jueves, 1 de septiembre de 2016

¿Se está derechizando Sudamérica?




Dilma Rousseff fue destituida de la presidencia por medio de una sesión extraordinaria que muchos tildan de improcedente, anti ética y absolutamente golpista. Es un proceso oscuro que venía dándose desde Mayo y que acentúa quizás un problema mayor dentro del continente ¿Se está confinando el izquierdismo en Sudamérica? Tal vez podemos ir más lejos y mirar el Brexit como un síntoma de derechización social que determina los designios globales de las principales potencias económicas. Incluso Estados Unidos, un país que parece satanizar el socialismo se ha superado en su fascismo por primera vez en muchos años al transparentar oficialmente a Donald Trump como uno de sus candidatos presidenciales firmes, algo que hace sólo dos años atrás hubiese sido un mal chiste. Podemos no pudo en España y México está encerrado en una endogamia económica y política que no da aires nuevos al PRI ni a nadie. Quizás el mundo entero gira hoy más que nunca hacía  la derecha y no nos dimos cuenta cómo pasó, aunque tampoco puedo generalizar, además la derecha seguirá siendo fascista y violenta, pero hoy ha cambiado las botas por la manipulación mediática, la corrupción y  la plutocracia, tácticas más sutiles, pero igual de efectivas, quizás sea una derecha que exuda menos nacionalismo que lo  mismos líderes de izquierda quienes quedan poco a poco más arrinconados en el mapa político.
 

La abrupta intromisión 


Años 70` el comunismo ya estaba instalado en Cuba  con cierto éxito (más allá de todos los matices que una sublevación paramilitar y consecuente régimen conlleva en una sociedad) Cuba mantenía con varios países Latinoamericanos una alianza fructífera  económica e ideológica. A Estados Unidos le preocupaba esto a razón de buscar un enemigo común en la figura del comunismo para su concentración e inteligencia militar, el secretario de estado del infame Richard Nixón, Henry Kissinger dentro de este contexto ideó la maldita Operación Cóndor, financiado y apoyando estratégicamente una seguidilla de golpes de estado que dejaron en shock a Latinoamérica por muchos años logrando de esta forma arraigar el neoliberalismo a la realidad de los pueblos sudamericanos, integrándolos vorazmente a la dependencia estadounidense tanto económica como cultural. 

Muchos de esos países sudamericanos en la hora que les toco verle los colmillos al lobo estaban insertos en sendos problemas económicos, eran tiempos de crisis generalizada y el clima social de descontento parecía no tener pausa, la violencia era extrema y el mínimo roce generaba revueltas muy polarizadas. Hoy en día, gente que vivió aquella época y a pesar de los crímenes cometidos por todas las dictaduras mantienen la creencia de que se hizo lo correcto, que no había otra salida, muchos argumentan razones nacionalistas que nunca logran establecerse con real fundamento, pero lo cierto es que las fisura que las dictaduras generaron en toda Sudamérica aún hoy a treinta años parecen irreconciliables, y si bien es cierto que algunos países han hecho avances notables en favor de la verdad, la memoria y la justicia, otros han cortado de raíz cualquier proceso o simplemente poco han hecho al respecto. Todo depende de la herencia y caminos que cada país haya decidido tomar después de aquello y aunque a mediados de los 80 y principios de los 90 Latinoamérica en general parecía un gran patio tarsero de los yankees, la fuerza popular de un movimiento de izquierda centrado en la figura de caudillos que habían vivido penurias durante aquellas duras épocas afloró en momentos en que Estados Unidos justamente perdía legitimidad y sus sistema capitalista daba sus primeras nociones de decaimiento dentro de sus propios estados, estábamos entrando al nuevo milenio. Hugo Chavez, Lula Da Silva, Nestor Kirchner, Evo Morales fueron los principales nombres que empezaron a construir desde la constitucionalidad de sus países un modelo de izquierda que Galeano anunció como la utopía revivida. Fueron momentos de cambio drástico para los caminos de aquellos países que decidieron optar por el rumbo socialista, un socialismo que no era unitario y se flexibilizaba mucho de acuerdo al contexto de cada lugar, pero que en esencia buscaba el mismo valor social y unía directamente a los principales líderes sudamericanos aparentemente más como amigos que como compañeros de trabajo.  

El sueño Bolivariano
Tampoco estoy contando esto como un cuento con final feliz, evidentemente el proyecto socialista necesitaba un aire renovador y menos personalista, se cuestionó rápidamente ya que se supo de casos de corrupción, apernamiento en los cargos públicos, irregularidades en los sistemas de financiamiento y populismo que desabastecía un proyecto que a los ojos de una sociedad en extremo fulminante era lindo en la nostalgia, pero asfixiante en la práctica. Y lo más importante, la oposición pequeña, pero consistente se hacía cada año más rica gracias a los favores políticos, gracias a los resquicios legales, gracias a las prácticas de lavado de dinero y sobre todo gracias a la manipulación mediática. Los yankees siguen igual de preocupados por el avance positivo del socialismo y mediante prácticas de bloqueo y hostigamiento político abiertamente dejan ver su peor cara, pero también siguen financiando y agitando campañas políticas de aquellos que les convienen que gobiernen, si antes la operación cóndor se valía del nacionalismo más obtuso para convencer sobre sus procedimientos, hoy es la plutocracia la que se yergue como la carta principal de la derecha, OJO, una plutocracia que a veces hasta puede venir de sectores de izquierda, es que hoy en día se han descorrido absolutamente los márgenes.

El avance de la derecha neoliberal en Sudamérica




Chile no es un país que haya avanzado mucho hacía algún ideal socialista y si bien se aprecia de ser una nación donde la democracia se aplica con gran efectividad, la constitución que el dictador Pinochet instauró con mano dura hasta el día de hoy no ha sido tocada. Los ciudadanos se han levantado una y otra vez a lo largo de estos últimos años exigiendo cambios reales en aquella constitución, pero no han sido escuchados. El extraño socialismo chileno es producto de un modelo económico neoliberal salvaje, quizás el más duro del área  que no ha permitido que el poder salga un centímetro siquiera de la cúpula que lo mantiene, así y todo desde el 2000 en adelante habían entrado dos presidentes “socialistas” al cargo, pero el 2010 fue electo Sebastián Piñera un centroderechista, millonario, dueño de medio chile y que no cambió mucho las cosas, pero cuya casta política de empresarios aprovecharon su influjo para ganar  territorio mediante leyes y decretos que sólo beneficiaban a los poderosos. El 2014 volvió la “socialista” Bachellet, pero poco ha hecho para cambiar las cosas a tal punto que increíblemente la gente está pidiendo de vuelta a Piñera quien cuando dejo el cargo lo hacía con la mayor desaprobación que un presidente en la historia chilena obtuviera. ¿No es sintomático que la gente pida a Piñera y no a una real alternativa? ¿Acaso no la hay? En Argentina el panorama era muy distinto, luego de una década Kirchnerista primero con Nestor y luego con Cristina Fernández, la sociedad vivió una extraña transformación desde la ruina económica que dejo sus anteriores administraciones recorriendo muchos pasajes que van desde el éxtasis de la algarabía  bursátil hasta el populismo más nefasto, pero así y todo el Kirchnerismo como proyecto se supo mantener durante los años. Los planes sociales, la gratuidad en los servicios básicos, el apoyo a la industria nacional, los programas de financiamiento científico…En definitiva un proyecto social que con ciertos tintes demagógicos supo levantar un país aunque como partido político dentro de argentina nunca se ganó el apoyo irrestricto de los sectores más izquierdistas, pero para el mundo exterior y más derechista esto era lo más cercano a Venezuela dentro de la región. Desde el 2012 en adelante el proyecto comenzó a perder verdadero apoyo popular, los medios de tendencia neoliberal y derechista empezaron a ganar terreno en la opinión del argentino promedio y una enrarecida crisis económica producida por el cepo al dólar que afectaba puntualmente a la clase acomodada del país empezó a carcomer a todos. Rápidamente la idea de una inflación y los fantasmas del pasado hicieron que una buena parte de la argentina le tuviese aversión al termino Kirchnerismo y el 2015 Mauricio Macri fue elegido presidente. ¿Quién es Macri? Alguien muy parecido a Piñera, un empresario, de tendencia política centroderechista aunque tácitamente con un discurso político invisible. Sus primeras medidas como presidente fueron rápidamente confinar muchos proyectos y avances del gobierno anterior (generando despidos masivos) quitar subsidios, pagar la deuda externa a Estados Unidos, instaurar tratados de libre comercio de estrategia agresiva…En fin, dentro de este nuevo decenio en Latinoamérica, Macri fue el primero que dejo en evidencia un cambio de timón… ¿En cuanto a su apoyo? Es difícil consentirlo, si bien el tipo fue elegido democráticamente, su campaña se basó en un directo ataque al Kirchnerismo por lo que muchos analistas coinciden que el apoyo que tuvo en las urnas fue más un castigo hacía el gobierno anterior, hoy en día a pesar de que su nombre está involucrado en los Panama Papers y sus medidas han sido muy impopulares, mucha gente por alguna razón lo prefiere y defiende antes que a los K.


Caricatura del presidente Peruano PPK


Perú al igual que Chile es un país muy arraigado al neoliberalismo que muy poco ha incursionado en experimentos socialistas, sorprende también la increíble tendencia nacionalista que carga en su sociedad algo que se ha visto reflejado de alguna manera en sus presidentes siendo evidentemente el más nefasto de ellos Alberto Fujimori quien al día de hoy cumple una condena por corrupción y violación de los derechos humanos. Aun así este año en una reñida contienda electoral la hija de Fujimori, Keiko, disputó su cupo presidencial con un discurso fascista que fue muy bien llevado por los sectores más bajos del Perú, afortunadamente no ganó (por poco) pero su adversario Pedro Pablo   Kuczynski también era de derecha aunque más apegado al sector empresarial a igual que sus pares de Argentina y Chile. Para muchos era una elección donde básicamente no había una real alternativa, de todos modos el frente amplio de izquierda, la coalición que une a todos los partidos y movimientos zurdos del Perú no le quedó otra que llamar a votar por Kucznski, arguyendo que era finalmente el mal menor. Kuzcynski por su parte no quiere saber nada de “rojitos”  y en plena campaña presidencial llamo a la socialista Veronika Mendoza  "una media roja que no ha hecho nada en su perra vida" a lo que ella le respondió que Kuzcynski era un "señor de la alta aristocracia que cree que el único trabajo es el de hacer lobbies de grandes empresas en el Estado". Aun así a la izquierda peruana no le quedó otra que simpatizar con la derecha neoliberal. Parecido es el caso de Colombia, donde el socialismo no tuvo oportunidad desde principios de milenio frente a dos periodos consecutivos e intensos de la mano de Álvaro Uribe Vélez quien hoy por hoy se alza como una de las principales figuras de “la derecha latinoamericana, especialmente entre sectores emergentes, terratenientes locales, círculos empresariales y líderes políticos ultraconservadores” según el libro “Uribe y la derecha transnacional” (2015) escrito por el senador izquierdista Iván Cepeda. Uribe fortaleció relaciones con Estados Unidos en materia económica y militar y básicamente se aisló de sus vecinos más cercanos como Venezuela y Ecuador. Para Cepeda: “Uribe reescribió la historia del país, al desaparecer del léxico toda referencia al conflicto armado, reemplazándolo por el terrorismo, e incrementando la visibilidad de la guerra, la política de seguridad democrática significó el más fuerte proceso de militarización que ha vivido Colombia, de fortalecimiento de las fuerzas armadas, pero también del estímulo de la ‘parainstitucionalidad’, concretamente a partir de la militarización de la vida civil”. Afortunadamente hoy los colombianos viven un inédito acuerdo de paz con la FARC gracias a un plebiscito social orquestado por el gobierno de José Manuel Santos quien se ha ganado de todos modos cierta critica desde un sector al establecer que la forma en que se ha manifestado la pregunta induce a un tendencioso apoyo al gobierno que por lo demás oscila de izquierda a derecha según la conveniencia de las circunstancias.  

Quedan figuras de izquierda en el poder, pero se respira un aire de fatalidad. Evo no podrá volver a ser reelecto como esperaba, la oposición venezolana ha ganado mucho terreno y más allá del desprestigio que el modelo ha obtenido gracias a los medios liberales internacionales está en una crisis de estado que día a día parece más intolerable por sus ciudadanos. Maduro pierde legitimidad en su país, el único presidente que realmente se mantiene popular a pesar de  todos es Pepe Mujica aunque ya no está en su cargo y se verá muy solo en el territorio si eventualmente desea volver. Lo que pasó con Dilma fue un movimiento sucio, el senado - investigado en su mayoría por delitos de corrupción - la acusó de corrupción, los jueces encargados del caso no encontraron ningún ilícito y tampoco objeto de juicio público. De todos modos Dilma fue destituida no por el supuesto ilícito si no por la crisis que atraviesa su gobernabilidad, aprovechandose del descontento que en parte de la sociedad genera, es decir por la opinión subjetiva de los opositores de su gobierno, siendo 81 personas los que sacaron a alguien elegido democráticamente por 54 millones. La plutocracia brasileña activo un golpe de estado en forma de juicio, puso a un empresario llamado Michel Temer que tiene relaciones con la cadena comunicativa  O GLOBO y es favorable para los intereses de los más poderosos. Hasta el momento este ha sido uno de los movimientos más bruscos que la derecha ha dado en el territorio por imponer su sistema pasando a llevar la opinión popular. La izquierda agoniza y parece que la alternancia es definitiva, sólo que en vez de militares los plutocratas han levantado la voz.-





  
LINKS DE INTERES:


http://www.semana.com/opinion/articulo/santos-derecha-izquierda-opinion-jorge-gomez-pinilla/361124-3

Y bueno terminemos esto con algo agradable. Aquí Capussotto resumiendo un poco todo lo anteriormente dicho:



4 comentarios:

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  2. (Ahora sí, se me olvida ponerle "avisarme" jaja):

    Oye buen análisis y resumen! Me gustó caleta, a veces hay que hacer una pausa de tantas distracciones que nos provee el internet e informarse realmente de lo que está pasando (o lo que ha pasado). Yo en realidad dejé de leer los diarios y ver las noticias porque realmente son shows que no informan nada, todo lo contrario, desinforman (como buenos hijos de la plutocracia que son).

    ¿Dónde te informas tú? La BBC, EL PAIS?

    Saludos!

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    1. Sí justamente por la BBC y El Pais, pero cuando busco de estos temas de politica actual en realidad veo toda la información que puedo captar, excepto los diarios con tendencia muy marcada. Aquí en argentina hay un diario buenisimo igual que se llama Pagina 12/

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    2. La verdad es que yo estoy muy desinformado de la realidad actual en el país (o el mundo?) ya sea política o de cualquier otra índole (JA!) y creo que es una irresponsabilidad de mi parte. Pero si sigues haciendo artículos como éste, el de Panamapapers o Brexit será un plácer leerlos!

      ;)

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