Personalmente no crecí escuchando a Los Prisioneros, no me
llamaban la atención cuando chico y sus grandes éxitos pasaban al lado mío
sin que tomase en cuenta su mensaje social contemporáneo. A lo mejor era pendejo
y me preocupaban otras cosas y me llamaba la atención otra música, ok, pero
después cuando estos tres San Miguelinos se juntaron para regresar en gloría y
majestad tampoco llamaron mucho mi atención aunque al menos empecé a conocer
quiénes fueron y que tanto importaron para la música chilena.
Desde el 2011 que realmente escucho esta banda, casi al
extrema de un fanático, me he visto casi todas sus entrevistas por youtube, escuchado
sus botlegs de mala calidad, sus shows en vivo, me leí la autobiografía de su
guitarrista Claudio Narea (y me entretuvo)
y los revaloricé a medida que iba aumentando mi melomanía. Y la verdad
es que por alguna razón la mejor época de Los prisioneros no llama mi atención,
debe ser por la lejanía del concepto, porque estaban en otra, porque el país vivía
otras cosas, me parece más interesante la segunda época de la banda, esa que
comenzó cuando se reunieron en el estadio nacional el año 2001, esa que los
hizo volver a levantar la antorcha. Una época convulsionada, llena de contra
tiempos, de conferencias de prensa épicas y de discos que se vieron opacados
por toda la cobertura que los problemas personales le acarreaban a sus
miembros. Una época digna para una banda de rock que siempre se ha
caracterizado por ser irregular en su carrera, por promover sus instintos antes
que su conveniencia, por no saber separar bien los negocios del arte, por
mezclar peras con manzanas y por ser tan, pero tan contradictorios (producto
sin duda de aventurarse tan jóvenes en un mundo cruel, en una sociedad
acusadora) Yo estuve ahí (ósea, estaba vivo y lo veía, se
veía más que nunca a Los prisioneros por televisión) y fui testigo sin querer
de como la banda se derrumbaba, como nos "sorprendía" con nuevas
peleas y como su música iba quedando cada vez más atrás. Creo que no es menor
que la televisión del 2000 haya brindado asilo a Los prisioneros como no lo
hizo en los 80 (por supuesto que era una relación de amor-odio como siempre la
ha tenido Jorge González con los medios chilenos) y que se paseasen por tantos
programas de televisión disimiles desde programas juveniles de la época,
pasando por programas de música, de farándula,
infantiles y matinales, lo que daba a entender que la banda había
alcanzado un nivel transversal que sólo pocas bandas lo logran, lograron salir
del nicho.
Hoy en día rastrear su paso por aquella época es mucho más
fácil porque basta con youtube, de hecho esto me nació porque lo que más veo
últimamente son videos de Los prisioneros de aquella época, sumado a la
información que conozca proporcionada personalmente por CLAUDIO NAREA (leí su
libro XD) y múltiples entrevistas que González ha dado en distitnas épocas
me puedo hacer un panorama de cómo fue la cosa y tal vez tratar de concluir a
modo personal porque la banda no siguió ascendiendo como debió haberlo hecho
hasta nuestros días y responder por qué siempre tiene que ser una banda trágica
y con final dramático, por qué no le quedo otra que la muerte antes que todo.
I PARTE: EL REENCUENTRO
2001. La banda ya lo ha confirmado, se vuelven a reunir, por
supuesto se trata del trío Nara-González-Tapia, nada que ver con la formación
que se armó para la gira de Corazones Rojos, eso quedo atrás. Para esta época
ya la gente común y corriente que se despertaba cada mañana con El buenos días
a todos y se acostaba puntualmente a las nueve de la noche con el noticiero
central (el regente de los 90) tenía conocimiento de cosas turbias dentro de la
banda hasta cierto punto, sabían extraoficialmente por una biografía no
autorizada lanzada por el periodista Freddy Stock que Claudio Narea se había
separado de sus amigos por una infidelidad que Jorge González habría consumado
con su mujer, el asunto igual era secreto a voces en el mundillo de los
artistas de la época y para la mayoría era delicioso saber qué pasaría después,
cómo se recompondría todo, porque hay que decirlo Los prisioneros tienen un
valor agregado como banda, está bien, no eran buenos músicos, está bien, sus
canciones no siempre eran muy inteligentes musicalmente, está bien, a veces se repetían en letra,
pero siento que a mucha gente lo que le gustaba de esta banda es que veían en
ellos a un grupo de amigos que se cimentaron el camino uno al lado del otro, a
la gente le gusta la amistad y le gusta creer que es posible en un mundo frío,
no todas las bandas se arman y perduran por amistad, son raras y excepcionales
las ocasiones y Los prisioneros era una de esas bandas y a la gente le agrada
eso, le agrada que los niños crezcan y se fortalezcan, le agarran cariño al
concepto y eso pasó, eso sería la razón por la que González siendo el tremendo
compositor que siempre fue, arriesgándose con tremendos discos en la década de
los noventa nunca pudo sobresalir en el común del público porque la gente
quería verlo tocando con sus amigos, se negaban a la idea de que Jorge era
Jorge sin Claudio ni Miguel, hoy en día, año 2014 esto ha cambiado un poco
¿será por un recambio de fans, ya no tan apegados a Los Prisioneros?
Bueno, la cosa y para que se comprenda es que la gente
quería que los amigos volviesen, pero los amigos tenían asperezas muy grandes
entonces la comedia es un drama tenso, una teleserie que por más que sonrojase
a alguien que estuviese dispuesto a admitir que le importaban estos temas
(porque a todo el mundo lo único que le interesa de Los prisioneros es su
música ¿no?) era inevitable ponerlo dentro del ojo público. Como sea, la
expectativa de la gente estaba quizás un poco por sobre lo musical, estaba más
por una cosa de conventilleo, como esas reuniones sociales de ex alumnos que se
hacen 20 o 30 años después, reuniones que sólo sirven para comparar
miserias. La banda luego de jugar al
misterio en salas de ensayo escondidas dentro de la ciudad anunciaron su
ansiado concierto en una conferencia de prensa el 9 de Octubre del 2001 en un
local de la ya desaparecida feria del disco, luego dieron un pequeño aliciente
y se presentaron en uno de los programas de conversación más aburridos de la
televisión chilena, "De pe a pa" con Pedro Carcuro, programa que por
lo demás Jorgito bien conocía ya que lo invitaron bastante en los noventa, ahí
hablaron de manera pauteada de su infancia, de política (conchalevale, los
muchachitos seguían con ganas de responderle a los poderes fácticos, pero esta
vez no sólo González hablaba) de lo que se venía (presentaron de manera inédita
la canción "Concepción" una de las mejores de su disco homónimo) de
sus ex profesores, pero cuando llegó la hora de aclarar por qué se separaron,
no dieron luces claras, simplemente se sacaron los pillos aunque Narea lanza un
comentario irónico "Los tríos ya no calentaban" se entendía el doble
sentido por todos lados, y se entendía también que Narea venía con una nueva
actitud, que ya no iba a ser el que asentía y callaba, quería resaltar, hablar,
opinar, silenciosamente la guerra de egos estaba en marcha.
Luego vino el éxito del estadio nacional, dos noches en que
el estadio se lleno como nunca antes frente a una banda chilena, sin necesidad
de promociones ni mucha publicidad. La calidad del concierto fue abrumadora,
marcando ciertamente un hito en la historia de los megaconciertos en el país.
La banda desempolvó un repertorio acertado, que seguramente los fanáticos
disfrutaron de manera orgásmica (canciones como "Generación demierda"; "Que no destrocen tu vida"; "Mal de Parkinson"; "Jugar a la guerra" fueron el deleite) pero también
hay que aclarar que la banda toco realmente bien, más allá de que casi todas
las canciones que ejecutaron del disco "La voz de los 80" estaban con
revoluciones bajas, la banda toco a un nivel que yo creo que nadie se esperaba,
Narea resaltó como nunca, se había convertido indudablemente en un buen
guitarrista, ya no era el niño tímido que tocaba medio escondido y se
equivocaba de notas, ahora disfrutaba cuando ejecutaba el instrumento y se daba
el lujo de entrarle con arreglos propios a canciones inmortales, era sin duda
la sorpresa que dio la nota alta. Por otro lado el uso de sintetizadores,
maquinas de sonido llegaban a un climax imponente, para muchos la versión de
"Muevan las industrias" es la mejor que Los prisioneros han tocado en
toda su carrera. Esas dos noches todo fue gloria para el trío, cualquier
rencilla de plata o faldas se podía ir a la mierda, esos problemas no podían
opacar la ovación de 140 mil personas, la vida era buena y sonreía en un
momento necesario para los tres (al menos para Jorge y Claudio agobiados por
deudas en ese tiempo) Lo que iba ser sólo una reunión única e irrepetible se
terminó convirtiendo en una gira nacional y hasta internacional. La cosa empezó
de a poco, originalmente Los prisioneros querían grabar un disco en vivo y por
aquello se construyo el concierto, ahora tenían que editar el disco, buscarse
un sello que les diese cuantiosos dividendos, no fue problema. También
ofrecieron dos presentaciones improvisadas en lugares pequeños, comunas, habían
ganas de tocar fuera como fuera y la gente común no podía no rendirse ante
estos San Miguelinos.
Si se hubiesen conformado con esa gloría eterna ahora todos
tendríamos un recuerdo inmortal de Los prisioneros, quedarse con la miel en la
boca puede ser lo mejor, como esas bandas de rock que mueren de manera heroica,
pero el rock en realidad no muere, parece que está destinado a pudrirse,
después de todo cuántas bandas de rock en el mundo se separan, después se
juntan y ya no son lo que fueron, ni de cerca, ni de lejos, el rock se
deteriora, pero sus cicatrices en distintas épocas es lo que lo mantiene
vigente en el corazón de los fanáticos.
*Aquí termina la primera parte de está pseudo
investigación/recorrido por la época del 2000 de Los prisioneros, el siguiente capítulo
contemplara su pasó por La Teletón y Viña. Espero no decepcionar ni ponerme muy
farandulero, pero como que me cuesta separar el fanatismo de la farandulería...
No te comenta ni dios
ResponderEliminarVos sos dios?
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