sábado, 1 de agosto de 2020

El cine que no vimos: Los reyes


Película: Los reyes

Año: 2019

Dirección: Bettina Perut e Iván Osnovikoff

País: Chile

Los reyes es el skatepark más antiguo de Santiago. Pero los verdaderos reyes de esta historia son Fútbol y Chola, dos perros callejeros que viven allí. A través de voces fuera de cuadro escuchamos a los adolescentes, cada uno con su historia. Pero las imágenes de esta película se centran en los perros y en su propia forma de existencia.

Un testimonio cautivador a lxs sin voz

Fútbol y Chola disfrutando su vida

Hace mucho estuve buscando este documental, actualmente se puede ver en Ondamedia.cl (aunque si vives fuera de chile debes conseguir un VPN para desbloquear el contenido restringido por zona) y debo decir que mis expectativas se vieron superadas.

Conozco pocos documentales anti especistas que logren transmitir, sin caer en proselitismo o en una suerte de “humanización”, conductas animales que conecten de forma tan transversal. Esta  historia se enfoca, por sobre todo en asuntos primarios: el desamparo y la  unión. Fútbol y Chola, nuestros entrañables protagonistas, son dos perros callejeros que habitan en un parque ubicado en la ciudad de Santiago de Chile. El documental totalmente observacional, en ningún momento interfiere, trata de explicar o dar sentido directamente a la rutina eterna de estos animales, que se la pasan echados, ladrando, jugando, comunicándose con su entorno de una forma básica, pero efectiva.

Lxs documentalistas dejan que la realidad del cotidiano hable, teniendo como eje la vida de estos canes que no es distinta a la de cualquier otro perro callejero en condiciones parecidas, por lo que el campo sonoro abunda en referencias a ese micro cosmos, ese pequeño pulmón dentro de una ciudad convulsionada, el skate parke “Los reyes”. No solamente ladridos (a veces afónicos, a veces territoriales) jadeos, gruñidos y rezongos, también el campo sonoro se abre dejándonos escuchar la movilización de vehículos, el deambular de otros transeúntes (tanto humanos como animales, incluso insectos) el sonido de los aspersores regando el pasto, la lluvia, el rodar de las ruedas de las patinetas y por supuesto, los grandes secundarios de esta obra, las voces en off de los jóvenes que patinan en ese lugar.

Sin forzar paralelismos ni tampoco intentando mostrar un estrecho vínculo entre la vida de los perros y los skaters, el documental también le va dando espacio, únicamente por medio de la voz, a testimonios de adolescentes que deambulan en aparente estado de sinsentido en sus vidas. Adolescentes de barrios medios y bajos que en principio sólo quieren patinar, drogarse y evadirse, aquello se transmite por medio de charlas que ellxs mismos sostienen y que van dibujando la problemática del abandono y la precariedad en sus experiencias, las cuales van desde discusiones con sus padres, abuso de poder por parte de la policía, andanzas en micro tráfico y uno que otro relato medio sórdido, pero que dejan ver en todo momento su precariedad como individuos y especialmente su inestabilidad ante un destino que no quieren terminar de aceptar. Por su parte Futbol y Chola pareciera que sintetizan en acciones aquel espíritu adolescente.

A Futbol, pese a su avanzada edad, le encanta jugar con pelotas, botellas e incluso piedras, las lanza por las rampas del skate park y se emociona cuando alguien se las devuelve, mientras que Chola, un poco más enérgica y territorial, esta todo el tiempo buscando atención ya sea de su camarada o de algún humano. No obstante, el abandono de ambos animales también refleja cierta brutalidad, las inclemencias del clima mellan en su estado de salud, especialmente en Futbol que a poco a poco se va deteriorando hasta simplemente morir. Nadie se hace cargo de ellos y aunque su libertad se entiende como algo maravilloso, al igual que lxs skaters, el paso inexorable del tiempo termina siendo la guadaña que esgrime la estocada definitiva.


El dúo de directores estuvo un año grabando a estos personajes, en distintas horas y distintos momentos, no cuesta entender la razón: Son cautivadores. Más allá de mi amor por los perros, es indudable que Fútbol y Chola por su propia naturaleza consiguen darle vida a un paisaje urbano común en el que se cruzan variadas anécdotas y en el que el propio ecosistema (recordemos que alterado por una inmensa urbe) consigue respirar unos instantes. ¿Cómo entran lxs adolescentes aquí? Según sus directores, originalmente la historia se iba enfocar en ellxs, pero al notar que no dejaba de ser algo bastante convencional y por lo demás antropocentrista, pusieron el foco en estos perritos que simplemente lograban hacer que todo brillase un poco más, ya que, a las finales, las historias de lxs adolescentes - a quienes nunca les vemos el rostro, podrían ser cualquiera - a pesar de la liviandad y jocosidad con que ellxs mismxs la narran, es bastante oscura:

“La película tiene que ver mucho también con una con una juventud relegada de la sociedad, o sea una juventud que – a pesar del discurso de que hay mayores oportunidades-, en el fondo igual no tienen oportunidades. Entonces el devenir mismo de las conversaciones como en una letanía, en una tristeza, en una desesperanza de los propios skaters, conecta con las demandas sociales, tiene que ver con la juventud actual…” Comenta Bettina Perut en una entrevista realizada por el sitio cinechile.cl, ante esto Osnovikoff agrega: “Y tiene que ver también con el desprecio de los valores de “logro” del mundo adulto. Porque en algunas conversaciones –que no quedaron en la película- ellos referían a esta idea de trabajar para una vejez tranquila como algo que no los identificaba. Decían cosas como: “Aquí lo que hay que hacer es vivir la vida y después cuando, si llegas a viejo sin nada, mala suerte” lo que de alguna manera también se traduce en la propia vida de Futbol y Chola, desamparados por un sistema que – pese a ciertos avances – no ha conseguido superar la problemática de perros callejeros y tenencia responsable de mascotas.

El documental consigue atrapar cada vez más a medida que asimilamos esta rutina en la que el compañerismo de los canes es entendida como un cuidado muto e incluso respetuoso, en donde Chola intenta imitar acciones de Futbol para poder seguir dándole sentido (si me permiten incluir esa palabra para el caso) a su existencia, la cual evidentemente se ve trastocada luego de la muerte de su amigo. Un plano de ella con la mirada perdida aullando ante el lejano sonido de una ambulancia, lo podríamos interpretar bajo nuestra mirada antropocéntrica como una letanía dirigida a la ausencia de su compañero, sin embargo, fuera de ello, sigue armando su propio mundo, sobreviviendo al azar, tal cual aquellxs skaters centenials que en Octubre de 2019 formarían la primera línea combativa en las protestas sociales del país, bueno, quizás no los skaters del documental precisamente, pero sí ESA generación.

La conexión entre estos perros huachos, libres y aquella juventud ominosa y catastrófica, parece encontrar puntos más y más comunes, por algo el negro matapacos se ha convertido ya en un símbolo revolucionario de la generación actual, superando incluso la presencia política en el inconsciente colectivo de otros entes subversivos como el MIR o incluso Gladys Marín. ¿Por qué esta generación se ve más identificada con el símbolo de un perro callejero que le ladra a la autoridad? Quizás porque todas las utopías políticas posibles ya se han caído y finalmente un perro callejero simboliza un anhelo de libertad mucho mayor. Un espíritu cínico que ya experimento hace más de tres mil años atrás el buen Diógenes (apodado justamente el perro) pero que en este caso busca entablar vínculos de afecto y cuidado para sopesar la realidad, tal como lo hace Chola con Fútbol. Esto en el documental se ve reforzado con una de las escenas finales en donde una chica skater llama a unxs amigxs para contarles su felicidad y al mismo tiempo pánico, por estar embarazada.

“Los reyes” es un documental, a su modo, bastante experimental. No conduce al espectador de la mano, sino que sugiere mediante detalles (detalles gigantescos literalmente ya que el uso de macro es fundamental) una problemática, pero también una vida distinta, libre, atrevida y que trae sus consecuencias. Si eres fanático del mundo perruno te aseguro que no perderás el tiempo admirando este gran trabajo chileno, que como todo buen documental, transmite bastante de la idiosincrasia de un país que (no me cansaré de decirlo) despertó de un largo estado de anestesia.-

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