Les cuento un poco, me gustaría en el futuro dedicarme sólo a escribir (es decir ganar plata escribiendo ficción, a lo Stephen King) por eso durante varios años de mi vida me he dedicado escribir cuentos, incluso tengo algunas novelas bajo el seúdonimo de Mark Bowen (hay una que pueden leer entera aquí http://oscysil.blogspot.com.ar/) Bueno sin más aquí les dejo el cuento, es perturbador...
TAN FRAGIL COMO EL CRISTAL
Hace algunas semanas volví a ver a Jairo trabajando en el super-mercado como empaquetador, me impresiono notar que ya no lucía sus característicos dreslocks ni sus variados piercings faciales, no, ahora estaba con el pelo corto como un militar en su primer día, cuando lo tuve cerca me di cuenta que de un soplo toda su juventud se había machacado y hasta yo me sentí miserable al respecto, quien fue vigoroso ahora no era más que un muchacho-hombre atrapado en un empleo mediocre sin emoción, mirando siempre al techo como si esperase que éste le cayese encima para matarlo, yo sé de esa sensación he vivido trabajos fatigosos que me han hecho desear la muerte. Jairo se había convertido en un ser resignado, pero ¿resignado con qué? ¿con el sistema, con la vida, con el arte? Su rostro marcaba cansancio y frustración. Cuando pase a su lado no me reconoció porque no miraba a nadie de frente, sólo empacaba las cosas y estiraba la mano esperando la propina merecida (que muchas veces no llegaba) de todas formas lo saludé tal vez porque me avergonzaba pasar de manera tan incógnita a su lado, habíamos vivido grandes juergas en su casa y no me gusta ser mal agradecido con quienes adornaron mi pasado y alguna vez llamé mis amigos, él casi por osmosis me saludó, pero no dijo nada más pese a que le pregunté -de manera bastante atarantada - cómo estaba, me quedo mirando como el condenado que mira la soga con que será colgado, entendí mi indiscreción y callé avergonzado, tome las bolsas que me pasaba y le di unas pocas monedas, me sentí tan degradado que no fui capaz de volver a hacer mis compras en ese lugar, pese a que quedaba a pocas cuadras de mi departamento.
Es natural sentirse aplastado cuando vas creciendo y se te acaba la fiesta de sopetón, cuando tienes que empezar a pagar tus cuentas y buscarte tu propio trabajo con urgencia, si no eres fuerte los primeros años te desmoralizas y terminas soterrado, aferrándote a la droga del dinero plástico para sentirte bien a ratos hasta importante quizás, pero Jairo definitivamente no proyectaba esa mediocridad común en todos los de nuestra generación, él estaba destripado ¿cómo es que un chico relajado, gozador, qué estudió lo que le apasionaba terminó tan mal? La respuesta es práctica y la supe sólo unos días después. Mi madre me había venido a visitar y como es su costumbre me fue a comprar todos los víveres que estimaba me hacían falta para vivir decentemente. Le costó reconocerlo, pero pudo encontrar a Jairo en el empaque, ignoro qué clase de conversación tendrían, tal vez Jairo fue más condescendiente con mi madre porque cuando éramos más chicos ella siempre fue muy agradable con él, la cosa es que se pudo enterar que mi viejo camarada había dejado su trabajo como actor en Uruguay para volver aquí y establecerse con una pequeña compañía de teatro (como en los viejos tiempos) pero cómo las funciones no daban dinero suficiente trabajaba como empacador en el súper por las mañanas y garzón de un restaurante por las tardes, estaba desesperadamente haciendo dinero para poder mantener a su hijo, aquello me dejo en una incógnita terrible, por supuesto no fui nunca capaz de afrontar a Jairo y preguntarle cómo habían sido las cosas con ese supuesto hijo, era como si un infranqueable océano nos separase lo supe cuando lo vi, ese hombre ya no sería nunca más mi amigo.
Mi rutina aburrida me hacía pensar frecuentemente en él, quería entender cómo había llegado de vuelta aquí y esclarecer lo de ese hijo, desde hace tres años que no tenía noticias ni esporádicas de Jairo, que tuviese un hijo me parecía en todo caso la razón más lógica para esforzarse en trabajos de mierda ¿pero por qué ese desgano que transmitía ? ¿Acaso no quería a su hijo?
Éramos amigos de facultad ni siquiera de carrera, pues yo estudiaba literatura y él teatro y coincidimos muchas veces en fiestas de amigos, ahí en medio de un montón de jóvenes derrotados por sus propios vómitos o impulsos sexuales comenzamos a hablarnos básicamente porque éramos los que más demoraban en emborracharse, conversábamos a esas horas de la madrugada sobre cosas pretensiosas como la filosofía o el existir del arte en una sociedad como la que vivíamos, él no era crítico con nada sólo le gustaba fumar su marihuana, en realidad era yo el que más hablaba y él me escuchaba con atención, pero no decía nada, después la amistad avanzó un peldaño más y solía invitarlo a mi casa a cenar para después encerrarnos en la pieza y tocar guitarra y fumar. Tiempo después armó un grupo de teatro y hacía presentaciones en una casa okupa en donde se solía realizar además exposiciones fotográficas y tocatas de bandas post-punk ahí empezamos a alejarnos un poco debido a que la ciudad es grande y es fácil perderse cuando no caminas con el mismo grupo. Pocas veces lo fui a ver a aquella okupa siempre pestilente a orina porque quedaba debajo de un puente, yo en ese tiempo me empezaba a codear con gente más docta, personas de la academia que mejorarían inmensamente mis posibilidades en el rubro, no me mentía, estaba parado donde tenía que estar parado en ese momento para sobrevivir. En ese grupo de teatro independiente Jairo conoció a su novia Maribel y en determinado momento se fugaron a Uruguay aunque de vez en cuando volvían a ver a la familia, de hecho unas cuantas veces volví a ver a Jairo y era como enfrentarse a un opuesto, claro, yo ya ni me vestía con jeans, todos los días usaba traje y pantalones de tela y él no, él seguía con sus poleras sucias, pantalones desteñidos, zapatillas viejas y unos dreslocks que eran sin duda la mansión más lujosa para un buen grupo de piojos. Me incomodaba estar cerca de él porque lo encontraba tan libre, tan relajado, tan autónomo y tan joven y yo ahí tan esclavizado, sacando magíster creyendo que me llevarían a algún lado, envejeciendo gratuitamente, me desanimaba estar a su lado porque ya ni siquiera era capaz de hablarle de la banalidad de la filosofía ahora sólo le hablaba de las cosas que me compraba, no obstante, él no cambiaba nada, únicamente tenía un poco más de arrugas cerca de sus ojos, pero nada más, seguía escuchándome con su marihuana en la mano. La última vez que fui a una presentación suya en la que en realidad él no actuaba si no que ayudaba en la puesta en escena pudimos hablar por unos pocos segundos como los viejos amigos que fuimos, pero al separarnos la brisa se llevo para siempre nuestras sonrisas.
Por cierto, esa presentación fue en realidad un monologo de Maribel, un monologo sobre una mujer incapaz de tener hijos por tener el útero desviado, un monologo desgarrador e incomodo que no podía ser una actuación, aquella vez Maribel hablaba con la verdad, no era un personaje, era una performance, era la verdad. Ella no podía tener hijos.
El otro día me encontré con un amigo en común de ambos, Mark Bowen y me explicó lo que le pasó a Jairo, quede devastado y no pude dormir por varios días, aún soy incapaz de pasearme frente a ese súper-mercado. Primero, Jairo y Maribel siguen juntos como pareja... al menos en un término concreto lo son, segundo efectivamente Maribel siempre fue incapaz de tener hijos por un defecto de nacimiento. "Siempre tuvo la vagina destrozada, no puede albergar vida ahí." me explicó Mark con su nula suavidad para decir las cosas, entonces ¿ A qué hijo se refería Jairo cuándo habló con mi anciana madre?
-Ah, es tan triste, hemos querido ayudar a ese chico, pero no hay caso él se siente responsable de todo lo que pasó, yo creo que dentro suyo quiere expiar sus culpas, lo peor es que nunca tuvo la culpa de nada.- Le supliqué a Mark que me contara, él no quería, pero a las finales no teníamos nada mejor de que hablar. Todo comenzó en un viaje que Jairo y Maribel hicieron acá por las vacaciones, trabajaban en Uruguay en un programa de televisión y les iba bastante bien, bueno, la vida de hippies que ellos tenían no requería de mucho lujo. Uno de aquellos días Maribel acompañó a su madre de cincuenta y seis años al hospital porque se sentía mal, gigante fue la sorpresa cuando se enteraron de la clave del malestar, un hijo esperaba en el vientre de la señora. Todo se puso patas pa´rriba, ¡un hijo a una edad en que estaba todo resuelto! ¡un niño cuando ya todos sus hermanos habían hecho su vida! La madre de Maribel se sintió angustiada y su marido incluso le ofreció abortar, pero el extremado sentido del deber católico de la señora le impidió si quiera pensar seriamente en esa opción. Contra toda voluntad excepto la del destino la señora tuvo al niño. Maribel que estaba en Uruguay sintió que su deber como hija mayor y además mujer (la única de sus hermanos) era estar con su madre y ayudarle en una tarea que sabía ni su padre ni sus hermanos estarían dispuestos a afrontar. Le pidió a Jairo volver al país, pero él sentía que estaban bien en Uruguay y naturalmente no quería dejar lo que habían conseguido por algo ajeno a su vida, pelearon, se reconciliaron, Jairo estuvo a punto de acceder a lo que su novia quería, él la amaba tanto, la ama tanto. Al final Maribel pactó con Jairo venir sola al país y quedarse una temporada mientras él continuaba trabajando en Uruguay, a Jairo no le pareció bien, pero no había remedio, confiado en que pasado ese tiempo todo se restablecería accedió. Por supuesto Jairo no era de palo y a las pocas semanas se sintió deseoso de abrazar una mujer así que se metió con una jovencita estudiante de teatro. Maribel prolongo los días de su estadía aquí en el país por lo que Jairo definitivamente empezaba a olvidarse de su novia, con la uruguayita le sobraba y ni ganas de llamar a Maribel le quedaban, esa fue la razón por la que ni se enteró cuando ella llegó al país y lo descubrió in fraganti con su amante. Jairo relajado como es no le tomó importancia al asunto y pensó que no sería necesario hacer un escándalo, creyó que todo se normalizaría al pasar los días, de hecho al volver a ver a Maribel se olvidó de la Uruguaya de un flashazo, Maribel no parecía afectada por la traición, todo siguió en orden, pero entonces Jairo como un imbécil empezó a joderse la mente pensando en el por qué Maribel no había actuado como cualquier mujer normal e inexplicablemente se partió la cabeza pensando en que a Maribel ya no le importaba estar con él.
Anonadado y desesperado le preguntaba a Maribel si lo amaba y ésta sin emoción le respondía que claro, Jairo pensó que Maribel se guardaba la rabia y eso lo hacía sentir miserable hubiese preferido mil veces que ella le gritase y le golpease, que llorase y que él hubiese tenido que buscar mil maneras para que lo perdonase, pero no y eso lo incomodaba, asociaba los celos directamente con el amor y el mantenerse tenso por algo así lo devastaba ya que él nunca fue una persona aproblemada, Maribel con su silencio, su actitud zomby, su completo desgano lo tenían irritado.
Un día que fueron a comer él arrodillándose le pidió perdón y le recontra juró que la amaba ella inexpresiva como había estado desde que llegó le preguntó si acaso lo que decía era en serio, Jairo a ojos cerrados lo asintió y ella impávida le pidió que le ayudara con algo, Jairo no medito ni por un segundo lo que su novia le pidió simplemente accedió como un perro fiel. Vinieron al país sin avisarle a nadie porque nadie tenía que saber de su presencia, entraron como ladrones a la casa de los padres de Maribel, el objetivo era robar al bebe. Jairo únicamente estaba obnubilado con la idea de que Maribel lo perdonase, pero ella obsesionada con la idea de ser madre. Se llevaron al niño por las calles cubierto por mil frazadas casi ni se veía entre tanto ropaje, podía ser un perro o un muñeco o simplemente un montón de ropa, mejor así la gente no sospechaba nada, aunque Maribel estaba nerviosa y no dejaba en ningún momento que Jairo alzase al pequeño, ella llevaba al niño como un delicado cristal.
Fueron a tomar un bus, un bus que los llevaría a Argentina y luego escaparían a Uruguay, todo parecía ir bien, ambos "padres" sonreían, aunque Jairo cada vez empezaba a caer en la cuenta de que estaba cometiendo una locura, pero irreflexivo como se caracterizaba no caló hondo en el tema incluso fantaseo por algunos segundos con tener su familia. Maribel se estremecía cuando alguien siquiera rozaba una frazada en la que estaba envuelto el pequeño, hay una razón para esto, el pequeño había nacido con huesos de cristal, Maribel lo sabía, pero ignoraba que tan fatal podía ser aquel problema, cuando se lo reveló a Jairo ya en el terminal él se quedo paralizado y con la mente alterada su frente se arrugó y a cada paso parecía que mil personas lo rodeaban y le gritaban.
Se subieron al bus, no hubo novedad hasta que llegaron al paso fronterizo con Argentina como era de esperarse la policía ya estaba buscando al niño y al primer indicio le pidieron a Maribel de que entregara a su hermano, ella desesperada simplemente gritó a viva voz que la criatura era su hijo, su hijo y que no se lo podrían quitar entonces Maribel descubrió lo evidente, Jairo la había delatado, el hombre en ese momento se escondió entre una multitud que observaba con horror la escena. Efectivamente en un momento de lucidez (o de miedo) Jairo había llamado desde el terminal de manera anónima a la policía. Maribel quedo en estado de shock. Maribel gritó cayendo de rodillas al suelo, lloró con una rabia inmensa y temblando se aferró al cuerpo del pequeño apretándolo fuerte, apretándolo muy fuerte, rompiéndolo. El niño no pudo ni llorar, los huesos tronaron en el oído de todos los presentes, Jairo me dice que a veces tiene pesadillas con ese sonido, expreso Mark con voz sombría.
Lo siguiente ya era un hecho, formalizaron a Maribel, pero como todo estaba en familia la exoneraron y terminó encerrada en la casa de sus padres, pues no se volvió a recuperar mentalmente desde ese fatídico día.
Mark Bowen tomo su cerveza y miró unos momentos a una pareja de adolescentes que pasaban cerca de nosotros me explicó apresurado que Jairo pudo haber vuelto a Uruguay sin problemas porque el caso quedo en nada, pero que no fue capaz, que se decía responsable y que desde ese día prometió cuidar a Maribel con su locura y dedicarle todo sus días, aunque Mark cree que Jairo también está tocado y no sabe cómo afrontar su vida.
-¿Y Maribel?
-Se la pasa en la casa de sus padres como te dije, encerrada en una pieza oscura, comiendo poco, bañándose nunca y con la criatura en sus brazos, en la misma posición en la que murió.
-¡El bebe! ¿el niño con huesos de cristal?
-Nunca se lo pudieron sacar de sus brazos, duerme aferrada a él y Jairo duerme aferrada a ella. La mente es tan frágil como el cristal, ese día no sólo se rompió esa pequeña criatura.- Mark miró al horizonte desafiante después de eso nos despedimos y no nos hemos vuelto a ver.-
Tan fragil como el cristal por Nicolás Aravena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Un cuento bastante bueno, parece muy benigno y entretenido al inicio y paulatinamente va transformándose en una tragedia. El final sorprende, al menos a mí me sorprendió.
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