siempre en desopilantes
situaciones. Pero gran parte del éxito de este programa, que trascendió
generaciones, fue su sección musical a cargo del periodista Policarpo Avendaño
quien presentaba en su Ranking Top a artistas del universo de 31 Minutos como
Freddy Turbina, Lolo, John Quijada, Flor Bovina…
Confiados por el éxito
del programa televisivo y el evidente enganche comercial de sus temas, que
abarcan una gama de muchos estilos desde rancheras, rock, hip hop, electrónica
e incluso calipso. El 2003 se lanzó el primer disco que recopilaba las
canciones de la primera temporada, el éxito siguió creciendo e incluso años
después de que el programa dejase de ser transmitido por televisión, el
colectivo (por llamarlo de algún modo) se reunió para organizar una serie de
conciertos que por su oferta atractiva y transversal los llevó a un nuevo nivel
de éxito. Después de una presentación gloriosa en el Festival de Viña y una
gira por Latinoamérica, el show, conducido y creado por Pedro Peirano y Alvaro
Díaz, junto con la colaboración musical de Camilo Salinas, Pedro Piedra y los
integrantes de Chancho en Piedra Felipe y Pablo Ilabaca, presenta una puesta en
escena en donde conviven títeres, audiovisuales y bailarines. Evidentemente
había que hacer un registro oficial y el resultado de esto fue el llamado “Gira
Mundial” que se grabó en el Movistar Arena en Santiago el 11 y 14 de Julio.
Si bien los segmentos humorísticos
en donde intervienen los personajes del programa son entrañables y siguen una
especie de línea dramática, el gran fuerte del concierto, por supuesto, está en
las canciones y en la conexión que generan con el público ya que son realmente
muy buenas y llaman a la infancia de muchxs. Lamentablemente en aspectos
técnicos no hay mucho que elogiar, si bien la ejecución de los músicos es
consistente, los cantantes, que corresponden a las voces originales del
programa, no consiguen transmitir mucha energía, incluso por momentos denotando
su falta de técnica vocal. Aun así temas emblemáticos como “Diente blanco no te vayas”; “Bailan
sin cesar” u “Objeción denegada”
logran sacar una genuina sonrisa en quien los escuche, por supuesto la interpretación
en vivo de los músicos hace que los temas ganen mucho más en vivo, pese a que
los arreglos son algo mínimos. También hay que agregar que para esta ocasión se
añadieron al setlist canciones que no eran muy comunes como “Papá te quiero” o “Parque de diversiones”
07.-
Metallica “S&M” (1999)
No soy para nada fan de
Metallica, nunca compartí esa veneración por estos semi-dioses del metal,
aunque evidentemente puedo notar su influjo en la cultura del trash, y a estas
alturas a la cultura de la música en general. Discos como “Justice for all…” o
“Master of Puppets” considero que son cruciales en el camino de cualquiera que
quiera adentrarse más y más en las fauces del metal. Y si hay algo que valoro a
Metallica es su capacidad de ir capeando terreno y probando cosas nuevas,
siempre dentro de sus márgenes, por supuesto. Conocido es el meme que dice que
cada disco nuevo que Metallica lanzó desde finales de los 80’ fue tomado por un
puñado de sus fans como un insulto y una notable evidencia de que se estaban
vendiendo al sistema, ok, como si Metallica hubiese sido anti sistema en algún
momento de su existencia. Más allá de esa basura que lxs fans a cada rato
dicen, creo que la banda en su carrera ha tenido más desaciertos, pero cuando
logran acertar son bastante geniales. De esta manera este experimento que los
reunió con la sinfónica de San Francisco termino siendo algo bastante feliz.
Para esas alturas
Metallica era ya una banda grande que había trascendido las capas de un público
netamente metalero y estaban ávidos de sorprender. La conjunción con músicos de
raigambre clásica no es nada nuevo en el rock y para esos años tampoco en el
metal, sin duda, el precedente más directo de esta experiencia fue el
lanzamiento del fantástico “Plays Metallica by four cellos” de los finlandeses
Apocalyptica que habían editado sólo un mes antes. La cuestión es que por una
cosa de Epicidad latente en los temas del cuarteto de Los Angeles, esta mezcla
con un ensamble de músicos clásicos suena increíblemente bien, es como si el
refuerzo orquestal o los arreglos dramáticos muy propios de una score
terminasen de darle sentido a los feroces riff de las clásicas canciones de
Metallica.
El inicio magistral con
la obertura de “The ectasy of gold” de Ennio Morriconi (tema que de ahí en más,
Metallica siempre, SIEMPRE, usaría para abrir sus shows) seguido de la
instrumental “The Call of Ktulu” (de sus mejores temas en la historia)
sorprenden por la magnificencia que ganan gracias a la orquesta. Luego los
grandes éxitos como “Master of puppets”, “One”, “Battery” o “Enter the sandman”
vuelven la escucha en una experiencia maravillosa, lo suficiente para decir que
todo este esfuerzo fue necesario para apreciar este disco como algo más dentro
de la discografía oficial de la banda, quizás previendo eso, Metallica se dio
el lujo incluso de lanzar dos temas inéditos en estos shows que conformaron
este disco “Human” y “No Leaf clover” este último lanzado como single. El gesto
de estrenar canciones nuevas para un disco en vivo siempre lo he visto como
algo valorable y un mensaje de la banda sobre que este disco en vivo es una
experiencia realmente inédita, un concierto que no se repetirá como tal y que
por lo mismo vale la pena registrarlo. Por cierto este año 2019 la banda volvió
a repetir la experiencia, pero el rayo no cae dos veces en el mismo lugar.
06.-
Café Tacvba – Un Viaje (2005)
Hay tres razones por
las que valoro un disco en vivo: Su calidad técnica, es decir, que al
escucharlo me haga sentir mínimamente que puedo estar imbuido en la masa
viviente de público que corea los temas, (en general la mayoría de los discos
en vivo producidos por sellos grandes cumplen ese requisito). También siento
invaluable que aquel registro que estoy escuchando sea de alguna manera una
experiencia insólita y que le otorgue valor al formato en vivo. Este trabajo
cumple esos tres requisitos casi a la perfección. Nuevamente, los de Café
Tacvba no son santos de mi devoción, pero en este disco logran eso que pocos
consiguen, hacer que sus canciones suenen mucho mejor que sus versiones de
estudio. De este modo, los de Café Tacvba corresponden a aquellas bandas que
tienen un potencial en vivo increíble, al punto de que si no los escuchas en
vivo, realmente no los terminaste de conocer.
Este disco tripe se
lanzó conmemorando los 15 años de la banda, por lo tanto realizaron un
recorrido por todos los trabajos que habían producido hasta ese momento
consiguiendo una mezcla de estilos indudablemente rica y diversa tal y como lo
es la banda misma: Rock, rancheras, corridas, electrónica, bolero, banda (una
especie de cumbia Mexicana) y algo de reggae incluso.
Los conciertos de Café
Tacvba no suelen ser muy largos, pero este es un verdadero viaje extenso tal y
como lo expone su nombre, grabado entre el 06 y 07 de Octubre en el Palacio de
los Deportes en Ciudad de México temas clásicos como “Las flores”; “La Ingrata”
o “El baile y el salón” suenan con una fidelidad y energía increíble, de más
esta decir que la conexión con el público es algo muy presente al punto de
parecer en más de algún momento un instrumento en la orquestación de esta banda
atípica dentro del rock latino. Por esos años la banda había lanzado su disco
más pop “Cuatro caminos” el cual no pescan mucho dentro del setlist, salvo los
correspondientes singles como “Cero y uno” y la odiosa “Eres”, no obstante, sí
se despachan por completo el EP tributo que habían realizado por ese tiempo al
grupo chileno Los tres llamado “Vale callampa” y gracias a eso podemos escuchar
la gran versión de “Déjate caer” que en vivo suena más lisérgica y enigmática
que nunca. Un gran disco, pero por momentos muy largo y con muchas
intervenciones de su vocalista que cuenta chistes o aleona al público como buen
frontman que es.
05.-
Woodstock: Music from the Original Soundtrack and More (1969)
Este es un clásico de
los discos en vivo, emblemático para la cultura hippie, define muy bien el
cierre de una época revolucionaria y juvenil. Se trata de una selección
exquisita de algunas actuaciones en vivo en el festival contracultural de
Woodstock. El valor de este disco es a todas luces más histórico que otra cosa,
ya que muy poco es lo que se puede apreciar del valor del componente en vivo,
sin embargo, es notable darse cuenta que a pesar de que la mayoría de las
grabaciones que escuchamos se registraron con equipos de mala calidad,
silenciando en general al público y con una pésima ecualización de los
instrumentos, sigue conservando su encanto, quizás por la poderosa foto de su
portada o el simple contexto histórico en el que nos situamos, no cuesta
imaginar lo que debió haber sido estos conciertos en donde el grito de libertad
era la consigna general. Hay lugar para
las intervenciones en que se presentan a los músicos en donde se cuentan
anécdotas, se hacen chistes o simplemente se deja el espacio para escuchar el
murmullo del público o las pruebas de sonido (no exentas de curiosidades como
cuando se está haciendo la prueba de sonido previo a la presentación de Alan
Wilson, en donde bromean con el “Number 9” de los Beatles) Fragmentos que en
este caso no están para nada de más y le otorgan mayor riqueza a este collage
que intenta recrear lo mejor de aquella maratónica tarde musical.
Artistas de la época y
de la corriente contracultural del tenor de Joan Baez o Neil Young comparten escenario con pesos pesados del
rock como Jimmy Hendrix (y su legendario medley en donde toca el himno
Estadounidense con su guitarra en llamas) Jeferson Airplaine realizando una
emocionante versión de “Volunteers”, Santana y su ya clásica “Soul Sacrifice”
que lo lanzó a la inmortalidad de los héroes con guitarra así como la blindada
y muy superior versión de “Whit a Little help from my friends” de Joe Cocker
quien explota su croner a todo pulmón mucho antes de convertirse en el fetiche
de los soundtrack soft porn. Todo esto y más hacen de este compilado, pese a su
mal sonido, un registro con encanto que marca una curiosidad y un vortex en el
tiempo para quien lo escucha y entienda el valor cultural al que muchos de
estos iconos refieren y nos hace pensar una y otra vez que sí, no era tan malo
ser joven en los sesenta dentro de aquel contexto liberador.
04.-
Soda Stereo – Comfort y música para volar (1996)
Grabado en Miami,
Florida y con unos Soda Stereo viviendo los tiempos de descuentos en su
carrera, la banda consigue impactar en la serie Unplugged con un disco que
sorprende por la reinvención de sus canciones. Cerati ya estaba empezando a
armar su carrera solista experimentando con sonidos más etéreos y la propia
banda ya había coqueteado con el dream pop y el shoegazze de principios de los
noventa en sus anteriores trabajos, pero este disco viene a entregar un aire
fresco lleno de estilo y elegancia, distinto a todo lo conocido, pero al mismo
tiempo completamente fiel a su estilo. Alejados de la onda melancólica y
desgarradora que estaban tomando los Unplugged como concepto, Soda Stereo se volcó en atmósferas de misticismo y
sensualidad, consiguiendo que sus temas de antaño ganasen un sabor distinto,
mucho más renovado, inyectados de una vibra enigmática. Temas como “La ciudad de la furia” con la notable
aportación vocal de la cantante de Aterciopelados Andrea Echeverri, se vuelca
en unas irresistibles texturas eróticas de las que son imposible desprenderse
una vez se empieza a escuchar, sencillamente la versión logra superar por mucha
a la original y eso que aquella ya era un monumento al acto de coger.
Otras interpretaciones
como “Entre Caníbales”, “Ángel eléctrico” y “Té para 3” continúan con esa tendencia de otorgarle una
identidad mucho más sensuales a los temas originales, pero al mismo tiempo nos
encontramos con sorprendentes ultra plus para canciones que ya tenían una nota
de intensidad potente como la grandiosa versión de “Ella uso mi cabeza
como un revolver” completamente volátil y llena de pasión así como la mucho
más energética “Paseando por Roma”
sin duda un disco excelente en el que el recurso de ser grabado en vivo aporta
muchísimo.
03.
- Nirvana “Unplugged in New York MTV” (1994)
Este es, sin duda, mi disco favorito de Nirvana y al
mismo tiempo uno de los trabajos de la serie MTV Unplugged que mejor define a la
corriente del grunge de la época. Es simplemente el más logrado y el que
consolidó de forma optima el sentimiento nihilista y agobiante que el estilo
musical que Kurt Cobain commandó (a su pesar) quiso transmitir por medio de la
estridencia de las guitarras y las baterias punketas.
De este Unplugged se ha dicho mucho: Que estuvo hecho
a la rápida, que ninguno de los miembros de la banda tenía mucho interes en el
concepto, que se les propuso un setlist distinto. El caso real es que sí fue un
proyecto del que no se tenía mucha confianza por parte de los ejecutivos del
sello Sony Music porque sentían que estaba en una vibra completamente opuesta
al atractivo comercial de Nirvana. Miopes como siempre, los ejecutivos se
equivocaron abruptamente. El disco se lanzó en Noviembre de 1994, siete meses
después de la muerte de Cobain y sea por la razón que sea, obtuvo un éxito comercial
y artístico muy superior, incluso, al ultimo disco que la banda alcanzó a
editar.
El que haya sido un disco póstumo viene a levantar muchas
sospechas de su inusitado exito comercial, pero basta con escuchar las tres primeras
canciones para conectar con esa aura media fúnebre que el concierto ofrece. Un
Kurt Cobain que canta con más desgarro que nunca en temas como “About a girl” o “Where did you sleep last night?”, al mismo tiempo los arreglos acusticos
de clásicos como “Come as you are” o
“On a plain” consiguen estremecer
porque terminan sonando más oscuras y cautivadoras que las originales. Creo que
el disco es una constante invitación a la contemplación del suicidio y creo que
Kurt Cobain lo grabó en un momento muy jodido de su vida porque ese sentimiento
de hastio y resignación se transmite, incluso en los momentos donde parece evocar algo de felicidad al bromear con el publico.
No nos olvidemos nunca que Nirvana siempre fue una
banda indie y como tal este concierto le hace tributo a grandes canciones que
forjaron la identidad del de Seattle, covers increíblemente originales a Meat Puppets o The Vaseline, son el guiño
perfecto para entender la filosofia del blondo cantautor, pero creo que el
cover que recoge todos la atencion por lo bien ejecutado que estuvo fue la
emblematica “The man who sold the world”
del duque blanco. No obstante, la canción que se lleva todos los aplausos
(literalmente el publico no pudo contenerse despues de escucharla) fue “All Apologies” cuya version de estudio
no resplandecía demasiado, pero en este Unplugged consigue convertirse en un
temazo de principio a fin, envolvente y temerario. Escuchar el Unplugged de
Nirvana es transportarse a una session intimista donde un condenado a muerte te
cuenta sus últimos secretos. Una verdadera obra musical tanto en sus detalles
técnicos como artísticos. No se trataba de unos Nirvana en su mejor momento, se
trata simplemente de un momento desgarrador para la historia del grupo,
transmutado a sonido y canción. Escalofriante, siempre que escucho con atención
este disco se me ponen los pelos de punta.
02.- Portishead “Roseland
NYC Live” (1998)
Portishead es una banda que se adhiere al menos es
más. Con solo tres discos en su larga carrera y para el momento en que se lanzó
este trabajo unicamente con dos, los exponentes del trip hop y la música
ambiental logran experimentar toda su elegancia en un concierto imprecindible
para cualquier melomanx.
Grabado el 24 de Julio de 1997 en la mítica sala
neyorquina Roselan Ballroom. La banda consiguió alcanzar un estatus de culto
luego de lanzar este disco al que le seguiría un largo silencio. Acompañadxs de
la orquesta filarmonica de Nueva York, la banda consigue darle un plus más hipnótico a sus composiciones de tono letárgico y melancólico, justo en un
momento en que el trip hop derivaba a otros ritmos, Portishead salta con algo
que si bien, no era raro de pensar por la instrucción musical de sus principales
miembros, sí conseguía ser un llamativo amuleto musical..
Al igual que con Metallica, la conjunción de estos
mundos tuvo un resultado favorable. Pero en esta ocación, no son los arreglos
orquestales lo que transforma las atmósferas de las canciones de los de Bristol
en una verdadera masa sonora hipnótica, no, en este caso es la unión orgánica y
directa que se resuelve en los arreglos de ambas partes lo que hace que las
canciones agarren un aire muy superior a sus versions de estudio, que por
supuesto ya son bastante magnificas.
01.- Jonny Cash “At folsom
prisión” (1968)
Jonny Cash fue ante todo un outlaw, librepensador y de
actitudes completamente rebeldes cuya figura hizo que siempre fuse bien
aceptado por los punk. Es por eso que su voz dentro del country (un estilo
musical que realmente yo detesto) siempre trajo un aura subversiva. Este disco
en vivo es especial no solo por ser grabado para una audiencia particular: Los
reclusos de la prision de Folsom, lo que ya en sí nos deja ver que no se trata
de un concierto cualquiera.
La historia de este evento se remonta a 1955 después
de que Cash grabara el melancólico blues “Folsom
prision Blues” consiguiendo un exito comercial considerable, desde ese
momento rondó en él la idea, algo descabellada y desestimada por su equipo de
productores, de realizar un concierto en aquella prisión en homenaje a los
reclusos que habían inspirado dicha composición. Pero no consiguió hacerlo
hasta muchos años después, cuando su figura ya era toda una eminencia y
también, cuando logró salir de su lucha contra la cocaína.
Quizás lo interesante de este concierto, más allá de
la perfecta interpretación del hombre de negro, quien en todo momento se
despacho con un pulso perfecto sus temas, es notar lo comodo que se siente
tocando para reclusos, Cash se permite bromear con que no deberían decir
groserias porque el disco que estan grabando se editara por Columbia records
así que es mejor no decir “fuck” ni “shiet” en voz alta, también su esposa, la
encantadora June Carter, quien lo acompaña en algunas canciones, también echa
un par de bromas sugiriendole a los reclusos que segurmente no han visto una
dama en mucho tiempo, pero que igual no es motivo para mantener las manos
dentro de los bolsillos.
Ese ambiente relajado hace que el espíritu del country
que Cash canta, con historias que interpelan directamente a marginales sociales
quienes han vivido injusticias o simplemente han terminado ahí por malas decisiones, termina siendo un homenaje que se siente genuino. Este disco es
ante todo un directo notable por su sencillez y calidez que transmite, al punto
que incuso en un ambiente tan terrible como una prisión, hay lugar para una
somera y tímida alegría, Johnny repetiría esta performance en otra prisión años después emulando el mismo éxito. Sólo alguien con el talento y la prestancia de Johny
Cash consigue transmitir algo así dentro de una prisión, un maestro.
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