En esta ocasión
revisaremos un disco insigne de los 70´ que irrefutablemente hoy es todo un
clásico y uno de los más queridos por lxs fans de Electric Light
Orchestra, esa bendita creación del fantástico Jeff Lynne.
La
voraz y creativa máquina musical de los setenta
Electric Light Orchestra en su esplendor de los años setenta |
Cuando vemos en
retrospectiva notamos que los 70´ fue una década estimulante y productiva, bue,
no mucho para Latinoamérica que estaba sumida, en general, bajo el yugo de
dictaduras militares, conservadoras y fascistas. Pero en cuanto a cultura
popular y al sentir social de ciertos movimientos disidentes como las panteras
negras, la segunda ola del feminismo y la desinhibición de algunos tabús
sexuales, podemos rastrear un verdadero
sentir de rebeldía que nada tenía que ver con el pacifismo hippie o el
aprovechamiento de marcas comerciales sobre discursos que en ese tiempo eran
realmente provocativos.
Dejando de lado las
luces y sombras que aquella época extendió convulsionadamente en el corazón de
quienes la experimentaron de primera mano (El apogeo de Studio 54, la era dorada
del porno, el escándalo del watergate, la llegada de las franquicias hollywoodenses
con Star Wars a la cabeza, David Bowie declarándose homosexual…) Para quienes sólo podemos revivir aquellos
años por medio de archivos y relatos, es imposible no negar que el imaginario
pop era muy sofisticado y variado. No es que quiera echarle mierda al pop
actual que reina sobre nuestras cabezas, pero resulta evidente que la cantidad
de música y artistas que nos legó los setenta era mucho más variada, arriesgada
y artesanal. Es cierto que algunas canciones y discos no han envejecido de la
mejor forma, pero a vuelo de pájaro podemos contar que son los casos menores, y
en ese sentido nos encontramos con este “Out of the blue” que se ha convertido
en aquella clase de discos fundamentales, ya que sin dejar de tener una vibra
setentera reconocible, mantiene una vigencia asombrosa. ¿Será por qué es un
disco que trasciende el rock de su época?, ¿o será por qué es el mejor registro
que resume los sonidos precisos del pop de aquel momento?
ELO y su llamativa puesta en escena para la gira del Out of the blue |
Electric Light Orchestra
(al que de cariño le dicen ELO) fue la creación personal del músico Jeff Lynn. Originalmente
la banda buscaba fusionar la estridencia del rock n roll con la complejidad de
la música clásica Europea, asentando algunas bases para el llamado rock sinfónico.
Después de un periodo en el que la banda lograría conjugar con éxito estos
elementos, llevándolos a interesantes momentos de rock progresivo (aunque no
tan experimentales como lo de King Crimson o Pink Floyd) Lynn decidió cambiar
las cosas y a mediados de los setenta probo una fórmula que lo hizo el triple de
popular: jugar con elementos de sensibilidad más pop como baladas, disco, funk
y rock soft, mezclándolas con instrumentos de cámara y otros aparatos electrónicos.
Era la época de la experimentación, Lynn realmente amaba jugar con las
capacidades del estudio de música y si podía meter toda una orquesta de cámara
para asociarla a órganos tubulares, o teclados electrónicos, no se iba a
detener. En menos de un año ELO pasó de ser una banda de rock compleja, a una
tremendamente popular y masiva, pero que a pesar del cambio de estilo, no
perdía su raíz experimental.
Steven Wilson ha
declarado que la gracia de la música pop de los setenta era su inteligencia y
audacia a la hora de mezclar todo tipo de elementos sin dejar de sonar amable
al oído. Nunca mejor dicho, ELO consiguió aquella proeza, el disco anterior a “Out
of the blue” llamado “A new world record” así como el que le seguiría “Discovery”
fueron trabajos que lograron mezclar de manera prominente la sensibilidad
juvenil de una época, con las ansias de nuevos sonidos. Pero “Out of the blue”
supuso el pico creativo tanto para Lynn como para ELO, pese a que en un primer
momento sus singles no consiguieron
arrasar en las radios. Hoy podemos notar lo sublime de su experiencia al
escucharlo, no por nada John Lennon decía, sin ironía ni mala intención, que
ELO eran los hijos de los Beatles.
Días
de lluvia y sol
Para la elaboración de
este trabajo Lynn se encerró en un chalé en los Alpes Suizos, donde compuso de
manera maratónica durante dos semanas todo este disco, tomando como principal leitmotiv
para su concepto los días de lluvia que los paisajes montañosos le ofrecían. Esto
mezclado con cierto imaginario por la ciencia ficción y tomando influencias de
los discos más lisérgicos de los Beach Boys y sus queridos Beatles, generó un
disco doble y de vibra muy positiva que se ganó el corazón de muchxs. “Turn to Stone”
parte con un ritmo rockero y sonidos artificiales que nos hacen pensar que
estamos entrando al portal de una nave espacial, en ese sentido el concepto artístico
en la caratula del álbum es decidor: una nave entrando a un carguero intergaláctico.
Pero donde la canción gana más relevancia es en esos preciosos acordes de
cellos y violines que entran dentro del coro, dándole al tema un aspecto
sublime que se complementa muy bien con ese coro de voces tan onda Queen. Sin
duda un arranque magistral para un disco que sólo crece con cada nueva escucha. “Ist Over” es esa balada pop que Lynn tanto
ajustaba para producir cierta melancolía, la letra habla sobre un amor de
verano y esta dotada de una intensidad rítmica. Como buen alumno de los
Beatles, sabía que el estribillo y el coro era lo que le daba la mayor potencia
a un tema pop, por lo que no desaprovecha la oportunidad de inyectarle una
buena melodía. “Sweet Talkin' Woman” sigue una senda parecida a los dos temas
anteriores, coros sobrecargados y estribillos melodiosos, pegajosos, algo
empalagosos tal vez, pero difícilmente no te harán bailar. “Across the Border”
es un tema mucho más rockero, con un singular puente de instrumentos de bronce
recreando un sonido de… ¿mariachis? Bueno, no toda mezcla resulta siempre efectiva,
pero el tema rescata por su curiosidad.
El side two arranca con una sinfonía de cuerdas desgarradas, para luego dar paso a un rock sesentero de guitarras acústicas que se va transformando en una melodía mucho más lisérgica, con armonías adorables, se trata de “Night In The City” donde por primera vez podemos notar más osadía en la experimentación de sonidos que no son parte de ningún instrumento, y una batería con mucho más actitud que en las anteriores canciones. “Starlight” es una balada disco algo tontorrona, pero irresistible. “Jungle” ofrece una sección mucho más tribal y basada en percusiones, es una de mis canciones favoritas, rítmica y completamente progresiva en su propio juego, mientras que “Believe Me Now” es un pasaje instrumental corto que nos devuelve una atmosfera solitaria y nocturna, en donde la voz se distorsiona hábilmente mediante el vocoder, dispositivo del que Lynn sacaría un gran provecho. Todo termina con la melancólica “Steppin' Out” que da paso al magistral side three llamado “Concerto for a Rainy Day” una epopeya que incluye sonidos reales de tormentas y lluvias grabadas por el mismo Lynn en su estadía en el chale de los Alpes.
El segmento del “Concerto
for a Rainy Day” abre las posibilidades del disco a una onda más progresiva
mediante “Standin' in the Rain”, interesante ejercicio psicodélico que se aleja
de los canales más melosos ofrecidos hasta entonces. “Big Wheels” nos devuelve
cierta calma y parsimonia, se trata de otra balada a pulso constante, en donde
la principal acción corre por parte de un juguetón Mellotron M400 ejecutado
maravillosamente por Richard Tandy. Pero nos acercamos a los momentos más estelares
del disco, “Summer And Lightning” es una hermosa tonada con bases de folk, pero
intervenida por sonidos de truenos, con un puente musical que es toda una oda a
la música pop de los sesenta, pero sí hablamos de homenajes a los sesenta no
podemos negar la grandeza de “Mr. Blue Sky” que viene a sellar este “Concerto
for a Rainy Day”. Se trata de una de las canciones más positivas y extrovertidas
que se hayan compuesto hasta el día de hoy. “Mr. Blue Sky” consiguió tanta fama
con el correr de los años que no ha dejado de aparecer en comerciales, o
escenas de series o películas para graficar sentimientos de alegría e
ingenuidad. Si bien es cierto que cuando la escuchó me imagino a Bob esponja
corriendo a su trabajo, no deja de ser un tema hermoso. Esa tonada con vocoder,
instrumentos de cuerda que arman la melodía principal, magistrales coros de
voz, un interludio muy roquero que inexplicablemente queda de maravilla pese a
su abrupta conjunción y un cierre épico de voces, hacen que esta sea sin duda
para muchxs la mejor canción que Jeff Lynn produjo y compuso.
Después de este apogeo
de belleza el side four concluye el disco con cuatro canciones algo disparejas,
sin duda el disco debió cerrar con la excelente “Mr. Blue Sky” ya que los temas
que vienen lo hacen innecesariamente excesivo y repetitivo. Así es como “Sweet Is the Night” a pesar de su coro
pegajoso, no logro levantar tanto el ánimo (qué podría hacerlo después de “Mr.
Blue Sky”) y se escucha demasiado monótono.
“The whale” es un tema interesante, que juega con sintetizadores electrónicos cortesía
del Mellotron M400 de Richard Tandy, luego de su estrambótica introducción nos
sumerge en un instrumental pasaje de art rock que gana puntos por su variedad. “Birmingham
Blues” no ofrece nada muy excitante, intenta mezclar un blues con unos arreglos
sinfónicos inteligentes, pero suena muy poco inspirada. El disco finaliza con “Wild
West Hero” otra balada que en primera instancia recuerda mucho a Queen y que a
pesar de su dulzura, pasa bastante desapercibida al ser opacada por las otras.
“Out of the blue” no es
un disco perfecto, excesivo y sobrecargado en aspectos de melodía, y con al
menos cuatro o cinco canciones prescindibles, sigue siendo un trabajo emblemático.
Una máquina de éxitos y temas interesantes que escuchar una y otra vez, por
supuesto con una claridad de ejecución y producción musical muy alta, incluso
para los estándares de su época. Después de la década de los setenta el fulgor
de ELO desaparecería y poco a poco Lynn se dedicaría más a los trabajos de
producción donde destacó positivamente, por lo que “Out of the blue” es uno de
esos testimonios de una época dorada y sugestiva.-
Jeff Lynne y un montón de músicxs tocando la inmortal "Mr Blue Sky" en un concierto del 2016
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