Para quien le interese, el canal
de youtube Music Radar, uno de los mejores en cuanto a data sobre música,
sistemas sonoros y coleccionismo, le ha dedicado un interesante video a explicar el origen de la música concreta, la cual sería uno de los pilares fundamentales
de la electrónica. Digo esto porque el próximo disco que revisaremos, toma
ideas y elementos propios de aquellos experimentos sonoros de lxs pionerxs de
la electroacústica.
Una tarde onírica
Endless Summer fue el trabajo que brindó de notoriedad al
compositor Austriaco Christian Fennesz en el campo de la electrónica a nivel
global. Fennesz se caracteriza por entrelazar samplers construidos a punta de
ruidos y sonidos minimalistas de su
guitarra. Se trata de composiciones multicapa que crean un ambiente evocativo y
profundamente sugestivo. Dentro de la camada de genios que construyen sonidos e
imaginarios a través de ambientes (como el áspero de Aphex Twin o el enigmático
de Tim Hecker) Fennesz no está muy preocupado de generar beats, sino más bien
de movilizar sensaciones a travez del ruido y es con su tercer trabajo
discográfico que consigue proponer un estilo equilibrado entre el ambiente y el
ruido.
A Fennesz le conocí el 2007 cuando se presentó con Mike Patton en uno de esos improvisados encuentros de
electrónica en un festival de Bélgica. En ese tiempo yo era un fanático
enardecido del Californiano y como tal le celebraba hasta los pedos, razón por
la que estaba pendiente de sus conciertos más underground. El espectáculo con
Fennesz me dejo helado, aunque sabía que ambos músicos sólo estaban
experimentando, su propuesta de ambientes electrónicos y ruidos manipulados fue
una de las mejores presentaciones en las que Mike Patton se ha involucrado como
músico solista, de hecho, el encuentro salió tan bien que yo esperaba una
cooperación más formal por parte de estos individuos, pero no fue así. De todos
modos conocí a Fennesz y no me costó mucho dar con Endless Summer.
Evidentemente se trata de una
música bastante contemplativa y que acompaña momentos de corte melancólico o
introspectivo, de hecho este era uno de esos discos que ponía cuando quería
estudiar, escribir o tomar una siesta. Siempre he asociado este trabajo con un
momento de calma, de quiebre rutinario, de ensueño. Aunque no es un disco que
ponga todos los días, sí es un disco que al menos escucho tres o cuatro veces
al año en momentos claves.
Una de las críticas más notables
de Endless Summer es que se trata de un punto de inflexión para la música
electrónica experimental, un momento donde la melodía y la cacofonía
aprendieron a amarse, siendo de esta manera uno de los trabajos noise más
influyentes y accesibles de la década de los dos mil. Esa es quizás la descripción
más acertada para este ambiente de múltiples texturas que al igual que gran
parte de su discografía, está totalmente adherido a un burbujeo sintético que
parece indicar un no-lugar compuesto de muchas partes. Tomando elementos de la
Gestalt y sonoramente dejándose influenciar mucho mas por los sonidos de su
guitarra, Fennesz construye un disco de una belleza espectral.
Made in Hong Kong nos invita a sumergirnos en una especie de isla
flotante, de aqupi en adelante las imágenes pueden ser variadas, pero hay algo
que el tema nos indica como una especie de leitimotiv. Ese constante repiqueteo
de sonidos que nos hacen pensar en un mundo digital glitcheado que parece
reconstruirse una y otra vez, las texturas y capas crean un ambiente en donde
el sosiego abunda. Endless Summer el
tema que da nombre al disco comienza con las suaves cuerdas de una guitarra
acústica que se niega a apagar una tonada calma, como de fogata, mientras un
conjunto de ruidos que se asemejan a insectos fantásticos que van y vienen
comienzan a profundizar sobre la calma, es un precioso tema de raigambre
shoegaze que recuerda tanto en efectos como coloridad a My Blody Valentine. El
tema de ocho minutos incluye un interludio de ruido blanco distorsionado que
abre paso aquella tonada de guitarra acústica que poco a poco va ganando más
territorio sonoro.
A year in a minute involucra
un ambiente mucho más enigmático, el tema precede esa línea de sadwave que se
puso de moda hace unos años en internet, pero rápidamente los ruidos que simulan
a los de una mega computadora, lo tiñen todo de un naranjo intenso,
consiguiendo que los pasajes de ruido y atmosfera se fundan en una enigmática
melodía espacial. Caecilia es uno de
mis temas favoritos y es quizás el más “pop” del disco, de presencia más tierna
gracias a los sonidos de un xilófono que le dan ese toque infantil y atravesado
por cotes eléctricos que sólo te envuelven en un manto de ingenuidad y paz,
esta es la canción ideal para irse a dormir una siesta reparadora. Go to move on propone, al contrario,
algo más de fuerza variando siempre en ese sentimiento abrasivo y calmante.
Pero donde Fenenesz mejor dejaría estampado sus anhelos sonoros más abstractos
es con la particularmente bella Shizeido
que consigue en pocos minutos dibujar un tema lleno de filtros, ruidos
agudos y cuerdas retocadas digitalmente, manteniendo esa parsimonia de ambiente
onírico, como si hubieses ingerido hongos en un bosque.
Before I leave se construye en base a fragmentos en loop y es el
tema que más recuerda a las experimentaciones de Pierre Schaeffer en cuanto a
música concreta, ya que retoma ese espíritu curioso y medio naif de lxs
primerxs, aunque no nos confundamos, Fennesz no tiene un pelo de ingenuo y este
tema viene siendo una especie de homenaje a aquellxs personajes del ruidismo
electrónico. Finalmente Happy Audio
mantiene una arquitectura sórdida, llena de pops, rever y loops, transitando de
manera minimalista hacía un aletargante ruido blanco que lo apaga todo, esto
por un viaje sonoro de diez minutos, aunque es un buen cierre, debo admitir que
es el tema que menos me gusta. Aunque debo agregar que originalmente este es el
tema que cerraba el disco y desde esa idea resulta bastante lógico concluir
esta tarde onírica mediante un fundido a ruido blanco. Pero para mí no fue tan
así.
En 2005 la disquera que había
lanzado originalmente el disco quebró y tuvieron que descatalogar todos sus
trabajos, razón por la que en 2007 se lanzó una nueva edición que incluía dos
canciones extra. Esta información por muchos años la desconocí y creí que el
disco originalmente era el que yo me había descargado en su momento. Pero no es
así “Badminton Girl” y “Endless” son los temas incluidos dentro de su reedición
y aunque a la prensa especializada les pareció una inclusión innecesaria, debo
decir que Badminton Girl es otro de mis temas favoritos, cuando me entere que
era una canción extra pude notar con calidad que había una diferencia estética
con el resto de los temas del disco, una diferencia conceptual, pero aquella
textura onírica, relajante, de ensueño…el tema mantiene todo eso. Mientras que Endless termina siendo el tema que en estilo más desentona
con la idea general del disco, trayendo otros sonidos de corte más nocturno y
trepidante, aunque a la larga parece más una reinterpretación de alguna de las
melodías del disco original, es imposible no sentir una vena más electrónica
ambiental al estilo Boards Of Cannada, aunque claro menos expresivo.
Sin duda la experiencia de Endless Summer requiere de un o una
oyente curiosx, inquietx por el universo que los sonidos minimalistas pueden
construir mediante capas y texturas. Yo, sin ser un fanático comprometido del
todo con este estilo o corriente musical, puedo notar en este disco una gran
capacidad de producir sensaciones de armonía y nostalgia.-
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