jueves, 4 de noviembre de 2021

100 Discos para mis treinta: #20 Radiohead - Kid A (2000)


 
 
La primera vez que escuche algo de Radiohead fue a mis diez años cuando pasaron un videclip muy random en un canal Chileno de cable llamado Via X que era algo así como la versión MTV que se podía permitir el país. Sin que fuese la música que en ese momento me gustaba, el videoclip, simple, minimalista, aburrido tal vez, tenía la virtud de enganchar con hipnotismo, pero su música era demasiado curiosa, en ese momento mi cabeza no lo supo asimilar, pero me gusto mucho esa melodía casi circular que no dejaba de sentirse como la expresión más cercana a una jaqueca musicalizada. Se trataba del No-Videoclip de "Idioteque" para mí desde ese momento supe que se trataba de una banda muy original.


Paramos de electrónica y surrealismo
 

 
Radiohead es de esos grupos que admiro respetuosamente, cualquier fanático de la música tarde o temprano se los encuentra y puede llegar a sentirse a gusto en cualquiera de sus etapas. Del rock más indie noventero pasaron a encabezar una propuesta inteligente y sesuda de brit rock a finales de la decada. Como se iba dando la evolución del grupo y viendo el desarrollo artístico de sus coetáneos nadie realmente sospechó que los cinco de Abbington publicarían un disco que iría tan a contramano de lo que aparentemente habían construido hasta ese momento.

Thom Yorke antes de la grabación de "Kid A" estaba en un bloqueo creativo severo y las alarmas de una disolución grupal empezaban activarse. El grupo ya había alcanzado la fama mundial, "Ok Computer" y "The bends" eran considerados clásicos de la música contemporánea y su marca más radial siempre perduraría gracias a hits como "Creep" o "Karma Police" Parecía que la banda había llegado a su tope y ante la ansiedad de Yorke por generar nuevas canciones que le pareciesen dignas del legado del grupo, la banda comprendio que debían renovar su sonido. Jhonny Greenwood empezó a explorar la música de autores ruidistas del siglo XX, el baterista del grupo Phil Selway confesó su afición al Krautrock y la influencia de la música electrónica ambiental como la de Aphex Twin. Se empezaba a tantear aventuras sonoras que fuesen por caminos mucho más volátiles que el efimero rock que conquistó los noventas.

Pese a que Ed O´Brian quería continuar en una línea pop, Yorke que ya había incursionado como DJ, se sentía cada vez más ajeno a la música con guitarras. De esta forma y abrazando el estilo de un gran abanico de músicos como Can, King Crimson, Talking Heads, Pink Floyd, Neu!, Paul Lansky, Krzysztof Penderecki y Olivier Messiaen, sin dejar de lado el jazz y la electrónica de Miles Davis, Björk, Charles Mingus, Kraftwerk y DJ Krush, la banda publicó, bajo la siempre atenta producción de Nigel Godrich, el 2 de Octubre del año 2000, un disco que sería el antecedente escencial para entender la mirada artística y comercial que la banda mantendría hasta el día de hoy.

Kid A inmediatamente dividió a lxs fans, ya que algunxs no entendieron el rumbo nuevo que la banda había tomado, mucho más experimental, desafiante, incomodos y sobre todo anti rockeros. El formato de banda de rock se había trastocado, aunque algo de eso ya había pasado en su "Ok Computer" gracias a algunos elementos experimentales usados en la producción. La campaña del disco fue incluso más rara, no hubo publicidad previa, no se lanzaron videoclips promocionales, en cambio se lanzaron pequeños videos llamados Blips y que se distribuyeron en la arcaica internet de los años 2000. No se lanzaron sencillos, aunque en Estados Unidos "Optimist" si fue editada como un single especial para radios. Así mismo algunos canales televisivos igualmente usaron el poco y extraño material promocional para presentar la canción "Idioteque" como un videoclip, mismo que yo vi cuando tenía 10 años y a pesar de que sólo presentaba una animación en 3D del que sería el símbolo (o mascota) de la banda en ese momento, igualmente se sintió como una propuesta que no dejaba su impacto.

No es difícil descubrir un nuevo Radiohead en este trabajo, todo suena con una atmosfera renovada que hace que la banda mantenga ese ADN depresivo en su música, pero ahora aquella sensación se entrecruzaba con un aire mucho más enrarecido y hasta pesadillezco. Para muchxs una aventura con ribetes dadaístas y que por alguna razón incomprensible consiguió posicionarse muy bien en las ventas pese a que si se compara con otros discos de la época se trataba de un evidente sucidio comercial. Estos fueron los Radiohead que yo conocí, por esos años MTV Latino hizo un concurso en uno de sus programas estelares, que invitaba a fanáticos latinxs a enviar sus propios videos con la canción "National Anthem" de fondo, básicamente crear un videoclip, recuerdo que ganó uno animado y que supuestamente la banda lo vio, pero eso nunca se transmitió. Para ese momento de mi infancia ya podía sentir en Radiohead una banda muy distinta a la norma y aunque me costo años agarrarle el gusto, hoy puedo decir que es una de mis bandas fundamentales para apreciar el amplio horizonte de la música contemporanea, y con "Kid A" partió todo, no puede no ser mi disco predilecto, especialmente dentro de un catalogo de trabajos cada uno más perfecto que el anterior, pero sin duda tiene algo que lo hace más especial que el resto, incluso que el maravilloso "In Rainbows" que ya reseñé por acá. Un disco valiente por lo que representó, además, en su momento para el grupo, dispuestos a apostarlo a todo por su inquietud artistica, cambiando las reglas de su propio juego y en retrospectiva eso lo hace un disco  que salvó en muchos sentidos la carrera de la agrupación, pese al constante paramo en el que parece están siempre parados.

De mantras y melodías espectrales
 

 

La divergencia que supone Kid A en la discografía de la banda es sublime. Conscientes de su presencia en los arcaicos medios digitales de principios del presente siglo, la idea del futuro como una pesadilla tecnológica seguía avivando el espíritu creativo de la banda. El titulo del disco hace referencia al rotulo del primer clon humano, hecho que ya en sí expone una serie de preguntas que bordean la paranoia tanto filosófica como científica. Por otro lado, el diseño de la portada corrió a cargo de Stanley Donwood, la imagen muestra unas montañas nevadas pixeladas inspiradas en la Guerra de Kosovo. De esta manera el concepto de la tecnología, el futuro, la experimentación así como la degradación del planeta se transportaban al sonido que exponía cada uno de los temas. 

"Everthing In Its right place" se desarrolla como una anodina balada de piano atravesada por un montón de efectos sonoros que a modo minimalista construyen una pared de sonidos mientras Yorke canta a modo de mantra las letras que componen el titulo de la canción. Parece una operación casi robótica, y el uso de instrumentos como moduladores de audio y uno que otro sintetizador le dan un toque de ambiente abstracto que en general no termina de cerrarse, el tema continua flotando de manera etérea, un arranque solemne, técnica que Thom Yorke mantendría muy cerca para su futuro disco solista "Eraser". "Kid A" la canción mantiene ese toque parecido a los trabajos ambientales de Aphex Twin, de hecho el tema esta más cerca de la música de Boards of Canada que de la era noventera del grupo. Yorke juega con su voz pasándola por innumerables filtros vocales, mientras la obsesión melódica de Greenwood por las notas recurrentes van dibujando un escenario espacial profundo. En el tramo final  con la adhesión del bajo y la batería, la canción gana mucho más en organicidad.
 

 
"The national Anthem" parece un tema espectral, la bateria tiene un protagonismo esencial y el bajo transporta una melodía totalmente protagonica, son la columna vertebral para un tema lleno de efectos sonoros que incluyen una curiosa sección de vientos que acercan a Radiohead a una tradición más cercana al jazz improvisado, una de mis favoritas en cuanto al repertorio de temas que tocan en vivo.  "How to Dissapear Completely" es hermosa, lo siento, pero no puedo ser objetivo con un tema con el que he llorado varias veces, parece una balada fragil, la voz de Yorke suave y templada bajo unos tranquilos rasgeos de guitarra que se sostienen sobre la creciente tensión de lo que parece una orquesta afinando cuerdas antes de un concierto. Una canción maravillosa, surrealista a su modo y con una potencialidad visual muy grande. Conocida es la anecdota de cómo surgio esta letra, Michael Stipes, vocalista de R.E.M le susurro una día el secreto a Yorke para mantener la calma frente a la ansiedad de la prensa y lxs fans. Simplemente cerrar los ojos y repetir I’m not here, this isn’t happening.
 

 
Continua el instrumental "Treefingers", donde el ambiente lo es absolutamente todo, vuelve a sentirse como una pista de algún  músico electrónico ambient como Cristian Fennez. Esta canción te hace sentir que estás debajo del mar, te lleva a un lugar tan apacible y tranquilo en donde puedes dormitar sin presión. El contraste lo propone "Optimist" quizás la canción más convencional del disco, que destaca por su excelente sección de percusión dándole al subestimado Phil Selway otro momento para lucirse, es una gran canción y con una letra realmente muy dura, pero igual se siente fuera de lugar frente a lo que se venía tanteando con tanta sutileza y grandeza al mismo tiempo. 

Llegamos a "In Limbo", que empieza con un sonido bastante indie propio de bandas como Alt-J, pero también se siente un par de notas de jazz interesantes sobre todo en las líneas de bajo, mientras el canto suena abatido y completamente deprimente. El ambiente vuelve a ponerse maquinal, pero mantiene su surrealismo con la magistral "Idioteque" un homenaje entretenido a artistas como Aphex Twin y Autechre. La canción todo el rato parece brindar beats para bailar, pero con una letra dadaista y una constante tensión otorgado por efectos de ruidos que intervienen en diferentes momentos, lo que le da a la canción ese sentido de ser sospechosa que en algún momento todo se desquiciara. Como dije al inicio, me parece la melodía ideal para ilustrar una persona sufriendo una fuerte neurosis. La canción es una de las favoritas de la audiencia y hasta su última gira nunca dejó de ser interpretado, además Thom Yorke suele bailar cuando la tocan en vivo, qué más se puede pedir.
 

 
El tramo final del disco tiene cierto desnivel a los grandes momentos de los temas pasados, por un lado aparece "Morning Bell" que para ese momento sonaba como un tema un poco random y que luego podríamos notar se seguiría exprimiendo esa estructura del sonido en futuros discos, y directamente en el siguiente que el grupo lanzó, ya que se incluiría una versión B, mucho más experimental y menos predecible, aunque nuevamente la bateria destaca muy bien. "Motion Picture Soundtrack" la cual fue compuesta muchisimos años antes, incluso antes que "Creep" y que habla sobre el dolor y el suicidio junto con unos arpegios de fondo que le aportan un aire de serenidad a la dolida letra. El tema no se siente lejano al estilo del primer disco de Radiohead aunque este repleta de efectos, coros y ruidos que buscan darle mayor grandeza al asunto y que quizás no le da tanto aire al final de este disco como debería. Pero bueno, realmente todo acaba con la fanfarria de "Untitled" más bien una especie de cierre cosmico que evoca una somera continuación a esta aventura sonica, la cual vendría al siguiente año con la irregular "Amnesiac" de todos modos, pese a este último tramo, siento que este disco es maravilloso y abre puertas sonoras a todx aquel que quiera aventurarse más allá del clásico formato de canción de rock. Si bien a estas alturas se extraña un poco un regreso más contundente hacía las guitarras, esta faceta mucho más electronica y en muchos sentidos, dadaista, tendría total legitimidad con los años.-






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