De tormentas eléctricas a brisas veraniegas. Welcome to
California
El grupo ya es legendario en si, pero quizás la inconsistencia en su
propuesta musical, los constantes cambios camaleónicos que se pegaron a lo
largo de sus casi veinte años de segmentada carrera, le otorgaron poca
popularidad en el mundo del mainstream, siendo esa clásica banda que parece
orbitar en un gueto de freaks melómanos, al punto que ni siquiera consiguieron
pegar un one hit wonder en la radio, aunque bueno, mucha falta no les hacía a
decir verdad. Más allá de eso, esta placa consigue resaltar con astucia el
carácter indómito y atractivo del grupo, esto al condensar de una forma pop
todo lo bizarro que el grupo siempre enarboló. En este disco nos encontramos
con canciones sobre conspiraciones Masónicas, reflexiones sobre la vejez y el
abandono, alusiones a rituales de tribus aborígenes, teorías de físicos sobre
que el Big Bang nunca ocurrió, cantos en latín, dramatismo en torno a la
posmodernidad, hasta incluso tétricas canciones de amor. Mr. Bungle es una
banda que no busca forzar a nadie a escucharlos y explorarlos sólo porque sí,
todo lo contrario, se empalman desafiantes frente a la audiencia, convencidos
de que su materia artística genera fisuras en el cómodo panorama del rock
mainstream. Es por ello que las letras más que complejas, parecen rebuscadas,
pero son ideales para melodías a veces tan disonantes y excitantes como la que
estos virtuosos músicos supieron llevar adelante.
De sus miembros, en este blog, he hablado bastante y no me gustaría reiterar tanto sus hazañas. Mike Patton, mucho más conocido por ser el vocalista de Faith No More durante los noventas, consiguió hacer coincidir su agenda de ese entonces para llevar adelante la carrera profesional de su banda original, Mr. Bungle, un grupo cínico, burlones como bufones de la corte y extremadamente caóticos y exóticos a la hora de llevar adelante sus melodías, las cuales nunca siguieron un patron de conducta muy natural, se reinventaban a cada rato y a diferencia de Faith No More, no le temían al suicidio comercial. Trey Spruance, guitarrista y en general multi instrumentista, fue dotando a medida que el proyecto crecía de una veta mucho más oscura y noise que la banda supo llevar delante de diversas formas. Trevor Dunn, excelente bajista y futura mano derecha de John Zorn, consiguió darle a Mr.Bungle por su maestral swing de jazz, un aire incluso más docto al conjunto (pese a que parecían siempre caer en un exceso de virtuosismo paródico) y el resto de los chicos, aunque no suelen ser tomados en cuenta como cabecillas de todo esto, igualmente se respeta sus aportes a la hora de la ejecución y acompañamiento musical, siendo Danny Heifetz en las baterías (quien sería apoyado durante la gira en vivo por un interesante sets de percusiones a cargo del ludico William Winat) mientras que Bar McKinnon, quien comenzaría como saxofonista dentro del conjunto, ya para estas alturas estaba encargado de darle vida a los detalles más alucinantes del trabajo, sin duda, se compenetro muy bien con este singular estilo del disco, ya que Bar continuaría muy cerca de esa senda en materia de composición con su futuro proyecto Umlaut, cuyo disco ya reseñé en la siguiente entrada que pudes revisar si quieres. En fin, vamos al grano y desglosemos las virtudes de este maravilloso disco song by song.
De una pacifica tarde veraniega hasta una abrumadora
experiencia religiosa
California abre fiel a las apariencias: sonidos de gaviota, relajantes olas
de mar y delicadas guitarras a lo Beach Boys (influencia total del álbum) dan
la bienvenida a una de los tracks más relajantes de la banda “Sweet Charity”
fuera de sus exquisitas percusiones tribales y de ese aire paradisiaco en que
rápidamente nos imbuye, el tema lleva adelante ese tipo de letras discordantes
que a Patton tanto le gustaba escribir por esos años, la ecuación MÚSICA
ALEGRE/LETRA INCOMODA que muchas veces se hizo patente en varios temas de Faith
No More acá no pierde la gracia. En este caso el relajante y veraniego sonido
se envuelve en una letra triste sobre un anciano abandonando en un asilo, que
piensa tomar un veneno para acabar con su soledad. El tema en su estructura
podría caber perfectamente en una selección de chill out, para
escuchar de fondo mientras tomamos una piña colada en la playa, no obstante, su
letra no deja de llamar la atención.
La primera tormenta llega con la paranoica “None of Them Knew They Were
Robot” donde las obsesiones sobre conspiraciones masónicas por parte de
Spruance se toman la letra mediante un tema que podría entrar en una banda
sonora de una versión turca de James Bond, ya que ese aire de música intrigante
con ecos a lo Tom Jones a ratos se ve atropellado por indomables ataques de
histeria sonora que se vuelven inclasificables, sin duda, una de las canciones
más pomposas y sobrecargadas de la banda, pero nunca desordenada ni extrema en
su propuesta, siempre manteniendo la elegancia justa y necesaria, una canción
que sería la base en gran medida del espíritu de bandas “hijas” de Mr. Bungle
como lo es Dog Fashion Disco. “Retrovertigo” de la mano de Trevor Dunn,
funciona como una canción dramática, llena de énfasis en aspectos melancólicos
y nostálgicos. La letra habla un poco sobre la virtualidad y soledad, que
incluso para esos años ya parecía consumir a mucha gente a un abismo. El tema
es precioso en su forma, va creciendo de manera desgarradora y proponiendo un
constante sentimiento de intriga, recuerdo cuando descubrí este tema lo mucho
que me obsesiono escuchar las tonalidades tan extensas que Patton consiguió con
su voz.
“The air-conditioned Nightmare” es otra de mis canciones favoritas de la vida, de la
mano compositiva de Patton y con apoyo de Bar, el tema despliega una fuerza
casi eléctrica en su constante locura que tributa las armonías de los Beach
Boys, pero de un modo casi demencial. La versatilidad vocal de Patton vuelve a
emocionar domando melodías de surf rock y swing que parecen querer despegar
hasta el espacio. Una escala por melodías orientales es lo que viene luego con
la jolgoriosa “ARS MORIENDI” cuya letra toma elementos de los libros
medievales de hechicería. Entre música con reminiscencias árabes, gitanas e
incluso un poco de polka, el tema propone en gran parte de su estructura
cambios de tempo, improvisaciones vocales que nos hacen recordar cánticos de
las películas de Emir Kusturika e intervenciones instrumentales de alto rango
dinámico, convirtiendo esta pieza en una montaña rusa de intensidades donde la
electrónica, el metal y las escalas dóricas conviven con total desmesura,
siempre respetando los parámetros cuadrados de un tema pop, es decir, dura lo
que dura una canción que se escucha en la radio. Para mí la mejor composición
que Patton ha escrito para el conjunto.
“Pink Cigarrette” es otra canción insigne para la fanaticada del grupo,
una balada de amor que realmente habla sobre una despedida trágica, un
suicidio. El tema se disuelve como un viejo rock and roll aunque con el tono
pesadillezco propio de un filme de David Lynch. Según dicen esta fue la canción
que Patton más gozó en grabar y producir, los detalles en toda la canción son
únicos y dotan de una estampa escalofriante a lo que en apariencia es sólo una
canción romántica, el final con el pitido de una maquina de pulsiones que
empieza a apagarse, le dota de un toque único. “Golem II: The Bionic Vapour
Boy” juega con la electrónica, el Funky y la música infantil, otro tema
donde las vocales de Patton consiguen asemejarse más a un instrumento y pese al
tono feliz del tema, su letra esconde mensajes mucho más nihilistas de lo que
pensamos. Similar ocurre con “The Holy Filament” una composición que
Trevor Dunn rescato de una progresión de acordes desechados del disco anterior
del grupo, la letra se basa en fragmentos del libro del físico de plasma
Eric J. Lerner, "The Big Bang Never Happened" pese a su aire de
misticismo, suele ser considerada como la canción más floja del disco, quizás
porque es el tema que más repite su estructura base. El swing viene de nuevo de
la mano de “Vanity Fair” en donde la banda resucita la técnica del doo
woop (quizás muy influenciados por Frank Zappa) para llevar adelante un
delicioso y breve tema cuya letra expone los rituales de ciertas religiones ocultistas,
Trevor Dunn admite que escribió los acordes de esta canción siguiendo el groovy
de una canción de Marvyn Gaye.
El final de antología que nos entrega la brutal “Goodbye Sober Day”
de algún modo refleja el ímpetu musical inquieto y siempre desafiante de la
banda. Una canción llena de atmosferas, cambios casi atropellados que surfean
entre el metal, la electrónica, cantos que parecen mantras, un rock camaleónico
que se cubre de múltiples timbres y letras llenas de oscurantismo, una
explosión de sonidos que no dejará a nadie indiferente. Esta fue la última
incursión en el estudio de los Bungle (hasta el año pasado cuando decidieron
regrabar de forma profesional su primer demo de Death/trash metal) y su legado
desde ese momento fue creciendo más y más. Los secretos en las técnicas de
composición, el complejo mapa que los llevo a coincidir y complementar en sus
temas, todo pareció encajar en el álbum perfecto de Mr.Bungle, uno que estaba
muy lejos de la propuesta del Californication (sin desmerecer ese gran disco
por cierto) y que lamentablemente sufrió cierto bloqueo comercial, pero a las
finales no deja de ser un disco insigne en el sonido de esta atípica banda de
muchachos que comenzaron en una escuela secundaria realizando covers de Van
Halen y Village People.-
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