miércoles, 15 de diciembre de 2021

100 Discos para mis treinta: #16 Nurse Whith Wound – Alice the Goon (2000)



Nurse With Wound (NWW) es una de esas bandas de culto que se han quedado relegadas sólo para el retorcido placer de un determinado número de oyentes. Declaradamente raros y conceptualmente crípticos (Death Grip no invento nada) la banda británica liderada por Steven Stapleton y formada a fines de los setenta, se alza como la más prominente heredera de la sordidez experimental de bandas como The Residents, de quien ya mencioné en este listado en más de una ocasión. Como aficionado a la experimentación musical, no puedo dejar fuera algún disco de la casi infinita discografía de este proyecto y para bien o mal “Alice the Goon” es uno de los discos que mejor envejeció con el tiempo.

Una noche sórdida



El mundo vanguardista reserva sus joyas más profundas a aquellos experimentos que naciendo como una aparente broma, consiguen mantenerse en una profunda y dedicada actividad por muchos, muchos años. Nadie se pensaría que un proyecto tan desarticulado y que en su momento se produjo como un conjunto de improvisaciones sonoras medio azarosas, agarrase tanto vuelo con los años. Stapleton, amante del dadaísmo y en general de cualquier concepto artístico que envuelva su propuesta en base al non sense - especialmente a todo aquello que vaya a contramano del oído adoctrinado a la música radial – llevo adelante bajo sus propias directrices un experimento que funciona como un agujero negro dentro de la “electrónica”: krautrok, música concreta, drone, dark ambient, free jazz, incluso música Industrial. La envergadura que cubre NWW es tan amplia y al mismo tiempo tan efímera ya que al no sostenerse nunca en una idea solida que trascienda la propuesta entre proyecto y proyecto, pareciera que el grupo constantemente se reinventa sin rumbo alguno. Aún así, la banda cuenta con su extraño sello distintivo, que es básicamente la fascinación por los sonidos más aleatorios y prominentemente cacofónicos, esta fue la tónica instaurada en uno de sus trabajos más emblemáticos “Spiral Insana” de 1986, el cual si bien se mantiene mucho más pasivo y cíclico que próximas entregas, estampa un ADN especifico, donde lo terrorífico y neurótico parece ser el viaje de ida sin retorno.

Con los años NWW ha lanzado un centenar de discos oficiales, EP´S, proyectos en conjunto, han trabajado con artistas tan complejos como Sun O))), Stereolab, Jim O´Rourke, John Balance, entre una larga lista. De todos modos, a lo largo de los años, el proyecto fue tomando ribetes más ambiciosos como se puede apreciar en su disco “An Awkward Pause” de 1999 el cual incluso comienza a tomar texturas que lo acercan al rock progresivo y estructuras un poco más convencionales aunque manteniendo esa esencia bizarra y abstracta. Es así como desembocamos en “Alice The Goon” una de aquellas grabaciones que a primera escucha mantiene ese combo medio psicótico, pero que en su concepto perfecciona mejor lo que en entregas anteriores parecía ser la vuelta de tuerca que faltaba darle a las proezas de Stapleton, una continuidad ambiental.

Ciertamente, no he escuchado toda la discografía de este grupo y quien lo haya hecho merece mis respetos y una dotación eterna de ANAFRANIL. De lo que he escuchado y valorado “Alice The Goon” es el disco que más me da esa sensación de inmersión, no me imagino la locura que puede producir escuchar esto bajo estados realmente alterados de conciencia y con un equipo de sonido envolvente, es más, si conocen esos audios que supuestamente simulan lo que escucharía una persona esquizoide, este sería su símil en formato “musical” y vaya que hace falta muchas comillas para ese adjetivo. La idea de que el disco poco a poco torna en su concepto sonoro como algo sórdido es perfectamente entendible por su arranque tan lúdico y carismático, más propio de la música de cabaret. La mejor definición que he escuchado de este disco es una noche de juerga que termina en la locura más abyecta.



Primero que todo, habría que aclarar que el disco se consideraría más como un EP, con una duración de casi 30 minutos, dividido en tres cortes perfectamente identificables, la primera canción “(I Dont want to have) Easy Listening Nightmare” abre con los sonidos de un loop de rumba que se ve directamente intervenido por ruidos de caricatura y una exuberante distorsión guitarrera (con cierto tratamiento digital). El lado absurdo y tal vez más caprichoso de Stapleton arremete de inmediato en lo que parece una secuencia de entrada para una noche de juerga horriblemente adictiva. Casi 10 minutos de repetición sonora que van acelerando el delirio de la distorsión y que poco a poco torna en un juego tonto, pero divertido. Me imagino lo extremadamente enfermizo que puede ser escuchar esta canción con audífonos mientras vas caminando por alguna calle solitaria.



“Prelude to Alice the Goon” es una pista mucho más sutil, repleta de tensión moderada. Pete Bog toca la guitarra, la misma nota en gran parte del tema, mientras que las voces en capas y un zumbido de acompañamiento melancólico añaden la ya clásica atmósfera oscura y enfermiza que proyectos de este estilo nos tienen acostumbradxs. En muchos sentidos, el extremo opuesto del espectro NWW de la canción con que abre esta, llamémosle experiencia auditiva. “Prelude to Alice the Goon” es una de las piezas más inquietantemente evocadoras del catálogo de Stapleton, con momentos cercanos al drone que podrían encajar perfectamente en la banda sonora de algún videojuego de terror y a cada minuto volviéndose más escalofriante, sofocante y hasta por momentos perturbadora. Si la inquietante portada del trabajo representa el sentir delirante que los sonidos llegan a transmitir, esta idea de que para este momento del álbum, todo se ha ido al carajo en la noche de juerga, y hemos caído en la peda de una secta o algo por el estilo.

La pista extra sin título, aunque frecuentemente conocida como “Alice the Goon”, torna en algo un poco más reflexivo, con poco más de voces nebulosas que no emiten palabras entendibles, y tonos electrónicos apacibles, meditativos, oscuros dotando de poder al silencio, recuerda mucho momentos igual de oscuros en bandas como Swans, quienes ignoro si no han tomado alguna influencia del trabajo de Stapleton. Esta última pista, comúnmente oculta en el tracklist, retumba en atmosferas espaciales con pequeños toques progresivos que le dan un sentido más cerrado a toda esta hazaña ambiental. No es un trabajo sutil, y para muchxs entendidxs se siente como una verdadera actualización de los momentos más atmosféricos del material de la banda de los años ochenta, aunque con el componente delirante e inquietante de sus principales discos de los noventas. A pesar de ello “Alice the Goon” se siente como una escucha mucho más agradable para cualquiera que se quiera aventurar en el universo de este grupo, además de que representa los diferentes aspectos sonoros de Nurse With Wound.-

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