jueves, 10 de agosto de 2017

¿Qué tienen en común Rick and Morty y Dragon Ball Super?




Lo sé, son dos series que aparentemente no se acercan ni un centímetro. Una es una comedia negra sobre un loco y ególatra abuelo que arrastra a su desafortunado nieto a aventuras intergalácticas e interdimensionales con el fin de cumplir sus egoístas objetivos, la otra es la continuación de aquel famoso anime de peleas de los noventa que explotaba los niveles de poder de sus personajes a estados ridículos de paroxismo.  Formalmente ambas tramas no pueden equipararse y menos compararse, de hecho su audiencia destinada es supuestamente muy diferente, pero aun así hay algo que logra unir a ambas, su noción de vacío existencial ante la vida. 

 

La fragilidad del día a día ante el sin sentido de la vida


Rick es un científico brillante, es capaz de construir lo que sea en cuestión de minutos, en la serie hemos visto todo tipo de locuras producto de su genio desde la implantación de un parque de diversiones al interior del cuerpo de una persona hasta una jeringa biomolecular capaz de alterar su genética y convertirlo en un pepinillo. Goku es un luchador de la raza guerrera Sayayin que constantemente está superando sus fuerzas siendo capaz de teletransportarse  y también de someterse a cualquier clase de gravedad. Rick es egoísta, muy pocas veces ha realizado algún gesto de entrega a otro, suele evadir sus asuntos personales, no pensar en ello y seguir trabajando en sus inventos. Goku también es egoísta, no está interesado en compartir demasiado con sus seres queridos sólo busca entrenar para hacerse más fuerte y enfrentarse a sujetos que le supongan un reto aún si eso llega a poner en peligro a terceros. Rick viaja por distintas dimensiones con tal de obtener lo que quiere, no le da mayor importancia a la vida de los demás y es capaz de matar a sus propias versiones de otros universos, abandonar a su familia y seguir adelante, total, hay una multitud de universos y mundos que le impiden sentir apego o siquiera darle un sentido a la existencia de sus seres queridos. Goku en sus ansias por pelear con oponentes más fuertes conmina al dios del todo – Zenosama - a realizar un torneo intergaláctico cuyo premio es únicamente la supervivencia, los universos que van perdiendo (aparentemente) son destruidos sin más llevándose con ello a millones de vidas inocentes, Goku es el causante directo de esto, sin embargo, él nunca se cuestiona tal asunto aun cuando varios personajes lo interpelan al respecto, la nula autocritica del personaje con respecto a sus acciones es llamativa, para él es más importante mantenerse peleando con enemigos nuevos, disfrutando las peleas incluso si eso lo llegase a poner en desventaja.

Zeno Sama, el Kim Jong-Un de Dragon Ball Super

El concepto de multiverso se ha vuelto fundamental en ambas series, no es nada original ni profundo de analizar, la tradición del comics gringo ha hecho mella en la cultura popular al respecto. Como sea, en el mundo de Dragon Ball este concepto se empezó  a introducir lentamente con el advenimiento de la nueva serie que se estrenó el 2015, ahí aparecieron nuevos personajes que correspondían a deidades de la destrucción que llegaron para dejar claro una cosa: El mundo que uno habita no tiene nada de especial dentro de la vasta existencia universal y el equilibrio de las cosas no depende de la voluntad de las personas. Suena raro y hasta incomodo de entender que una seria tan “inocente” y directa en su argumento como Dragon Ball guarde tal mensaje. Esta misma lógica se empieza a poner en marcha cuando el dios del todo organiza su desquiciado torneo sólo por diversión (aunque supuestamente  hay un fin de equilibrio en toda esta dinámica de destrucción de mundos y universos, aun así en varias escenas de la serie esto se contradice ya que se ha dejado claro en varios momentos que los dioses actúan y destruyen más por capricho que por sus obligaciones divinas) Si viviésemos en el universo de Dragon Ball simplemente tendríamos que tener claro que la existencia es efímera (sin contar a las milagrosas esferas del dragón, por supuesto), que los dioses son impetuosos y que finalmente el universo no es más que un punto que convive con otros múltiples donde ninguno está por sobre otro. 
  


En Rick y Morty existe un mensaje parecido, en un capitulo por un error de cálculo los protagonistas terminan convirtiendo a todos los habitantes de la tierra en horribles seres mutantes, ante esto Rick no ve otra solución que simplemente mudarse a otro universo, en la escena final él y su nieto entierran los cadáveres de sus versiones alternas a quienes suplantan sin más. Morty completamente perturbado no concibe que haya perdido aquel universo donde vivió, claro está el nuevo universo es completamente igual al anterior, pero aun así no es el mismo y peor aún, ha terminado matando a su otro yo por su mera sobrevivencia. A su abuelo esto no le importa en lo más mínimo, su expresión es de monotonía como si ya estuviese acostumbrado a hacerlo. En otro capítulo Rick le vende armas a un sicario intergaláctico, su nieto horrorizado por los negocios de su abuelo salva a la victima de éste la cual se trataba de una masa gaseosa transdimensional, Morty mata al asesino, pero la cosa se descontrola y tanto él, su abuelo  y la masa gaseosa terminan escapando y llevándose a varias almas inocentes por delante, finalmente después de todo eso Morty logra llevar a la masa gaseosa a un lugar en donde se podrá comunicar con sus compañeros de su propia dimensión, pero cuando la masa le explica que su intención final es eliminar a toda forma de vida solida a Morty no le queda otra que matarlo haciendo que todas las muertes que provocaron a lo largo del capítulo carecieran del más mínimo significado. Los creadores de la serie nos lanzan de esa forma un mensaje que raya en el absurdo de la existencia. Para Rick la vida no tiene ningún sentido y a lo largo de la serie Morty poco a poco ha ido aceptando esa actitud.
 

El absurdo de la existencia

Para Camus la vida carece de sentido, no tiene significado en cuanto a que el ser humano tenga una misión asignada para esta. En su llamada filosofía del absurdo la vida no tiene ningún sentido justificada en el raciocinio, raciocinio que en todo caso es consecuencia del ser humano y no al revés, no existimos por un plan, existimos porque creamos un plan basado en la razón, pero cuando esta razón falla en algún aspecto sólo nos quedan dos caminos: O negar esta falla cerrando los ojos o simplemente caer en el absurdo de la existencia. Es por eso que la vida no tendría más significado que el que nosotros queramos darle.  La vida, en realidad, sería según Camus, un conjunto de repeticiones que se llevan adelante por costumbre, tradición e inercia. La religión u otras creencias intentarían orientar nuestra existencia hacía algún lado, pero todas se basan en la promesa de algo que escapa al plano de la existencia-temporal, justamente toda religiosidad propone un trabajo que será recompensado después de nuestra existencia, entonces jamás sabremos empíricamente si acaso esa recompensa realmente llegará, finalmente ante eso existe la posibilidad de que en un  50% al menos  nuestra vida no tenga sentido. Para Rick la vida no tiene sentido por dos cosas:

-La infinidad de existencias universales que evitan darle un sentido especial a una vida en concreto.
-El menosprecio que siente hacía todo aquel que este por debajo de su genio, que es básicamente todos.

Aún a pesar de su misantropía Rick es incapaz de vivir solo, en más de una escena se ha demostrado que la soledad es una espina que lo atormenta, necesita demostrar su genio a otros y en el fondo necesita seguir rompiendo sus límites, desafiándose principalmente porque así también busca escapar de sus miserias personales. Claro el alcohol y las drogas también lo ayudan en esta operación de evasión, pero aun estando consciente del vacío existencial que es su vida (podría morir en cualquier momento por algún otra de sus versiones multiversales) igualmente mantiene viva una llama de sentido para su existencia gracias a la presencia de sus nietos.
 

En Dragon Ball es obvio que el objetivo unidimensional de Goku es la clave que mueve su existencia, el sentido que justifica sus acciones no están motivadas por la voluntad de un héroe capaz de sacrificarse por el bienestar de los demás, más bien el sentido que cruza la existencia de Goku está motivado por sus ganas de quebrar sus límites hasta el infinito. Goku a diferencia de Rick no se evade, tampoco le importa medir sus consecuencias, le da lo mismo que otros universos sean destruidos por completo. Él sólo quiere pelear.


En ambos casos los protagonistas le otorgan a su existencia un significado basado en su pleno egoísmo o dicho de otro modo en su plena autorrealización. Para Nietzsche esto es bueno ya que superar el sentido de la realidad más allá de las creencias religiosas o místicas significaría  enfocar el sentido en un plano terrenal  en donde el sufrimiento puede ser trascendido y no aplacado. No obstante, si nos remitimos a nuestros ejemplos, Rick no ha logrado del todo aplacar sus dolores internos, es más, después de una segunda temporada en donde aparentemente se ablandó un poco más respecto a sus cercanos, la temporada actual lo ha mostrado más apático que nunca, evitando mostrar alguna mínima conexión emocional por los otros para así no tener que relucir ni enfrentarse a sus dolores internos. Por su parte Goku y compañía sólo buscan quebrar sus límites a costa de todo, parece ser que el mensaje esencial que Dragon Ball Super es superar las limitaciones que nos rodean a pesar del sinsentido constante que amenaza nuestra existencia. 

 

Si bien por el target al que está destinado Rick and Morty, sus personajes pueden permitirse tratar con mayor o menor ironía estas cuestiones, resulta interesante ver como en Dragon Ball Super, pese a sus lineamientos argumentales que aparentemente sólo buscan otorgarle al espectador un rato de mero divertimiento (el propio creador de la serie ha dicho que no le interesa crear complejas historias sino simplemente historias que diviertan) igualmente termina ofreciendo una oscura visión de la existencia en donde podemos ver una corrupción divina que es capaz de destruir un mundo, un planeta y un universo no por maldad ni por ambición, sino por simple capricho y ante esto la vida se presenta como un vacío incapaz de hacerle frente a los avatares del destino por lo que nuestros objetivos sólo pueden estar regulados por el  propio sentido que nosotros le queramos dar a la vida. Es como si por debajo de toda la parafernalia de las batallas y niveles de poder Toriyama nos esté diciendo que el real valor de su serie estaría en captar que no hay que depender de ningún dios porque a ellos no les interesa en lo más mínimo nuestra existencia, simplemente hay que depender de nosotros mismos, no queda otra. Y así está la cosa, sólo las comedias se pueden permitir tal nivel de sinceridad.-

Y esto define la actitud de Rick ante todo

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