Si hay algo que añora todo artista
musical que alcanzo cierta notoriedad en la industria, es dejar un legado
artístico. Algunos lo logran, otros son sólo una marca evanescente dentro del
inabarcable panorama, pero aquellos que sienten que su aporte es distintivo son
justamente los mismos que cada disco lo trabajan con una pasión inusitada, como
si después de ese no hubiese nada más que decir. Es el llamado Canto del cisne,
el querer despedirse con el cuello en alto, muchas veces no sólo de su carrera
si no que de su propia vida ofreciendo un último esfuerzo valioso. Algunos
sabiendo que se les avecina la noche trabajan como locos para lograr generar un
disco que los complazca en ese sentido, otros por tragedias o inconvenientes
del azar no ven venir su destino, pero aún así logran sacar un disco que los
deja a todos con la sensación de que ese era el perfecto para ponerle fin a su
carrera. Por supuesto hay otros ejemplos lamentables como el de Lou Red,
Michael Jackson o Donna Summer que no fueron capaces de entregar un último trabajo
decente por diversos motivos y eso es una estaca que los fans no se sacan por
más trabajos póstumos intentando limpiar esa mancha salgan después. Para esta
lista no incluí último trabajo de bandas o grupos, si no sólo de solistas aunque
tampoco de artistas con carreras muy cortas como la de Amy Winehouse por
ejemplo.