jueves, 7 de julio de 2016

Series para ver, volver a ver y pensárselo mejor antes de ver: (Un año de) Dragon Ball Super


Está vez revisaremos de manera especial lo que fue uno de los regresos televisivos fundamentales del año pasado, Dragon Ball Super (DBS), vaya que hizo ruido, no muchas veces por cosas positivas, convirtiéndose en blanco de debates ñoños y análisis que no terminaban de convencer a todos. Pero más allá de eso, DBS no pasó de ningún modo desapercibido y para bien o para mal hizo eco profundo en viejos y nuevos fans, sin duda se puede decir que a pesar de los inconvenientes y tensiones fue un regreso triunfal en el sentido que se instaló con camas y petacas en las pantallas japonesas y muy pronto lo hará en las mundiales, generando lo que todos sabemos que se buscaba generar desde un principio…Puro y dulce marketing para TOEI ANIMATION. ¿Cómo fue este regreso? ¿Ha cambiado la percepción del público al respecto de la serie? Hablemos un poco de esto civilizadamente, ¿les parece Perezozo Doom y Reviewer Random?
 
Aquí hay que ser súper cuidadoso porque hablar de Dragon Ball es tocar la infancia de muchos y según sea el caso podemos llegar a meter el dedo en la llaga, por lo tanto me parece necesario antes de cualquier cosa aclarar que yo sigo la serie Domingo a Domingo, he tenido mis decepciones, pero me mantengo firme como audiencia, no le hago el quite básicamente por razones sentimentales, le tengo un cierto respeto a la serie y lo que significa para mí por lo tanto siempre le brindo el beneficio de la duda, sin embargo, no crean que seré poco objetivo por esto, ya que como decía al inicio hay un chillon de cosas que criticarle, pasarlas por alto sólo puede ser producto de una miopía terrible. Pero antes, un poco de contexto: Dragon Ball como franquicia no ha dejado de explotarse por su pérfida empresa TOEI ANIMATION, la marca ha seguido presente en nuestras vidas por medio de videojuegos, trading cards, muñecos, juguetes, remasterización del anime (Dragon Ball Kai), OVAS que presentaban historias muy forzadas y lo más destacable y que nos devolvió la esperanzas a todos los fans, películas con nuevos argumentos de la mano directa de su creador por lo que todos jurábamos en su momento que entraban dentro del canon original de la serie. “La batalla de los dioses (2013) y posteriormente “La resurrección deFrezeer” (2015) alcanzaron un éxito tal que estoy seguro que en las oficinas de los altos mandos se dieron cuenta que había que generar material nuevo para la franquicia y de alguna manera Toriyama acepto involucrarse nuevamente en esto, no tanto por el festival de millones de Yenes que le estaban cayendo (siempre le han caído) si no tal vez porque realmente se sintió entusiasmado al notar tácitamente el éxito global y las expectativas que generaban nuevas historias de su creación y tal vez, sólo tal vez, porque quiere darle un mejor final a las aventuras de Goku y sus amigos (recordemos que el final de Dragon Ball GT no lo ideo él)  
  
Sacando a Toriyama del tema, la razón de que todo apuntara notoriamente a generar estrategias de mercado para que se produjeran nuevos personajes y niveles de poder  que fuesen caldo de cultivo en la elaboración de juguetes, videojuegos y cosas por el estilo, era algo entendible, pero maquiavélico. El solo hecho que esta nueva historia no se basara en un manga original sino que al contrario, éste funcionaba más como un elemento complementario a la historia resultaba chocante y descaradamente comercial, si es que quedaba alguna duda. Toei apostó con fuerza los últimos años al revival de sus viejas glorias, Sailor Mon (que de hecho ya anunció nueva historia), Saint Seya, Yu-Gui-Oh, Digimon se les ha inyectado el revival de la nostalgia. Honestamente parece ser una fórmula de mercadotecnia en donde las razones duras y puras son el dinero y el marketing, en vez de otras de carácter más artístico o cuanto menos emotivo…pero bueno, así son los negocios y qué le vamoh hacer…Vamoh a calmarnoh y centrémonos en el primer gran error que la empresa cometió.

TOEI usted es malevolo
 
Lo extraño y mal jugado con respecto a la promoción inicial de DBS  por parte de Toei fue su inexplicable hermetismo hasta último minuto, no se dio ningún sólo detalle de la serie más allá de que la historia continuaría  después de la derrota de Majin Boo, lo que era bastante ambiguo porque ampliando el espectro aquello podría situarse en cualquier punto, podía ser justo después de la pelea contra Bills, después de la pelea contra Golden Frezeer o incluso después de que Goku se lleve a Ubb a entrenar.  La confusión era tal que los fans comenzaron a crear una ola de rumores sin cuartel, era un poco como volver a los viejos tiempos en los que uno podía llegar a creer que Dragon Ball AF existía, Toei dejó que la promoción la hicieron los propios fans, total el espacio televisivo ya lo tenían asegurado (DBS entro a sustituir el lugar en donde se transmitía DBK) sin embargo, esto provoco mucha desinformación y malos entendidos, luego cuando nos topamos con que la historia consistía en un reboot de “La batalla de los dioses” muchos nos sentimos extrañamente estafados ya que las expectativas se habían alzado hasta la luna para finalmente revisitar la misma historia que medio mundo conocía. Si bien a Toei no se le puede culpar porque realmente no prometió nada sí que fue malévolo hacía los fans con esta estrategia. Nada costaba aclarar bien las cosas con una buena sinopsis o un teaser decente (y ojo que el segundo teaser mostraba en unas escenas bien random a Champa interactuando con Bills, cosa que nunca ocurrió hasta muchos episodios posteriores)


Que la motivación por revivir una serie que enciende tantas pasiones sea el vil dinero es feo, pero después de todo entendible en este gris mundo empresarial así que vamos a fondo y ya que mencionamos “la saga de Bills” revisemos qué onda porque sumado al pobre concepto argumental que se nos estaba presentando (ya entraremos en detalle) DBS sufrió en este punto su golpe más bajo, aquello que hasta el día de hoy sigue siendo el principal objeto de críticas, sus pésimos dibujos y mala animación que casi lo tiran al abismo. Según dicen, el modelo de Toei es producir capítulos a la rápida, incluso contratando a cualquiera como dibujante (pagándole poco por supuesto), pero después cuando se lanzan los DVD recopilatorios de capítulos, tanto la animación, los colores y los dibujos mejoran exponencialmente ya que es esa la versión que se vende y que genera más ingresos. Sea como sea la vergüenza del bullado capitulo cinco en donde Goku realiza una desprolija secuencia de pelea contra Bills en el planeta de Kaiosama no tuvo comparación a pesar de que en DBZ este tipo de cosas eran más comunes de lo que se cree. El tema no fue tanto si en el pasado o en otras series esto ocurría, el problema fue que estaba pasando en DBS, la serie destinada a heredar el trono, a alzar con gloria la antorcha que DBGT nunca pudo, por lo que el poco respeto desde la producción, sobre todo en una escena tan trascendente fue vergonzoso y triste, hasta el mismo Toriyama se quejó del asunto y el director de la serie en ese momento casi se hace el harakiri. Lamentablemente aquellos puntos bajos en cuanto animación se siguieron sucediendo en varios capítulos lo que dejaba muy atrás a la serie en cuanta a la dinámica de calidad que se esperaba de ellas y lentamente empezó a convertirse en el chiste de todos.

La funesta idea de los reboot 

Por otro lado y yéndonos al corazón del asunto, La saga de Bills fue totalmente innecesaria, pese a su corta duración de doce o quince capítulos. No aportó consistentemente nada nuevo ni relevante a lo que se vio en la película, ni siquiera nos dio mayor profundidad en los personaje de Bills o Wiss fuera de lo que ya se les conocía, desaprovechando el hecho de que es justamente una serie el espacio ideal para desarrollar óptimamente a los personajes. La estupidez del concepto del sayayin God se perdonaba dentro del contexto cinematográfico, pero en una serie que pretende tener una continuidad solida aquello  fue forzado, precario e incluso burlaba la inteligencia del espectador sea cual sea su edad, y es que el sólo hecho de que Sheng Long supiese sobre la leyenda del sayayin God y del ritual para alcanzarlo no tenía la menor consistencia, es más, el estrambótico y confuso ritual en el que se ven envueltos todos es lo más incoherente que Toriyama se ha sacado de la cabeza, si quería devolverle cierta mística a las transformaciones creo que no era la manera idónea para hacerlo. La posterior pelea entre Goku sayayin God y Bills es tediosa y se siente latera, rompiendo cualquier débil lógica que existiese en Dragon Ball. Sobre la animación de esto, pues es lenta, pesada, con recursos de CGI fuera de lugar y uno que otro dibujo feo, deplorable. En resumen fue una historia que parecía construirse sobre la marcha y que repetía acciones básicas para recalcar las actitudes principales de los personajes (Bills es un pelotudo impetuoso que destruye planetas sólo por capricho, tienen que repetir ese rasgo hasta el cansancio para que nos quede claro) Finalmente el aporte de Bills y Wiss a la gruesa lista de personajes también termino siendo entre suma y resta irrelevante  posicionándose como espectadores pasivos frente a los futuros hechos y otorgando recurso humorístico que con el paso de la historia no causan gracia, en definitiva se han desaprovechado y se han utilizado únicamente como recurso barato para avanzar ciertos momentos de la trama, pero para nada tracendente. Una lastima ya que son personajes queridos por los fans ya que supuestamente se les celebra el carácter interesante que tienen, ojo, interesantes no por lo complejos -de complejos nada- sino porque tienen motivaciones egoístas, pero en realidad eso es algo que varios personajes del universo de Dragon Ball tienen partiendo por el propio Goku. 

Peleas de alto impacto
 El reboot de la resurrección de frezeer fue peor, lleno de momentos de exposición gratuitos y ciertos agregados estéticos que no aportaron nada a la historia como la inútil presencia de Gotenks, la muerte de Piccolo o la “aparición” de Ginyu en la trama. Para más remate los personajes que sí daban caña y eran genuinamente interesantes como Tagoma o Jaco terminaron reducidos a la nada a medida que avanzaba la insulsa trama que –nuevamente- como película se le aguantaba, justamente el problema de adaptar un filme a diez o doce capítulos fue nefasto porque no daba el ancho y no me refiero a la calidad técnica que evidentemente está a años luz de distancia entre una cosa y otra, si no que se notaba horriblemente la manera torpe de rellenar los espacios en vez de atreverse y trastocar realmente la historia. Ni siquiera el nuevo power up de Goku y Vegeta, el super sayajin blue, salvaba el día ya que el presentar un nuevo nivel de poder de manera tan tosca era lo menos emocionante para una transformación supuestamente relevante (por supuesto sin contar que Goku Blue ya todos lo conocían)  Por otro lado Frezeer y su incoherente power up era muy sacado de las mentes de mercadotecnia, también el hecho de que el demonio del hielo conociese a Bills cuando anteriormente ni pio había dicho al respecto nos hace creer que están jugando mucho con nuestra paciencia. Tratar de encontrarle lógica a estas cosas es hacer un crucigrama chino y sólo un fanboy se esforzaría lo suficiente para no querer ver las evidentes incoherencias.

                                      Escenas de expocición al límite!!!

Tal vez lo único rescatable de este arco tan feo fue el giro final, con aquella escena en la que el mundo se destruye. El nivel de dramatismo y seriedad alcanza grados insospechados logrando genuinamente meternos por un momento en la historia fuera de esa nube de pedos tan Dr Slump en que transitaba continuamente. Aun así el deus ex machina con que se resuelve todo es de lo más torpe y a menos que el acto de Wiss tenga una certera relevancia en el futuro de la trama creo que fue una carta barata que los guionistas se sacaron.
Encontrando el lugar correcto

Y bueno después de todo eso por fin llegamos a una trama original, la saga del torneo entre los universos 6 y 7 en donde la mitología de dragon ball se expande hacía los caminos que muchos fans pedían a gritos, los multiversos. Por fin se nos presenta a formalmente a Champa, un personaje odioso y desagradaba al público. Champa y su ayudante Vados (cuyo relación es realmente aburrida) ya habían estado apareciendo inútilmente en algunos capítulos de la saga de Frezeer aparentemente haciendo algo importante e incluso se cruzan con Billss y Whiss en un momento determinado que sugiere que la relación de ambos era mucho menos infantil que lo que se mostró después, pero de eso nada, al final nos topamos con una nueva trama armada a raíz de nada, creada bajo un pretexto ridículo e ilogico (en serio, cuál era la idea de Champa de contarle a Bills sobre las esferas del dragón ¿Generar envidia en su hermano? Y si tanto quería la comida de la tierra por qué no siguió buscando la esfera que le faltaba y pidió como deseo apoderarse de la tierra. CONSISTENCIA POR FAVOR) 

Después de un tiempo uno se rinde y deja de querer encontrarle sentido a Dragon Ball, simplemente son un montón de cosas que pasan por lo que la absurda premisa de este arco se aguantaba ya que lo venía prometía. Volver a ver la dinámica de un torneo dentro de Dragon Ball se agradeció, pero lamentablemente volver a centralizar todo en la figura de Vegeta y Goku fue agotador, sobre todo cuando se nos prometía el regreso de Majin Boo y Piccolo a las pistas, lo primero fue nefasto y se ignoró horriblemente, lo segundo fue triste y dejo en claro que Piccolo ya no es un personaje que sirve para las batallas si no más para otras cosas, en lo personal fue algo bastante desagradable ver como lo corrían descriteriadamente de la trama ya que siempre lo considere uno de los más interesantes de la serie. El resto es más de lo mismo, Vegeta hace gran parte del trabajo y como se esperaba no puede derrotar al último contrincante y es Goku quien se encarga. Los luchadores del universo 6 resultaban atractivos, sobre todo la presencia de Kyabe, Frost y Hit. Aunque las peleas en general fueron de tono más humorístico no constituían capítulos lateros y se sentía la trama avanzar fluidamente sumado a que la animación y dibujos mejoraron un poco. El plot twist de poner a Frost como un bueno cuando siempre fue perverso me pareció inteligente, como también el hecho de que Goku perdiese al principio aunque después volvió a la pelea como si nada y el pobre Piccolo se quedaba en un rincón empolvándose. Lamentablemente Kyabe no resulto tener sorpresas escondidas como muchos quisimos y se constituyó como un personaje más de relleno de lo que pintaba, esperemos que su aparición tenga más importancia después. Por otro lado Hit sí fue todo lo que pedíamos, misterioso, orgulloso, frío, pero con ciertos principios a la hora de luchar lo que lo convertía en un personaje del que daba gusto verlo interactuar con Goku y del que se esperan sorpresas más adelante….nuevamente espero que Toriyama no nos defraude y lo apabulle como ha hecho con tantos otros personajes interesantes. Ah y con respecto a Monaka, parece un chiste reciclado, pero supo jugar muy bien con la expectativa de todos por lo que realmente nadie se sintió muy defraudado a pesar de lo ilógico de su presencia (¿en serio en el universo 7 no hay nadie más fuerte?) Pero no tiene material para ser un personaje de peso en los próximos capítulos, de hecho los mapaches que aparecieron en DBGT eran más interesantes.


La aparición de Zeno no tuvo mucho color, pero bueno, dejó las cosas planteadas para un futuro prometedor en el que los fans pueden soñar con la aparición de otros personajes de la franquicia al expandir complicadamente los universos. Lamentablemente el broche de oro de este arco la aparición del dragón Zarama (o como se llame) fue deplorable en cuanto a impacto y animación, además no parece que vaya aportar nada muy trascendental y es más una especie de actualización del Sheng Long cuyo papel desmejorado en la misma serie se han burlado.

¿Y qué es lo bueno?   ¿Qué hay del regreso de Trunks?   

Ya para ir terminando hay que hacer un breve comentario sobre lo rescatable de la serie, porque claro, uno lee esto y piensa que todo es malo, pero realmente es una serie disfrutable para los fans (a diferencia de DBGT) claro, eso no impide que uno no puede atajar todas estas cosas malas y reclamarlas, pero en general la serie cumple con su cometido y eso es lo importante. Salvo en la saga de Bills, los capítulos al terminar siempre generaban expectativa (sí, incluso en el arco de Frezeer) lo que es una buena señal. Lo otro que se debe destacar son los capítulos de “relleno” (esos que van entre cada arco) y es que aunque parezca extraño estos episodios están mejor animados, tienen historias bien desarrolladas y permiten ahondar sobre el carácter de los personajes de forma bastante brillante (Vegeta ha logrado destacar mucho gracias a estos capítulos) siendo un punto alto el capítulo en donde Goku se empieza a dar cuenta que sí está envejeciendo y que tiene un límite a pesar de su fuerza haciéndolo tan humano como todos. A mi siempre me gusto como en DBZ se daban de repente estos espacios para poner a los personajes en otro contexto y generar un nuevo vínculo con ellos, es la misión que los capítulos de rellenos deben cumplir a mi parecer y no proveer historias de lucha irrelevantes como fueron estos últimos antes de la aparición de Trunks del futuro. Siento que dentro de todas sus falencias la serie ha logrado enmendar un poco el rumbo lo que queda manifestado con los resultados actuales de sus últimos capítulos que dicho sea de paso constan de una calidad técnica y argumental muy superior a lo visto hasta ahora, encontrar el camino no es tan simple para nadie ni siquiera para una marca consolidada como Dragon Ball, este es un nuevo contexto, una nueva época y repetir formulas no es realmente lo idóneo.


¿Será este arco de Trunks del futuro la expiación de DBS? Todo parece indicar que sí ya que más allá del hype que se le dio y de la –esta vez- buena promoción por parte de Toei, la historia nos sitúa en un lugar mucho más dramático y mítico. Además creo que la inclusión de Trunks del futuro más allá de las incoherencias que pueden suscitar (qué onda con Mai) es bastante jugoso y permitirá a todos los personajes explotar las facetas más internas, el mismo encuentro entre los Trunks de ambos tiempos tuvo valor por si mismo. Por otro lado aquel Goku maligno que ha aparecido si bien parece sacado del fanservice más inmundo, ha sido manejado con cierta cautela y genera una genuina excitación el saber de dónde proviene todo este rollo, no creo que sea algo muy complejo, pero la cosa parece bien encarrilada y si comienza a conectar sabiamente con los elementos que se han estado presentando será el éxtasis.

 
Como dije, creo firmemente que la serie no tendrá relevancia en quienes no les gusta DBZ (y sí, me refiero expresamente a Z) ni tampoco en aquellos que con el tiempo han descubierto su amor por otra clase de animes más sofisticados o que ya en algún punto de la historia de DBZ se habían desencantado. Los problemas de animación y dibujo actualmente la producción los ha tomado en serio, y la historia se ha vuelto mil veces más dinámica que el anime de los 90 por lo que los capítulos son interesantes de ver en si mismos. DB merece respeto por lo que fue y creo que menospreciar esta serie sin una perspectiva más amplia deja ver el poco conocimiento de quienes creen entender el concepto de cultura popular. Tiene miles de fallos argumentales, sólo busca generar dinero, sí, ok, no podemos dejar pasar eso por alto, pero de todos modos del amor al odio hay solo un paso y es esa forma viciosa que los fans tenemos de relacionarnos con DB  hace que todo siempre se vuelva más complicado y se le exija más que a cualquier otra serie. Por último creo que si bien el humor es fiel al estilo de Toriyama, muchas veces resulta empalagoso y sobre-infantiliza mucho algunos momentos en especial con la aparición de Pilaf y su pandilla que se convirtió en un punto negro dentro de la trama. Espero hayan leído esta larga reseña y puedan sacar sus propias conclusiones al respecto.-

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