miércoles, 25 de agosto de 2021

100 Discos para mis treinta: #26 The Dillinger Escape Plan - Ire Works (2007)




El  2007 estaba saliendo de una época de mierda, ya lo he comentado otras veces en otras entradas referentes a esta lista: Problemas personales, intento de suicidio, internación psiquiátrica, en fin, basta de lloriqueos, lo que siempre he dejado claro es que durante ese tiempo la música fue un escape terapéutico que me permitió ir definiendo ciertos aspectos de mi personalidad, bueno, mejor dicho ir descubriendo la punta de ciertos aspectos fundamentales de mi ser. Para mí el 2007 es de esos años bisagra que marcan un antes y un después referente a ciertas etapas del crecimiento personal y aunque parezca una estupidez mi gusto por el metal y la música más violenta que hasta ese momento era algo medio intocable, comenzó su transformación. Este disco (y unos cuantos otros) fueron un punto fundamental para entender aquello y más allá de lo personal, creo que este ha sido uno de los trabajos más eclécticos de Ben Weinman y compañía.


Una banda infravalorada




Pese a que The Dillinger Escape Plan (TDEP) gozó de popularidad, reconocimiento (un poco tardío) y una gran base de fans, siento que nunca consiguieron realmente tener un lugar más importante dentro del panorama metalero y su propuesta les tomó mucho tiempo en cuajar para un publico menos especifico. Es decir, no tuvieron el realce internacional de bandas como Meshuggah o Gojira, por ejemplo. Sospecho que eso se debe a que en un comienzo la formula musical de este conjunto que abrazaba estilos tan movedizos y complejos técnicamente como lo son el metalcore y mathcore (etiqueta que al guitarrista de TDEP nunca le hizo sentido) impedían que el o la  auditora casual se sintiesen más atraidxs por la propuesta.
 
La banda oriunda de Nueva Jersey comenzó su carrera en 1997 y tras desplegar un par de EP´s que se movieron bastante bien en el ambiente más violento y underground de la música, lanzaron en 1999 "Calculating infinity" un disco lleno de tecnicismos, guitarras atrapantes, baterías dominantes y gritos a cargo del emblemático Dimitri Minanakis, quien creaban un caótico estado de euforia. No obstante, desde un comienzo la banda daba señales que no se trataban de un grupo de metal cualquiera ya que su adherencia al hardcore también incluía elementos del jazz, Industrial y la música latina incluso, algo que inmediatamente llamó la atención de Mike Patton quien en 2002 se unió a ellos como vocalista para grabar un EP "Irony is a dead scene" el cual inmediatamente puso al grupo en un punto más visible del mapa. "Irony is a dead scene" es un increíble trabajo que despacha toda la potencia y versatilidad del cuarteto y con Mike Patton comandándolos no era difícil el que pudiesen llegar a esos puntos tan extremos y diametralmente opuestos como tocar desde un violento death metal hasta un cover pesadillezco de Aphex Twin, de hecho Patton y los Dillinger se presentaron en vivo en un mítico concierto donde no sólo tocaron  todas las canciones del EP en cuestión sino también algunas sorpresas como un muy bien logrado cover de  Justin Timberlake lo que demostraba que incluso la banda podía alcanzar cuotas pop dentro de su propia estructura. También en aquella presentación se despacharon un inolvidable y en ese momento casi imposible cover a "Malpractice" de Faith No More.




En 2004 la banda lanza su segundo disco "Miss Machine" junto a su nuevo vocalista Greg Puciato que de algún modo tomó mucho del breve legado de Mike Patton en cuanto a su forma de cantar y expresar su voz  casi como un instrumento más, pero también en la versatilidad de usar sus cuerdas vocales no sólo para gritar de manera acojonante sino también para generar ambientes mucho más variados en las canciones, tomando las influencias de Nine Inch Nile o Billy Idol, Puciato parecía encajar muy bien con la idea de la banda, dándole un mejor y mayor eclecticismo a la estructura que al parecer Ben Weinman buscó desde un primer momento. De todos modos aunque Puciato mostro brillos de originalidad en este segundo disco, su perfil como cantante, frontman, y especialmente compositor, iría despertando con mayor fuerza en los siguientes trabajos del conjunto. Es así como hacemos un salto y llegamos a su tercer trabajo el impecable "Ire Works" del 2007. Para ese entonces yo ya conocía a la banda por mi amor a Mike Patton y evidentemente los consideraba geniales, únicos, incluso otras bandas que entraban en su misma etiqueta como Chimaira o Killswitch Engage no me terminaban de parecer tan interesantes, aún así  fue este disco lo que cambio mi percepción sobre esta banda y me hizo tomarlos más en serio como un grupo que era muy capaz de potenciar una carrera casi única dentro de la industria más metalera Estadounidense. El tiempo ha pasado, la banda ya se ha separado y luego de seis discos puedo decir que no me equivoque tanto al respecto, de hecho su último trabajo "Dissociation" del 2016 es el sumun de todo esta capacidad ecléctica que esta banda de "metal" fue construyendo en su carrera. Pero siento que es con "Ire works" donde la identidad de la banda y la capacidad de éstos para llevar adelante casi cualquier propuesta dentro de sus parámetros, fue totalmente lograda.

En lo personal, durante mi juventud, el metal en sus distintas variantes y luego un poco el punk, el hardcore, en fin, la música más violenta, me acompañó de manera casi obsesiva, no es que no escuchara otras cosas, ya sea de manera casual o por genuino interés, pero dentro de esa época la música con decibeles cargados era lo que más me interesaba, eso y por supuesto cualquier cosa que viniese del maravilloso mundo musical de Mike Patton (en donde sí se podía encontrar de todo). En 2007 con todos los problemas que fui afrontando en plena adolescencia, poco a poco el metal me hizo cada vez menos sentido. El genero y sus innumerables ramificaciones empezaron a aburrirme y cada vez era más latoso buscar bandas nuevas, en parte por discos como "Ire Works" que dieron cuenta que el metal o el hardcore o en general los sonidos un poco más violentos podían también poseer una gran cuota de ingenio a la hora de mezclar y presentar sonoridades mucho menos obtusas y complejas que un riff machacon y una bateria acojonante. En cierta medida, luego de escuchar "Ire Works" quede tan maravillado que siempre anduve buscando referentes dentro de esa onda que pudiesen darle al metal una cara más heterodoxa y la verdad que encontré muchos ejemplos, pero a la larga TDEP se fue consolidando cada vez como un grupo que se salía del nicho y empezaba a hacer tomada en serio por una audiencia mucho más masiva, aunque poco años después de esto la banda se separó y hoy sus integrantes están disueltos en distintas bandas, tan interesantes y diversas como TDEP, supongo que ahí está el gran legado de un grupo que durante gran parte de su carrera, pese a tener el favor de la crítica y sus colegas, siempre fue muy infravalorada por quienes escuchaban este género  y sus ramificaciones.

Una obra violenta pero glamorosa




"Ire works" arranca con la brutal Fix your face algo no muy extraño en la discografía del grupo, partir con un tema rompecabezas, totalmente rápido, abrumador, furioso e incluso esquizoide, pero en este caso se puede sentir una vibra menos alborotada que en otros inicios de discos pasados. El engranaje casi perfecto entre el guitarrista Ben Weinman, el vocalista Greg Puciato y el baterista Gil Sharone (quien debuta en este disco) dan señas de un brutal mathcore con sus respectivos momentos de distención que le otorgan ese toque de composición tan técnico y prolijo al asunto. Un ordenado caos que sorprende con mucha parafernalia y riff psicóticos, por cierto, este primer track cuenta con la colaboración vocal de Dimitri Minakakis quien acompaña a Puciato en los gritos delirantes.

Lurch es otro arranque de bestialidad en donde las guitarras más técnicas y las baterías llenas de quiebres y redobles consiguen generar un verdadero y transpirado sonido de vehemencia pura. No obstante, pese a uno que otro detalle como el sonido de las teclas de un pianito o una guitarra mega elaborada en distorsiones y juegos de noise, no estamos escuchando algo muy diferente al catalogo clásico de la banda, pero la tercera canción Black Bubblegum parece orientarse mucho más hacía un pop acido que cabalga entre un rock de la escuela más glam junto a un interludio bastante hardcore. Sí, parece una mezcla horrible, pero la producción del tema (a cargo de Steven Evest) junto a los detalles de sonidos de organo y coros en overdub, le van dando a la canción un aire cada vez más complejo que un simple tema popero para colar en las radios, de hecho, TDEP ya han coqueteado en "Miss Machine" con canciones aparentemente más easy listening, dotándoles de su locura, pero Black Bubblegum se sigue sintiendo fresco y hasta entretenido dentro del catalogo del grupo.




Continua Sick on Sunday que comienza de una manera electrónica, industrial y mantiene ese pulso subiendo y bajando la intensidad, con un Puciato que modera su voz en geniales falsetes para hacerse parte de la atmosfera, años después seguiría explorando esta veta de dark-industrial en su banda The black Queen. El ambiente pesadillezco y electrónico sigue haciendo mella en la interesante y breve  When acting as a participle el cual si bien es sólo un pasaje instrumental, funciona como una canción en si misma y le da ese toque oscuro y tétrico al disco. Non eye gong continua con ese costado más hardcore y brutal clásico de la banda, funciona muy bien, pero el disco aguarda cosas más interesantes en When acting as a wave otro instrumental que coquetea con el sonido Industrial de Ministry en donde los efectos de la batería programada son el deleite, algo cercano a lo que en su momento hizo Linkin Park en "Sessions" aunque con mayor estilo vale decir. 82588 retoma a los Dillinger salvajes, dejando su sello a través de insólitos y psicodélicos interludios. No obstante la grandeza vuelve con otro tema que parece un homenaje a King Crimson donde se siente que nada sobra, desde instrumentos de viento, rock progresivo, punk, hard rock,  mini toques de jazz, una ensalada donde cada cosa tiene su lugar: La maravillosa Milk Lizard, que frente a una fachada metalera y hardcore, se desarrolla una composición llena de matices, baterías inteligentemente ajustadas a un ritmo desmesurado y cambiante, lo más curioso, un tema que mantiene una línea melódica constante lo que la convierte en un single de excepción. 




Party smasher es otro tema para machacar cabezas, y sigue el mismo patron salvaje que Fix your face, aunque su parte final recuerda un poco más composiciones del primer disco como la brutal 43% burnt, aunque nuevamente mucho más destilado y logrado. Dead as history es otro tema que rompe un poco con la locura, comienza con una atmosfera inquietante en donde zumbidos electrónicos acechan para dar paso a una melodía casi ambiental de un emotivo piano junto a sintetizadores que parecen ir dirigiendo las cosas hacía un art rock setentero, pero que brutalmente cambia a una composición más digna de Nine Inch Nile, con Puciato emulando en algo el canto de Trent Reznor, bases electrónicas que adquieren alto protagonismo y guitarras contundentes y severas. Horse Hunter arranca como otra composición extrema, pero va mutando progresivamente hasta desembocar en una melodía llena de guitarras. Por medio hay cabida a instantes de improvisación free-jazz, riff progresivos y otros más violentos, con Brent Hinds de Mastodon aumentando las pulsaciones.

El final es apoteósico, nada de gritos ni riff bestiales, Mouth of gosht vuelve a tomar la influencia de King Crimson en una canción progresiva, atípica  incluso para los estandares de la banda, con mucha esencia de jazz noir, en donde las percusiones siguen una sucesión de compases al son del flamenco y los ritmos latinos, con Ben Weinman encargándose del piano con una asombrosa emotividad para luego expulsar en una fase final del tema, toda la ira de la guitarra junto a Puciato que se acopla (como en todo el resto de las canciones) de manera magistral a cada ambiente dotando con su voz de una energía única.



"Ire works" es un trabajo que deambula magistralmente entre variadas influencias y que consigue sonar único, roba de todos lados, pero amolda todo a su estilo, lucidez compositiva que iría creciendo en los próximos discos, pero que aquí deja plasmado la capacidad que el grupo tiene de construir realmente discos con una lógica  única y un sonido que pese a la primera impresión, esta lleno de matices y momentos únicos.-

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