miércoles, 6 de enero de 2016

CUENTO: DANI DANIELS FUGITIVA Y DELINCUENTE



Un video más pensaba con el notebook a punto de apagar. Me metí la mano bajo el pantalón desabrochando casi instantáneamente mi bragueta. No lo quise meditar mucho, ya la tenía demasiado dura como para poner trabas a mi destino, sabía que no podría dejarlo, que en realidad no era una opción. Me metí a XVIDEOS y escribí Dan, en menos de un segundo ya me habían sugerido lo que quería ver, Dani Daniels, la hermosa actriz porno que me traía loco desde hace varios meses. En la biblioteca de videos sobre ella que la página me ofrecía se encontraban muchos de performance lésbica, pero yo sabía cuál quería, me conocía varios  y había uno en donde un tipo, con un pene sobre dimensionado, se lo metía por el ano y ella gritaba extasiada mientras otra chica miraba deseosa desde otro extremo de la cama. Ver a Daniels así, su rostro ruborizado por el fervor de la pasión, su culo levantado entregado y dispuesto con total sentido a la penetración, sus senos pequeños, pero turgentes, colgando coquetos y su vulva sedienta de calor, me ponían demasiado arriba la temperatura. Me eche una paja, dure menos de un minuto, luego fui al baño y me seque el semen con una toalla, me lave las manos con jabón, apagué el notebook y me fui al trabajo, a vender dulces.



Me gusta ver porno, es algo que consumo con discreción, es decir, no soy de andar comprando revistas ni coleccionando nada en especial, pero sí veo muchas páginas porno  y un día simplemente di con un video de Dani Daniels y me pareció una chica hermosa, encantadora, sexy y todo lo perfecto que puede ser una actriz porno aunque ella me gusto el doble, el triple, el cuádruple de lo que cualquier actriz porno (o no porno) me hubiese gustado. Era preciosa, sus tatuajes con motivos chinos en la espalda, su culo redondo, sus ojos azules profundos, su cabello castaño claro, todo de ella me gusto inexplicablemente mucho y de ahí en adelante sólo miraba sus videos, pero poco a poco la cosa se fue desbordando y a medida que pasaba las semanas únicamente pensaba una y otra vez en ella, me imaginaba su cuerpo y su rostro, iba en la micro pensando en ella y se me paraba, iba a comprar pan y me ilusionaba con ella entonces se me paraba, trabajaba, recordaba sus videos y se me paraba. Incluso cuando intimaba con mi novia  pensaba en ella fantaseando en su figura, dejando a mi pareja en segundo plano, corroyéndome en el placer de la sensualidad de Dani, perdiéndome en la imaginación que me volvía más loco que la carne de mi novia. 

En el trabajo, mientras envolvía unos dulces que habían sobrado del día anterior para guardarlos en la bodega, y hacía como que escuchaba a mi colega que solo me habla de su ex novio una y otra vez al punto que creo que ni a ella le importa tanto el tema, vi a Dani Daniels caminar por los pasillos del centro comercial. Me quedé estupefacto porque era un hecho imposible, mire bien, pero sólo pude seguir su espalda, pensé que se trataba simplemente de una mujer muy parecida a ella, calcada a ella, incluso con los mismos tatuajes con letras chinas en su espalda. Hasta llevaba puesto un vestido negro ceñido que Dani Daniels ocupa en uno de sus videos segundos antes de ser desvestida por las manos inquietas de su galán. La curiosidad me mato y le dije a mi colega que necesitaba ir al baño, ella se sorprendió y no supo muy bien qué decir. De un salto salí del puestito sin quitarme el mandil de la dulcería ni la absurda gorra que dejaba ver que yo era un esclavo más de esa corporación de dulces pro diabéticos,  la empecé a seguir a toda prisa porque ella ya me llevaba ventaja, pero como había poca gente ese día en el centro comercial fue fácil ubicarla, estaba subiendo la escalera mecánica y se dirigía al último piso. Las personas - hombres más que nada - que pasaban cerca de ella no podían evitar no observarla con muy poco disimulo, de hecho, uno que otro le sacaba fotos con su celular, pero dudo que la reconocieran del porno, simplemente no dejaba de ser una mujer preciosa en un lugar donde abunda la normalidad de lo ordinario. La supuesta Dani Daniels se metió al cine, pasó la barrera y siguió por el pasillo camino a quizás cuál sala, como yo no lo sabía simplemente fui y compré una entrada para cualquier película que estuviese por empezar o ya hubiese empezado hace poco. El boletero se demoró y eso me puso nervioso, me observaba extrañado, seguramente por mi mandil y mi gorro, mis ojos extenuados lo incomodaban. “Vamos que estoy apurado” le decía; “Pero qué película quiere ver” intentaba saber el joven confundido por la premura, seguramente esto era lo más curioso que le había pasado en semanas. El tipo finalmente me dio un boleto, ni note de cuál película porque inmediatamente corrí a la barrera para que registraran mi ticket, la chica que se encargaba de eso con una mecanicidad adquirida me indico la sala y me pasó unos lentes 3D que venían para poder ver la función, yo no me había dado cuenta si quiera que había comprado un boleto para una película en 3D, como sea me metí a la sala y busque entre la oscuridad iluminada por la pantalla y sus imágenes a Dani Daniels, había poca gente así que comencé a inspeccionar la sala lentamente y poco a poco no daba con nadie interesante hasta que por fin la encontré, en el fondo de la sala a una orilla sentada al lado de un hombre calvo y de lentes, alto,  con el pecho fornido ¿sería su pareja? Ambos hablaban ignorando la función y noté con mucho esfuerzo que Dani Daniels lloraba o al menos sus ojos lagrimeaban de una forma extraña como si fuese vergüenza lo que estuviese sintiendo en ese momento. La pareja poco a poco alzaba la voz llegando a incomodar a las pocas personas que veían la película y pedían silencio indirectamente a lo que Dani Daniels se retractaba y encogía sus hombros mientras que el hombre calvo bajaba la voz, pero continuaba como sacándole en cara algo a Dani Daniels siempre con sus gestos. Sin saber qué hacer ni en qué sentido interceptar la situación me fui de la sala y decidí volver al puesto de dulces.


Sentí una profunda mezcla de emociones el resto del día. Emoción, excitación, enojo, frustración, curiosidad. La cosa no se me pasó y no lo pude compartir con nadie, mi colega no estaba ni ahí con escucharme mis locuras sólo parloteaba de lo dolida que estaba de su ex y rememoraba los recuerdos que de vez en cuando le surgían. Ya en la tarde cuando cerré el negocio y salí del centro comercial al poco andar vi sentada en una banca de la ciudad a la supuesta Dani Daniels, al acercarme noté que la mujer no estaba sentado si no que echada sobre la banca, sin zapatos, con los labios sangrados, el pelo enmarañado y la mirada perdida. Su vestido al mismo tiempo estaba sucio y rasgado, en ese momento el lugar estaba casi vacío la poca gente que pasaba por ahí iba con la cabeza gacha observando sus celulares, no se percataba de nada. Trague saliva porque no podía más de la impresión, me conmocioné y hasta temblé, esta había sido una de las tardes más alucinantes de mi vida aunque directamente no había nada raro y es que tal vez me estaba pasando yo muchas ideas absurdas por mi mente. Sin duda que nada de esto tenía sentido, pero la vida es mejor engancharla cuando la realidad del cotidiano se vuelve media anárquica. Me senté al lado de Dani Daniels, y es que al verla de cerca no podía pensar que no era ella, ¡porque era exactamente igual a la mujer de mis videos pornos preferidos! Después de unos segundos decidí con nervio tocarle el hombro, pero no reaccionó, sus ojos miraban al cielo, petrificados, noté que su rostro parecía sucio como si se hubiese caído al barro, como si hubiese estado peleando o escapando de algo. Volví a tocarla un poco más fuerte, incluso zamarreando sus hombros, pero ella imperturbable, totalmente ida, totalmente pegada al cielo con las manos laxas y las piernas relajadas sin demostrar la más mínima reacción.

-Señorita, oiga, ¿se siente bien?.-Le pregunte tratando de sonar cordial más allá de lo emocionado que estaba. Ella no me respondió simplemente parecía que estaba en otra dimensión. Finalmente me atreví y le pregunté si acaso ella era Dani Daniels, incluso se lo pregunte en mi atorrante inglés.

-¿Ar yu Dani Danielssss?.- Le dije sin saber qué respuesta me podría dar (ya no tenía expectativas de nada sólo quería que las cosas ocurriesen rápido y directo como una porno que subyuga todas tus reflexiones) Ella continuaba en su postura lamentable, catatónica y obstruida a provocar cualquier reflejo. Me levanté del banquillo y se me ocurrió que me la podría llevar a casa aprovechando que mis padres no estaban ahí, habían ido a la iglesia a una asamblea vecinal. Tome a Dani, como era un peso muerto me costó equilibrarla, anduve unos pocos metros junto a  ella y me percaté de inmediato que sería imposible continuar así, no tanto por el peso que provocaba sino más bien por lo que el resto podía imaginarse de la escenita que estaba montando, aunque bien ella podía pasar por una borracha y nadie me diría nada (a menos de que se me acercase un policía o un sacerdote chismoso) decidí que lo mejor era irnos en un taxi directo a casa. Con cuidado subí a Dani, el taxista un poco enfadado dio algunos refunfuños internos aduciendo que le parecía irrespetuoso que una mujer subiese en ese estado al taxi, que evidentemente estaba drogada. A su vez la supuesta Dani Daniels no decía nada, se mantenía imperturbada a todo, sin siquiera pestañar. El taxista siguió alegando que las mujeres hoy en día están desatadas y peligrosas, que eso es causa de la tan mentada igualdad de sexos que algunas proponen y que según él se ha hecho una falsa interpretación del asunto que ya no quedan señoritas, pero que eso se debe a que tampoco hay más caballeros. El viejo continúo dándole cuerda al asunto, pero yo no le decía más que respuestas cortantes que parecían no incomodarlo en lo más absoluto. Finalmente llegamos a casa, el recorrido me salió un ojo de la cara,  de vez en cuando me miraba las manos y me preguntaba qué estoy haciendo, pero una risa burlona en mi interior aplacaba esa duda legitima y me decía “¿Y para qué quieres saber eso?” Y era cierto, ¿no es lo que todos recomiendan? Vivir y vivir sin detenerse a medir. 

Me lleve a Dani Daniels como pude hasta mi pieza, tuve que agarrarla con mucho cuidado desde la cintura e intente levantarla, pero al poco tiempo perdí el equilibrio, ese culo era muy pesado y además mi condición física es la de cualquier ciudadano que no hace más que levantarse y trabajar atendiendo gente, no estoy gordo, pero tampoco estoy flaco. Soy el punto medio que recae en la nada. Como sea, la tome en brazos, la lleve en upa, incluso la arrastre tomándola del pelo (no dejaba de ser un peso muerto difícil de guiar) y la lleve hasta mi cuarto, me cerré con llave y la tiré sobre mi cama. Exhausto por el gastadero físico que todo eso valió me senté frente a ella y la contemplé aún desencajado por todo lo que estaba pasando, tan sólo en la mañana había visto un video de ella y ahora la tengo en mi cama. Le saque un par de fotos y las comparé con las pocas imágenes que google me daba de ella, aunque claro la Dani Daniels que estaba sobre mi cama se veía hecha añicos, como salida de una batalla, muy lastimada y sucia. Decidí asearla, lavarle los pies si quiera, mojarle la cara. Pero mientras lo hacía me nació la maldad y decidí bajarle lentamente el vestido hasta descubrir sus hermosos senos. Seguí desvistiéndola hasta dejarla completamente desnuda, me di cuenta que no estaba usando ropa interior. La toque, la acaricie con suavidad, no podía terminar de creerme todo esto, me saque una foto junto a ella sólo para inmortalizar el momento, jamás de los jamases ni en una convención porno desatado hubiese podido obtener este manjar de una forma tan íntima. Ya sin dudarlo más me empecé a bajar los pantalones, me puse sobre ella, trate de no mirar sus ojos absortos en la nada, porque me incomodan a un grado que me bajaba la pasión, simplemente le puse una almohada en la cara y empecé lentamente, con un movimiento pélvico, a entrar en ella. Recordé los miles de videos que había visto de su persona, recordé todos esos momentos increíbles que me hacía pasar en esos visionados exprés que tanto necesitaba cada día y cuando ya estuve a punto de entrar en sus fauces Dani Daniels pegó un grito y me tiro de la cama  empujándome con sus manos sobre mi hombro. Caí desconcertado, me asome al otro lado de la cama, Dani Daniels se había levantado y me miraba amenazante, la situación era tan extraña que cualquier palabra podía caer mal así que tenía que pensar muy bien todo, pero apenas me restablecí del suelo mi pene totalmente erecto pareció asustar a Dani que salió corriendo por la casa. Fui corriendo tras ella sin saber qué decirle y cómo explicarle todo, me la encontré en la cocina amenazándome con un cuchillo.

-Let me alone. I don´t wanna be part of this inane game, anymore- Me gritaba, no le entendí, en mi confusión trate de acercarme a ella y fue cuando Dani Daniels me dio una tremenda patada en los huevos que me dejo noqueado.


-Plis, plis. I DONT BAD BOY.- Le trataba de explicar, pero ella miraba todo con tormento, amenazándome firmemente con el cuchillo me pidió que la llevara  hasta donde hubiese un computador. Le pase mi notebook, cuando lo abrió inmediatamente se dio cuenta que la barra de exploración de internet sugería videos de ella, me miro con desconfianza, pero no le dio más cabida al asunto y se puso a escribir un mail. Terminado su proceso me pidió dinero con la misma brusquedad que con la que me pateo “I need money…plata, necesito plata” Me decía, sin entender ni querer hacer preguntas porque estaba empezando a  sospechar que Dani Daniels estaba metido en algo un poco comprometedor para la vida,  le di todo el efectivo que tenía, luego me pidió ropa nueva y fuimos al cuarto de mi mamá, se probó un par de cosas que le quedaban mal porque mi mama es mucho más gorda. Se mojó la cara, se arregló un poco el pelo y luego me pidió en su mal sonante español que la llevase al terminal de buses. Fuimos esta vez en una micro porque ya no tenía más dinero para taxis, Dani Daniels ocultaba su rostro de la gente como si alguien la estuviesen siguiendo de cerca. Yo no sabía qué hacer así que intente preguntarle si realmente era Dani Daniels la actriz porno, pero ella me dijo que no. Me quede pasmado, luego quise saber que qué le había pasado y no me contestó dejándome ver que no era asunto mío ni de lejos, luego le pregunté qué estaba haciendo en mi país y sonriendo me contestó “Some little business” No podía comprender si era broma o mentira todo lo que me decía detrás de su enigmática actitud. Llegamos a la terminal de buses, Dani Daniels compro el primer bus que saliera de allí y la llevara a la capital. Me pregunto mi nombre y mis datos, los anoto en un papel y me dio un beso en la boca que no pude ni siquiera disfrutar porque al segundo la mujer ya había subido al bus y me había dejado ahí varado preguntándome alucinado que era lo qué había vivido toda esa tarde, acaso se trataba de una cámara escondida por algún lado.

Al salir de la terminal divisé al hombre calvo que había estado con ella en el cine, se veía preocupado, de inmediato percibí que nadie aquí andaba en buenos pasos y decidí ocultarme para evitar cualquier problema. El tipo naturalmente buscaba a Dani Daniels, pero el bus de la actriz ya se había ido, luego aparecieron tras él unos hombres vestidos de traje con pinta de pocos amigos, el hombre calvo parecía realmente preocupado y empezaba temblar, los hombres de traje lo tomaron sutilmente y lo empujaron, estaba intrigado, pero no quería involucrarme, ya mucho me había pasado, me quede a un costado de la salida de la terminal y pude notar que los hombres de traje subían al calvo a un auto oscuro. Trague saliva obnubilado y decidí volver cuanto antes a casa, ya había tenido muchas emociones y lo peor de todo es que me había quedado sin ni un centavo por el resto del mes.

Muchas preguntas tronaron mi cerebro durante los días siguientes, la ciudad y mi vida se volvieron un simple manto para tomar la siesta, nada pasaba y las cosas más aburridas se daban con frecuencia. Nunca pude resolver qué cosa había estado haciendo Dani Daniels en mi ciudad, teorías elucubré un montón, pero lo cierto es que nunca llegue a ninguna conclusión fija ni coherente, tampoco es que tengo los grandes dotes de investigador, ni siquiera supe qué rollo tenía con el calvo ese que por muchos meses busque y re busque en páginas porno creyendo que se trataba de algún actor. Al año el asunto estaba más o menos asumido y ya no me importaba tanto, tampoco veía tanto porno, no porque me haya traumado con el asunto ni nada, simplemente me habían bajado las ganas, hay temporadas que pasa. Un día llegó un paquete a mi casa que desgraciadamente mi novia abrió, el paquete iba dirigido a mí y traía una nota de agradecimiento por parte de una misteriosa firma que no reconocí, pero que supuse era de Dani. ¿El contenido del paquete? La colección completa en DVD de películas porno donde Dani Daniels había actuado. Ahí tengo guardada la caja como garantía de que al menos a alguien en el mundo una fantasía se le cumplió….o algo así.-  


Licencia Creative Commons
Dani Daniels fugitiva y delincuente por Nicolás Aravena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en http://blogdeperrachica.blogspot.cl/2016/01/cuento-dani-daniels-fugitiva-y.html.

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