Porque realmente Instagram está lleno de gente así, ojo, no es una crítica, más bien una reflexión desesperada sobre una actitud virtual que aún no logró descifrar del todo, bien aquí va, mi primer poema del 2019:
El
beso de la Afrodita virtual
Ya sé
eres la típica chica
que con media sonrisa y
dos miradas fijas
consigue lo que quiere.
Ya sé
eres la típica chica
que se saca una selfie
y se queja del clima.
Ya sé
eres la típica chica
que escucha canciones
ignorando sus letras y melodías.
Ya sé
eres la típica chica
que no le importa que
la apunten como
la típica chica
porque eres como
quieres
y causas estragos
igual.
Nadie es tan inmune e
inteligente
como para abstraerse
de tu esencia,
y responder a tus
fingidas galimatías.
Nadie es tan seco,
y nadie es tan rígida
como para no ser
absorbidx
x tus labios que
susurran el grito secreto del algoritmo digital.
Corazón virtual,
luces infinitas,
omoplatos extendidos como
quien nada
sin pavor a la
inmortalidad.
Tu sabor suena a
Strauss
a ese crescendo del
“Así hablo Zaratrustra”
una visión que se eleva
hasta abarcar la vía láctea
donde se pueden contar
innumerables
hombres y mujeres que
lo darían todo x estar cerca tuyo.
Ya sé
eres la típica chica
que fetichizan sinceros ególatras
y suicidas depresivos.
Ya sé
eres la típica chica
que una lesbiana desea besar,
pero que no lo admitirá.
Ya sé
eres la típica chica
que dice que se quiere casar y tener
hijxs,
pero antes viajar y
coger mucho
mientras, la tribuna te
sueña y te juzga a través de las redes sociales.
Tus migajas de atención
en la plataforma cibernética,
caprichosas y
fluctuantes,
son como una balada de
los 60’
que repite muchas veces
la palabra dolor.
Lóbrego es el caminar en
la fila
de quienes sostienen
tus sonrisas de sopor.
Ya sé
eres la típica chica
que no cree en la paz
porque prefiere
terremotos de aplausos,
y ese ruido que se
repite en lopps
donde suenan ecos de fiestas
alborotadas
y máquinas de gimnasios
pequeños.
Convertiste tu
intimidad
en capital erótico.
Supiste hacer babear a
los monos con navaja.
Supiste enamorar
rebeldes y budistas por igual.
Supiste inspirar y
devastar.
Supiste tanto con sólo
posar.
Un juego de cartas
con el diablo
es un desafío simple que
menoscaba tu potestad,
por eso ahora seduces a
Dios con tu húmeda sensualidad.
Y te diste cuenta
que hay que redoblar
las apuestas
porque vienen muchas más
como tú.
Se extenderán
hasta que el océano se
vuelva alquitrán,
en este mundo toxico
de chongos narcisos
que se juran sólo eres
un trofeo
a su violenta
masculinidad.
Mascaras de papel
maché,
alas de mazapán.
Así de frágil es tu
indestructible verdad,
¿qué pasará cuando
llegues al mundo real?
¿Y qué es el mundo
real?
¿El tiempo?; ¿El
olvido?; ¿El apagón del router que te conecta a tus admiradores?
Eres la típica chica
y al mismo tiempo
tan diferente a las
demás.
Tan especial
y al mismo tiempo
tan igual.-
Paren con los besos,
ResponderEliminarescritores de versos
¡Les faltaba ya uno sobre pedos!
Era sabido que así ninguno quedaría...
Que a ese paso que seguían,
la pornografía un día
a todos se los llevaría.