Nunca se termina de
hablar de los cuatro de Liverpool, son una fuente inagotable de tema de
conversación, análisis, estudio y hasta reflexión, pero es curioso como muchas
veces su música ya pasa a segundo plano y termina siendo más entretenido hurgar
en otros detalles así como yo mismo lo hice en esta simpática entrada de
principios de año. Tal vez por la normalización o naturalización que esta banda
ha adquirido en la historia de la cultura popular ya nadie le toma mucho peso
al aporte musical que los Beatles otorgaron al mundo y que parece aún lejos de
desmoronarse ya que temas septuagenarios como “I wanna hold your hand” o “Twist
and shout” siguen teniendo gran vigencia unicamente por los cabecillas que las
implantaron en una moda que no se desgasta. Cada tanto se exprime un poco más
del jugo que estos muchachos hicieron en sus años mozos por lo que cada tanto
se lanzan compilados, tributos y colecciones especiales muchas de ellas de
buena calidad, pero tremendamente predecibles con cero riesgo y con una
frescura de invierno que no le hace levantar una ceja a nadie, al final son
compilados que sirven como música de fondo porque no molesta a nadie y perpetua
en la idea de que Los Beatles son la institución soberana en el mundo de la
música.