sábado, 5 de enero de 2019

Series para ver, volver a ver y pensárselo mejor antes de ver: Kidding





Una de las grandes series que pasó casi desapercibida el 2018 fue Kidding, la cual volvió a traernos la feliz relación laboral entre Jim Carrey y Michael Gondry. Esta serie la recomendé bastante debido a que es una experiencia alucinante, lleva nuestras emociones de forma agitada, todo un tour de forcé, por lo que vamos a desentrañarla un poquito.



¿Jim Carrey haciendo de Jim Carrey?



Cuando yo era un niño Jim Carrey era de mis actores preferidos. Sus películas cómicas y ligeras donde siempre representaba a un pobre imbécil que se enfrentaba a sucesos que escapaban de cualquier racionalidad y le otorgaban un poder inusual, fueron un tópico muy efectivo en los noventa, además sus caracterizaciones que bordeaban lo caricaturesco y engolado fueron su marca registrada, pero la otra cara de Jim son sus hits más dramáticos. “The Truman show”, “Man on the moon” y “Eternal sunshine of the spotless mind” consiguieron darle una versatilidad y credibilidad inusual para quienes todxs pensaban sólo podría interpretar papeles de payaso.

Cuando la desgracia empezó a tocar a su puerta, poco a poco, tanto su carrera actoral como su vida íntima fueron cuesta abajo. Aunque muchos afirman que Jim ya arrastraba una depresión desde mediados de la década del dos mil (un mal común en los actores cómicos, sino, miren como termino el buen Robbin Williams) no es difícil adivinar que todo se nublo de manera terrible con el suicidio de su novia Cathriona White  en 2015, poco tiempo después, Jim sería acusado de inducir directamente sobre esa decisión. Deshecho emocionalmente, el bufón de otros tiempos se alejó del ojo público, cuando aparecía su discurso sólo incomodaba. Hablaba de la posibilidad de múltiples realidades, del control del gobierno sobre nuestras vidas, de desprogramación mental, de que siempre fue un alter-ego actuando sobre una persona, además lanzó enrevesados mensajes de advertencia contra las redes sociales. Sus comentadas intromisiones en programas de espectáculo, perturbo a tal extremo que fue caldo de cultivo para todo tipo de teorías de lxs amantes de la conspiración. Otrxs, en cambio, pensaron que se trataba de una broma que Jim había llevado demasiado lejos, y algunxs que simplemente ya se le había fundido la cabeza.

La serie cuenta con algunos curiosos cameos
 Sea como sea, Jim se mantuvo alejado de los papeles estelares y salvo uno que otro pequeño sketch en algún programa televisivo, rehusó de la comedia. Pero eso hasta el año pasado, en donde volvió con dos proyectos que dieron que hablar por distintas razones: El vapuleado thriller “Dark Crimes” y “Kidding” la melancólica serie tragicómica que le calza como anillo al dedo. Jim volvió en gloria y majestad, aunque, auch, ya se confirmó su participación en este 2019 para, eh,  la película de Sonic el erizo. 

En esta serie, Jim interpreta a Jeff Piccirillo, un entrañable titiritero que conduce un programa televisivo infantil tipo “Plaza Sesamo”. Jeff, o mejor dicho, Mr. Pickles, como es conocido en todos los hogares de Estados Unidos, es querido y ovacionado por niños y niñas, pero también por quienes crecieron viendo su programa, lo cual incluye a pandilleros, junkies e incluso a Danny Trejo. Si bien, Jeff mantiene su bondad e integridad intrínseca tanto dentro como fuera del set televisivo, realizando cuantiosos donativos a variadas causas humanitarias y siempre dispuesto a ayudar a cualquiera que se lo pida, un inconmensurable agujero negro devora su alma: Perdió a uno de sus hijos en un accidente y tiene que llevar adelante ese doloroso duelo, además de un divorcio. Dos hechos que le cuesta asumir y que comienzan a trastabillar su generosa personalidad. Jeff intenta ordenar su vida, para lo cual busca realizar un programa dedicado a la muerte, explicándoles de la forma más dulce y madura a su infantil audiencia, qué significa que un ser querido muera. El conflicto es que su padre, Sebastian Piccirillo, el productor del programa, no ve con buenos ojos esta idea y se niega constantemente a que Jeff la realice, preocupándose cada vez más por su salud mental.


Este drama, con ligeros toques de comedia, escarba con gran maestría en el existencialismo y el sin sentido de nuestras acciones frente al inconmensurable destino, temáticas que últimamente parecen tomar el centro de atención del buen Jim, como ya lo explicaba él mismo en una comentada entrevista en una alfombra roja para la semana de la moda de Nueva York en 2017: "No tiene sentido nada de esto. Así que quería encontrar la cosa con menos sentido a la que pudiera unirme y aquí estoy. Yo no creo en los iconos."

Esto nos hace pensar que quizás en “Kidding” es la primera vez que podemos ver a Jim Carrey en una de sus facetas más desprovistas de artificialidad. Es imposible no buscar paralelismos entre este Mr.Pickle, personaje amado por tanta gente, pero que al mismo tiempo  lucha por encontrarle sentido a su propia vida y trabajo, con el mismo actor que lo interpreta. Da para pensar si acaso por unos minutos, Jim está siendo solamente Jim, y no es otra más de sus máscaras, de sus camaleónicas y caricaturescas personalidades. ¿Es este el verdadero Jim Carrey abriéndonos su corazón? Su genial, milimétrica, seca e introspectiva interpretación de Mr. Pickles puede ser tal vez un sí a esa pregunta.

Un drama sobre el absurdo


A pesar de la colorida tipografía, la versatilidad onírica de Gondry, quien dirige gran parte de los episodios, el llamativo modelo de producción, y la publicitada presencia de Carrey. Kidding no es para nada una comedia, pero tampoco llega a los niveles de dramedia de Bojack Horseman. La experiencia en este caso es mucho más conmovedora, los personajes no te hacen sentir devastados como en la serie animada de netflix, sino que siempre aparece una luz de esperanza y dignidad que los cubre. Hay momentos geniales de comedia negra que sirven para darnos algunos respiros, otros, son directamente shockeantes, pero irreverentes, sin embargo, Kidding se acerca al drama existencialista de series como “Six feet under” o “The good place” Una propuesta interesante que no agota y maravilla visualmente gracias a los montajes de los que Gondry es tan adepto, y a sus maravillosas técnicas de rodaje como este aplaudido plano secuencia:

                  Uno de los increíbles plano secuencia que Gondry realizó para la serie

A pesar de que no hay mucha acción, ni gags de los que colgarse, la serie gana mucho mediante su discurso que ronda constantemente sobre el absurdo, el cual se despliega tanto de la boca de sus personajes como de los mismos hechos que van sucediendo. Quizás el gran problema radica en que las historias secundarias no tienen un buen desarrollo, aunque en última instancia aportan correctamente a la trama central. Estas subtramas aparecen de golpe, de forma rara, a veces incomodas, random y dejadas a medias, aunque en Kidding los cambios son bruscos en general, y en concordancia con la evolución del personaje de Carrey, terminan siendo un buen aditamento para aquella montaña rusa, que a veces da muchas vueltas, pero cuando desciende de la cuesta más alta, nos hace vomitar nuestras tripas de la forma más sublime. 

Jeff y su hermana Didi
Los secundarios, a pesar de que no logran convencer del todo con sus historias, son personajes interesantes que generan mucha empatía, incluso en sus matices más oscuros o egoístas, lo que hace que la serie tenga una complejidad dramática. 

Didi, la hermana de Jeff, interpretada por Catherine Keener, tiene que hacer frente a la secreta homosexualidad de su marido, e intenta evitar el divorcio mediante las formas más indirectas posibles. Will el hijo de Jeff y hermano gemelo de Phil, vive el duelo por la muerte de su hermano a su manera, buscando la atención de su padre por fuera de su máscara de Mr. Pickles y adentrándose en una rebeldía que lo hace tomar decisiones precipitadas. El gran antagonista, Sebastián, el padre de Jeff (interpretado por un robusto Frank Langella) guarda sus propios secretos y motivaciones que poco a poco nos hacen comprenderlo y quererlo igual que al resto. Sin embargo, el único personaje que tiene una evolución marcada es Mr.Pickle, quien pasa de ser un verdadero Ned Flanders, a una versión más rebelde y casi psicópata de si mismo, capaz de auto sabotearse con el fin de llevar adelante sus propósitos más inauditos.

Cada capítulo dura menos de media hora, y la primera temporada se compone de diez episodios, todos bien articulados para engancharte de la mejor forma posible y llenos de momentos gloriosos, a pesar de que algunas subtramas abundan en momentos nonsense que quedan en nada y terminan siendo más una distracción. La trama principal a cada capítulo agarra un vuelo más contundente y la conclusión es extremadamente gratificante. Sin duda Kidding es una buena alternativa para ver en estas vacaciones, y lo mejor es que promete mucho para una eventual segunda temporada.-


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